Sección
5
¿QUÉ ES EL RACISMO?
UN PARADIGMA DE LA ESENCIA DE CUALQUIER IDEOLOGÍA
¿CUÁLES SON LAS RAÍCES HISTÓRICAS EUROPEAS
DEL RACISMO Y FASCISMO ACTUAL EN VENEZUELA?
1. Introducción
„Raza“, „prejuicio racial“, „discriminacion“ y „racismo“, o
incluso „racialismo“, son concepciones acientíficas, polidimensionales, muy
vagas, que han causado muchas confusiones ideológicas, problemas teóricos y
desastres sociales en los últimos cinco siglos. Aunque Arthur J. de
Gobineau público un manifiesto, „The inequality of the races“ (1)
(„La desigualdad de las razas“), y Karl Marx y Friedrich Engels
publicaron „The communist manifesto“ (2)
(El manifiesto comunista), casi al mismo tiempo, a mediados del siglo
XIX, ninguno trató una cuestión crucial, es decir, la relación entre la
denominada „lucha racial“ y la lucha de clases, especialmente en el contexto
del llamado „Tercer Mundo“. (3)
Sin
embargo, no podemos disociar a estos autores de su contexto intelectual; ellos
son producto de su epoca, no importa cuan críticos y revolucionarios hubieran
podido ser, y en este caso, en realidad lo fueron. Europa occidental tuvo un
desarrollo tecnológico y científico sin precedentes, acompañado por un fuerte
sentimiento de „superioridad de la raza blanca“. Las ciencias sociales
llevan el sello de esta arrogancia del hombre, y la antropología, etnología y
sociología trataron de legitimar científicamente la hegemonía de Europa y la
supremacía de la „raza aria“. Ya antes de la Revolución Francesa, grandes
filósofos como Montesquieu y Voltaire habían echado las bases del
„pensamiento racista científico“. Veamos sólo dos ejemplos: En „El
espiritu de las leyes“, Libro XV, Capitulo 5, entre otras afirmaciones
„racistas“, Montesquieu dijo:
"Es
casi inconcebible que Dios, quien es la bondad personifi-cada, hubiera decidido
darle alma - mucho menos un alma buena - a un cuerpo tan negro y repulsivo como
el de un negro". (4)
Voltaire,
quien estaba conectado con el comercio de esclavos, escribió:
"La
raza negra es una especie de hombres tan distintos a nosotros como lo es la raza
de ‘spaniels’ de la de los galgos. Si su pensamiento no es de naturaleza
distinta a la nuestra, es, al menos, bastante inferior. No son capaces de
aplicaciones o asociaciones de ideas de ningun tipo, y no se prestan ni para las
ventajas ni los abusos de la filosofía". (5)
Karl
Marx hizo también referencia a „países barbaros y semibarbaros que dependían
de los civilizados“ (6)
en el Manifiesto, y las facciones „negroides“ del político
socialista alemán Ferdinand La Salle (1825-1864) fueron para el motivo de
burla, llamándolo „negro judio“, „que siempre disimula su pelo crespo con
todo tipo de aceite para el cabello“ y que „es completamente obvio, por la
forma de su cabeza y la manera como crece su cabello, que es descendiente de
negros“. *
(7)
A pesar de que podriamos citar referencias similares tomadas de los
trabajos de Engels, no hay razon alguna para definir el socialismo científico,
segun fue desarrollado por estos autores, como „ideología racista“. Por el
contrario, esto constituye una advertencia para que coloquemos a nuestros
maestros socialistas en su contexto histórico, y los critiquemos de acuerdo con
las limitaciones de su conocimiento individual e histórico.
Demuestra
además cuan profundamente ha penetrado el racismo en el „alma“ misma de los
seres humanos que han vivido el capitalismo, el colonialismo y el imperialismo.
De
Gobineau contribuyo mucho a la formulación del concepto de „arianismo“;
para el todas las „civilizaciones“ y culturas antiguas y modernas eran „la
creación del hombre blanco, la única historia era la historia del hombre
blanco“. (8)
Ahora bien, la historia de las culturas „no blancas“ era
practicamente desconocida en Europa antes de 1847, y, a partir de este momento,
nos encontramos con una afirmación controversial
Estas
elaboraciones son suficientes para enfatizar la necesidad de hacer una pregunta
crucial, no si las „razas“ deben ser tratadas por igual, tampoco si las
razas son iguales, sino si la categoría „raza“, base del „prejuicio
racial“ o „racismo“, es científicamente valida. Sin duda, a pesar del
hecho de que no se ha comprobado la existencia física real de „fantasmas“,
„ángeles“ o „demonios“, y, sin embargo, como resultado del holocausta
mental colonial y neocolonial generalizado existen intelectual y espiritualmente
en la mente de billones de seres humanos, de la misma manera, „razas“,
"día de la raza", "Negro Mierda", "horda de
recogelatas" y „racismo“ son realidades sociales de nuestra época.
La cuestión no es si realmente existen, sino más bien demostrar que son
seudoconceptos, parte integral de la ideología burguesa corporativa, la cual
opera con categorias científicamente invalederas, necesarias todas para
racionalizar el poder de las clases dominantes, la explotación económica, la
dominación política, la discriminación social y la alienación humana, y
mantener el status quo de la hegemonía „blanca“, y hoy en dia, incluso de
la supremacía „negra“. Sólo cuando este punto sea clarificado, podremos
abordar las raices del problema y analizar el „racismo“ en Venezuela,
Latinoamérica, África o cualquier otro lugar del globo. (11)
2. Raza, prejuicio racial y racismo.
El
concepto „raza“ había sido aplicado al de „especie“ como „subdivisión“;
surgieron así varias controversias sobre si podía aplicarse a la especie
humana „homo sapiens“, también denominada, con frecuencia, „raza
humana“. En forma muy sucinta estudiaremos primero si este concepto o
categoria, desarrollada por la sabiduría europea, generalmente impecable, y
explicada por diversas doctrinas de la „raza“, corresponde a cualquier grupo
humano de gentes que haya existido realmente o que exista todavia.
El
concepto „raza“, en su uso actual, apareció por primera vez en 1684, epoca
en que los holandeses tenían colonias en Guyana y Sudáfrica. Fue usado en un
libro escrito por el médico y viajero francés, Francois Bernier, quien escribió
sobre „cuatro o cinco razas de pueblos, cuyas diferencias son tan obvias, que
por lógica deberían ser usadas como base para una nueva división del
mundo“. (12)
El verdadero fundador de la doctrina de la „raza“, posteriormente
desarrollada como ideología, fue el científico natural sueco, Carl von Linné.
En la decima edición revisada de su famoso libro, Systema Naturae, en 1758,
dividió la especie humana en cuatro „razas“ principales, según sus
caracteristicas físicas, sicológicas y sociales:
a)
los indios de las Américas, los
amerindios, son rojos, de gran estatura, coléricos y obstinados;
b)
los europeos son blancos, atléticos,
agiles y creativos;
c)
los asiáticos son amarillos, melancólicos,
inflexibles y mezquinos; y
d)
los negros (negros de Africa) son negros,
flemáticos, flexibles, negligentes y astutos. (13)
Aproximadamente,
tres cuartos de siglo después, en 1820, Johann F. Blumenbach también clasificó
cinco grupos, caucasicos, mongoles, etiopes, amerindios y malasios. (14)
Debido a las contribuciones de Houston Chamberlain, G.V. de Lapouge y de
Gobineau, con el tiempo ideologos „racistas“, enunciaron tres grupos de
„raza“ principales: caucasoide, mongoloide y negroide. Estos, a su vez, se
subdividieron en varios grupos; la famosa „raza aria“, por ejemplo, es sólo
una subdivisión. (15)
Los
descubrimientos de J.G. Mendel en el campo de la genetica y la teoría de la
evolución darwiniana fueron aprovechados para respaldar la teoría de la
„superioridad de la raza blanca“. Especialmente, The origin of the species.
The preservation of favoured races in the struggle for life (1859) ( El origen
de las especies. La preservación de razas privilegiadas en la lucha por la
existencia), dio un gran impetu a las doctrinas de „raza“; hasta Marx quedó
fascinado con este libro de Charles Darwin, obviamente por otras razones, e
incluso quiso dedicarle el segundo volumen de El Capital. Darwin relacionó la
teoría de la evolución con la teoría de la „raza“, lo que dio lugar al
„darwinismo social“ extendido por Carl Schmitt y Moeller van den Bruck,
entre otros, tendencia que aplica la teoría de la selección biológica al
proceso histórico-social y que posteriormente encontró aplicación en el
nazismo y el apartheid, en ideas como la „herrenvolk“ (raza superior),
„raza aria“ o „pureza de raza“. (16)
Cuando las leyes de la genetica de Mendel demolieron los criterios
antropológicos de definición de „raza“, los científicos „racistas“
biologo/geneticistas, tuvieron que buscar refugio en el campo de la sociologia.
Con el descubrimiento de los ‘pools’ de genes, se extendió el término
„razas sociológicas“, (17)
debido a que el mecanismo de herencia biológica hizo insignificante el
concepto antropológico de „raza“. Del término „razas sociológicas“,
fue inferido „prejuicio racial“, especialmente por los cientistas nazis, y
luego por sus pupilos, los cientistas „afrikaner“ (boers). Pero, tal como lo
ha señalado No Sizwe, un revolucionario sudafricano, el concepto „raza“ de
los partidarios sudafricanos del apartheid, es „simplemente una traducción
subjetiva de la antigua y desacreditada concepción antropológica de raza“. (18)
La confusión es tan grande que de „prejuicio racial“, que constituye
una realidad en Sudáfrica, infieren, incluso, el concepto „raza“. Es como
si infirieramos la existencia real de los „fantasmas“, a partir de las miles
de „historias de fantasmas“, que han sido contadas por centurias, al calor
del fuego o a la luz de una vela. Al menos, los „boers emigrantes“ de Sudáfrica,
desde el siglo XVII hasta el XIX, derivaron su concepto „raza“ del Antiguo
Testamento de la Sagrada Biblia, de la „antipatía de grupo“ que había
existido entre los pueblos judios y no judios; pero esto no era „racismo“,
era simplemente „discriminación religiosa“, pues se mezclaban libremente
con los pueblos nativos, pese a que reconocían sus diferencias culturales.
En
realidad uno podría describir, analizar o hasta erradicar el „racismo“ de
Venezuela o cualquier otro lugar, sin que, una sola vez, tuviera que admitir la
cuasi-realidad, llamada „raza“. Si la „raza“ no es genetica, entonces,
¿para qué preocuparnos más con tan confuso y acientífico concepto? Por estas
razones, „raza“ no es un concepto científicamente valedero y tiene que ser
eliminado del vocabulario de los movimientos emancipatorios.
2.2 „Antipatía de grupo“ en las civilizaciones antiguas.
Examinemos
a continuación algunos acontecimientos históricos anteriores al siglo XVII,
para probar que conceptos como „raza“ e ideología del „racismo“ fueron
creaciones de la burguesía europea en su batalla por establecer el capitalismo
y el imperialismo a escala mundial, y que, hasta ese momento, sólo existía una
„antipatía social“, relacionada con diferencias de clase, religión, estado
y cultura.
„Civilización“,
por ejemplo, es un concepto que fue creado al mismo tiempo que el de „raza“.
Tiene muchas connotaciones „raciales“ porque presupone la existencia de
pueblos „civilizados“ e „incivilizados“ - basta con leer las obras de
Marx, Engels, de Gobineau o Darwin para comprender como este último término,
discriminatorio, era usado para hacer referencia a pueblos altamente
desarrollados desde el punto de vista cultural, medidos por sus propios y
verdaderos estándares científicos.
Considerando
que el lenguaje en si, como Inglés o Español, tiene que ser liberado del
„racismo“, en el marco del proceso de liberación de la humanidad, y como
esta tarea no esta aún cumplida, nos vemos obligados a usar conceptos que
algunas veces no reflejan la realidad. Aunque el uso de las comillas alude al
problema, no obstante, esa no es la mejor solución.
Aclarada
nuestra posición con respecto al uso de terminologia, comenzaremos con la
antigua civilización o cultura egipcia. Historiadores como Basil Davidson, o
prehistoriadores como J.D. Clark, H. Alimen o L.S.B. Leakey, han suministrado
información científica suficiente con respecto a que, alrededor del 3.000
a.C., una tercera parte de la población egipcia estaba integrada por pueblos
„negroides“, algunos faraones eran de origen „negro“ y en una epoca reinó
en Egipto una dinastía etíope. Ademas, científicos sociales como Ina Corinne
Brown (1942) y Oliver Cromwell Cox (1948) han realizado investigaciones
rigurosas de la antigua sociedad egipcia que confirman los hechos anteriores y
nos permiten percibir las relaciones sociales de esa época. (19)
Los
gobernantes egipcios habían esclavizado pueblos de muchos otros países, entre
ellos, africanos del Sur, especialmente de Nubia y Etiopia. Las clases
dominantes hablaban muy despectivamente de estos últimos, especialmente en lo
referente al color negro de la piel y a sus labios gruesos. Sabemos por
Herodoto, que esta actitud detractora no se limitaba únicamente a los esclavos
africanos; los egipcios también despreciaban a los habitantes de los desiertos
asiáticos, los trogloditas, quienes eran, incluso, de piel más clara que los
habitantes de Egipto. Los artistas caricaturizaban los prisioneros, por ejemplo,
exagerando las narices puntiagudas de los hititas o las ropas peculiares de los
libios. Las relaciones sociales en el Egipto esclavista no tenían nada que ver
con el „prejuicio racial“. Tenemos muchas referencias de como los egipcios
se mezclaban socialmente, en forma libre, con sus vecinos, en la esclavitud o
fuera de ella. En aquél entonces, mucho antes de los famosos viajes del
"descubridor" chimbo, de Cristóbal Colon, los africanos con sus
barcos ya han visitado a los indígenas de América Latina y han desarrollado
relaciones humanas y amigables entre los dos pueblos, sin un señal de ningún
tipo de discriminación racial.
En
las antiguas civilizaciones griegas encontramos patrones sociales muy
despectivos. Por ejemplo, para Platon, Heráclito o Aristóteles, los esclavos
no eran ciudadanos de las ciudades - estados, (polis) y en todos sus trabajos
encontramos referencias despreciativas respecto a ellos. En todo caso, la mayoría
de los esclavos griegos pertenecían al mismo grupo humano de sus amos, y ningun
tipo humano específico o „raza“, podía ser asociado con el estatus de
esclavo. Era imposible distinguir a los amos y esclavos en la calle, o hasta a
los extranjeros de los ciudadanos griegos, pues se vestían igual y vivian, más
o menos, de la misma manera.
En
contraste con el imperio británico de los siglos XIX y XX, en el gran imperio
helénico, antes del nacimiento de Cristo, el „prejuicio racial“ no era un
factor relevante entre los diversos pueblos. Los griegos helenicos constituían
una mezcla cultural, y la división basica era simplemente: griegos y barbaros.
Estos últimos eran los que ni hablaban griego ni poseían una cultura griega.
Sin embargo, el concepto „bárbaro“ no tenía la connotación „racista“
moderna. Es así como a lo largo de las playas del Mediterráneo y del Mar
Negro, los griegos fundaron colonias y estimularon a los „barbaros“ a
participar de la cultura griega, y a casarse libremente; una vez que habían
adquirido un conocimiento vivido de la cultura griega, todos los europeos, asiáticos
y africanos eran incluidos en el concepto sonoro de „Helade“.
Para
la epoca del imperio de Alejandro El Grande, los griegos ya habían abandonado
el estrecho patriotismo de la polis, y floreció en todo el imperio un nuevo
cosmopolitismo virulento, vacío de todo „antagonismo racial“. El propio
Alejandro dio el ejemplo: se casó con una bella princesa barbara, una persa. En
este gran proceso histórico, que eventualmente cimentó la Europa moderna,
surgió una nueva clase dominante greco-oriental, y una nueva cultura,
fundamentada en todas las civilizaciones del imperio. Para esa epoca, incluso,
la distinción entre la clase dominante y los nativos no helenizados constituía
una propiedad, un estado, no una división „racial“ sociológica.
Luego,
en el gran Imperio Romano, como en la Helade, los esclavos no diferían en su
aspecto exterior, de sus amos, o de los „hombres libres“. Cualquier
ciudadano podía convertirse en esclavo o amo de esclavos y los esclavos de
diferentes „grupos etnicos“ podían casarse entre ellos libremente. Un
hombre era menospreciado no por su pigmentación, sino por pertenecer a un grupo
despreciado, o por practicar ritos bárbaros. La norma de superioridad en Roma
era un atributo cultural de clase y, a medida que se expandía el Imperio, la
distinción basica de ciudadanía romana se extendía a todas las personas
nacidas libres en las distintas municipalidades.
En
su famoso libro, Caste, class and race (1948), Oliver Cromwell Cox, una
autoridad en esta materia, concluyó: „Al parecer, no existe una base para
hablar de antagonismo racial entre los egipcios, babilonios o persas“. (20)
En su libro, Socio-economic approach to educational problems (Enfoque
socio-económico de los problemas educacionales) (1942), (21)
Ina Corinne Brown afirmó que:
"tantas
personas admiten que la antipatía racial es una reacción natural o instintiva,
que es importante poner enfasis en el hecho de que el prejuicio racial, tal como
lo conocemos, no existía antes de la era moderna". (22)
Eric
Williams, ex-presidente de Trinidad y Tobago, señaló con mucha precisión, que
pasó entre las „edades oscuras“ de Europa, después de la caida del Imperio
Romano, y el nacimiento del capitalismo, en la matriz del feudalismo europeo,
esto es, durante la „era del descubrimiento“.
La
esclavitud en el Caribe se ha identificado muy reducidamente con el negro, con
lo cual se le ha dado un giro racial a lo que es basicamente un fenomeno económico.
La esclavitud no fue un producto del racismo; antes bien, el racismo fue
consecuencia de la esclavitud. La mano de obra no libre en el Nuevo Mundo fue
marron, blanca, negra y amarilla; catolica, protestante y pagana. (23)
Desde
el Imperio Romano, pasando por las invasiones barbaras de Europa y el reino de
los musulmanes, hasta la era de dominación del catolicismo romano, la
racionalización dada a la esclavitud no se debía al color de los esclavos,
sino a que poseían una cultura o religión distinta a la de sus amos. Incluso,
apenas en el siglo XV, cuando comenzó el comercio trasatlántico de esclavos,
los africanos no eran esclavizados por ser negros, sino por no ser cristianos y
por razones económicas. En ese siglo, en Portugal, los africanos que habían
aceptado el cristianismo eran liberados y se casaban con ciudadanos portugueses.
Muchos profesores de inglés sudafricanos no habían observado, incluso, que
Othello de Shake
speare
era un „moro“ respetado pues de otra manera hubiera sido incluido en la
lista de libros prohibidos, por estimular las „relaciones entre razas
distintas“. Como es de observar, antes de que la esclavitud se convirtiera en
„el gran negocio“, la disposición de un esclavo africano a convertirse en
cristiano era suficiente para adquirir la emancipación; posteriormente, después
de desarrollada la ideología „racial“, fundamentada en datos biológicos
falsos, no tenía ninguna posibilidad de cambiar sus genes, porque el estatus de
esclavo era identificado con negro, y posteriormente con amarillo o de cualquier
otro color.
Eric
Williams explicó por que la esclavitud fue eventualmente circunscrita,
fundamentalmente, a los „negros“.
La
primera instancia del comercio de esclavos y mano de obra esclava extendido en
el Nuevo Mundo, involucro, desde el punto de vista racial, no al negro, sino al
indio.
...El
sucesor inmediato del indio no fue, sin embargo, el negro, sino el blanco
pobre...Aquí esta, entonces, el origen de la esclavitud del negro. La razon era
económica, no racial; no tenía nada que ver con el color del trabajador, sino
con el bajo precio de la mano de obra. Comparándola con la mano de obra india y
blanca, la esclavitud del negro fue eminentemente superior...Esto no era una
teoria, sino una conclusión practica deducida de la experiencia personal del
plantador. El habría ido a la luna, si hubiera sido necesario, por mano de obra
barata. Africa estaba más cerca que la luna, y también más cerca que países
de más población como la India y China. Pero su turno llegaria. (24)
Durante
la época del descubrimiento y el comercio trasatlántico de esclavos, las
mismas lenguas europeas se convirtieron en vehiculos del „racismo
emergente“; éste penetró los cuentos de hadas y las historietas, rimas y
canciones infantiles. Así surgieron „Ten little black niggers“; y
„Struwwelpeter“ y „Bimbos“ en alemán. La palabra „negro“ nunca se
usó en Africa antes del siglo XV, ni tampoco en „Africa Negra“ (Black
Africa)*
pero desde entonces „negro“ y „negrero“ se convirtieron en palabras
comunes en Portugal y España.
Dejando
nuestro tema in media res, pero sin apartarnos de él, al indicar los enormes
problemas de lenguaje que surgen en este articulo, pasemos a examinar el
significado de „black“ (negro) en el lenguaje más comlin de la Comunidad
Británica de Naciones (British Commonwealth of Nations), en inglés y sus
variantes americanas. Estudiando los sinónimos de „black“ en el Roget’s
Thesaurus, encontraremos que la mayoría aproximadamente sesenta, tiene una
connotación negativa. Si los comparamos con el concepto „white“ (blanco),
por ejemplo, en el Webster’s World Dictionary of the American Language,
encontraremos que éste designa algo „angélico, piadoso, divino, moral o
espiritualmente puro, honorable, decente, etc.“ Examinemos el sentido de
algunos términos del inglés, asociados con „black“.
„black“ |
-
oscuro, lúgubre, sombrío, horrible. |
„black
magic“ |
-
algo hecho con fines diabólicos. |
„black
cap“ |
-
lo que viste el juez al dictar sentencia de muerte. |
„black
eye“ |
-
ojo amoratado (golpeado). |
„black
guard“ |
-
sin valor, (pelagatos). |
„black
future“ |
-
pocas perspectivas. |
„blackleg“ |
-
persona que desea trabajar cuando las demás están en huelga
(sustantivo); traicionar (verbo). |
„black
mark“ |
-
desgracia, descrédito. |
„black
sheep“ |
-
bribón. |
En
esta forma tan marcada, las lenguas coloniales expresan el „prejuicio
anti-negro“, y un estudio de una lengua, del inglés, por ejemplo, nos puede
decir todo acerca del desarrollo del „racismo“ en el Imperio Británico. (25)
„Racismo“,
en la lengua inglesa, se remonta al reinado de Elizabeth I (1558-1603),
especialmente después de que ella dictaminara que los „negros“ y
„blackamoors“ (africanos) tenían que ser expulsados de sus dominios.
„Relaciones raciales“ se comenzó a usar entre 1493 y 1494, cuando el Papa
concedió a la España catolica y Portugal jurisdicción sobre el Nuevo Mundo y
el derecho de explotar a los pueblos „paganos“ y sus recursos;
posteriormente, esto también se aplicó a los continentes africano y asiático.
El
„negro“, como lo indica la designación colonial, se distinguía del amo
blanco por el color de sll piel-“black“ (negro). Durante decadas las
connotaciones denigrantes del estatus de esclavo fueron transferidas a una
persona negra, y, eventualmente, a una „no-blanca“. Vimos antes como
Bernier, de Gobineau y von Linne habían elevado a los „europeos“ de piel
blanca al estatus de „superioridad“ y a los „negros“ al de
„inferioridad“, usando estos términos como seudocategorias de sus
„doctrinas raciales“. Sin embargo, el „racismo“, como el
„capitalismo“, tuvo un largo proceso histórico de desarrollo.
Sólo
en el siglo XIX, cuando el capitalismo había alcanzado poder económico y político,
pudo el „racismo“ llegar a su madurez como parte de la ideología general
que genero racionalizaciones para la división internacional del trabajo, para
la discriminación social colonial, la opresión política, la explotación económica
y la degradación del ser humano. (26)
Con
respecto a la genesis del „racismo“ y su relación con el capitalismo, la
siguiente cita explica, en forma muy expresiva, la esencia del problema:
"El
„odio racial“, por así decirlo, como derivado del „subdesarrollo“ de
Africa y el desarrollo de Europa, surgió y se convirtió en la marca distintiva
de las relaciones sociales entre los hombres de distintas pigmentaciones. El
concepto „neger“ (negro) adquirio así su contenido discriminatorio histórico...Estoy
convencido de que ni a uno sólo de los asistentes a esta conferencia, que no
sea „negro“ o „de color“ le gustaría ser negro o ser llamado asi...El
„racismo“ como un fenómeno de la superestructura de la sociedad, como
expresión ideológica de la división internacional del trabajo, está muy
estrechamente ligado a la genesis del capitalismo mundial; funciona como un
disfraz, como una racionalización de los barbaros crímenes de la época
colonial, del despojo, la violencia, la piratería y el genocidio. Pero también
tiene una función doméstica en los países metropolitanos, los miembros
comunes de la „raza superior“ ocupan el primer peldaño en la escala social
mundial, por encima de los „aborigenes“, „salvajes nómadas
sudafricanos“, „negros“, „pieles rojas“, „culies“ (término
despectivo para indios), etc. Ellos son parte de la „cultura occidental“ y
la „civilización cristiana“. (27)
Podemos
agregar que el „racismo“ y el „capitalismo“ son dos lados de la misma
cosa, tienen una genesis similar: la perversa relación unilateral de la
Naturaleza-Sociedad, el proceso de trabajo, la producción alienante. El
„racismo“ es una consecuencia directa de la evolución del colonialismo y
del imperialismo, que lo sostienen y enriquecen; les pertenece; está presente
en todos los países capitalistas, metropolitanos, coloniales, neocoloniales.
Dondequiera que el capitalismo prospere como „neocolonialismo“, en el
llamado „mundo en vías de desarrollo“, el „racismo“ en formas modernas,
con caras nuevas y máscaras nuevas, es virulento y contagioso.
Con
respecto a Venezuela actual, como resultado de las victorias sociales
populares de la Revolución Bolivariana, podemos afirmar que las hojas
„racistas“ del árbol capitalista neocolonial puntofijista pueden secarse,
pero puede brotar nuevas hojas. Sólo cuando el árbol capitalista oligarco
específico sea totalmente erradicado, las hojas definitivamente se marchitaran.
Un árbol muerto, como una constitución moribunda, no produce ni hojas ni
frutas venenosas. En el siglo pasado, en Sudáfrica, este árbol de apartheid ha
producido las hojas y las frutas más saludables, todas al servicio del „gran
capital corporativo euro-estadounidense“ y para los beneficios máximos
de una pequeña clase nacional corrupta parasítica. A través del último
siglo, lo mismo pasó aquí en Venezuela: por eso, una de las tareas
fundamentales de la Revolución Bolivariana tiene que ser la erradicación total
de toda ideología racista y práctica fascista en América Latina y en el Mundo
entero.
Notas
1.
Los Angeles, Noontide Press, 1966.
2. Manifesto of the Communist Party. Moscow, Progress Publishers, 1969.
3. See Carlos Moore, Were Marx and Engels White Racists?; Chicago, IPE,
1972, p.12; W.F. Fleming, ed., The Works of Voltaire.
New York, 1901 ,
pp. 240-41 .
4. Manifesto, op. cit., p. 47.
5. See Moore, op. cit., p. 23.
6. De Gobineau, op. cit., pp. 210-12.
7. Marx and Engels, op. cit., p. 40.
8. Marx and Engels, Oeuvres Choisies. Moscow, Editions de Progres, 1955,
Vol. II, p. 554.
9. Cited in Michael Traber, Rassismus und weisse Vorherrschaft. Niirnberg
(Freiburg i. Ve., Lactare/Imba, pp. 11 -15 (our
translation).
10. Ibid., p. 15.
11. Anthropologie, Frankfurt/M., Das Fischer Lexikon, Fischer Taschenbuch
Verlag, 1973, pp. 187-215.
12. No Sizwe, One Azania, One Nation. London, Zed Press, 1979, pr. 132-36.
13. Ibid., p. 135.
14. See George Breitman, "When Race Prejudice Began", Fourth
International, Spring 1954.
15. Cited in ibid.
16. Ibid.
17. Eric Williams Capitalism and Slavery.
London, André Deutsch, 1975 P. 7.
18. Alem Mizgebe, "Language as a Tool of Racist Attitudes," New
African,
No. 169 (October, 1981), p. 14.
19. See Breitman, op. cit.
20. Franz J.T. Lee, "Das Südliche Afrika auf dem Weg zur Befreiung,"
ASTA-
Brochure, Technische Universität Hannover, 1976,
p. 6.
21. Monica Wilson and Leonard Thompson, eds., The Oxford History of South
Africa. Vol. I, South Africa to 1870. London:
Oxford University Press, 1975,
pp. 75 - 95.
22. Sidney R. Welch, Portuguese Rule and Spanish Crown, 1581-1640. Cape
Town & Johannesburg: Juta, 1950, pp. 80, 86,
90, 92-4.
23. F.A. Van Jaarsveld, New Illustrated History for Senior Certificate. Vol. I,
South African History. Johannesburg:
Voortrekkerpers, 1969, pp. 78-81,
320 - 46.
24. Donald Moodie, The Record, MDCCCLX. (Amsterdam & Cape Town: Juta)
pp. 3 - 4.
25. Ibid. p. 4.
26. Van Jaarsveld, op. cit., p. 24.
27. Isaac B. Tabata, Education for Barbarism. London: MacGibbon & Kee,
1960, pp. 34 - 5.
28. See Wilson and Thompson, Oxford History... , II, op. cit., - . 371.
29. Eric Walker, History of South Africa. London: Cambridge University Press,
1957, p. 99.
30. Van Jaarsveld, op. cit., pp. 68, 361.
31. Ibid., pp. 364 - 65.