**** Venezuelan Military
Intelligence says overwhelming evidence the CIA planned to bring down Chavez
Frias' airplane en route to United Nations in New York-
*** EE.UU El ascenso
del fascismo
Por: Miguel
Urbano Rodríguez - Resistir (Argenpress).
*** BRIEF HISTORICAL INTRODUCTION OF TERRORISM
AND FASCISM
CONCERNING FASCISM: PAST AND PRESENT: ARE THE USA TERRORIST? What is Terrorism? Who is a Terrorist? By Franz J. T. Lee.
***
Rompiendo los Mitos: Genocidio y Racismo –
las dos Caras del Orden
Económico real-existente.
Por:
Jutta Schmitt
M.A.
22/09/03
Venezuelan Military
Intelligence says overwhelming evidence the CIA planned to bring down Chavez
Frias' airplane en route to United Nations in New York
Venezuelan
President
Hugo Chavez Frias
Details behind the sudden decision to
cancel President Hugo Chavez Frias' next-week trip to Washington D.C. and
New York (to deliver a speech to the United Nations) are being revealed by
security services who say they have "overwhelming evidence" of a CIA-backed
plan to "bring down" the Chavez Frias' airplane during the scheduled flight
to the United States from Caracas. Sources in Venezuela's Military
Intelligence Directorate (DIM) have told VHeadline.com that "presented with
overwhelming evidence of Washington's planned attack on the Presidential
flight, it was decided that the President's personal security was preeminent
and that he should not go!"
State Security & Political
(DISIP) police agents were involved in a gun battle in Plaza Altamira Friday
night as they moved to detain a suspect now named as Jorge Rojas Riera, for
the Friday morning bombing at the Casa Militar barracks, across Avenida Urdaneta
from the Miraflores Presidential Palace. It is reported that President
Hugo Chavez Frias was working at his desk when the 1:00 a.m. blast went off
but that his life had never been put in danger as many gleeful wire-service
reporters had immediately cabled to their North American publishers.
Venezuelan
President
Hugo Chavez Frias
Reports say that some 60 DISIP and National
Guard (GN) officers were able to take the suspect into custody but only after
a skirmish with opposition-controlled Chacao municipal police officers and
gunmen identified as former army officers who had been dismissed the service
after they participated in the April 11, 2002, coup d'etat. Police
say Rojas Riera was detained after officers were forced to use an electronic
stun gun to capture and 'cuff him. Little is known of the detainee
other than that he has been identified having been employed at Plaza Altamira
as a "security agent" by opposition organizers ... meanwhile he has told
interrogators that he acted independently in the Friday morning's grenade
attack.
Rebel army officer Felix Moreno was
reportedly wounded in an exchange of gunfire. Chacao Mayor Leopoldo Lopez
says part of the blame has to be laid on DISIP agents who did not identify
themselves ... he says they arrived to Plaza Altamira just before midnight
and were heavily armed but were not in uniform. "there was a lot of
running-around and another gun-battle close to Torre Britanica (south
of Avenida Francisco Miranda) in which a DISIP wagon was overturned.
Strong rumors are circulating
today that the man arrested had earlier sought political asylum at the Dominican
Republic embassy in Caracas but had been asked to return later.
NOTE: Please do not assume that you
are anonymous or untraceable when posting email to us -- even from @hotmail
and/or @yahoo addresses. Although VHeadline.com sincerely
respects your privacy, we advise herewith that we DO record
your IP address to help combat internet crime and abuse and may disclose
such information to law enforcement or other parties if legally required
to do so.
WE STRONGLY DISCOURAGE ALL AND ANY FORM OF INTERNET ABUSE! Please review our Privacy
Policy and Terms of Service before posting.
Our editorial statement reads: VHeadline.com Venezuela is a wholly
independent e-publication promoting democracy in its fullest expression
and the inalienable right of all Venezuelans to self-determination and the
pursuit of sovereign independence without interference. We seek to shed
light on nefarious practices and the corruption which for decades has strangled
this South American nation's development and progress. Our declared editorial
bias is pro-democracy and pro-Venezuela ... which some may wrongly interpret
as anti-American. Roy S. Carson, Editor/PublisherEditor@VHeadline.com
En septiembre del 2001, durante la agresión norteamericana contra
el pueblo de Afganistán, publiqué en Portugal y Brasil una serie
de artículos en que, comentando la matanza de Mazar-i-Charif y el
saqueo de Kandahar, llamaba la atención hacia la amenaza a la humanidad
que empezaba a dibujarse: la posibilidad de la instalación en los
EE.UU. de un fascismo de nuevo tipo.
Sus contornos, todavía imprecisos, podían identificarse en
el componente militar del sistema de poder de la gran República y en
la dinámica de su estrategia de dominación universal.
En ponencias presentadas en el II y III Forum Social Mundial, en Porto
Alegre, volví al tema, alertando acerca de una inocultable crisis
de civilización, política, económica, militar, ambiental
y cultural.
El peligro del neofascismo en los EE.UU. aumentaba. En el cuerpo de oficiales
de sus fuerzas armadas echaba raíces un fascismo castrense que se expresaba
a través de la participación de estructuras de mando en crímenes
contra la humanidad (en Seberghan se llegó hasta el corte de lenguas
a los prisioneros en presencia de oficiales de la US Army), en misiones genocidas
de la fuerza aérea, en el discurso mesiánico y racista de generales
y almirantes del Pentágono.
La vieja tesis de la nación predestinada, la única capaz
de salvar la humanidad, fue asumida por el presidente Bush, que la alzó
como pilar del Nuevo Orden Mundial, y cuyos cimientos teóricos fueron
reformulados después del 11 de septiembre. Una concepción maniqueista
de la vida fue puesta al servicio de la estrategia imperial de retalación.
La lucha contra el terrorismo pasó a funcionar como soporte de una
política de terrorismo de Estado sin precedente por su estilo. En la
cruzada universal proclamada por la Casa Blanca Dios fue movilizado. El presidente
informó al mundo que el Señor no era neutral y apoyaba su política.
Agregó que quien no estuviese con ella sería considerado un
enemigo y tratado como tal.
La agresividad e irracionalidad de esa estrategia configuran un asalto
a la razón.
Quizá yo haya sido uno de los primeros escritores en utilizar la
expresión IV Reich para denunciar la amenaza al conjunto de la humanidad
y a la misma continuidad de la vida, amenaza cuyo perfil es cada vez más
nítido en los EE.UU..
Algunos historiadores y científicos sociales, tomando como referencia
la Alemania de Hitler e Italia, afirman no haber condiciones mínimas
para la
introducción del fascismo en los EE.UU..
Me permito transcribir pasajes de lo que afirmé al respecto en el
Forum de Porto Alegre hace dos años:
'Las semillas del fascismo ya han contaminado, es innegable, a muchos pilotos
y oficiales del ejército presentes en el escenario de horrores de
Afganistán (...) El peligro de un fascismo de nuevo tipo se hace difícil
de identificar porque presenta características inéditas:
1. No se inserta en las definiciones clásicas del fascismo.
2. Surge como inseparable de la dinámica agresiva de un poder imperial
y como efecto de la misma lógica de la violencia desencadenada por
las fuerzas armadas que funcionan como instrumento de ese sistema de dominación
planetaria.
3. El fenómeno que echa raíces en el cuerpo de oficiales
presenta la peculiaridad de, al estructurarse y fortalecerse en el país,
en el ámbito de sus guerras de agresión, se desarrolla de afuera
hacia adentro, o sea, de la periferia hacia los EE.UU., corazón del
sistema.
'La dificultad en admitir que la actual política de terrorismo de
estado de los EE.UU. amenaza con desembocar en neofascismo radica precisamente
en el carácter y tradición de las instituciones democráticas
norteamericanas y en la atipicidad de la ideología subyacente a las
acciones de genocidio practicadas con frecuencia creciente por un poder militar
hegemónico. El hábito de asociar el fascismo, casi mecánicamente,
como modelo de estado y de organización de la sociedad a la Alemania
de Hitler y a la Italia de Mussolini hace olvidar que su implantación
asumió formas muy diferenciadas y que tanto el asalto al podercomo
el funcionamiento del sistema no caben en definiciones rígidas.
'El fascismo, en Europa y lejos de ella, no obedeció a un modelo
rígido. Si en el III Reich y en Italia (en ésta solamente de
inicio) contó con fuerte apoyo de masas y tuvo como instrumento importantes
partidos que seguían ciegamente los líderes carismáticos,
ello no ocurrió en la España de Franco, ni en el Portugal de
Salazar. Ni en la Hungría de Horthy, ni en la Rumania de Antonescu,
ni en la Croacia de Ante Pavelich, países en los cuales han sido
sobre todo los aspectos básicos de la organización del estado
los que tomaron como fuente de inspiración los modelos alemán
e italiano. El denominador común a todos los fascismos lo identificamos
en el nacionalismo irracional y agresivo, con componente racista, en la tentativa
de imponer una contracultura y en la creación de aparatos represivos
del tipo Gestapo. En el orden económico las diferencias fueron transparentes
(...)
'El caso de Chile, por ejemplo, es tema de reflexión inagotable,
tanto por lo que en él hubo de específico en el terreno político,
económico y militar, como por sus contradicciones. Los que definen
la dictadura terrorista de Pinochet, en la teoría y la práctica,
como fascista sostienen -con fundamento, en mi opinión- que las fuerzas
armadas cumplieron allí el papel que en el Reich alemán fue
asumido por el partido nacional socialista y por los aparatos policíacos
por él creados.
'En un contexto diferente y en otra dimensión el fenómeno
chileno ayuda a comprender la amenaza neofascista que el terrorismo de estado
norteamericano transporta en el vientre. El peligro ahora es planetario y,
repito, nace en cierta medida lejos de la sociedad cuyo sistema de poder lo
generó. Las expediciones punitivas no toman como blanco minorías,
ni partidos de izquierda u organizaciones sindicales. El enemigo, imaginario,
es ahora otro: individuos transformados en gigantes demoníacos y, sobre
todo, pueblos paupérrimos, lejanos y desarmados.'
La transcripción resultó larga, pero, así lo creo,
útil.
Casi dos años han transcurrido desde que escribí esos párrafos.
Debo admitir que no han perdido actualidad.
La crisis de civilización se ha agravado extraordinariamente y la
estrategia de dominación universal del sistema de poder de los EE.UU.
ha adquirido una agresividad mayor. Afganistán ha sido transformado
en protectorado, pero los dos hombres -Osama Bem Laden y el Mullah Mohamad
Omar- entonces señalados como objetivo prioritario de la guerra no
han sido capturados y su paradero es desconocido. Poco se habla ya de ambos,
y de los talibanes. En el espacio afgano se ha implantado una situación
caótica; fuera de Kabul y de las principales ciudades, las tropas estadounidenses
no controlan el territorio.
Mientras, una nueva guerra, más brutal, aún más trágica
por sus consecuencias, fue emprendida por los EE.UU. (revocando Inglaterra).
El objetivo declarado era el 'desarme' de Irak, acusado de poseer armas de
destrucción masiva, y capturar (o matar) a Saddam Hussein.
Para la humanidad siempre estuvo claro que la motivación de la guerra
era la posesión del petróleo iraquí. La mayoría
se opuso al proyecto. En las mayores ciudades del mundo docenas de millones
de ciudadanos se manifestaron en las calles contra el genocidio en preparación.
La falsedad e hipocresía de la argumentación de Washington eran
tan transparentes que, bajo la presión de los pueblos, el Consejo de
Seguridad -por iniciativa de Francia, con el apoyo de Alemania, Rusia y China-
resistió a las presiones y chantajes sobre él hechas, y los
EE.UU., al optar por la agresión, se colocaron fuera de al ley internacional.
Su cruzada 'libertadora', condenada por el tribunal de la conciencia de los
pueblos, apareció como una sucia y criminal guerra pirata.
Irak fue bombardeado, destruidas sus ciudades, saqueados sus maravillosos
museos que guardaban la memoria de las antiguas civilizaciones de Mesopotamia.
Saddam Hussein no fue sin embargo capturado y se desconoce su paradero.
No fueron encontradas armas de destrucción masiva. Pero la Casa Blanca
y el Pentágono olvidaron esos temas.
Irak fue transformado en protectorado, bajo la gobernación de un
gauleiter norteamericano nombrado por el presidente Bush. Mientras, los EE.UU.
ya han obtenido del Consejo de Seguridad, ahora sumiso, luz verde para (des)gobernar
el país como le de la gana, disponiendo de sus riquezas. La sumisión
de los gobiernos que, en febrero y marzo, se habían opuesto a la guerra
quedará en los anales de la historia como ejemplo de cobardía
y desprecio por la voluntad de leso pueblos. Considerando la ocupación
de Irak un hecho consumado, tratan ahora de obtener un pedazo del botín.
El discurso de la capitulación y la complicidad ha sustituido al discurso
de la protesta contra el crimen, que traducía el clamor de los pueblos.
Las comadres se entendieron. Sin embargo, tienen conciencia de la situación
creada. El ministro ruso de relaciones exteriores, Ivanov, condensó
en pocas palabras el panorama del nuevo orden al referir 'la tendencia a la
construcción (por EE.UU.) de un sistema de relaciones internacionales
basado en la lógica del dominio militar y de las acciones unilaterales'.
Dentro de años - cuando otras calamidades futuras hoy impredecibles
sean ya recuerdos- los historiadores seguramente llamarán la atención
hacia una evidencia: las guerras de agresión emprendidas a inicios
del siglo por el sistema de poder de los EE.UU. han surgido como consecuencia
de la crisis estructural del capitalismo, incapaz de encontrar solución
para ella, como subraya István Mészaros.
Entretanto, el funcionamiento del mecanismo accionado por la lógica
del 'capitalismo senil' -la expresión es de Samir Amin- interpretada
por un sistema de poder monstruoso, amenaza al conjunto de la humanidad. Y
las semillas del fascismo han empezado a germinar.
Las guerras 'preventivas' de los EE.UU. hacen recordar ciertas epidemias.
Cuando empiezan, los efectos de la contaminación no pueden ser previstos.
La defensa de una estrategia planetaria peligrosamente agresiva e irracional
exigió, en el plano interno, medidas drásticas del gobierno,
las que han sacudido fuertemente la estructura institucional del país,
abriendo fisuras por donde avanza el fascismo.
Inmediatamente después del 11 de septiembre, millones de ciudadanos
en los EE.UU. no percibieron que el discurso bushiano contra el terrorismo
funcionaba como anestesia para golpes quirúrgicos que herían
garantías y libertades constitucionales. La destrucción de las
Torres de Manhattan fue invocada a despropósito para justificar una
feroz ola de xenofobia que ha llevado, por ejemplo, a la creación de
tribunales militares para enjuiciar extranjeros sospechosos, a persecuciones
y humillaciones infligidas a inmigrantes musulmanes, a la cacería de
brujas en las universidades, a la eliminación de clásicos de
la literatura en las bibliotecas públicas, a gestos tan simbólicos
de una mentalidad ultrarreaccionaria como la prohibición de la canción
de John Lennon en defensa de la paz.
Gente íntima del presidente, como Cheney, Rumsfeld, Condoleeza Rice,
Perle, ha hecho una contribución importante a la radicalización
de un discurso ideológico de matices cada vez más fascizantes,
aunque algunos de sus autores, por indigencia cultural, no lo perciban. Colin
Powell en la ONU, y generales como Tommy Franks, han ayudado también
a proyectar una imagen del sistema, de su ética y dinámica,
que provoca creciente repulsa de los pueblos.
El engranaje que abre camino al neofascismo no podría, sin embargo,
servir con eficacia a la estrategia de dominación si no dispusiera
como formidable y decisivo instrumento de un sistema mediático que
hoy controla hegemónicamente los media.
El tema ha sido exhaustivamente tratado por autores como Chomsky y Ramonet.
Pero la complejidad y gravedad de los males resultantes del funcionamiento
de esa máquina diabólica hacen indispensable retomar permanentemente
el asunto.
El discurso clásico sobre los EE.UU. como patria de la libertad
de expresión siempre fue montado sobre inverdades; hoy es ridículo.
Las tres grandes cadenas de televisión que emiten noticias durante
las 24 horas -la NBC, la FOX y la CNN- mantienen relaciones íntimas
con el poder.
La gran mayoría de las noticias que difunden son de origen gubernamental
o corporativa. El mantenimiento de las tasas de audiencia exige no solamente
una buena relación con esas fuentes, sino también la inclusión
masiva de noticias sobre asuntos divertidos, episodios de guerras que hagan
la apología del heroísmo estadounidense, un enorme volumen de
informaciones sobre negocios, situación de las empresas transnacionales,
religión, deporte, sexo, comentarios superficiales sobre historia,
ciencia y arte, etc. Y, claro, la eliminación de temas considerados
incómodos por el poder. La campaña supuestamente antiterrorista
promovida por el gobierno respondió inicialmente, por el estilo,
al interés de la aplastante mayoría de los televidentes. Para
alimentarla, las noticias prefabricadas, recibidas de fuentes conectadas con
la contrainformación, se hicieron imprescindibles. 'Ejemplos perfectos
de esa relación -escribe en Counter Punch Peter Phillips, profesor
de Sociología en la universidad de Sonoma-, son los pools periodísticos
convocados por el Pentágono en el Oriente Medio y Washington para transmitir
informaciones programadas sobre la guerra en Irak a grupos seleccionados de
receptores de noticias (periodistas) que las distribuyen después a
diferentes órganos de comunicación'.
Los periodistas que no se someten y se niegan a colaborar de manera servil
con el poder son castigados, directa o indirectamente, o sencillamente despedidos,
aunque sean celebridades, como ocurrió con Geraldo Rivera y el neozelandés
Peter Arnett.
Los montajes destinados a impresionar al público y glorificar las
fuerzas armadas son frecuentes. Los resultados, sin embargo, pueden reservar
sorpresas desagradables al sistema, como ocurrió con el film sobre
el famoso rescate de la soldado Jessica Lynch. La BBC, en un reportaje que
enfureció al Pentágono, ha demostrado a través de testimonios
irrefutables que todo fue forjado en la 'epopeya' que hizo llorar a millones
de estadounidenses. La verdad no tuvo nada de heroica. Los iraquíes,
cuando intentaron entregar por iniciativa propia a la prisionera Jessica a
una unidad militar norteamericana fueron recibidos a tiros. Posteriormente
la fuerza que afirma haberla rescatado entró en un hospital en proceso
de evacuación donde ella se encontraba. No hubo allí combate
alguno; no había tropas iraquíes. El film es una invención
de comienzo a fin. Pero Jessica Lynch ha entrado al panteón de las
heroínas de los EE.UU..
Hoy el acceso del ciudadano estadounidense a noticias objetivas es cada
vez más difícil. 'Lo que existe -la opinión es también
de Peter Phillips- es un sistema noticioso complejo, concebido para entretener
a la gente, que protege su propia esencia, para servir al complejo militar-industrial
más poderoso del mundo'.
En un país donde un abismo cultural separa a las élites del
ciudadano común, la militarización de la sociedad civil, en
expansión, asume proporciones inquietantes.
Según John Gillis -un analista militar respetado- la militarización
de las conciencias pasó a ser imprescindible al buen funcionamiento
del sistema. El establishment trata de preparar a la sociedad civil para la
aceptación de la violencia como fenómeno natural. Mientras el
militarismo era tradicionalmente 'visto como una serie de creencias que se
limitaban a grupos sociales específicos o sectores de la clase gobernante,
la militarización es una serie de mecanismos que involucran todo el
edificio social'.
Jorge Mariscal, miembro del proyecto Yano que combate la militarización
de la educación, afirma en artículo reciente divulgado por
Rebelión, que la vida cotidiana en sus infinitas formas es enmarcada
por ese fenómeno. La militarización avanza en las escuelas.
Contamina la juventud. Una publicidad agresiva, en la televisión, la
prensa escrita, la radio, en carteles presenta a las fuerzas armadas como
una escuela de virtudes. El cuerpo de marines cultiva el autoelogio, presentándose
como una corporación de superhombres. El candidato a recluta, al atravesar
el portal del cuartel lee un mensaje en la pared: 'En el corazón de
cada marine está el espíritu del guerrero, una persona imbuida
del tipo especial de carácter personal que ha definido la grandeza
y el éxito durante siglos. Y en esta organización serás
considerado como parte de la familia. Eres especial, eres un luchador, te
cuidaremos'.
Lo primario del mensaje ayuda a comprender la mentalidad de la tropa de
élite de la US Navy.
La militarización de la sociedad es acompañada de un discurso
político que transforma en virtudes la dureza, la insensibilidad y
un concepto prusiano de la disciplina. La tesis del 'letal y compasivo' ilumina
bien las contradicciones de una mentalidad patológica. Rumsfeld dice
que las fuerzas armadas de los EE.UU. son las más 'efectivas y destructivas'
de la historia, pero al propio tiempo las más preocupadas por evitar
muertes civiles' La realidad desmiente la afirmación. Petrer Mass,
en artículo publicado por el The New York Times, cuenta que cerca de
Bagdad, el comandante de un escuadrón, cuando sus hombres dispararon
contra vehículos civiles, gritó: 'Mis hombres no fueron clementes.
!Formidable!'
El sargento Jeff Lujan, que ordenó a sus soldados que abriesen fuego
en un punto de control contra un camión civil en que viajaban una
mujer y dos niñas, matando a las tres, comentó: 'Me he resignado.
Hicimos lo correcto, aunque fue erróneo'. El episodio, como muchos
otros, similares, fue igualmente relatado por el The New York Times.
El lema del 'letal y compasivo' ha inspirado una sub-literatura de guerra
orientada a la apología del 'humanismo americano'. El caso del niño
iraquí, amputado de brazos y piernas que fue internado en un hospital
de Kuwait para que le colocaron prótesis, es bien expresivo de la hipocresía
subyacente a ese falso humanismo. Toda la familia del muchacho murió
en el bombardeo, pero eso fue olvidado.
En las grandes ciudades de los EE.UU., entre la juventud de los barrios
de la clase media suburbana, una diversión de moda es el painball
-un juego brutal durante el cual los participantes luchan salvajemente. Del
choque hace parte la muerte simulada. En San Diego, los adeptos al painball
pagan 50 dólares por intervenir en los juegos que se efectúan
en la base de los marines.
El presidente Bush considera 'viriles' esos juegos. No es por casualidad
que, para estimular el espíritu marcial, le guste discursar en bases
militares, fábricas de armamentos y portaaviones.
Un intelectual serio, James Carroll, publicó en el Boston Globe,
en la edición del 22 de abril p.p. un lúcido artículo
titulado 'Una nación perdida', en el cual llama la atención
de sus compatriotas a las consecuencias dramáticas de la política
desinformativa que manipula las conciencias para presentar como acto legitimo
y necesario una guerra criminal.
'Las celebraciones fotográficas -escribió- de nuestros jóvenes
guerreros, las glorificaciones de los prisioneros estadounidenses liberados,
los heroicos rituales de los muertos en la guerra asumen el carácter
de una burda explotación de los hombres y mujeres en uniforme. Primero
fueron llevados a actuar en circunstancias dudosas, y ahora ellos mismos son
convertidos en mitos como su principal justificación post facto -como
si Estados Unidos hubiese ido a Irak no para capturar a Saddam Hussein (desaparecido),
o para eliminar las armas de destrucción masiva (que no están),
o para salvar el pueblo iraquí (caos), sino para 'apoyar a sus soldados'.
Así la guerra se convierte en su propia justificación. Tal
confusión sobre un punto de tanta gravedad, como los demás,
denota una nación perdida'.
Denuncias como la de James Carroll son felizmente numerosas en los EE.UU..
Una parcela ponderable de su pueblo se opuso a la guerra y combate en defensa
de la paz contra la política de militarización del planeta.
La contribución de norteamericanos progresistas y valientes como
Ramsey Clark y Noam Chomsky -dos ejemplos expresivos- es un hecho muy importante
para la comprensión del peligro fascista y del funcionamiento de
un sistema que pasa sobre la constitución para suprimir derechos y
libertades. Que no haya sin embargo ilusiones. El capitalismo no ha entrado,
lejos de ello, en la agonía. Precisamente por no tener soluciones
para la crisis se ha hecho más agresivo y trata, a través de
las llamadas 'guerras preventivas', de evitar un colapso sistémico
que provocaría un espantoso caos. Incapaces de revertir por medios
clásicos el brutal debilitamiento de su economía, los EE.UU.,
motor del capitalismo mundial, optan, en el marco de su politiza de dominación
planetaria, por aventuras guerreras de pillaje de recursos naturales, como
las de Afganistán e Irak, que le han permitido al propio tiempo asumir
el control de áreas de Asia de enorme importancia estratégica.
Los epígonos de la Casa Blanca intentan encontrar una lógica
en los actos de la Administración Bush, condenados por la conciencia
de los pueblos. Buscan lo imposible, porque la irracionalidad marca ya el
funcionamiento del sistema.
El grupo llamado de la Cabala, que hoy controla el poder en los EE.UU.,
se comporta ya como los aprendices de brujo. Sembró tempestades de
efectos impredecibles. Pero el espectáculo del caos iraquí
no le detuvo la agresividad. Amenaza a Siria, la insurrección colombiana,
Corea del Norte, Cuba.
Irán es blanco de amenazas y provocaciones insistentes. Las acusaciones
repiten, sin creatividad, las que han precedido la agresión al pueblo
iraquí. El gobierno de la milenaria patria de Darío y Cosroes
es acusado de desarrollar capacidades nucleares, de almacenar armas de exterminio
masivo y de complicidades con la red Al Qaeda. El disco trae a la memoria
los de la propaganda nazi, cuando Hitler, en vísperas de invasiones,
presentaba pequeños países como amenazas a la seguridad del
III Reich.
La realidad es invertida. Una organización tan cautelosa como Amnistía
Internacional en su informe anual acaba de subrayar que la inseguridad en
el mundo ha aumentado peligrosamente desde el 11 de septiembre y que la
responsabilidad es de los EE.UU.. Su política de combate al terrorismo,
en vez de reducirlo, ha contribuido decisivamente a diseminarlo y estimularlo.
En materia de derechos humanos, EE.UU., que insiste en presentarse como su
gran defensor, los viola permanentemente como reconoce Amnistía Internacional.
La Base de Guantánamo ha sido convertida en un campo de prisioneros
en el cual el empleo de la tortura es tema de denuncias constantes.
De Washington llegan noticias de choques personales en el equipo presidencial.
Dimisiones como la de Ari Flescher, el vocero de la Casa Blanca, han suscitado
una ola de especulaciones. En el triángulo Departamento de Estado-CIA-Pentágono
la estrategia de las 'guerras preventivas' habría dejado de ser consensual.
Estamos ante rumores. No merecen la atención que se les viene prestando.
Sin embargo, es natural que en Washington las fuerzas que controlan el poder
empiecen a comprender que la ocupación de las grandes ciudades de
Irak no puso fin a la guerra. En los últimos días militares
estadounidenses han sido muertos en diferentes lugares. La resistencia del
pueblo iraquí al ocupante se organiza. Una guerra larga se dibuja en
el horizonte. El fantasma de un Vietnam árabe perturba ya el sueño
de los generales del Pentágono. Grandes peligros se anuncian. Pero
el gigante norteamericano tiene pies de barro. Los mecanismos predatorios
de la globalización neoliberal no bastan para resolver la crisis estructural
de un capitalismo enfermo. Con la peculiaridad de que el mal es incurable.
Mientras la crisis de civilización se profundiza, la tarea prioritaria
para las fuerzas progresistas y democráticas en todo el mundo es
enfrentar, con firmeza y lucidez, la amenaza -es decir, la estrategia neofascista
de un sistema de poder que aspira a militarizar el planeta, reduciéndolo
al status de protectorado.
Entretanto, el proceso de militarización y fascización de
la sociedad estadounidense prosigue. Y esa realidad no puede ser ignorada.
Publicado en la revista mensual Globalización ISSN 1605 - 5519
BRIEF HISTORICAL INTRODUCTION OF TERRORISM AND
FASCISM
By Franz J. T. Lee
CONCERNING FASCISM: PAST AND PRESENT: ARE THE USA TERRORIST?
1. What is Terrorism? Who is a Terrorist?
Let the historic, historical “facts” speak! Not because they are “true” or
“false”, “right” or “wrong”, because we “agree” or “disagree”, simply because
they are neither the one nor the other, because they excel, because they
transcend lies, religion, ideology, double-think, newspeak, “wars of ideas”,
disinformation and infowarfare.
Physical and mental terrorism are not new “discoveries”; they are simply
millennia-old, patrian “facts”, inherent in the very labour system, whether
they are patrian products of rational labour — that exploits, dominates,
discriminates, militarizes or alienates — or whether they are exactly the
opposite, that is, physical and intellectual labour forces, that are being
exploited, dominated, discriminated, militarized and alienated. This, Rational,
Intellectual and Physical Labour, is the “Unholy Trinity” of Global Terrorism.
Hence, the myths around “terrorism” have to be detonated; the mental holocaust,
the master-slave mentality, has to be eradicated, has to be excelled! But
at first, let us look at some adjacent, “less evil” myths!
Myths of the “Happy End”, of the “best democracy, constitution or laws” in
the Universe, of the “civilized nature” of Europeans and Americans, of the
“historic forward” march towards “development”, “progress”, “humanity”, “human
rights”, freedom, equality, patriotism, fraternity, justice, peace, nirvana,
heaven — in reality, like anything else in the patria, as a result of competition,
monopoly, concentration, of new world wars: it is the Genocidal Highway,
the Via Crucis towards Galactic Death! If you want to know anything about
any thing, living or dead, in universal, fomal-logical, spatial-temporal
mode, just study its totality, its relations, its history. In this case,
if you want to know the Quo Vadis? of Humanity, just recollect its own labour
history, across the last millennia, its perverse, natural essence and its
terrorist social existence.
Only in this way, it becomes as clear as broad daylight what is happening
now, and what will soon occur on planet Earth. It happened so many times
already, it becomes more contradictory, more violent, more terroristic, along
every millimetre, every millisecond, of its inexorable, eternal, alienating
Calvary and Golgotha. I need not repeat that the ancient slave-owning ruling
classes of the Mediterranean region, from Egypt to Hellas, were socially
terrorizing their “speaking-tools” and “barbarians”, also not the slave revolts,
and how brutally they were “nipped in the bud”. Also, I need not repeat the
ruling class horror and terror meted out by Nero, Caligula, the arrogant
nobility and ignorant clergy against the women, heretics, serfs and “bums”;
the Inquisition, the burning on the stake, the Thousand Years’ War, the Crusades
against Bin Laden’s forefathers, etc.; that was the Quo vadis?, the “future”
of Pericles’ “Golden Age”!
Furthermore, I need not remind you of Robespierre, Danton, the guillotine,
the “Reign of Terror”, to verify how this world order was born; it is not
necessary to explain how Europe treated the “Blackamoors”, the Jews, the
African slaves, the pagans, natives, savages, indigenas of the colonial world.
This was the “future”, the Quo vadis?, of the absolutist, feudalist “Dark
Ages”! Finally, I need not explain to you all the intra-imperialist wars
of the 18th, 19th and 20th centuries, and the horror and terror that resulted
— the millions who had to believe in “civilization” and “christianity”, “real
socialism”, “national socialism”, “fascism”, in liberal and monopoly capitalism.
This was the “future”, the Quo vadis?, of the “French Revolution” and the
“Industrial Revolution”!
What I explained above is the transhistoric algebra of “Hope”, of the “Happy
End”, of the “Great Society”, of the “Classless Society”, of “Democracy”,
of “Globalization”, of “World Peace”, of “Freedom”. Now, certainly, in a
closed, universal system, “everything is possible”, provided that it is related
to the Labour Moloch, nonetheless, there are no scientific or philosophic
reasons, to “believe” why internally, systemically, systematically, any other
type of change could or would come, except the very acceleration, refinement
and globalization of terrorism, of alienation per se.
The transhistoric “facts” speak for themselves, and they portray the very
“future” of mankind, of the species Man, split up eternally into homo homini
lupus and homo labora. About creator emancipatora, who is neither the one
nor the other, even if it/she/he includes them, we’ll speak in another transhistoric
context.
The patrix of patrian terror and terrorism, its fons et origo, is located
in the brutal, perverse non-relation Nature and Society, in Labour, in Alienation.
This brutal, perverse non-relation in its spatial-temporal “progress” and
“development” unfolds itself as home land terrorist economic exploitation,
terrorist political domination, terrorist social discrimination, terrorist
global militarization, terrorist human alienation in toto. Its galactic spearhead,
at this moment, is the Globofascism alias Globalization of the United States
of America, and the coming United States of Eurasia. Fazit:
Anybody who studies Science a n d Philosophy, Political Economy, Sociology,
Psychology, History and Logics, would know with natural-social precision
the Quo vadis? of the Patria, of Labour, of Alienation, of Mankind, of Terror,
of Terrorism. You could follow the terror, the terrorist trail, from the
“speaking tools”, across the “barbarians”, the “witches” and “pagans”, to
the “natives” and “indigenas”, to the “communists”, “Jews”, “Arabs” and “terrorists”,
from Spartacus to Bin Laden.
Frantz Omar Fanon’s Theory of Counter-Violence
Like Malcolm X, Frantz Omar Fanon (1925-61) had a relatively short life (both
died before their 40th birthday); those that the revolutionary gods love,
die very young; the ones that live very long, at first, with the divine wrath
of Jahwe, the gods drive them crazy, and then, they destroy them; yet with
his two major works, “Black Skin, White Masks” (Original Title: “An Essay
for the Disalienation of Blacks, “1952) and The Wretched of the Earth (1961),
Fanon entered the sonorous calendar of world political classics.
This was not accidental; he simply lived at a turning point of universal,
patrian history — in the epoch of “decolonization”, in fact, of the “Dollarization”
of United States Neo-Colonization of the “Third World”, especially of Africa
and Latin America — and thus he precisely expressed the deepest “postcolonial”,
wretched sentiments of that evil era of capitalist terror and imperialist
terrorism of all the renowned democratic, McCarthic, fascist, racist, apartheid,
zionist, real socialist and Stalinist communist species. As the result of
centuries of religious, racial prejudice, of racism, it was the era of self-identification
of the colonial peoples of Africa, Asia, America, the Caribbean and Oceania.
Logically, their revolutionary spokes(wo)men, like Che Guevara, Winnie Mandela
or Frantz Fanon, were members of the upper, privileged, colonial social groups,
who were committing class suicide, and were intellectually able to formulate
the colonial horror and imperialist terror of economic exploitation, political
domination, social discrimination, genocidal militarization and human alienation
of billions of slaves, wage slaves, declassed lumpen-beggars, unemployed
and dehumanized “bums”, “coolies”, “kaffirs”, “camel-drivers”, “slit-eyes”,
etc.
Coming from a middle-class family in the French colony of Martinique, in
France itself, in 1943, Frantz Fanon — who later married a Frenchwoman, Jose
Duble — fought with the Free French in World War II against Nazi terrorism.
After the war, he studied medicine and psychiatry in Lyon; at the same time,
he was analysing the devastating psychological effects of racism, religion,
ideology and colonization on the minds of the oppressed peoples, the production
of a slave mentality, of inferiority complexes, traumas and of syndromes
— in other words, he was studying the terrorist mental holocaust — a cardinal,
capital crime for which there is no reparation — that was launched against
the billions of wretched physical labourers, that Christian, Civilized, Western
Europe had left behind in the whole god forsaken colonial world, and in the
ghettos of the metropolitan countries.
That what Fanon experienced in racist France, the social discriminatory practices
of Arthur de Gobineau’s theories, led him to develop his own psychological
theories about capitalist-colonial, oppressive, repressive culture. Existentially,
somehow pin-pointed here, he argued that European hegemony, arrogance and
racial prejudice generated pathological constructs that blindfold the colonized,
especially the “Black” man, and thus subject them to “White” universalized
norms, that erase their identity and history, thus, controlling their acts
and thoughts, and alienating them from themselves, and, as a horror result,
all these produce an army of disoriented, mindless, senseless, crazy zombies
that nilly-willy crawl around on the planet.
Of course, in the marginalized ghettos of the metropolitan countries the
very same decaying process set in. Age-old “mind control”, education for
“barbarians”, and for barbarism, disinformation, infowarfare and newspeak,
the epidemic of intellectual terrorism, this inquisitorial mental holocaust,
all were all part and parcel of the horrendous metropolitan accumulation
of capital, profits, wealth, privilege and power. For now, let’s forget the
“positive”, lean crumbs that fell from the fattened master’s opulent table,
that is, the fortuitous, collateral “benefits” that, in the Microsoft spirit
of today, liberally and charitably were donated to the pauperized slaves
— “culture”, the three or eight “R’s”, “reason”, roads, railways, radios,
“religion”, rule, rape, “revolution”, etc.
Talking about the three R’s — reading, ‘riting and ‘rithmetic (formal logics)
—, about Language, for Fanon, being colonized by language, English, French,
German or Spanish, has far-reaching, terrible, terroristic consequences for
the “speaking tools”, for the slave’s psyche and consciousness. He stated:
“To speak . . . means above all to assume a culture, to support the weight
of a civilization” (Black Skin, White Masks, BSWM, pp. 17-18). Speaking French,
implies that an Algerian Arab is coerced into accepting the collective ruling
class consciousness, traditions, culture, also Father Christmas, of the French
capitalist society that identifies blackness with “absolute evil” (Chirac),
with sin, with the devil; hence, the African dons a white mask, becomes more
“white”, more “French”, than the creme de la creme of Paris themselves.
Thus European cultural values are internalized, or even “epidermalized” into
a virtual consciousness, into a type of schizophrenic “cognitive dissonance”,
into a fatal disjuncture between the “black” (wo)man’s social consciousness
and his corporeal reality; thus necessarily (s)he becomes alienated from
her/himself, loses her/himself, her/his very human identity, and consequently
leads a virtual, chimerical life in a limbo of nowhere. In fact, Fanon gives
a dialectical explanation of the interdependence of “whites” and “blacks”,
of the non-relation between the “A’s” and “Non-A’s”: for its stability, the
affirmation “white” depends on its negation “black”; neither one exists without
the other; both originated in colonialism, in imperialist conquest, and both
should perish in revolutionary self-destruction, in emancipatory counter-violence.
In 1953, at the time of the outbreak of the Algerian revolution for
national independence, Fanon became Head of the Psychiatry Department at
the Blida-Joinville Hospital in Algeria. There he learned about the real
empirical horror and concrete terror, about the absolute evil of French imperialism,
about the brutal torture of his patients, told to him by both the torturers
and the victims. He was so shocked that he immediately resigned from government
services and joined the National Liberation Front of Algeria (FLN).
Concerning disinformation, the “war of ideas” (Bush), mind and thought control,
“decerebralization of Arabs”, of their “despinalization”, of their “education”,
in his letter of resignation to the French government, Fanon wrote: “If psychiatry
is the medical technique that aims to enable man no longer to be a stranger
to his environment, I owe it to myself to affirm that the Arab, permanently
an alien in his own country, lives in a state of absolute depersonalization.
. . . The events in Algeria are the logical consequence of an abortive attempt
to decerebralize a people” (Toward the African Revolution, p.53).
He fled to Tunisia, where he worked for the liberation movement; later he
became Ambassador to Ghana for the Provisional Algerian Government. Partially,
as a result of attempts on his life, which he escaped half-maimed, while
in Ghana, Fanon developed leukaemia, while he was writing “The Wretched of
the Earth”, which was published by Jean-Paul Sartre in the year of his death;
he died at the National Institutes of Health in Bethesda, Maryland, on December
6, 1961. At his request, he was buried in Algeria with honours by the Algerian
Nation. Now, concerning our central topic Counter-Violence versus Terrorism,
what did Fanon say in “The Wretched of the Earth”? By the way, its title
is taken from the second line of “The Internationale,” the communist anthem
(“Arise, ye wretched of the earth!”). There he developed the Arab Manichaean
perspective, a theory of Persian origin, of the antagonism between “good”
and “evil”, that was already implicit in his previous work, BSWM.
To overcome the formal-logical, racist binary system (black = bad; white
= good), Fanon suggested the creation of an entire new world, “to build a
new world from scratch” (Carl Zimmerman), free from the past colonial, capitalist,
imperialist terror: total revolution, in Fanon’s words, “absolute violence”
(p.37), that would destroy both categories: white and black, creating a world
in which neither whites nor blacks would ever live again. According to him,
strongly influenced by the FLN, and guided by his wrath against the vice,
greed and politicking of the African nationalist comprador bourgeoisie, the
true revolutionaries could only come from the vanguard of peasants, or “fellaheen.”
He considered that all other classes, including the small urban proletariat,
enjoyed the benefits of French imperialism, and thus, they would never ever
support the African revolution whole-heartedly. Now, in his famous book,
universally, internally, how did he explain dialectically “emancipatory violence”,
the “purification”, the collective auto-destruction — Hegel would say: Dialektische
Selbst-Aufhebung — ?
“While the settler or the policeman has the right the livelong day to strike
the native, to insult him and to make him crawl to them, you will see the
native reaching for his knife at the slightest hostile or aggressive glance
cast on him by another native; for the last resort of the native is to defend
his personality vis-à-vis his brother ...
Thus collective autodestruction in a very concrete form is one of the ways
in which the native’s muscular tension is set free. All these patterns of
conduct are those of the death reflex when faced with danger, a suicidal
behaviour which proves to the settler (whose existence and domination are
by them all the more justified) that these men are not reasonable human beings.”
(p. 54) How the African and Arab revolutionary should release his built-up
tension, Fanon described as follows: “The native’s relaxation [in dance]
takes precisely the form of a muscular orgy in which the most acute aggressivity
and the most impelling violence are canalized, transformed, and conjured
away ... There are no limits — for in reality the purpose in coming together
is to allow the accumulated libido, the hampered aggressivity, to dissolve
as in a volcanic eruption.” (p. 57)
The premise of this theory of counter-violence, he summarized as follows:
“decolonization is always a violent phenomenon” (p. 35). And, from it, he
derived the following: the struggle for power in colonized states, that were
created and maintained by social violence, will be resolved only through
violent struggle, that would reverse the power relations on the globe. Finally,
what did he conclude from this? “Violence alone, violence committed by the
people, violence organized and educated by its leaders, makes it possible
for the masses to understand social truths and gives the key to them. Without
that struggle, without that knowledge of the practice of action, there’s
nothing but a fancy-dress parade and the blare of the trumpets.” (p. 147)
Now, if the essential part of Fanon’s book was emancipatory violence, the
existential section dealt with the theoretical, philosophic explanation of
colonialism and neo-colonialism in all parts of the globe: its megalomania,
corruption, intrigues, conspiracies, genocide, manipulation, indoctrination,
mind control. Fanon, who did not even want to address Europe and America
anymore, advocated that to liberate Algeria, Africa and the rest of the “Third
World”, individually and socially, self-defence, revolutionary counter-violence,
as remedy of all the psychological and physical damage caused by colonialism
and imperialism on a global scale.
Leaving his personal experiences aside for the moment, which are already
sufficient to arrive at such “radical” conclusions, his emancipatory thesis,
as expressed in his notion of the cathartic effect of counter-violence, of
this “cleansing force”, of this “royal pardon”, was, that decolonization
could not be victorious, if the “wretched” would not seize political power
from the “colonizers”, by means of a violent liberation struggle, if every
individual would not participate in this healing process, to expunge her/himself
from the evils of colonialism and imperialism, from the sado-masochistic
relations, inferiority complexes, auto-aggression, envy of colonial privileges,
of master and servant relations, of the slave mentality, etc.
Here, he insisted that everyone must take a bite in the bitter Arab, Manichaean
apple, to discover the emancipatory proof by eating the sour colonial racist
pudding all by oneself. Furthermore, he criticized Eurocentric Marxism, which
did not analyse and which failed to include the “wretched classes”, the “scum
of the earth”, in its revolutionary theory. Surely, as patrian history has
verified already, only with peasants, with the peasant revolution, the downtrodden
also will never ever be emancipated in this transitional postcapitalist world.
In one thing Fanon was crystal-clear, no ruling class ever in history has
stepped down from its exploitative, dominating, discriminating, militarizing,
alienating, royal throne; it got up there via terrorist social and state
violence, and only as such it can be dethroned, be kicked into emancipatory
oblivion. This is a lesson that Big Brother, the USA, especially the “true
Americans”, more than ever should learn very fast today, here and now; otherwise,
the “obsolete”, old Marx will be verified dramatically, traumatically, tragically:
We all will have a horrible, horrendous, terrorist, globofascist “Happy End”;
we all will end up not in auto-destructive catharsis, but in hopeless, savage
barbarism.
For further more detailed information concerning Frantz Fanon, kindly visit
our Pandemonium Transversity, at:
2. CONCERNING FASCISM: PAST AND PRESENT
ARE THE USA TERRORIST?
A brief explanation why we use the term “fascist” to determine the current
quintessence of the USA.
Firstly, historically, fascism appeared at a certain stage of European
capital accumulation and imperialism, mainly before and during the Second
World War, 1919-45. It was characterized as a politico-ideological mass movement
that dominated many parts of central, southern, and eastern Europe; its global
venom also reached Western Europe, the United States, South Africa, Japan,
Latin America, and the Middle East.
Secondly, in Italy, Benito Mussolini coined the concept “fascism”, as name
of his party, taken from Latin “fasces” which means a bundle of elm or birch
rods, containing an axe, that originally was used as a symbol of penal authority
in the Roman Empire.
Thirdly, to be able to classify the USA, we should note that the various
fascist parties had multifarious differences, but all of them expressed certain
common characteristics: an extreme military nationalism, a contempt for electoral
democracy, human rights and civil liberties, political and cultural liberalism,
furthermore, authoritarian, totalitarian rule of elites, corporatism, the
belief in a natural, civilized, socialdarwinian hierarchy, social discrimination
and racism, terrorism and genocide, anti-communism, and the strong desire
to create a homeland, a Volksgemeinschaft, a people’s community, in which
individual interests would be sacrificed to the well-being of the Volk, of
the nation, but also in a World Empire, a Reich.
Finally, basically the contemporary USA qualifies for most, when not all,
of these attributes, to be safely classified scientifically as fascist. By
the way, although not exactly Corporate America, yet the general aim was
to establish a large assembly of management-controlled corporations, or a
“corporatist parliament,” that would replace all independent organizations
of workers and employers.
This “parliament” would then organize a Nazi “Strength Through Joy” workers’
program. Extensive corporatist legislation, patriot acts, created government-controlled
unions and outlawed strikes. In reality, fascist corporatism was used to
destroy the labour movements and to suppress political especially socialist
and communist dissent. Later, even Croatian, Russian, Argentine, Brazilian,
and Chilean fascism had proposed corporatist solutions to labour-management
strife.
Surely, quintessentially, fascism — as economic exploitation, political domination,
social discrimination, genocidal militarism and dehumanizing alienation —
is inherent in capitalism and imperialism in the era of their decay and transitional
demise, certainly, it is not an accident, not the whim or caprice of “Führer”,
it is the real, true grimace of democracy, of the world system in agony.
http://www.franz-lee.org/files/stardustfr2.htm
I SEMINARIO INTERNACIONAL
DE ESTUDIOS PENALES Y CRIMINOLOGICOS
Del 12 al 15 de Noviembre del 2002 / Colegio de Abogados / Mérida-Venezuela.
Universidad de Los Andes / Defensoría del Pueblo del Estado
Mérida / Centro de Estudios Jurídicos Criminológicos
y Sociales (CEJUCS), Centro de Investigaciones Penales y Criminológicos
(CENIPEC) / Fiscalía General de la República / Fundación
del Niño del Estado Mérida / Amnistía Internacional.
Sesión: Miércoles, 13 de Noviembre, 2002.
Ponente: Jutta Schmitt M.A.
Conferencia Magistral:
Rompiendo los Mitos: Genocidio y Racismo – las dos Caras del Orden Económico real-existente
Introducción
En esta contribución al Primer Seminario de Estudios Penales y Criminológicos
vamos a hablar sobre un género de crímen que, de algun modo,
oscila entre la categoría de “genocidio” y la del “crimen de lesa
humanidad”, por cuanto comprende actos de hostilidad y exterminio de las
más diversas apariencias, como enumeradas en ambas categorías.
Vamos a tratar de dilucidar la estrecha relación que existe entre
este tipo de crímen, el fenómeno del racismo, y un orden económico
mundialmente establecido que históricamente ha sido conocido como
el capitalismo o el modo de producción capitalista. No será
fácil tratar sobre un tema de tan alta complejidad en un tiempo relativamente
breve; por ende enfatizamos que aquí no podemos presentar una investigación
exhaustiva al respecto, sino más bien una aproximación, resaltando
de manera sintetizada los aspectos más importantes según nuestro
criterio.
Antes de entrar en la presentación de nuestra problemática,
es pertinente señalar las definiciones correspondientes a los términos
“genocidio” y “crímen de lesa humanidad”. En el Artículo 6
del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, aprobado el 17 de Julio
de 1998, se define el termino “genocidio” en las siguientes palabras:
“A los efectos del presente Estatuto, se entenderá
por "genocidio" cualquiera de los actos mencionados a continuación,
perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un
grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal: a) Matanza de
miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física
o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo
a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física,
total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del
grupo; e) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.”
(1)
En el Artículo 7 del mismo Estatuto, se define el término de
“crímen de lesa humanidad” de la manera siguiente:
“A los efectos del presente Estatuto, se entenderá
por "crimen de lesa humanidad" cualquiera de los actos siguientes cuando
se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra
una población civil y con conocimiento de dicho ataque: a) Asesinato;
b) Exterminio; c) Esclavitud; d) Deportación o traslado forzoso de
población; e) Encarcelación u otra privación grave de
la libertad física en violación de normas fundamentales de
derecho internacional; f) Tortura; g) Violación, esclavitud sexual,
prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada
o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable; h) Persecución
de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos,
raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos (...), i) Desaparición
forzada de personas; j) El crimen de apartheid; k) Otros actos inhumanos
de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos
o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental
o física.” (2)
Si examinamos, aunque someramente, la historia del orden económico
establecido a escala global - el mercado mundial - nos encontramos con que,
desde un principio, éste ha sido vinculado, en gran medida, a casi
todos los actos atroces enumerados tanto bajo el concepto del genocidio como
él del crimen de lesa humanidad, sin que este hecho histórico
haya, en medida significante, penetrado la consciencia social del mundo perpetrador
de tales crímenes, ni tampoco la del mundo víctima. Testimonio
de ésto es el hecho de la omnipresencia, perseverancia y virulencia
del racismo en todas las esferas sociales tanto de los países que
constituyen el hoy denominado mundo “altamente tecnologizado, avanzado”,
como de los propios países que conforman el eufemísticamente
llamado mundo “en vías de desarollo” – racismo, que ha contribuido
y seguirá contribuyendo, como explicaremos a lo largo de nuestra exposición,
a la aniquilación de la gran mayoría de aquellos habitantes
de este planeta, cuya fuerza de trabajo física históricamente
ha contribuido a construir inmensas riquezas que no están a su alcanze,
y la cual hoy ya no tiene significancia económica ante la plena realización
a escala global o “globalización” del modo de producción capitalista,
que es, al mismo tiempo, su agonía.
En lo que sigue vamos de manera altamente sintetizada y necesariamente simplificada,
primero, romper el mito de la existencia perpetua del actual modo de producción
y señalar tanto las tendencias que apuntan hacia su destrucción
y/o superación, como también las nefastas consequencias de
éstas para una gran parte de la población mundial; segundo,
romper el mito de que el genocidio es una especie de “accidente aberrante”
en la historia humana y revelar su continuidad histórica, vinculada
al racismo; y tercero, romper el mito de que el racismo es un problema “sui
generis”, supuestamente desvinculado del propio modo de producción
capitalista, señalando su función ideológica de racionalizar
no sólo la explotación económica sino el exterminio
de la fuerza de trabajo físico-humana, superflua.
1. Diagnóstico del ámbito económico:
Desaparición de un modo de producción
La historia del ser humano con todas sus expresiones, distorsiones y perversiones
en el plano económico, político y social, es la historia del
trabajo humano, la historia de la reproducción y producción
material del ser humano, que no es otra cosa que la historia de la relación
de la sociedad hacia la naturaleza, relación que ha atravesado diferentes
niveles, étapas o “modos” de producción, comenzando aquél
en que nos encontramos todavía hoy – el modo de producción
capitalista - con la constitución del mercado mundial a partir de
los siglos 15/16 que procedió a la sistemática explotación
del trabajo físico y de los recursos naturales y su organización
eficaz a nivel internacional. 5 siglos después, en este momento preciso
de la historia del trabajo humano, estamos presenciando cómo la explotación
del trabajo físico y de los recursos naturales en función de
la producción de ganancias – características eminentes de lo
que ha sido el modo de producción capitalista - están progresivamente
siendo sustituidos por la explotación del trabajo intelectual y de
los recursos sociales. (3)
En la dinámica propia del capitalismo de constantes innovaciones y
revoluciones tecnológicas, la fuerza de trabajo física ha sido
desplazada por máquinas a escala cada vez más amplia y sofisticada,
y algo similar ocurre con los recursos naturales, el valor de cambio de los
cuales está en constante declive y que se verán progresivamente
reemplazados por la creación de nuevos géneros de recursos
y materiales semi-artificiales y artificales. Las revoluciones tecnológicas
y el progresivo reemplazamiento de la fuerza de trabajo física han
sido acompañados por una inmensa centralización y concentración
de capital a nivel global, expresada en el “corporatismo”, con la economía
mundial dominada por unas 200 corporaciones – a su vez dominadas por corporaciones
basadas en los EEUU - que participan con un 27,5 por ciento en la actividad
económica mundial, mientras que emplean un mero 0.78 por ciento de
la fuerza de trabajo total, global. (4) Las grandes corporaciones han incidido
en la aceleración de los procesos de liberalización de comercio
y finanzas que les brindan libertades considerables para perseguir sus ganancias
a nivel internacional, al igual que también en la aceleración
de las fusiones para poder mantener su competitividad en el mercado global.
(5) Notablemente, todas estas tendencias hacia la obsoletización
completa de la fuerza de trabajo física y la eliminación de
la competencia en el mercado por monopolios y oligopolios apuntan hacia una
final implosión violenta de la producción de ganancias, con
nefastos consequencias para el entero sistema económico y social a
nivel mundial. Una especie de sombra de tan siniestro futuro ya se está
haciendo visible en forma de la actual crisis económica y financiera
mundial con su militarización de las economías y de lo que
queda de las propias “relaciones internacionales” hacia un fascismo mundializado
o globofascismo. (6) Aunado a ésto y muy en contraste con las
constantes y cada vez más aceleradas revoluciones tecnológicas,
se empieza a hacer sentir la aguda ausencia de una revolución energética,
para prevenir y superar a tiempo el previsible colapso del abastecimiento
energético-fósil convencional, el cual llegará a su
fín en menos de medio siglo (7) , y el cual también oscurece
con su sombra bélica a nuestro presente inmediato.
Resumiendo en pocas palabras el cuadro presentado, consta, que el modo de
producción capitalista, que no es otra cosa que la producción
de ganancias y destrucción tanto de la fuerza de trabajo físico-humana
como de los recursos naturales, está llegando a su plena realización.
Esto significa la total penetración de todos los espacios y tiempos
históricos, homogeneizando y simultaneizando todos los relictos de
modos de producción anteriores al capitalismo todavía coexistentes
en términos del desarrollo igual, desigual y combinado, equivalente
a la superación de los dos parámetros clásicos del capitalismo,
por medio de los cuales se ha medido el valor de la fuerza de trabajo física,
dirigida hacia la explotación de los recursos naturales ubicados en
la geografía del planeta tierra: el tiempo y el espacio. Vale decir,
que esta realización plena del capitalismo a escala mundial equivale
a su agonía, a su cambio radical hacia la predominancia de la explotación
del trabajo intelectual (no necesariamente medible en parámetros de
tiempo) y de los recursos sociales (no necesariamente ubicables en términos
de espacio).
Ahora bien, la expresión de esta fase de un modo de producción
agonizante, que o bien perece con todos sus componentes o bien queda superado
en un cambio radical hacia un nuevo modo de – creación - emergente,
la vemos perfilarse con claridad en nuestro presente: la destrucción
feróz y despiadada de lo que ya no sirve en miras al horizonte del
trabajo intelectual: la gran reserva de fuerza de trabajo físico-humana
superflua, inútil. Así que, y entrando en nuestro próximo
punto de análisis, el modo de producción capitalista se despide
tal y como ha entrado a su existencia: con las manos llenos de sangre.
2. Breve sumario histórico de los genocidios cometidos
por orden económico-social; origen y función del racismo
El “descubrimiento” de América y el colonialismo subsiguiente marcaron
el comienzo de la constitución del mercado mundial a partir de los
siglos 15/16, la cual precede el propio despegue del modo de producción
capitalista en los países de Europa occidental, posible en gran medida
a costas del hoy llamado “Tercer Mundo”, cuyos propios procesos económicos,
políticos y sociales fueron brutalmente interrumpidos y condenados
al estancamiento por no decir al retroceso. Esta constitución originaria
del mercado mundial bajo la forma del colonialismo empieza con y se caracteriza
por el genocidio de los pueblos Americanos, de los cuales 12 millones de
personas perecieron dentro de los primeros 40 años después
del “descubrimiento” por Colón. (8) En relación a los pueblos
Africanos se estima, que en el marco del genocidio que fue el nefasto comercio
de esclavos transatlántico, perecieron unos 200 millones de Africanos.
(9)
Existe una relación histórica directa entre la inmensa riqueza
robada y extraída por medio del trabajo esclavizado y forzado de las
colonias, la acumulación del capital comercial y financiero y la creación
de condiciones objetivas favorables que posibilitaron la revolución
industrial en Europa occidental. (10) Ahora, en aquél período
histórico, dentro del marco del emergente modo de producción
capitalista, la fuerza de trabajo físico-humana experimentó
un cambio en cuanto que ya no estaba exclusivamente destinada a la producción
de necesidades inmediatas y valores primordialmente de uso, sino empezó
a ser utilizada en función de la producción de valores de cambio,
rompiéndose así un límite si se quiere “físico-natural”
de producción y consumpción, dando paso a su brutal explotación
sin piedad, terminando convirtiéndose la propia fuerza de trabajo
física en una mercancía – momento, que marca su gradual y progresiva
destrucción histórica. Esta explotación sobremanera
de la fuerza de trabajo físico-humana en la era de la expansión
colonial y de la esclavitud, que condujo al exterminio de millones de personas,
requería una especie de “justificación” ideológica,
la cual se formuló en términos de la “superioridad racial”
de los colonizadores y la “inferioridad racial” de los colonizados, surgiendo
así el racismo. (11)
El racismo tal y como lo conocemos todavía hoy es un producto directo
del auge y de la expansión del modo de producción capitalista
a partir de los siglos 15/16. La destrucción ciega, despiadada y bárbara
de civilizaciones y culturas no-europeas en América, Africa y Asia,
la esclavización de sus miembros y su sometimiento al trabajo forzado
se formuló y justificó en términos de la “misión
civilizadora” de una “cultura superior” – la Europea – invirtiéndose
así la verdad histórica de un proceso colonizador perverso,
inhumano, devastador y aniquilador, que arrastró todo lo que encontró
a su paso. En un grotesco y exitoso intento de propagación de su “superioridad
racial”, el colonizador Europeo, atropellador e inhumano, se pintó,
bajo recurso a su religión monoteísta-cristiana que contiene
rasgos igualmente racistas y discriminadores, como el portador de la “luz”
y de la “cultura” ante el colonizado indígena, cuya persona y cultura
fueron degradados y descalificados como sub- o no-humanos en términos
de “pagano”, “salvaje”, “hóstil”, “retrasado” y “primitivo” – “luz”
y “cultura” que reclamaron, lo repetimos, millones y millones de vidas humanas.
Uno de los puntales claves del racismo lo constituyó y lo sigue constituyendo
el falseamiento de la historia y la propagación de mitos históricos,
como lo es el gran mito del “descubrimiento” de América por Cristóbal
Colón, mito que existe básicamente sin romper hasta hoy día.
Conste aquí, que los trabajos realizados y publicados acerca de la
Presencia Africana Precolombina en las Américas no han logrado penetrar
la historiografía oficial ni tampoco sustituir la ensenañza
oficial tergiversada hasta hoy día, impidiendo de tal manera la necesaria
rectificación y final eliminación de un mito nefasto, que sigue
existiendo en el servicio de la perpetuación de una supuesta superioridad
o inferioridad racial de los pueblos. Lejos de poder romper el Mito de Colón
tan cuidadosamente velado a lo largo de los siglos y tan asentado en la “consciencia
social común”, estos trajabos historiográficos “anti-mito”,
como lo es por ejemplo el trabajo del historiador, lingüista y antropólogo
Guyanés, Dr. Ivan Van Sertima, parecen ser condenados al mero registro
histórico. (12) Contrario a la realidad histórica revelada
por Van Sertima, que demuestra una pacífica y fructífera presencia
cultural y científica Africana en las Américas a partir de
700 antes de Cristo (13), se tejó el gran mito del gran hombre blanco,
europeo, audáz e impávido, que llegó a “descubrir”,
“civilizar” y “cristianizar” a un “nuevo” mundo, supuestamente “bárbaro”,
“subhumano” e “indigente”, expresión degradadora que ha sido eternalizada
en el propio termino “indígena” y al revés. Esta racista imágen
tergiversada sobre las civilizaciones no-europeas sirvió como justificación
para el empleo de practicas genocidas, que parecieran la “via natural” de
cómo tratar a pueblos y civilizaciones no-europeas, “subhumanas” y
“bárbaras”, y sirvió además para legitimar el carácter
exterminista, esclavista y represor del nuevo poder europeo violentamente
impuesto sobre éstas. Para el poder europeo, los genocidios cometidos
se tradujeron en un pillaje sin ningun tipo de trabas morales o de consciencia
humana, en la conquista económica y política de vastas regiones
de la tierra, y en la glorificación histórica de la propia
“raza” europea.
La imagen mítica, racista del „colonizador culto“ y del „colonizado
salvaje“ no sólo penetró la consciencia social de la Europa
expansiva de los siglos 15/16, como quedó manifiesto en las expresiones
filosóficas, literarias y “científicas” tanto del renacimiento
como de la ilustración, sino quedó psicológicamente
asentada en la consciencia social de los propios pueblos subyugados. Tanto
es así, que hasta hoy día parece imposible de lado y lado de
no conceptualizar a los pueblos que trágico e históricamente
han sido racialmente degradados hasta el más bajo nivel social, especialmente
los pueblos Africanos, en términos de algún tipo de “inferioridad”,
o de no conceptualizar los antiguos colonizadores, hoy naciones “altamente
desarrolladas”, en términos de algún tipo de “superioridad”.
El ya mencionado historiador Ivan Van Sertima resume este hecho con las palabras
siguientes:
“El Africano negro siempre ha sido presentado como el
más bajo de los bajos, por lo menos desde la era de la conquista y
de la esclavitud. Su humillación a escala mundial comienza, en efecto,
con la apariencia de Colón. ... La imagen del Africano negro como
una criatura atrasada, apática y estúpida todavía existe
hoy en día. No sólo su naturaleza humana y su libertad, sino
hasta la memoria de sus méritos culturales y tecnológicos antes
del momento de su degradación pareciera haber sido eradicada de la
consciencia histórica.” (15)
Así que una vez sembrado el racismo y eliminado de la consciencia
social el pasado de los pueblos no europeos - tragado por el Mito de Colón,
el presente y futuro de los pueblos tanto de las Américas como los
del Africa quedaron en manos de los colonizadores. En las palabras del famoso
escritor británico, George Orwell: “quien controla el pasado, controla
el futuro; quien controla el presente, controla el pasado”. (16)
3. El control total: Hacia los genocidios del siglo XXI
Gracias a la ideología del racismo, las civilizaciones no-europeas
arrastradas al molino de un emergente mercado mundial habían sido
históricamente calificadas como „inferiores“, „primitivos“ y en última
instancia no-humanas, como lo indican inequívocamente los calificativos
„bárbaro“ y “salvaje”, adscritos a estas civilizaciones. Es ésta
precisamente la razón por la cual las atrocidades cometidas en su
contra - matanzas, lesiones a la integridad física y mental, sometimiento
a condiciones de existencia que acarrearon su destrucción física
a veces parcial, a veces total; asesinatos, exterminios, esclavitud, deportación
y traslado forzoso, privación grave de la libertad física,
tortura, violación, esclavitud sexual, persecución, etc. etc.
- no califican en la consciencia histórico-social de los perpetradores
como aquél, lo que fueron en efecto: genocidios y crimenes de lesa
humanidad.
El mercado mundial en su función de organizar la explotación
de la fuerza de trabajo física y de los recursos naturales en el servicio
de la producción de ganancias, ha engendrado y propulsado el proceso
de desintegración de las civilizaciones no-europeas y su sometimiento
forzoso bajo los requerimientos económicos de las metrópoli
capitalistas, acarreando a lo largo del proceso y después de su inicio
cataclísmico, pobreza, desnutrición, desempleo, éxodo
rural, incremento demográfico y migración para los hoy países
del Tercer Mundo. A grosso modo, las guerras y conflictos armados surgidos
ahí y dentro del marco de los cuales también se vieron crimenes
de lesa humanidad y genocidios, han sido consecuencia y parte intrínseca
del establecimiento y funcionamiento normal del mercado mundial.
Pareciera y así se le suele presentar a los ojos del mundo, que la
causa de las guerras y actos de genocidio y/o lesa humanidad ocurridas en
los países del propio “Tercer Mundo” la constituyesen a menudos conflictos
raciales, étnicos y religiosos, lo que le echa leña al fuego
de los acariciados prejuicios raciales en las metrópoli, del carácter
“primitivo” y “bárbaro” de los habitantes de estas regiones de la
tierra, históricamente atropelladas, cuando la realidad es mucho más
compleja. La identidad étnico-racial es, en primer lugar, el producto
directo de la propia historia del auge y expansión del modo de producción
capitalista y su establecimiento como sistema internacional, dentro de lo
cual surge el tribalismo como un fenómeno inducido por la táctica
del divide et impera del colonialismo, la que aprovechó y agudizó
las rivalidades existentes, de por sí no necesariamente virulentas
ni letales. (17) La misma táctica, empleada en diferentes niveles,
sigue operando hoy por hoy en el servicio de los intereses económicos
de las grandes potencias económicas y corporaciones transnacionales
y sus brazos políticos extendidos a lo largo y ancho de todo el planeta.
(18) De igual manera sigue existiendo y operando la descalificación
racista de la gran parte de los habitantes históricamente desafortunados
y desamparados de los países del Tercer Mundo, en función de
preparar el terreno para la aceptación psicológico-social,
específicamente por parte de las poblaciones en la metrópoli,
de los masacres venideros del siglo XXI.
Si bien las atrocidades – y ahora sí, bárbaras – cometidas
en contra de las civilizaciones no-europeas a lo largo de la expansión
del capitalismo no habían podido sacudir ni penetrar la consciencia
social en las metrópoli, aquellas cometidas dentro de su propio seno
sí así lo hicieron y dieron paso a esfuerzos de establecer
organismos internacionales ante las cuales se pudiese acudir para denunciar
y prevenir tales catástofes. Nos referimos aquí al Holocausto
Nazi con sus 6.000.000 de víctimas Judíos, que sentó
las bases y los antecedentes para un enjuiciamiento internacional de los
perpetradores de tales crimenes. (19)
Reconectando con nuestra introducción, en el marco de los cambios
radicales hacia un modo de – creación – basado en el trabajo intelectual
y los recursos sociales, donde la fuerza de trabajo física ya no tiene
función, y en medio de las crisis económica, financiera, energética,
política y social a nivel mundial, estamos presenciando una reanimación
del racismo a escala global justo cuando se perfila una reducción
drástica de la población mundial en primer lugar mediante el
propio efecto devastador de las crisis y en segundo lugar ante la “nueva
guerra sin fin” anunciada por la potencia económica y militar más
grande del planeta, en el efecto ulterior del 11 de Septiembre del año
pasado. El polvo de las Torres Gemelas colapsadas todavía no se había
puesto, cuando los culpables, la “incarnación del mal”, ya tenían
rostro: los musulmanes y el Islam. Conste, que la imagen del enemigo ya estaba
ahí, lista para ser activado, y bajo omisión de cualquier principio
del estado de derecho que partiese de establecer pruebas basadas en una investigación
exhaustiva del crimen perpetrado – la cual queda obstaculizada hasta hoy
día – se procedió a declarar los culpables en base del imagen
de enemigo ya establecido, y en base de “pistas”, “vínculos”, suposiciones,
sospechas y la manipulación táctica de la opinion pública
hacia la aceptación ciega de cualquier medida antidemocrática
tanto en el plano doméstico como en el plano de la política
exterior. El presidente de los EEUU, George W. Bush, no tardó en declarar
la “guerra contra el mal”, en contra de los así denominados terroristas,
que hubiesen declarado la guerra contra el “mundo civilizado” por su “envidia
a la libertad y democracia” ahí reinante. En cuestión de pocos
días, el discurso político de todos los gobernantes occidentales
se centró públicamente en la reactivación racista del
viejo y eficaz mito, “civilización versus barbárie”.
Mientras que se mantenía fresca la impresión del catástrofe
del 11 de Septiembre mediante la conducción de nuevos “ataques terroristas”
en forma de una subsiguiente guerra biológica de baja intensidad en
una población Americana altamente angustiada y asustada, mientras
que se veían potenciales terroristas detrás de cada esquina
y sobre todo de cada cara árabe, mientras que se hablaba de la nueva
“cruzada” contra el terrorismo y la “fumigación de sus huecos” alrededor
de todo el planeta, pasó casí desapercibido por la opinión
pública mundial la formulación y entrada en vigencia de la
Doctrina Bush, de la “Defensa Ofensiva” con implicaciones nefastas no sólo
para las libertades y derechos civiles en los propios EEUU, sino para la
estructura entera y el equilibrio de las relaciones internacionales. Esta
doctrina no tolera ningún tipo de no-alineación respecto a
la “campaña en contra del terrorismo”, ejerciendo presiones de todo
índole sobre naciones particulares y sobre la propia estructura internacional,
e intenta minar aún más, por no decir eliminar la precaria
soberanía específicamente de los Estados del Tercer Mundo.
La estrategia expuesta en la nueva National Security Strategy (Estrategia
de Seguridad Nacional) delinea y declara en primer lugar una “guerra prolongada
en el tiempo” en contra de un enemigo definido en terminos difusos, omnilatente
y omnipresente a la vez, justificando así la eventual declaración
de literalmente cada nación, grupo o individuo como “terrorista” si
así lo consideren pertinente los EEUU, advocando en consecuencia y
abiertamente, que “la mejor defensa es una buena ofensiva” y dejando así
claro, que los EEUU actuarán, si fuese necesario a propia cuenta,
en contra de “amenazas emergentes” antes de que se formasen éstas.
En otras palabras, en medio de la reanimación y reactivación
racista de una imágen enemiga ya establecida, se formuló la
Doctrina de la Guerra Preventiva. (20)
En este contexto llama poderosamente la atención, de que el actual
gobierno de los EEUU, país signatario del Estatuto de Roma en 1998
que dió paso a la creación de la Corte Penal Internacional,
en una constancia dirigida al Secretario General de la Corte Penal Internacional
en Mayo del 2002, haya declarado que "los EEUU no tienen obligación
legal ninguna que se pueda derivar de su firma del Estatuto de Roma” – aseveración,
que es equivalente a “des-firmar” el Tratado y a retirar cualquier desenvolvimiento
de los EEUU en este recién establecido organismo internacional. (21)
A finales del subsiguiente mes de Junio, por medio de su derecho al veto
en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, EEUU realizó su
amenaza de bloquear todas las operaciones de “mantenimiento de paz” hasta
tanto sus soldados gocen de immunidad ante la Corte Penal Internacional.
(21) Es más, la administración Bush ultimamente y bajo la amenaza
de cortar la ayuda militar para aquellos países que no accedan, ha
venido ejerciendo presión sobre cada nación de firmar un acuerdo
bilateral con EEUU que le impida a las partes signatarias de extraditar a
ciudadano estadounidense alguno, ni tampoco a cualquiera que jamás
haya trabajado para las fuerzas militares de los EEUU, incluyendo sus concesionarios
oficiales. (23)
Ahora bien y para finalizar, ¿cuáles son las “amenazas emergentes”
reales de nuestra era, que encuentran su expresión desesperada en
las inestabilidades sociales y políticas que afectan a la gran mayoría
de los países en nuestro presente? ¿Qué es, lo que destaca
la ilustre “civilización” occidental ante la “barbárie” del
Tercer Mundo? ¿Qué es lo que realmente está en el orden
del día global?
En nuestro criterio, las amenazas reales y en parte ya realizadas, las constituyen
la obsoletización completa de la fuerza de trabajo física a
escala mundial, la implosión violenta del modo de producción
capitalista o de ganancias y la aguda ausencia de una revolución energética
que acompañase el salto a un probable modo de - creación
– plenamente basado en el trabajo intelectual y los recursos sociales. En
cuanto a lo que destaca a la supuesta “civilización” occidental en
este momento preciso de la historia del trabajo humano ante una supuesta
“barbárie” de los Países del Tercer Mundo, históricamente
atropellados y forzosamente sometidos bajo los requerimientos económicos
del mercado mundial, es el dominio sobre un concentrado y vasto arsenal de
tecnología altamente sofisticada y avanzada tanto de producción
como de destrucción, dominio que le permite perseguir sus intereses
inmediatos sin obstáculo ninguno.
De tal modo, en el orden del dia global están la destrucción
de la gran reserva superflua de fuerzas de trabajo físico-humanas
en el planeta y el pleno aseguramiento de las reservas energéticas
tradicionales para darle un corto respiro de gracia a un modo de producción
en agonía. Los mecanismos psicológicos para “aceptar” las matanzas
venideras a escala mundial ya han sido puestos en marcha con la reanimación
del racismo en terminos de un “choque de civilizaciones”. (24) Estos
mecanismos están además siendo reforzados por un acondicionamiento
mental incesante y sin piedad por medio de la recién proclamada “guerra
de ideas” dentro del marco de la ya mencionada National Security Strategy
de la actual administración Bush en EEUU (25), difundida por los inevitables
medios de comunicación de masas globales en su guerra de información
o más bien desinformación, que nos ayuda a ajustar nuestra
visión del mundo y nuestro pensamiento de acuerdo con los parámetros
requeridos en esta nueva era de la aniquilación de vidas humanas masiva,
donde no sólo la vida, sino la propia muerte, es medida - como lo
ha demostrado este modo de producción desde su nacimiento y expansión
en los siglos 15/16 - con dos medidas diferentes, donde las vidas “sub-humanas”
de los que conforman el mundo “no-civilizado” no figuran, y por ende sus
muertes constituyen tan solo un “daño colateral”.
Más allá de cualquier derecho internacional formal-existente,
la Doctrina Bush de la Defensa Ofensiva, expresión militar máxima
de la ultima ratio de la lógica de la explotación capitalista,
hace recordar los inicios cataclísmicos y sangrientos de este sistema,
y se encuentra en la cercanía de las definiciones de genocidio y crimenes
de lesa humanidad con las que hemos introducido nuestra exposición,
con una significante excepción, con la que vamos a romper el velo,
que la propia ideología racista le ha puesto al antagonismo de clases
existente, agudizante y agonizante en los niveles nacional e internacional:
queda excluida de las definicones de genocidio y crimenes de lesa humanidad
la clase social de los trabajadores a escala global, vendedores de su fuerza
de trabajo física, amenazados de extinción por orden económico-social
existente.
*************************************************************************************************************************
NOTAS DE PIE:
1 Estatuto de Roma de la recién establecida
Corte Penal Internacional, primer tribunal penal permanente que
establece responsabilidad penal individual por la comisión
de violaciones graves tanto contra el derecho
internacional como contra los derechos humanos. El Estatuto está
publicado en:
http://comunidad.derecho.org/pantin/eroma.html; revisado el 05.11.02.
2 Ibidem.
3 El trabajo intelectual está históricamente arraigado en el
ámbito de la organización y supervisión social del trabajo.
En el propio modo de producción capitalista, durante mucho tiempo,
el trabajo intelectual (como fuerza de trabajo) constituía un trabajo
indirectamente productivo (en la “antesala” de la producción). En
el marco del desplazamiento progresivo y masivo del trabajo físico
por máquinas, es decir de la tecnologización o automatización
creciente de la producción, el trabajo intelectual se ha convertido
en un trabajo directamente productivo. Aún cuando formalmente el valor
de cambio de la fuerza de trabajo intelectual sigue y seguirá ser
medido en términos de tiempo (=el equivalente de su reproducción
material mediante la adquisición de mercancías, expresado a
su vez en horas de trabajo), el trabajo intelectual de por sí no es
individual-concreto, sino social-abstracto, por eso no estrictamente cuantificable
en términos de tiempo. Si bien el valor de cambio de la fuerza de
trabajo física comprendía la mera conservación y reproducción
física de esta fuerza de trabajo, el valor de cambio de la fuerza
de trabajo intelectual comprende tanto la reproducción física
como intelectual de esta fuerza de trabajo, o sea, hay que reproducir y a
menudos ampliar el conocimiento de estas fuerzas de trabajo, con lo que entran
elementos dificilmente cuantificables como lo son la educación y la
constante re-educación y formación - elementos sociales-abstractos.
Consideramos, que el llegar a ser predominante de la explotación de
la fuerza de trabajo intelectual anuncia el colapso de la producción
basada en el valor de cambio y por ende marca una etapa de transición
hacia un probable
nuevo modo de –creación -.
4 Sarah Anderson and John Cavanagh, Top 200: The Rise of Corporate Global
Power („Los 200 de la
Cima: El Auge del Poder Global Corporativo“) ; análisis disponible
en:
http://www.ips-dc.org/downloads/Top_200.pdf; revisado 06/11/02.
5 Ibidem.
6 Véase mi ponencia presentada en el marco del „Seminario Nacional
Racismo y Terrorismo: ¿Dialéctica de
la Globalización? de Noviembre del 2001, titulada “Acerca
de la Función objetiva del Terrorismo y
Racismo en la Era de la Globalización”; http://www.geocities.com/juschmi/publications00012.html
.
7 En cuanto al actual panorama energético mundial y a las inminentes
guerras, propulsadas por EEUU y
relacionadas al aseguramiento del abastecimiento energético,
véase el análisis de Pedro A. Prieto, “Un
cuento de terrorismo energético”, en http://www.eurosur.org/rebelion/imperio/prieto051102.pdf
;
revisado 06/11/02. En la página 3, el autor nos explica:
“Al ritmo de consumo de 2001, queda en el planeta
petróleo para unos 40 años; gas natural para unos
60; uranio para unos 67 años y carbón para unos 232
años. Todo ello, suponiendo que ninguno de estos combustibles
tenga que sustituir a los que primero se
vayan agotando, siendo el petróleo el que antes se va
a agotar y el que mayor peso soporta en el consumo
humano actual: el 40 % de toda la energía fósil y nuclear
que el planeta consume.”
8 Jan Carew, Kolumbus und die Ursprünge des Rassismus in Amerika („Colón
y los origenes del racismo
en América”), http://www.amana-online.de/pp/aa/carew_colon/carew_colon_05.shtml;
revisado 05/11/02.
9 Ibidem. Las estimaciones sobre el número de víctimas varían
entre los 50 y 200 millones. Esta última cifra
incluye los entre 10 y 20 millones de esclavos estimados haber sido
lanzados al oceano atlántico o bien por
haber muertos durante el viaje o bien por subir los precios de la
mercancía humana. También incluye los
muertes por resistencia a la captura en el propio continente Africano,
como los muertes causados por el
desmoronamiento de las sociedades Africanas después de que
sus miembros más jovenes y fuertes habían
sido capturados y deportados. La African World Reparations and Repatriations
Truth Commission
(“Comisión de la Verdad del Mundo Africano de Reparaciones
y Repatriación”) propone el equivalente de
777 trillones de dólares americanos (1 trillon equivale
a 1 millon de billones o 1.000.000.000.000.000.000)
– 3500 veces el monto de la deuda externa de los países
Africanos en su conjunto – como suma realística
en reparaciones para el genocidio cometido contra los Africanos
durante la época de la colonización y del
comercio de esclavos, con sus consequencias abismales para la
historia Africana, que comprometieron su
futuro entero hasta el extremo, que este futuro es prácticamente
inexistente, en otras palabras, que Africa no
tiene futuro porque le robaron y destruyeron su pasado y presente.
10 Véase Ernest Mandel, Tratado de Economía Marxista, Tomo
II, Serie Popular Era, México 1978, capítulo
13, “El Imperialismo”, primer párrafo “El
Capitalismo y la Desigualdad entre las Naciones”.
11 Para un estudio del origen del racismo como ideología racionalizadora
de la explotación de los pueblos no-
europeos en idioma castellano, véase Franz J.T.
Lee, “Raíces Históricas y Socioeconómicas del Racismo:
Sudáfrica y Guyana“, en: Rita Giacalone et al,
Guyana Hoy, Corpoandes Editorial Venezolana C.A.,
Mérida 1982.
12 Dr.Van Sertima, en su trabajo clave titulado They came before Columbus.
The African Presence in
Ancient América, 1976 (“Llegaron antes de Colón.
La Presencia Africana en la América Antigua”),
demuestra en base de historia documentada, artefactos
culturales Africanos encontrados en las Américas, y
otras evidencias relacionadas a las ciencias, a la lingüística,
a la botánica y a la architectura, que los
Africanos habían realizado viajes al “nuevo mundo”
y establecido su presencia siglos antes de la llegada de
Cristóbal Colón en 1492. También
señala la alta probabilidad de que Colón ya tenía conocimiento
de una
ruta marítima hacia las Américas desde sus
días como comerciante precisamente en Guinea, Africa. Dr.
Van Sertima también es el fundador de la renombrada
revista Journal of African Civilizations (“Revista
de las Civilizaciones Africanas”, fundada en 1979), la
cual trabaja en función de la rehabilitación histórica,
científica y cultural de los pueblos Africanos.
Para un breve bosquejo de los trabajos escritos por Van
Sertima, véase las siguientes páginas web:
http://www.cwo.com/~lucumi/vansertima.html y
http://www.cwo.com/~lucumi/sertima.html; la propia página
web del autor todavía se encuentra en proceso
de construcción: http://www.vansertima.com/newpage1.htm
(páginas visitadas el 04/11/02).
13 Véase Van Sertima, They came before Columbus, New York 1976.
14 Jan Carew nos explica: “El renacimiento glorificó las hazañas
de los hombres blancos, europeos y proscribió los méritos
de las mujeres, de los Judeos y de los seres humanos no-europeos al basurero.”
“http://www.amana-online.de/pp/aa/carew_colon/carew_colon_05.shtml; revisado
05/11/02. En cuanto a la ilustración, las posturas de filósofos
tan ilustres como lo fueron Montesquieu y Voltaire en cuanto al hombre no-europeo,
específicamente Africano, negro, son notoriamente conocidas.
15 Ivan Van Sertima 1976, 27-8., citado en: Jan Carew, op.cit.;
http://www.amana-online.de/pp/aa/carew_colon/carew_colon_03.shtml;
revisado 04/11/02.
16 Original en inglés: “Who controls the past, controls the future,
who controls the present, controls the past.”
En: George Orwell, 1984, Signet Classics / New American
Library 1969, página 204.
17 En esta linea argumenta el autor alemán, Ekkehard Krippendorff,
en su libro Internationale Politik:
Geschichte und Theorie. (“Política Internacional:
Historia y Teoría”); Campus Verlag, Frankfurt / New
York 1986, páginas 265 – 268.
18 El ejemplo más reciente y notorio de un “genocidio cometido entre
grupos étnicos” en el Tercer Mundo,
específicamente en Africa, que ha sido pintado
como un problema exclusivamente interno-étnico, es la
masacre de 800.000 Tutsis en Rwanda en 1994. Destaca en
el caso, que el testimonio clave del testigo
experto y periodista alemán, Uwe Freisecke, ante
el Tribunal de las Naciones Unidas para Rwanda en
Arusha, Tanzania, ha sido rechazado como irrelevante e
inadmisible, cuando su testimonio declaraba, que
la violencia desatada en Rwanda no era atribuible a un
conflicto interno, sino causado por la intervención
deliberada de poderes internacionales, que crearon las
condiciones necesarias para que se desatara el
catástrofe y que ayudaron a una de las partes del
conflicto para conducir sus operaciones militares. Véase
los detalles de este testimonio en: http://www.expotimes.net/backissuesjul1/jul14.htm;
revisado 08/11/02.
19 Véase los Juicios de Nuremberg, que empezaron el 18 de Octubre
de 1945 con la acusación formulada en
contra de 20 individuos y diferentes organizaciones,
alegando: 1., conspiración; 2., crímen contra la paz;
3., crimenes de guerra y 4., crimenes de lesa
humanidad. Para información detallada, en:
http://www.theatlantic.com/unbound/flashbks/nurember/wyprec.htm;
revisado el 08/11/02. Sigió la
Resolución 96 (I) de las Naciones Unidas
del 11 de Diciembre de 1946, declarando el genocidio un crimen
juzgable bajo el derecho internacional, y luego
la Resolución 260 (III), del 9 de Diciembre de 1948
denominada la Convención para la Prevención
y el Castigo del Crimen de Genocidio; véase
http://www.fordham.edu/halsall/mod/UN-GENO.html;
revisado el 08/11/02. Conste, de paso y poco
glorioso, que sólo meses después de
la derrota de Alemania en 1945, a muchos de los científicos
alemanes Nazi se les ofreció discreto y secretamente
el traslado a EEUU, donde fueron integrados a
trabajar en proyectos militares y espaciales. La
Operación fue denominada “Operation Paperclip”.
http://www.goordnance.apg.army.mil/OPpaperclip.htm;
revisado 08/11/02.
20 National Security Stragegy (Estrategia de Seguridad Nacional), documento
entero disponible en:
http://www.whitehouse.gov/nsc/nss.html; revisado
09/11/02. Cabe resaltar aquí, que se distinguen dos
tipos de acción militar preventiva, expresado
en el idioma inglés en los terminos “pre-emptive” y
“preventive”, aludiendo el primero de ellos a una
acción militar emprendida ante una amenaza inminente y
claramente visible como lo es por ejemplo la movilización
de tropas en la frontera de un país vecino y el
establecimiento de equipo militar apuntando hacia
la propia nación; mientras que el segundo tipo de acción
militar preventiva alude a un ataque militar más
bien arbitrario en contra de un país determinado, antes de
que éste haya adquirido una capacidad militar
que podría, en un futuro, convertirse en una amenaza para
la propia nación. En el lenguaje oficial
de la administración Bush, estos dos terminos se emplean a
menudos sin diferenciación en el sentido
expuesto bajo el segundo termino, “preventive”. Véase al
respecto la declaración del Senador Edward
M. Kennedy, realizada en el Senado estadounidense el 7 de
octubre del 2002, publicado en: http://truthout.com/docs_02/10.09A.kennedy.htm
, revisado 10/11/02.
22 En un voto de 13 a 1, EEUU se opusieron a una renovación para 6
meses de las operaciones de “mantenimiento
de paz” en Bosnia. http://www.endgenocide.org/ceg-icc/unsc1422/june30.htm
; revisado 08/11/02
24 Nos referimos aquí al término de Samuel P. Huntington, en
su escrito titulado así mismo, The Clash of
Civilizations (“El choque de civilizaciones”); quien sostiene,
que el origen de los conflictos en el mundo
postguerra fría ya no es y será de índole
ideológico o económico, sino cultural.
http://www.alamut.com/subj/economics/misc/clash.html ;
revisado 10/11/02.
Nosotros sostenemos, que tal “choque de civilizaciones”
no es otra cosa sino la apariencia global de un
antagonismo de clase agudizado y mundializado, expresión
a su vez de la relegación a la obsoletización a la
fuerza de trabajo física predominante en vastas
regiones de la tierra que siguen componiendo en el llamado
“Tercer Mundo”.
25 La Doctrina Bush, expuesta en la National Security Strategy, dice
en su punto III lo siguiente: “We will
also wage a war of ideas to win the battle against
international terrorism” (También vamos a conducir una
guerra de ideas para ganar la batalla contra el
terrorismo internacional). Véase National Security Strategy,
http://www.whitehouse.gov/nsc/nss3.html; revisado
10/11/02.