Sección 26

 

Lecciones práxico-teóricas de La Revolución Africana
Aprendiendo de la Revolución de Argelía


Lecciones práxico-teóricas de La Revolución Africana
Aprendiendo de la Revolución de Argelía

Por: Franz J. T. Lee


1. Introducción

No hay revoluciones "clásicas", ni para exportar ni para importar. Cada país, cada región y cada continente tienen que hacer, pensar y trascender sus propias revoluciones emancipatorias. No obstante, una revolución no es cualquier cosa; es el producto transhistórico de las luchas iguales, desiguales y combinadas de los pueblos oprimidos contra la explotación económica, la dominación política, la discriminación social, la militarización bestial y la total alienación humana. Además, durante los siglos XIX y XX, por ser la Negación de la Revolución burgués-democrático-capitalista la lucha de clase proletaria socialista a escala mundial, no se puede entender ninguna revolución social sin estudiar el Marxismo, es decir, el Socialismo Científico Filosófico Práxico Teórico, al fondo.

Todas las grandes revoluciones del pasado en Europa Oriental, Asia, África y América -- Rusia, China, Yugoslavia, Vietnam, Chile, Cuba, Argelia, Zimbabwe, Angola, Mozambique, Guinea-Bissau, etc. -- han logrado el éxito político sólo a través de la práxis-teoría revolucionaria marxista. En Venezuela misma, la Revolución Bolivariana ha conquistado el poder político con el Partido Comunista de Venezuela en su seno social, y por eso, no es anti-marxista. El Marxismo como negación del capitalismo, mantendrá su vigencia en cuanto sigue vigente el propio capitalismo, así que para que caiga en obsolencia el marxismo, tendrá que morir el propio capitalismo.

Como hemos visto hasta ahora, en otros estudios, en el siglo XX, la práxis-teoría científico-filosófica revolucionario-emancipatoria ha sido enriquecida por las experiencias logradas en las luchas armadas a escala mundial. Durante las décadas de los cincuenta y sesenta, la independencia política de muchos países africanos le ha sido ganado al gobierno imperialista, no necesariamente por la lucha armada, o la guerra de guerrillas.También sabemos que poder político sin su base real, sin el poder económico, sin su brazo armado, no sirve para derrocar el fascismo nacional e internacional.

Países como Tanzanía, Malí, Guinea, Ghana, Uganda, Zambia, Nigeria o el Congo (Brazzaville), ganaron su independencia nacional por métodos no militares tales como: huelgas generales, demostraciones en masas, agitación política y organización. Sin embargo, debemos observar que la dependencia política, que en muchos casos condujo a la „descolonización“, esto es, a la neo-colonización, no es necesariamente un camino libre a la democracia o al socialismo, ni exento de una futura lucha armada o guerra de guerrillas.

En África, porque las clases dominantes parasíticas, como la "oposición" en Venezuela, jamás van a dejar el poder político democratica y pacíficamente, la lucha armada podría acontecer antes o después de la independencia política, antes o después de que la revolución popular proletaria podría llegar "democráticamente" al poder político. En Sudáfrica, Mandela y Mbeki llegaron "democráticamente" al poder político, pero con un subasta total, con "privatizaciones", ellos regalaron el poder económico al mundo militar-industrial globofascista. El pueblo africano queda más pobre que nunca. La democracia burgués-capitalista y el Estado "democrático" nunca permitirán que el pueblo, que las clases oprimidas quedarían para mucho tiempo en el poder. Esto es la esencia capitalista de la "Democracia". También en la Revolución no se puede servir a "dos amos", al Capitalismo y a la Emancipación, al mismo tiempo. Bush es sólo la expresión política militar de los intereses globales económicos capitalistas de Texaco y Exxon.

Por consiguiente, en otros casos como Túnez, Marruecos, Kenya o Zaire, la lucha armada fue sólo uno de los elementos necesitados para ganar la independencia formal-política. Otros, como Mozambique, Angola, Guinea-Bissau, Zimbabwe, Egipto y Argelia, ganaron su independencia nacional mediante de una lucha armada muy fuerte.

 

Argelia contra los invasores franceses

Desde el colonialismo en el siglo XV, África fue siempre considerada como „el continente oscuro“, un continente de inexorable atraso e ignorancia. Hoy todavía, nada fantástico se espera de esa parte del globo. Incluso en Latino América y específicamente en Venezuela, no están bien enterados de la relevancia revolucionaria de este continente en el proceso global de lucha de clase y liberación humana total. De hecho, en las revoluciones de Argelia y en las luchas emancipatorias de cualquier otra parte del continente africano, podemos encontrar muchas experiencias valiosas.

Primero, volvamos a revisar el fenómeno de „revolución social“ y el papel que en él juegan las clases. Con seguridad, el siglo XX debería ser descrito como un siglo de revoluciones y rebeliones, sostenidas principalmente, por los pueblos sojuzgados del mundo: un siglo de severa pobreza y agudas guerras en contra del racismo, la tiranía y el fascismo. Rebeliones en contra de la ignorancia, en contra del holocausto mental, la mentalidad dependiente y esclava y la burocracia. Guerra total contra latifundistas, familias reales, dictadores corruptos y militares descarados. Rebelión que ha penetrado las actitudes hacia la cultura, la familia, el matrimonio y el sexo. En fin, una revolución mundial contra todas las formas fascistas y racistas del capitalismo e imperialismo global. Esto es la matrix de la Revolución Bolivariana actual, es su cara africana, es su raíz global.

¿Cómo hacer una revolución? Es la gran interrogante que domina aún el esfuerzo de todos aquellos hombres y mujeres, que desean andar el camino de la recta marcha revolucionaria.

Hasta ahora, hemos analizado muchos intentos marxistas de formulación de teorías revolucionarias y también las batallas heroicas que han costado millones de vidas en defensa de las revoluciones proletarias. En todo el mundo se ha reexaminado cuidadosamente las teorías ortodoxo-revolucionarias de Marx, Engels, Lenin y Stalin. Recientemente ha surgido un renovado interés en los puntos de vista revolucionarios de Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht, James Connolly, Antonio Gramsci, etc. Algunos encuentran inspiración en Mao, otros en el Ché, pero, aparentemente, pocos han leído a Vo Nguyen Giap o a Ho Chi Minh, y mucho menos encontrado sabiduría en José Marti, Simon Bolívar, Patrice Lumumba,Trotski, Cabral o Nkrumah.

En lo que respecta a África, aparte de Suráfrica o Argelia, donde el socialismo científico ya fue introducido en 1917, las ideas marxistas penetraron el continente sólo después de 1945. En África, el Marxismo como método científico para guiar la acción revolucionaria y resolver los problemas humanos, es relativamente nuevo y aún „subdesarrollado’’ en su aplicación emancipatoria.

 

2. Argelia

En la guerra de liberación argelina (1954-1962), el movimiento de emancipación fue dirigido por elementos de la pequeña-burguesía nacional, quienes detestaban las prácticas pobladoras del colonialismo francés. El partido comunista no condujo la lucha armada. Es más, tuvo que luchar por su aceptación en el Frente de Liberación Nacional (FLN).

La lucha comenzó como un simple alzamiento y luego se vio forzada a una prolongada guerra de guerrillas, tanto en las ciudades como en el campo, También aquí, el factor internacional para la revolución social fue de gran importancia. Moroco y Túnez, políticamente independientes, ayudaron a las fuerzas armadas argelinas. Los países „socialistas“ árabes le prestaron asistencia material en gran escala, tal como sucedió en el caso de la guerra de Vietnam, donde algunos trabajadores franceses de la metrópoli, prestaron ayuda a las fuerzas del FLN, a Ben Bella y Frantz Fanon. (1)

En realidad, para que la guerra de guerrillas argelina resultara victoriosa, no tuvo la necesidad de buscar el cambio o evolución de „guerra móvil“ a „guerra regular“. El Ejército francés no fue derrotado militarmente, fue una derrota política. Las manifestaciones en masa, en ciudades francesas, argelinas y extranjeras, la crisis política en Francia, y sobre todo, las costosas guerras en Indochina, hicieron que Francia capitulara de manera muy diplomática.

Un Editorial del Sangria, diario Comunista Argelino, Realidades Argelinas y Marxismo, (noviembre-diciembre, No. 1 1956), nos da una excelente idea de cómo el Partido Comunista de Argel definió las características específicas de la lucha armada. Esta guerrilla tenía características comunes con las de China, Vietnam, Indonesia, Marruecos y Túnez, donde la lucha de liberación se desarrolla, principalmente en zonas agrarias, fuertemente respaldada por los campesinos. Sin embargo, la argelina tuvo sus características muy propias:

2.1. Argelia tenía un Partido comunista (orientado hacia la Unión Soviética).

2.2. Tenía una extensa población de origen europeo (franceses), compuesta en su gran mayoría por trabajadores.

2.3. Al comienzo de la guerra, las fuerzas nacionalistas estaban más o menos unidas.

2.4. La fuerza expedicionaria francesa no estaba compuesta, principalmente, por mercenarios, esto es, por conscriptos o tropas regulares, a diferencia de los que lucharon en Indochina.

2.5. La situación geográfica de Argel tiene peculiaridades específicas, que significan problemas para la realización de la guerra de guerrillas y la guerra regular. Esta situación, casi la de una isla, presentaba problemas para la provisión de armas y municiones.

2.6. Como en Morueco y Túnez, se desarrolló una intensa guerra de guerrillas urbanas, que operaba especialmente dentro del ejército, la policía y la administración colonial.

En el ya mencionado artículo se pueden encontrar más detalles al respecto.

Desde luego, existen numerosos libros y artículos sobre la guerra de liberación argelina. Bashir Hadj Ali, en su articulo „Algunas experiencias de la lucha de liberación en Argelia“ (2), nos proporciona muy buena información sobre los puntos de vista del Partido Comunista de Argelia, del cual fue Secretario General.

Un factor interno importante en Argelia, fue el ascenso repentino del movimiento de liberación nacional, en solidaridad con las luchas emancipatorias de Vietnam, Túnez, Maruecos, etc. Aparte de esto, y debido al deterioro de las condiciones bajo el colonialismo francés, se desarrolló la emergencia de los mauis, o unidades de guerrilla.

Al mismo tiempo, dos factores externos de gran importancia favorecieron la lucha armada:

a) la derrota de los franceses en Dien Bien Phu, con lo cual se demostró que la milicia francesa no era invencible; y

b) La existencia de un campamento „socialista“. Bashir Hadj Ali analizó las experiencias que podían ganarse de estos factores, poniendo énfasis en el papel de las clases y estratos sociales, dentro de la lucha.

A fines de 1950, de los 10 millones de habitantes argelinos, aproximadamente un 80% eran campesinos. La expropiación de la tierra, por parte de los colonizadores franceses, dejó sin tierra a 600.000 campesinos; otros 450.000 vegetaban en pequeñas parcelas áridas. Para el momento de la rebelión, un millón de campesinos estaban viviendo en condiciones infrahumanas; en las ciudades, 500.000 trabajadores estaban desempleados. 120.000 pequeños comerciantes eran incapaces de competir con sus ricos colegas franceses.

Una burguesía media, compuesta aproximadamente por 11.000 familias, propietarias de unas 7.000 empresas, no empleaban más de 15 obreros cada una. La gran burguesía europea principalmente la francesa, poseía 30.000 empresas grandes. Vemos pues que Argelia tenía un abundante proletariado que consistía, aproximadamente en 300.000 obreros permanentes y temporarios, en general, no calificados o de baja calificación. Además, había un grupo social de trabajadores franceses, relativamente grande, pero que a la larga, sólo luchaba por sus propios intereses y privilegios sociales. Luego, era la pequeña burguesía (pero también la mediana) la que jugaba un papel fundamental en la revolución nacional-democrática. „La clase obrera, a través de activos y organizados sindicatos, y en el partido comunista y Movimiento Democrático de Liberación, jugaba papel importante pero no dirigente’’. Entonces, los campesinos conformaban el principal ejército en la lucha.

Alí escribió: „La guerra en Argelia fue una guerra de liberación nacional, una guerra por la tierra, la masa del pueblo, incluyendo a las mujeres, tomó parte en ella. Todas las clases, todos los estratos, participaron en una u otra medida, llevando, por supuesto, la peor carga, el campesino empobrecido“.

Con excepción de los propietarios feudales y las autoridades coloniales, prácticamente todas las fuerzas nacionales, incluyendo el ejército, formaron un frente unido con el FLN. Incluso se efectuó una alianza de las fuerzas armadas a través del „Ejército de Liberación Nacional“, bajo el liderazgo del FLN. La unidad de los sindicatos se logró a través de la Federación General de Trabajadores“. Esta unidad revolucionaria se evidenció en las manifestaciones masivas del 20 de agosto de 1955 y la huelga general del 5 de julio de 1956.

Sin embargo, ya lo habían advertido Mao y Ho Chi Minh, el trabajo político no debe subordinarse a la lucha militar. Este principio había sido descuidado por el FLN. Durante la guerra, no se prestó suficiente atención a la educación de las masas. El FLN cometió algunos errores estratégicos graves. Por ejemplo, la batalla por Algiers finalizó en algo completamente diferente de lo que la lucha de Vietnam por Dien Bien Phu.

“Esta batalla por Algiers duró 8 meses, pero el balance de fuerzas en la capital, favorecía a los colonistas franceses. El resultado fue una desastrosa derrota para el ejército de liberación. Costó la vida a 7.000 jóvenes combatientes. Nuestra organización en Algiers fue aplastada y descabezada. Los cuerpos dirigentes del FLN quedaron sin jefes ni refuerzos, expuestos y neutralizados. Sus líderes políticos fueron obligados a abandonar el país, hecho que tuvo serias consecuencias políticas“.

El FLN y el Ejército de Liberación argelinos no centralizaron más su liderazgo. Los principios revolucionarios de Lenin, Trotsky, Mao, Ho Chi Minh y Giap, no pudieron implementarse más. Varios grupos de liberación comenzaron a operar independientemente unos de otros. Surgieron muchos problemas creados por intereses políticos particulares. En 1957 se originó una cruda lucha entre clanes y agrupaciones políticas. Esto agravó la situación, aún después de la independencia política.

El Partido Comunista argelino también cometió muchos desatinos: subestimó el factor nacional, el potencial revolucionario del campesinado, sobreestimó el papel de los trabajadores europeos en Argelia. En efecto, actuando a la manera „Leninista-ortodoxa“, creyó que el lanzamiento de la guerra de liberación en noviembre de 1954, era prematura, porque las condiciones establecidas por Lenin, no estaban dadas todavía.

Olvidó que Lenin impuso tales condiciones para países capitalistas altamente avanzados, y que siempre hizo hincapié en que „operación militar“ y „sublevación general“ son dos cosas diferentes. Bajo circunstancias, como las de Argelia en 1954, Lenin advirtió muy claramente, en su trabajo „Guerra de Guerrillas“: „Pero esto no quiere decir que uno no debe luchar. Sólo significa que uno debe aprender a luchar“.

Las experiencias de la guerra de liberación argelina pueden resumirse brevemente así:

a) Necesidad de centralizar un sólo liderazgo y tener cierto grado de flexibilidad en la decentralización durante la lucha hostil.

b) Vincular, muy de cerca, la lucha armada con la lucha política de masa.

c) No descuidar la lucha en las ciudades, y usarlas como base de fondo para la lucha armada.

d) Dirigir el trabajo político de las masas constantemente, en el campo y en la ciudad, en la línea enemiga, y asegurar la opinión pública mundial para la lucha de liberación.

e) Utilizar las contradicciones entre el enemigo y sus aliados y fortalecer las buenas relaciones entre la gente que lucha y fuerzas similares externas.

 

Conclusión

En vista de que no existe un „sincerómetro“ para calibrar el objetivo revolucionario, tenemos que medir las teorías revolucionarias en la práxis real, es decir, evaluar los resultados desde los puntos de vista que se refieren a la emancipación humana. Para poder hacer esto, debemos tener un conocimiento exacto de los términos que utilizamos, e.g., la ideologia, la teoría, la práctica, la práxis, la revolución, el soberano, el proceso, la paz, la violencia, la democracia, la justicia, la felicidad, etc. La revolución no es un crucigrama intelectual. Es algo sumamente serio, peligroso, es un asunto de vida o/y muerte de millones, de billones de seres humanos.

Por ejemplo, el asunto no está en averiguar si los campesinos realmente son revolucionarios, si los intelectuales o aún las mujeres, conducirían la lucha emancipatoria por un determinado camino, a cualquier parte, o si en algún lugar del mundo existe o no la clase trabajadora, o si el proletariado se ha aburguesado, o si la pequeña burguesía se ha vuelto ultra-revolucionaria. La tendencia transhistórica, a escala mundial, es que el modo de producción capitalista, en los últimos 500 años, ha convertido a billones de personas en obreros asalariados, incluyendo a esos famosos y antiguos grupos marginales, los pigmeos, nativos, aborigenes, indígenas y amerindios actuales. De allí que esta tendencia a crear un proletariado mundial, más bien, un proletariado intelectual minoritario, en la era de la globalización, es el fenómeno contemporáneo más sobresaliente. Este heterogéneo mundo proletario pauperizado es el que tiene la histórica tarea de destruir al capitalismo e imperialismo corporativo militar-industrial, el globofascismo, e introducir un nuevo modo de creatividad y de creación emancipatoria. Si triunfará en este esfuerzo o no, esto es otra cosa. La punta de este iceberg emancipatorio se encuentra actualmente en Caracas.


Notas Bibliográficas

(1) Realités Algeriennies et Marxisme, No. 1, Nov./ Dic. 1956.

(2) Bashir Hadj Ali: „Some Lessons of the Liberation Struggle in Algeria“, World Marxist Review, January 1965, p.p. 41, 43-46.