Sección 2
¿QUIÉN
ES EL „JOVEN“ KARL MARX?
¿QUIÉN ES EL „JOVEN“ FRIEDRICH ENGELS?
¿QUIÉN ES EL „JOVEN“ KARL MARX?
(1818 - 1844)
De
omnibus dubitantum.
Descartes.
Todos
los hombres son relaciones sociales, son productos históricos de su tiempo-espacio.
El proceso social particular que generó a la teoría‑práxis marxiana
pertenece a los movimientos revolucionarios del s. XIX. De allí que, Marx y
el Marxianismo surgieron de la Afirmación del proceso teórico-práxico del
relativamente progresista capitalismo liberal competitivo. Y como sabemos, el
Socialismo tenía sus raíces genéticas en el ateísmo cristiano, la filosofía
idealista objetivista, la política revolucionaria burguesa y socialista utópica,
y la economía-política burguesa.
Carlos Enrique Marx nació en Trier (Tréves) el 5 de mayo de 1818, en una
pequeña casa de la calle Brückengasse N° 664, (en la actualidad, Brückenstrasse
N° 10). En 1820, junto a su padre Enrique Marx y su madre Enriqueta
Pressburg, se mudó a una casa en Simeonstrasse, donde vivió hasta que dejó
Trier en 1835. En 1830 Marx ingresó al Liceo de Trier, siendo buen alumno,
aunque no el mejor. Obtuvo su licencia secundaria el 24 de septiembre de 1835,
a la edad de 17 años, evidenciando una gran fertilidad de pensamiento. En el
informe final las autoridades señalaron:
El
informe continúa:
LOS
AÑOS DE ESTUDIANTE EN BONN Y BERLIN
Marx,
percibiendo que la elección de una profesión no era tarea fácil, escribió:
„Que
llegarás a ser un buen moralista, en realidad no lo dudo. Pero una gran base
para la moralidad es la fe pura en Dios. Tú sabes que soy todo menos un fanático.
Pero esta fe es un verdadero requisito del hombre. Más temprano que tarde hay
momentos en la vida en los cuales el ateo es involuntariamente arrastrado a la
adoración del Todopoderoso’’ (7).
Para probar su opinión Enrique Marx constantemente citaba los ejemplos de
Newton, Locke y Leibniz. Pero apelar a semejantes y admirables autoridades no
podía influir en el ánimo de las inteligentes críticas con las que Marx
atacaba las vidas de estas eminentes autoridades. Marx estuvo sólo dos
semestres en Bonn y antes de irse a Berlín pasó las vacaciones de verano en
su hogar, ocasión en la que se comprometió formalmente con su amiga de
infancia Jenny von Westphalen:
„Jenny era inteligente, educada y de buena presencia Tenía fama de ser la
mujer más hermosa y bella de su grupo“ (8).
„Mira, yo podría llenar mil volúmenes escribiendo sólo Jenny en cada línea,
acallarlas en un mundo de pensamientos ocultos, proeza eterna e inalterable
querer, versos suaves, anhelo dulcemente acallado, toda la luz y todo el brillo
de la atmósfera angustiado dolor y divino gozo toda la vida y el conocimiento mío.
Puedo leer en las estrellas allá arriba desde el zafiro que viene a mí, desde
el ser de las estruendosas olas verdaderamente yo podría escribir como un refrán
para que los siglos venideros lo vean, Jenny es amor, Jenny es el nombre de
amor“ (10).
Pero éste no es sino un aspecto del asunto; después, cuando Marx estaba
estudiando en Berlín, entre 1839‑40, Jenny le escribió:
„Oh Carlos, si sólo pudiera descansar segura en tu amor, mi cabeza no se
consumiría tanto, mi corazón no se lastimaría tanto ni sangraría tanto. Tú
ves Carlos, yo puedo charlar y departir con todos, pero tan pronto tú
simplemente me miras, no puedo decir una palabra por nerviosismo, la sangre
deja de fluir en mis venas y mi alma se estremece. En ocasiones pienso para mí,
en cuán agradable será cuando finalmente yo esté contigo para siempre, y tú
me llames ‘mi querida esposa’” (11).
Marx escribió muchos poemas a Jenny, libros de canciones, de amor y algunos
mostraban un hermoso lirismo. Citaremos dos ejemplos:
„Entonces era un cautivo encadenado,
Entonces mi visión era clara,
Porque realmente había encontrado lo que era mi aspiración oscura. (...)
Dejé que las olas que embisten
Que las inundaciones que cambian y fluyen,
Se estrellaran contra las rocas majestuosas,
Pero, salvé su incandescencia interior.
Y, lo que mi alma, dirigida por el destino,
En su trayectoria de vuelo nunca alcanzó,
A mi corazón fue otorgado,
Fue regalado, por tu mirada“ (12).
„Estoy cautivado por la contracorriente infinita,
Pero la efervescencia perpetua, los deseos sempiternos;
No puedo ajustarme más a la vida,
No quiero ser arrastrado por la corriente.
Así
se agitan año tras año,
Desde la Nada hasta el Todo,
Desde la cuna hasta el féretro,
El Llegar‑a‑Ser y el Desvanecer infinitos“ (13).
De
todas maneras, al comienzo, Marx y Jenny debieron guardar en secreto su relación,
por el temor a las objeciones que podría hacer la aristocrática familia. Sólo
siete años más tarde, cuando muchas cosas cambiaron, Marx pudo casarse con
su „pequeña esposa“. En 1839 murió Enrique Marx, y desde 1842, Ludwig
von Westphalen trató a Marx como su propio hijo.
„La mayoría de los cursos que siguió los aprobó con excelente calificación
y constante atención“ (14).
„Ha sido anotado y castigado con la detención de un día por haber
incurrido durante la noche en la alteración de la paz y haberse embriagado
junto con los bohemios. Nada más es conocido que menoscabe su reputación
moral o económica. Con posterioridad fue acusado de portar armas prohibidas
en Colonia. La investigación está aún pendiente, El no ha sido suspendido
por participar en alguna asociación ilícita entre los estudiantes“ (15).
„la encantadora chica que ha vuelto loca mi vieja cabeza, y que deseo sobre
todo ver calmada y feliz“ (Enrique Marx) (16).
La mamá de Marx frecuentemente escribió postdatas a las cartas, pero que
estaban más relacionadas con los aspectos higiénicos y de salud que a la
educación de Marx. El siguiente es un típico ejemplo:
„Aquí va mi mensaje, querido Carlos. Tú nunca debes considerar que la
limpieza y el orden son algo secundario, pues la salud y la alegría dependen
de aquella. Te insisto de manera estricta que tu cuarto sea aseado
frecuentemente y establezcas para ello un tiempo fijo, y tú, mi querido
Carlos, báñate semanalmente con esponja y jabón“ (17).
Al principio Marx vivió cuidadosamente y trabajó de manera dura tanto como
lo había hecho en Bonn. Entre el 10 y 11 de noviembre de 1837, Marx escribió
una famosa carta a su padre, relativa a sus estudios, aspiraciones y cosmovisión.
„En ciertos momentos, empero, una persona puede llegar a ser un poeta; pero
cada cambio es en cierto modo un canto de cisne, en parte la obertura a un
nuevo y gran poema, que intenta acabar en forma estable y con brillantes
colores de tal manera que acalle y contenga a cualquier otro. No obstante,
nosotros gustaríamos recordar a quien ha tenido una vida en la que sus
experiencias pueden recobrar en nuestras emociones el lugar dejado por
nuestras acciones“ (20).
Marx palpó un mundo en nacimiento, un llamado, una melodía revolucionaria
que comenzaba a formar él mismo, pero desapareciendo al mismo tiempo; Marx es
„el Dr. Fausto, el Prometeo de su tiempo, no el soñador sino el
realizador“ (Bloch). La carta de Marx se levantó como espuma sobre la razón
y la ciencia, y el mundo debió considerarla, le gustara o no. Bloch acota:
„El obstáculo puede que acalle la mentira en la obscuridad de la falsa
consciencia y en la abstracción; ambos están siendo negados, con Hegel, y ya
contra él mismo“ (21).
„A propósito, desde el idealismo (hegeliano), que he cultivado y comparado
con el idealismo de Kant y Fichte, he llegado al punto de constatar que la
idea está en la realidad misma. Con anterioridad, los Dioses que han habitado
la Tierra, ahora han llegado a ser su centro (...) Por algunos días mi
molestia me hace completamente incapaz de pensar. Corro locamente alrededor
del jardín, por el agua sucia del río Spree que lava las almas y diluye el té.
Me junto en una excursión de cacería con el dueño de la casa en que vivo,
me abalanzo sobre Berlín y quiero abrazar a cada vago que esté en las
esquinas. Cuando me siento mejor, quemo todos los poemas y resúmenes de
historia, imaginando que capitularé al hacerlo, puesto que en ningún caso he
dado muestras de lograrlo“ (23).
Pero en la atmósfera post‑hegeliana de Berlín, llena de epígonos de
diverso calibre, Marx era una excepción optimista que exploraba la estructura
del mundo intelectual, que tocaba tierra virgen de la conducta humana. Bloch
describe esta atmósfera en los siguientes términos:
„Se sentía un otoño, como si después de Hegel, nada más grande podría
crearse y que el mundo ya estaba completamente pensado“. (24).
La
carta de Marx de 1837 (y más tarde su Tesis Doctoral de 1841) evidenciaban que
él, finalmente, conservó los rasgos y resabios idealistas de la época y que
no es necesario el conocimiento de Feuerbach para entender su época no como un
otoño, sino como un histórico y significativo hito. Marx sentía esa
transformación dentro de sí. De allí que comienza su carta como sigue:
„Hay momentos en la vida que marcan, que son como fronteras que señalan la
finalización de un periodo pero que al mismo tiempo indican claramente una
nueva dirección. Tal es el momento de transición que sentimos que nos
impulsa a observar el pasado y el presente con ojo de águila del pensamiento
en el sentido de llegar a ser consciente de nuestra posición real“ (25).
Cuando el estudiante Marx llegó a Berlín, Hegel había muerto cinco años
atrás, pero su espíritu estaba reinando por todas partes y aún a sus
enemigos les dictaba el camino a seguir. Así, al comienzo de sus estudios,
también escribió a su padre (1837) acerca de la fascinación que le producía
la filosofía hegeliana a pesar de la „grotesca y desagradable melodía que
no me llamaba la atención“(26).
Pero Marx estaba desarrollándose rápidamente desde el espíritu hacia el
hombre real; y en ese tiempo hace una poética descripción de Hegel en su
poema Sobre Hegel que en gran medida puede ser aplicado a él mismo:
„Kant y Fichte se remontan al cielo azul buscando alguna Tierra distante,
pero yo busco aferrarme a la profundidad y a la verdad que encontré en las
calles“ (27).
En esta carta de 1837, se puede deducir que Marx estaba dedicándose a la
ciencia: había estudiado Derecho, Historia, Teoría del Arte, Lenguas
Extranjeras y Filosofía. Una división tuvo lugar en la Escuela Hegeliana.
Los hegelianos de derecha tales como Hinrichs, Göschel y Gabler, introducen
la ortodoxia cristiana en la filosofía de Hegel y defienden, como militantes,
la religión. Los jóvenes hegelianos de izquierda, como David Strauss, Bruno
y Edgar Bauer, Arnold Ruge, Ludwig Feuerbach (y más tarde Marx), extraen y
difunden radicales conclusiones políticas de Hegel, criticando los dogmas del
cristianismo y la religión en general.
Lo importante es que el „joven“ Marx ya había manifestado el factor
subjetivo entre las relaciones sociales y universales (42).
Y aunque todavía embrionariamente, encontramos en su Tesis Doctoral las futuras
ideas de la interrelación dialéctica entre teoría y práxis. El ateo
militante expresado en este trabajo, pronto se mostró irreconciliable con el
idealismo, pavimentando así el camino del socialismo filosófico científico,
al materialismo histórico y dialéctico.
Ludwig
Feuerbach (1804‑1872), hijo de un famoso criminalista, Pául Anselmo
Feuerbach, llegó a ser profesor en la Universidad de Bonn. Al comienzo,
debido a su visión radicalmente atea, los Jóvenes hegelianos, incluido el
propio Marx, estaban fascinados con él. Originalmente Marx se esforzó por
unirse a Bruno Bauer quien enseñaba filosofía en la Universidad de Bonn, y
de esta manera colaboraría más estrechamente con Feuerbach. Marx intentó
publicar una revista junto con Feuerbach llamada „Archivo de Ateísmo“, y
escribir un libro de arte cristiano. Feuerbach fue el primer filósofo alemán
en vencer, de algún modo, el idealismo de los Jóvenes hegelianos. De allí
que él ejerció un efecto liberador en el ala izquierda de éstos. En lo
esencial, Feuerbach había proclamado que:
„No
existe nada afuera de la naturaleza y del hombre y que el, Supremo Ser creado
por el hombre a través de la imaginación religiosa, era simplemente el
producto de sus reflexiones fantásticas sobre su propia esencia. El concepto
humano de Dios, incluye todas las cualidades que, mientras no son características
individuales, pertenecen al ser humano como un todo, a la humanidad, a la
especie humana o al hombre como especie“ (46).
Tal
cual Feuerbach lo pensaba. Escribe:
„Uds.
creen en el amor como un atributo divino, porque se aman a sí mismos; Uds.
creen que Dios es sabio, un ser benevolente, porque anhela que la benevolencia
y la razón sean las mejores cualidades personales (...) De aquí que Dios es
la esencia del hombre, visto como la mayor verdad“ (47).
La
conclusión directa de lo dicho es que el hombre debe encontrarse a sí mismo
otra vez, debe recobrar su esencia humana que proyectó en otra realidad, en
un Ser Supremo, un Dios divino e infernal a la vez. Por aquél tiempo, en
1841, Marx aún permanecía básicamente idealista, aunque ya era ateo, con
tendencias materialistas en forma embrionaria; Feuerbach le ayudó a
comprender que una crítica a la religión tenía que ser una crítica a la
totalidad de las relaciones sociales. Más tarde, Marx y Engels descubrieron
el núcleo idealista del materialismo de Feuerbach tal como fue elaborado en
Las Once Tesis sobre Feuerbach en 1845 (de Marx), y Ludwig Feuerbach y el Fin
de la Filosofía Clásica Alemana en 1888 (de Engels).
Engels
escribió:
„El
verdadero idealismo de Feuerbach llegó a ser evidente tan pronto como
llegamos a su filosofía de la religión y de la ética. El no deseaba abolir
la religión, quería perfeccionarla (...) No aceptaba las relaciones mutuas
fundadas en una relación recíproca entre el ser humano, tal como el sexo, el
amor, la amistad, la compasión, el autosacrificio, etc. ‑ tal como
ellas son ‑ ni asociarlas con una religión específica, la cual, en vez
de conducir estas conductas humanas a su total realización original, pronto
las concreta en nombre de una religión“ (48).
DESDE
LA ACTIVIDAD PERIODISTICA A LA ACTIVIDAD POLITICA: (1842‑1843).
Las
esperanzas de Marx de obtener una cátedra no se concretaron; la ilusión de
los hegelianos de izquierda acerca de una „cultura monárquica“ se marchitó
con la presencia del Rey Federico Guillermo IV de Prusia que se convirtió en
un censor. Marx, condenó en varios artículos las leyes del gobierno prusiano
que reprimían las libertades democráticas (49).
Las críticas a la censura de prensa se convirtieron en críticas a las
instituciones estatales y a la negación total del propio sistema absolutista
feudal.
En
enero de 1842, inició su publicación el diario de oposición la Gaceta
Renana y Marx hizo contribuciones a el desde mayo de 1842 (50).
Como intérprete de la gran burguesía de la provincia del Rhin, el diario se
desarrolló como un órgano democrático‑revolucionario. El 15 de
octubre de 1842, Marx llegó a ser el Editor de este diario, que fue muy
.popular aun en el reinado de Prusia. En este tiempo, Federico Engels se
relacionó con Marx a quien envió varios reportajes, primero desde Berlín, y
después desde Inglaterra. La circulación del diario aumentó de 885 en
agosto de 1842, a 3400 en enero de 1843 (51).
Esta popularidad alarmó al gobierno prusiano, el cual comenzó a censurar
severamente al diario, al punto que algunos artículos de Marx no aparecieron
publicados.
Marx
entró en dificultades con un grupo radical llamado Libertad, al cual pertenecían
Edgar Bauer y Max Stirner (seudónimo de Kaspar Schmidt), y que no hacía más
que criticar a todo y a todos, excepto a ellos mismos. Marx atacó a este
ruidoso ultra grupo, que además carecía de toda práxis política concreta (52).
Pero el grupo Libertad continuó con su anarquismo individual y subjetivo, así,
era inevitable una ruptura con Marx, que más tarde podría convertirse en
ruptura total, incluso con los Jóvenes hegelianos.
Cuando
Marx publicó el artículo „Justificación del Corresponsal del Mosel“ en
la Gaceta Renana entre el primero y el veinte de enero de 1843, el Gobierno
decidió clausurar el periódico a partir del primero de abril siguiente. El
12 de febrero del mismo año, los accionistas de la Gaceta Renana se
reunieron. En esa ocasión decidieron enviar una petición al Rey „para que
levantara la proscripción del diario“(53).
Peto todo fue en vano, pues la burguesía liberal renana se negó a salvar el
diario. Así, el 18 de marzo, Marx renunció como Editor, cosa que hizo
efectiva el 31 de marzo de 1843.
El
mejor consuelo para Marx, probablemente vino de Jenny quien le escribió en
tan crítico momento y en las vísperas de su actividad decididamente política:
„Si
sólo pudiera allanar y suavizar tu sendero y limpiar el camino de cada cosa
que pudiera ser un obstáculo para ti, entonces nos rendiríamos ante nuestra
suerte y permitiríamos que en ella interfiera activamente la obra de 1e
Divina Providencia“ (54).
El
destino estaba en verdad en el trabajo y no en la Providencia religiosa en la
que Jenny se encontraba. Después de una discusión con Arnold Ruge y otros (55),
Marx había decidido publicar, afuera del país, un órgano revolucionario.
Era de la opinión que la revolución social estaba aproximándose en la
Europa Occidental. El Estado prusiano, „una embarcación de locos“ estaba
condenado a muerte, pues „la revolución era inminente“ (56).
Ahora Marx estaba interesado en la Revolución Social, su esencia, causas,
motivos y fuerzas.
LA
CRITICA A LA FILOSOFIA DEL DERECHO DE HEGEL. ESTUDIO DE LA HISTORIA
(1843‑1844).
En
mayo de 1843 Marx se trasladó a la casa de su prometida en Kreuznach, y el 19
de junio de 1843, el Doctor Carlos Enrique Marx y Fräulein Johanna Bertha
Julie Jenny von Westphalen se casaron legalmente al fin. Marx, que
generalmente no expresaba públicamente sus estados de ánimo, había escrito
brevemente a su amigo Arnold Ruge desde Dresden:
„Yo
te puedo asegurar, sin menoscabar el romanticismo, que estoy enamorado de la
cabeza a los pies (...) y en verdad en el más serio de los compromisos (...)
Por años, mi novia y yo hemos estado comprometidos en los más innecesarios y
agotadores conflictos, que superan incluso a los de aquellos que tienen tres décadas
de edad, y que normalmente se conocen como ‘experiencias de la vida’ (la
frase favorita de Juste‑Milieu)“. (Este era el ápodo de Edgar Bauer)
(57).
El
tiempo en Kreuznach, de mayo a octubre de 1843, probablemente fue el más
feliz para Marx. Jenny fue su gran ayudante, y también la primera crítica de
sus producciones. Durante este período, Marx estaba estudiando y criticando
la Teoría del Derecho y del Estado de Hegel, y su manuscrito incompleto fue
publicado posteriormente en 1927 como Contribución a la Crítica de la
Filosofía del Derecho de Hegel. Al principio de 1843, las Tesis Preliminares
para la Reforma de la Filosofía de Feuerbach fueron publicadas en Suiza, y
contiene las tesis esenciales de su cosmovisión materialista. Este trabajo, y
sus críticas, ayudaron a Marx a formular más claramente sus propias
concepciones. Dos citas de este libro evidencian los mejores aspectos del
materialismo de Feuerbach:
„La
relación real entre el Pensamiento y el Ser es esta: el Ser es el Sujeto, el
Pensamiento es el Predicado. El .Pensamiento sale del Ser y el Ser del
Pensamiento“ (58).
„Nosotros
sólo necesitamos sustituir el predicado por el sujeto y el sujeto por el
objeto y el principio, esto es, retornar la filosofía especulativa invertida,
para obtener diáfanamente, desnuda, la verdad no adulterada“ (59).
A
Marx le gustaba la idea de „invertir“ y posteriormente la usó contra
Hegel. En la carta a Arnold Ruge del 13 de marzo de 1843, donde hablaba acerca
de que está enamorado „de la cabeza a los pies“, Marx comentó que los
aforismos de Feuerbach (sus Tesis Preliminares):
„(...)
me parecen incorrectos sólo en un aspecto, que concede demasiada importancia
a los elementos naturales y poco a los políticos. Sin embargo, esta es la única
alianza a través de la cual la filosofía contemporánea puede llegar a ser
verdadera“ (60).
En
lugar de ver al hombre como un ser natural e instintivo, tal como Feuerbach lo
ve, Marx ve al hombre como un ser social enraizado en la relación entre el
Estado y la Sociedad Civil. Este será un concepto usado posteriormente para
designar el ámbito privado, principalmente los intereses materiales con sus
respectivas relaciones sociales. Este fue un paso importante hacia la visión
materialista y científica de la historia.
Hegel
proclamó que el Estado es la más alta expresión del desarrollo de la
sociedad civil. Marx sostenía lo opuesto y enfatizaba que la propiedad
privada juega un papel central en el sistema político. Más adelante escribió:
„La
constitución política es la más elevada expresión de la propiedad
privada“.
En
ese tiempo Marx también desarrolló la idea de la democracia como un sistema
social conformado por el hombre para vivir en él, basado en la
autodeterminación del pueblo y sus intereses siendo estos la ley fundamental.
Sólo en la democracia el hombre puede llegar a ser conductor de las fuerzas
que él mismo ha creado, y tal es la última verdad de cada Estado, la última
meta del desarrollo. Sólo por esta vía el Estado llegará a ser una
„particular forma de existencia del pueblo"(61).
Esta frase muestra la influencia de la sociedad futura de Saint‑Simón.
Muy tempranamente, su suegro, Ludwig von Westphalen, había introducido en
Marx las ideas de Saint‑Simón (62).
Paralelamente
a su manuscrito Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de
Hegel, Marx escribió sus Cuadernos de Kreuznach en los cuales estudió la
historia de varios países, en especial lo relativo a los orígenes del
Estado, se informó sobre Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Suiza y los
Estados Unidos, pero también estudió los trabajos de Maquiavelo,
Montesquieu, Rousseau, Chateaubriand y Justus Moser. De especial interés para
él fue la Revolución Francesa, sobre cuyas experiencias desarrolló la teoría
de la lucha de clases, su teoría‑práxis revolucionaria. Sin embargo,
en 1845, Marx todavía tenía en su mente la realización de un Estado Ideal
de democracia, una verdadera democracia, aunque no todavía socialista o
comunista.
LA
AMISTAD CON FEDERICO ENGELS Y LOS ANALES FRANCO‑ALEMANES.
Hemos
insinuado el camino de Marx y también de Engels hacia el Socialismo y
Comunismo, pero hagamos una síntesis de sus expectativas hasta este momento (63).
Ambos,
fundadores del Socialismo Científico‑Filosófico, llegaron a él por
diferentes caminos, lo común fue un aspecto de su filosofía: la dialéctica
de Hegel, la autoconsciencia de Bauer y el humanismo de Feuerbach. Ambos habían
aprendido mucho de las Revoluciones Francesa e Inglesa (64).
Mientras
Marx había desarrollado el aspecto económico del Socialismo Científico en
forma independiente, fue Engels quien incitó a Marx a estudiar Economía Política
especialmente como resultado del Sumario de Engels, escrito a fines de 1843.
Como anotaremos en el próximo capítulo, a la edad de 22 años, en 1842,
Engels había completado sus estudios sobre la Monarquía Prusiana, y predijo
el comienzo de la Revolución Burguesa en aquel Estado y también la venidera
Revolución Social en Inglaterra (65).
Tal como mencionamos, en ese tiempo, en la Gaceta Renana, Marx hablaba aún
sobre una „verdadera democracia“, una vez ‘más sin la idea del
comunismo. Pero Marx y Engels tenían un punto en común: se desarrollaron
desde una crítica a la concepción de Hegel acerca del Estado, hacia el
descubrimiento definitivo de la existencia de las clases sociales en el análisis
de la propiedad privada y la competencia. En otras palabras, ambos se
desarrollaron desde una crítica de la religión, a una crítica de la filosofía;
desde una crítica de la filosofía a una crítica del Estado; de una crítica
del Estado, a una crítica de la sociedad; esto es, „desde una crítica de
la Política, a una crítica de la Economía Política, la cual los condujo,
otra vez, a la crítica de la propiedad privada“ (66).
En
el período en Kreuznach (hasta 1844) Marx se encontraba principalmente en la
órbita de la teoría crítica, mientras que Engels era mucho más práxico,
pues criticaba concretamente la Sociedad Burguesa de Inglaterra como puede ser
comprobado en la Introducción a la Critica de la Economía Política y La
Posición de Inglaterra publicadas en los Anales Franco‑Alemanes,
editados por Marx y Ruge y que aparecieron en 1844 (67).
Volvamos
a la preparación de los Anales Franco‑Alemanes que Marx hacía al
comienzo de 1844. Por este tiempo Marx estaba básicamente criticando
conceptos que recordaban el humanismo de Feuerbach, especialmente las ideas
del „burgués radical Arnold Ruge, del demócrata Julius Fröbel, del poeta
revolucionario Georg Herwegh, del periodista radical Karl Ludwig Bernays, uno
de los futuros ideólogos del verdadero socialismo, de Moses Hess y de varias
personas más“ (68).
También pensaba invitar a colaborar con el diario a los Socialistas
Franceses, tales como l,amennais, Cabet, Proudhon y Blanc, y aún más, planeó
publicar un artículo sobre Feuerbach criticando la filosofía reaccionaria de
Schelling.
Posteriormente,
en octubre de 1843, Marx y Jenny se fueron a París, donde se establecieron en
la calle Vanneau Nº 38. A fines de febrero de 1844, apareció la primera
doble edición de los Anales Franco‑Alemanes, que contenía unos artículos
de Engels, Heine, Herwegh, y cartas de Ruge, Bakunin, Feuerbach y Marx. Dos
importantes artículos de Marx aparecieron escritos en Kreuznach. Uno de ellos
era Introducción a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel (escrita
en París entre diciembre de 1843 y enero de 1844). El primer artículo, fue
un ataque contra Bruno Bauer, donde Marx mostraba que la emancipación judía
es parte de la emancipación humana total, pero hacía una distinción entre
emancipación humana y política. En el segundo artículo Marx explicaba que
no se puede separar la emancipación humana: el proletariado como clase no
puede emanciparse a sí mismo sin emancipar a la sociedad en su conjunto. En
el mismo artículo, Marx también enfatizaba que:
„(...)
el arma de la crítica no puede, por, lo tanto, reemplazar a la crítica del
arma. La fuerza material debe ser derribada por la fuerza material; pero la
teoría también llega a ser una fuerza material tan pronto como ella se
aferra a las masas“ (69).
Al
mismo tiempo relacionaba el proletariado con la filosofía:
„La
filosofía encuentra su arma material en el proletariado, al paso que el
proletariado encuentra su arma espiritual en la filosofía“ (70).
Desde
el otoño de 1842, cuando Federico Engels viajaba a Manchester, Inglaterra, y
debido a sus artículos y actividad política, Marx llegó a relacionarse con
él. Como ya dijimos, Engels envió algunos artículos a la Gaceta Renana. En
el viaje de Engels a Inglaterra, Marx encontró al mejor amigo de su vida.
Este encuentro fue muy frío y rígido, debido principalmente al conflicto de
Marx con el grupo Libertad, al que Engels valoraba políticamente (71).
No obstante, Marx consideró a Engels como un corresponsal inglés de la
Gaceta Renana y sus artículos para los Anales Franco‑Alemanes indicaban
a Marx que las ideas de Engels estaban desarrollándose en su misma dirección.
En efecto, Engels estaba ligeramente a la cabeza de Marx en ese momento. Antes
de continuar con el desarrollo intelectual y práxico del „joven“ Marx, es
necesario dedicar un capítulo a el „joven“ Engels para entender mejor el
desarrollo del socialismo filosófico científico entre 1843 y 1844.
NOTAS
(1)
Karl Marx, Frederick Engels; Collected works
(CW) (50 volumes). Volume 1, Nueva York: International Publishers, 1975ff., p.
643. Todas las traducciones de las citas de
este capítulo son nuestras.