Sección 12

GENOCIDIO Y RACISMO GLOBAL VENIDEROS


 

"Seguramente la revolución social de Venezuela no es marxista, por eso, se llama Bolivariana, pero, tampoco es anti-marxista, y por eso, es necesario también estudiar el pasado marxista para construir el futuro bolivariano, y también el pasado bolivariano para construir el futuro marxista, es decir, la totalidad de la emancipación humana."
(Franz J. T. Lee)

Rompiendo los Mitos: Genocidio y Racismo

Las dos Caras del Orden Económico real-existente.

Por: Jutta Schmitt M.A.

I SEMINARIO INTERNACIONAL DE ESTUDIOS
PENALES Y CRIMINOLOGICOS

Del 12 al 15 de Noviembre del 2002 / Colegio de Abogados / Mérida-Venezuela.

Universidad de Los Andes / Defensoría del Pueblo del Estado Mérida / Centro de Estudios Jurídicos Criminológicos y Sociales (CEJUCS), Centro de Investigaciones Penales y Criminológicos (CENIPEC) / Fiscalía General de la República / Fundación del Niño del Estado Mérida / Amnistía Internacional.

Sesión: Miércoles, 13 de Noviembre, 2002.

Ponente: Jutta Schmitt M.A.

Conferencia Magistral:

Rompiendo los Mitos: Genocidio y Racismo –

las dos Caras del Orden Económico real-existente


Introducción

En esta contribución al Primer Seminario de Estudios Penales y Criminológicos vamos a hablar sobre un género de crímen que, de algun modo, oscila entre la categoría de “genocidio” y la del “crimen de lesa humanidad”, por cuanto comprende actos de hostilidad y exterminio de las más diversas apariencias, como enumeradas en ambas categorías. Vamos a tratar de dilucidar la estrecha relación que existe entre este tipo de crímen, el fenómeno del racismo, y un orden económico mundialmente establecido que históricamente ha sido conocido como el capitalismo o el modo de producción capitalista. No será fácil tratar sobre un tema de tan alta complejidad en un tiempo relativamente breve; por ende enfatizamos que aquí no podemos presentar una investigación exhaustiva al respecto, sino más bien una aproximación, resaltando de manera sintetizada los aspectos más importantes según nuestro criterio.

Antes de entrar en la presentación de nuestra problemática, es pertinente señalar las definiciones correspondientes a los términos “genocidio” y “crímen de lesa humanidad”. En el Artículo 6 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, aprobado el 17 de Julio de 1998, se define el termino “genocidio” en las siguientes palabras:

“A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por "genocidio" cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal: a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.” (1)

En el Artículo 7 del mismo Estatuto, se define el término de “crímen de lesa humanidad” de la manera siguiente:

“A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por "crimen de lesa humanidad" cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque: a) Asesinato; b) Exterminio; c) Esclavitud; d) Deportación o traslado forzoso de población; e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional; f) Tortura; g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable; h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos (...), i) Desaparición forzada de personas; j) El crimen de apartheid; k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física.” (2)

Si examinamos, aunque someramente, la historia del orden económico establecido a escala global - el mercado mundial - nos encontramos con que, desde un principio, éste ha sido vinculado, en gran medida, a casi todos los actos atroces enumerados tanto bajo el concepto del genocidio como él del crimen de lesa humanidad, sin que este hecho histórico haya, en medida significante, penetrado la consciencia social del mundo perpetrador de tales crímenes, ni tampoco la del mundo víctima. Testimonio de ésto es el hecho de la omnipresencia, perseverancia y virulencia del racismo en todas las esferas sociales tanto de los países que constituyen el hoy denominado mundo “altamente tecnologizado, avanzado”, como de los propios países que conforman el eufemísticamente llamado mundo “en vías de desarollo” – racismo, que ha contribuido y seguirá contribuyendo, como explicaremos a lo largo de nuestra exposición, a la aniquilación de la gran mayoría de aquellos habitantes de este planeta, cuya fuerza de trabajo física históricamente ha contribuido a construir inmensas riquezas que no están a su alcanze, y la cual hoy ya no tiene significancia económica ante la plena realización a escala global o “globalización” del modo de producción capitalista, que es, al mismo tiempo, su agonía.

En lo que sigue vamos de manera altamente sintetizada y necesariamente simplificada, primero, romper el mito de la existencia perpetua del actual modo de producción y señalar tanto las tendencias que apuntan hacia su destrucción y/o superación, como también las nefastas consequencias de éstas para una gran parte de la población mundial; segundo, romper el mito de que el genocidio es una especie de “accidente aberrante” en la historia humana y revelar su continuidad histórica, vinculada al racismo; y tercero, romper el mito de que el racismo es un problema “sui generis”, supuestamente desvinculado del propio modo de producción capitalista, señalando su función ideológica de racionalizar no sólo la explotación económica sino el exterminio de la fuerza de trabajo físico-humana, superflua.

 

1. Diagnóstico del ámbito económico:
Desaparición de un modo de producción

La historia del ser humano con todas sus expresiones, distorsiones y perversiones en el plano económico, político y social, es la historia del trabajo humano, la historia de la reproducción y producción material del ser humano, que no es otra cosa que la historia de la relación de la sociedad hacia la naturaleza, relación que ha atravesado diferentes niveles, étapas o “modos” de producción, comenzando aquél en que nos encontramos todavía hoy – el modo de producción capitalista - con la constitución del mercado mundial a partir de los siglos 15/16 que procedió a la sistemática explotación del trabajo físico y de los recursos naturales y su organización eficaz a nivel internacional. 5 siglos después, en este momento preciso de la historia del trabajo humano, estamos presenciando cómo la explotación del trabajo físico y de los recursos naturales en función de la producción de ganancias – características eminentes de lo que ha sido el modo de producción capitalista - están progresivamente siendo sustituidos por la explotación del trabajo intelectual y de los recursos sociales. (3)

En la dinámica propia del capitalismo de constantes innovaciones y revoluciones tecnológicas, la fuerza de trabajo física ha sido desplazada por máquinas a escala cada vez más amplia y sofisticada, y algo similar ocurre con los recursos naturales, el valor de cambio de los cuales está en constante declive y que se verán progresivamente reemplazados por la creación de nuevos géneros de recursos y materiales semi-artificiales y artificales. Las revoluciones tecnológicas y el progresivo reemplazamiento de la fuerza de trabajo física han sido acompañados por una inmensa centralización y concentración de capital a nivel global, expresada en el “corporatismo”, con la economía mundial dominada por unas 200 corporaciones – a su vez dominadas por corporaciones basadas en los EEUU - que participan con un 27,5 por ciento en la actividad económica mundial, mientras que emplean un mero 0.78 por ciento de la fuerza de trabajo total, global. (4) Las grandes corporaciones han incidido en la aceleración de los procesos de liberalización de comercio y finanzas que les brindan libertades considerables para perseguir sus ganancias a nivel internacional, al igual que también en la aceleración de las fusiones para poder mantener su competitividad en el mercado global. (5) Notablemente, todas estas tendencias hacia la obsoletización completa de la fuerza de trabajo física y la eliminación de la competencia en el mercado por monopolios y oligopolios apuntan hacia una final implosión violenta de la producción de ganancias, con nefastos consequencias para el entero sistema económico y social a nivel mundial. Una especie de sombra de tan siniestro futuro ya se está haciendo visible en forma de la actual crisis económica y financiera mundial con su militarización de las economías y de lo que queda de las propias “relaciones internacionales” hacia un fascismo mundializado o globofascismo. (6) Aunado a ésto y muy en contraste con las constantes y cada vez más aceleradas revoluciones tecnológicas, se empieza a hacer sentir la aguda ausencia de una revolución energética, para prevenir y superar a tiempo el previsible colapso del abastecimiento energético-fósil convencional, el cual llegará a su fín en menos de medio siglo (7) , y el cual también oscurece con su sombra bélica a nuestro presente inmediato.

Resumiendo en pocas palabras el cuadro presentado, consta, que el modo de producción capitalista, que no es otra cosa que la producción de ganancias y destrucción tanto de la fuerza de trabajo físico-humana como de los recursos naturales, está llegando a su plena realización. Esto significa la total penetración de todos los espacios y tiempos históricos, homogeneizando y simultaneizando todos los relictos de modos de producción anteriores al capitalismo todavía coexistentes en términos del desarrollo igual, desigual y combinado, equivalente a la superación de los dos parámetros clásicos del capitalismo, por medio de los cuales se ha medido el valor de la fuerza de trabajo física, dirigida hacia la explotación de los recursos naturales ubicados en la geografía del planeta tierra: el tiempo y el espacio. Vale decir, que esta realización plena del capitalismo a escala mundial equivale a su agonía, a su cambio radical hacia la predominancia de la explotación del trabajo intelectual (no necesariamente medible en parámetros de tiempo) y de los recursos sociales (no necesariamente ubicables en términos de espacio).

Ahora bien, la expresión de esta fase de un modo de producción agonizante, que o bien perece con todos sus componentes o bien queda superado en un cambio radical hacia un nuevo modo de – creación - emergente, la vemos perfilarse con claridad en nuestro presente: la destrucción feróz y despiadada de lo que ya no sirve en miras al horizonte del trabajo intelectual: la gran reserva de fuerza de trabajo físico-humana superflua, inútil. Así que, y entrando en nuestro próximo punto de análisis, el modo de producción capitalista se despide tal y como ha entrado a su existencia: con las manos llenos de sangre.

 

2. Breve sumario histórico de los genocidios cometidos
por orden económico-social; origen y función del racismo

El “descubrimiento” de América y el colonialismo subsiguiente marcaron el comienzo de la constitución del mercado mundial a partir de los siglos 15/16, la cual precede el propio despegue del modo de producción capitalista en los países de Europa occidental, posible en gran medida a costas del hoy llamado “Tercer Mundo”, cuyos propios procesos económicos, políticos y sociales fueron brutalmente interrumpidos y condenados al estancamiento por no decir al retroceso. Esta constitución originaria del mercado mundial bajo la forma del colonialismo empieza con y se caracteriza por el genocidio de los pueblos Americanos, de los cuales 12 millones de personas perecieron dentro de los primeros 40 años después del “descubrimiento” por Colón. (8) En relación a los pueblos Africanos se estima, que en el marco del genocidio que fue el nefasto comercio de esclavos transatlántico, perecieron unos 200 millones de Africanos. (9)

Existe una relación histórica directa entre la inmensa riqueza robada y extraída por medio del trabajo esclavizado y forzado de las colonias, la acumulación del capital comercial y financiero y la creación de condiciones objetivas favorables que posibilitaron la revolución industrial en Europa occidental. (10) Ahora, en aquél período histórico, dentro del marco del emergente modo de producción capitalista, la fuerza de trabajo físico-humana experimentó un cambio en cuanto que ya no estaba exclusivamente destinada a la producción de necesidades inmediatas y valores primordialmente de uso, sino empezó a ser utilizada en función de la producción de valores de cambio, rompiéndose así un límite si se quiere “físico-natural” de producción y consumpción, dando paso a su brutal explotación sin piedad, terminando convirtiéndose la propia fuerza de trabajo física en una mercancía – momento, que marca su gradual y progresiva destrucción histórica. Esta explotación sobremanera de la fuerza de trabajo físico-humana en la era de la expansión colonial y de la esclavitud, que condujo al exterminio de millones de personas, requería una especie de “justificación” ideológica, la cual se formuló en términos de la “superioridad racial” de los colonizadores y la “inferioridad racial” de los colonizados, surgiendo así el racismo. (11)

El racismo tal y como lo conocemos todavía hoy es un producto directo del auge y de la expansión del modo de producción capitalista a partir de los siglos 15/16. La destrucción ciega, despiadada y bárbara de civilizaciones y culturas no-europeas en América, Africa y Asia, la esclavización de sus miembros y su sometimiento al trabajo forzado se formuló y justificó en términos de la “misión civilizadora” de una “cultura superior” – la Europea – invirtiéndose así la verdad histórica de un proceso colonizador perverso, inhumano, devastador y aniquilador, que arrastró todo lo que encontró a su paso. En un grotesco y exitoso intento de propagación de su “superioridad racial”, el colonizador Europeo, atropellador e inhumano, se pintó, bajo recurso a su religión monoteísta-cristiana que contiene rasgos igualmente racistas y discriminadores, como el portador de la “luz” y de la “cultura” ante el colonizado indígena, cuya persona y cultura fueron degradados y descalificados como sub- o no-humanos en términos de “pagano”, “salvaje”, “hóstil”, “retrasado” y “primitivo” – “luz” y “cultura” que reclamaron, lo repetimos, millones y millones de vidas humanas.

Uno de los puntales claves del racismo lo constituyó y lo sigue constituyendo el falseamiento de la historia y la propagación de mitos históricos, como lo es el gran mito del “descubrimiento” de América por Cristóbal Colón, mito que existe básicamente sin romper hasta hoy día. Conste aquí, que los trabajos realizados y publicados acerca de la Presencia Africana Precolombina en las Américas no han logrado penetrar la historiografía oficial ni tampoco sustituir la ensenañza oficial tergiversada hasta hoy día, impidiendo de tal manera la necesaria rectificación y final eliminación de un mito nefasto, que sigue existiendo en el servicio de la perpetuación de una supuesta superioridad o inferioridad racial de los pueblos. Lejos de poder romper el Mito de Colón tan cuidadosamente velado a lo largo de los siglos y tan asentado en la “consciencia social común”, estos trajabos historiográficos “anti-mito”, como lo es por ejemplo el trabajo del historiador, lingüista y antropólogo Guyanés, Dr. Ivan Van Sertima, parecen ser condenados al mero registro histórico. (12) Contrario a la realidad histórica revelada por Van Sertima, que demuestra una pacífica y fructífera presencia cultural y científica Africana en las Américas a partir de 700 antes de Cristo (13), se tejó el gran mito del gran hombre blanco, europeo, audáz e impávido, que llegó a “descubrir”, “civilizar” y “cristianizar” a un “nuevo” mundo, supuestamente “bárbaro”, “subhumano” e “indigente”, expresión degradadora que ha sido eternalizada en el propio termino “indígena” y al revés. Esta racista imágen tergiversada sobre las civilizaciones no-europeas sirvió como justificación para el empleo de practicas genocidas, que parecieran la “via natural” de cómo tratar a pueblos y civilizaciones no-europeas, “subhumanas” y “bárbaras”, y sirvió además para legitimar el carácter exterminista, esclavista y represor del nuevo poder europeo violentamente impuesto sobre éstas. Para el poder europeo, los genocidios cometidos se tradujeron en un pillaje sin ningun tipo de trabas morales o de consciencia humana, en la conquista económica y política de vastas regiones de la tierra, y en la glorificación histórica de la propia “raza” europea.

La imagen mítica, racista del „colonizador culto“ y del „colonizado salvaje“ no sólo penetró la consciencia social de la Europa expansiva de los siglos 15/16, como quedó manifiesto en las expresiones filosóficas, literarias y “científicas” tanto del renacimiento como de la ilustración, sino quedó psicológicamente asentada en la consciencia social de los propios pueblos subyugados. Tanto es así, que hasta hoy día parece imposible de lado y lado de no conceptualizar a los pueblos que trágico e históricamente han sido racialmente degradados hasta el más bajo nivel social, especialmente los pueblos Africanos, en términos de algún tipo de “inferioridad”, o de no conceptualizar los antiguos colonizadores, hoy naciones “altamente desarrolladas”, en términos de algún tipo de “superioridad”. El ya mencionado historiador Ivan Van Sertima resume este hecho con las palabras siguientes:

“El Africano negro siempre ha sido presentado como el más bajo de los bajos, por lo menos desde la era de la conquista y de la esclavitud. Su humillación a escala mundial comienza, en efecto, con la apariencia de Colón. ... La imagen del Africano negro como una criatura atrasada, apática y estúpida todavía existe hoy en día. No sólo su naturaleza humana y su libertad, sino hasta la memoria de sus méritos culturales y tecnológicos antes del momento de su degradación pareciera haber sido eradicada de la consciencia histórica.” (15)

Así que una vez sembrado el racismo y eliminado de la consciencia social el pasado de los pueblos no europeos - tragado por el Mito de Colón, el presente y futuro de los pueblos tanto de las Américas como los del Africa quedaron en manos de los colonizadores. En las palabras del famoso escritor británico, George Orwell: “quien controla el pasado, controla el futuro; quien controla el presente, controla el pasado”. (16)

 

3. El control total: Hacia los genocidios del siglo XXI

Gracias a la ideología del racismo, las civilizaciones no-europeas arrastradas al molino de un emergente mercado mundial habían sido históricamente calificadas como „inferiores“, „primitivos“ y en última instancia no-humanas, como lo indican inequívocamente los calificativos „bárbaro“ y “salvaje”, adscritos a estas civilizaciones. Es ésta precisamente la razón por la cual las atrocidades cometidas en su contra - matanzas, lesiones a la integridad física y mental, sometimiento a condiciones de existencia que acarrearon su destrucción física a veces parcial, a veces total; asesinatos, exterminios, esclavitud, deportación y traslado forzoso, privación grave de la libertad física, tortura, violación, esclavitud sexual, persecución, etc. etc. - no califican en la consciencia histórico-social de los perpetradores como aquél, lo que fueron en efecto: genocidios y crimenes de lesa humanidad.

El mercado mundial en su función de organizar la explotación de la fuerza de trabajo física y de los recursos naturales en el servicio de la producción de ganancias, ha engendrado y propulsado el proceso de desintegración de las civilizaciones no-europeas y su sometimiento forzoso bajo los requerimientos económicos de las metrópoli capitalistas, acarreando a lo largo del proceso y después de su inicio cataclísmico, pobreza, desnutrición, desempleo, éxodo rural, incremento demográfico y migración para los hoy países del Tercer Mundo. A grosso modo, las guerras y conflictos armados surgidos ahí y dentro del marco de los cuales también se vieron crimenes de lesa humanidad y genocidios, han sido consecuencia y parte intrínseca del establecimiento y funcionamiento normal del mercado mundial.

Pareciera y así se le suele presentar a los ojos del mundo, que la causa de las guerras y actos de genocidio y/o lesa humanidad ocurridas en los países del propio “Tercer Mundo” la constituyesen a menudos conflictos raciales, étnicos y religiosos, lo que le echa leña al fuego de los acariciados prejuicios raciales en las metrópoli, del carácter “primitivo” y “bárbaro” de los habitantes de estas regiones de la tierra, históricamente atropelladas, cuando la realidad es mucho más compleja. La identidad étnico-racial es, en primer lugar, el producto directo de la propia historia del auge y expansión del modo de producción capitalista y su establecimiento como sistema internacional, dentro de lo cual surge el tribalismo como un fenómeno inducido por la táctica del divide et impera del colonialismo, la que aprovechó y agudizó las rivalidades existentes, de por sí no necesariamente virulentas ni letales. (17) La misma táctica, empleada en diferentes niveles, sigue operando hoy por hoy en el servicio de los intereses económicos de las grandes potencias económicas y corporaciones transnacionales y sus brazos políticos extendidos a lo largo y ancho de todo el planeta. (18) De igual manera sigue existiendo y operando la descalificación racista de la gran parte de los habitantes históricamente desafortunados y desamparados de los países del Tercer Mundo, en función de preparar el terreno para la aceptación psicológico-social, específicamente por parte de las poblaciones en la metrópoli, de los masacres venideros del siglo XXI.

Si bien las atrocidades – y ahora sí, bárbaras – cometidas en contra de las civilizaciones no-europeas a lo largo de la expansión del capitalismo no habían podido sacudir ni penetrar la consciencia social en las metrópoli, aquellas cometidas dentro de su propio seno sí así lo hicieron y dieron paso a esfuerzos de establecer organismos internacionales ante las cuales se pudiese acudir para denunciar y prevenir tales catástofes. Nos referimos aquí al Holocausto Nazi con sus 6.000.000 de víctimas Judíos, que sentó las bases y los antecedentes para un enjuiciamiento internacional de los perpetradores de tales crimenes. (19)

Reconectando con nuestra introducción, en el marco de los cambios radicales hacia un modo de – creación – basado en el trabajo intelectual y los recursos sociales, donde la fuerza de trabajo física ya no tiene función, y en medio de las crisis económica, financiera, energética, política y social a nivel mundial, estamos presenciando una reanimación del racismo a escala global justo cuando se perfila una reducción drástica de la población mundial en primer lugar mediante el propio efecto devastador de las crisis y en segundo lugar ante la “nueva guerra sin fin” anunciada por la potencia económica y militar más grande del planeta, en el efecto ulterior del 11 de Septiembre del año pasado. El polvo de las Torres Gemelas colapsadas todavía no se había puesto, cuando los culpables, la “incarnación del mal”, ya tenían rostro: los musulmanes y el Islam. Conste, que la imagen del enemigo ya estaba ahí, lista para ser activado, y bajo omisión de cualquier principio del estado de derecho que partiese de establecer pruebas basadas en una investigación exhaustiva del crimen perpetrado – la cual queda obstaculizada hasta hoy día – se procedió a declarar los culpables en base del imagen de enemigo ya establecido, y en base de “pistas”, “vínculos”, suposiciones, sospechas y la manipulación táctica de la opinion pública hacia la aceptación ciega de cualquier medida antidemocrática tanto en el plano doméstico como en el plano de la política exterior. El presidente de los EEUU, George W. Bush, no tardó en declarar la “guerra contra el mal”, en contra de los así denominados terroristas, que hubiesen declarado la guerra contra el “mundo civilizado” por su “envidia a la libertad y democracia” ahí reinante. En cuestión de pocos días, el discurso político de todos los gobernantes occidentales se centró públicamente en la reactivación racista del viejo y eficaz mito, “civilización versus barbárie”.

Mientras que se mantenía fresca la impresión del catástrofe del 11 de Septiembre mediante la conducción de nuevos “ataques terroristas” en forma de una subsiguiente guerra biológica de baja intensidad en una población Americana altamente angustiada y asustada, mientras que se veían potenciales terroristas detrás de cada esquina y sobre todo de cada cara árabe, mientras que se hablaba de la nueva “cruzada” contra el terrorismo y la “fumigación de sus huecos” alrededor de todo el planeta, pasó casí desapercibido por la opinión pública mundial la formulación y entrada en vigencia de la Doctrina Bush, de la “Defensa Ofensiva” con implicaciones nefastas no sólo para las libertades y derechos civiles en los propios EEUU, sino para la estructura entera y el equilibrio de las relaciones internacionales. Esta doctrina no tolera ningún tipo de no-alineación respecto a la “campaña en contra del terrorismo”, ejerciendo presiones de todo índole sobre naciones particulares y sobre la propia estructura internacional, e intenta minar aún más, por no decir eliminar la precaria soberanía específicamente de los Estados del Tercer Mundo. La estrategia expuesta en la nueva National Security Strategy (Estrategia de Seguridad Nacional) delinea y declara en primer lugar una “guerra prolongada en el tiempo” en contra de un enemigo definido en terminos difusos, omnilatente y omnipresente a la vez, justificando así la eventual declaración de literalmente cada nación, grupo o individuo como “terrorista” si así lo consideren pertinente los EEUU, advocando en consecuencia y abiertamente, que “la mejor defensa es una buena ofensiva” y dejando así claro, que los EEUU actuarán, si fuese necesario a propia cuenta, en contra de “amenazas emergentes” antes de que se formasen éstas. En otras palabras, en medio de la reanimación y reactivación racista de una imágen enemiga ya establecida, se formuló la Doctrina de la Guerra Preventiva. (20)

En este contexto llama poderosamente la atención, de que el actual gobierno de los EEUU, país signatario del Estatuto de Roma en 1998 que dió paso a la creación de la Corte Penal Internacional, en una constancia dirigida al Secretario General de la Corte Penal Internacional en Mayo del 2002, haya declarado que "los EEUU no tienen obligación legal ninguna que se pueda derivar de su firma del Estatuto de Roma” – aseveración, que es equivalente a “des-firmar” el Tratado y a retirar cualquier desenvolvimiento de los EEUU en este recién establecido organismo internacional. (21) A finales del subsiguiente mes de Junio, por medio de su derecho al veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, EEUU realizó su amenaza de bloquear todas las operaciones de “mantenimiento de paz” hasta tanto sus soldados gocen de immunidad ante la Corte Penal Internacional. (21) Es más, la administración Bush ultimamente y bajo la amenaza de cortar la ayuda militar para aquellos países que no accedan, ha venido ejerciendo presión sobre cada nación de firmar un acuerdo bilateral con EEUU que le impida a las partes signatarias de extraditar a ciudadano estadounidense alguno, ni tampoco a cualquiera que jamás haya trabajado para las fuerzas militares de los EEUU, incluyendo sus concesionarios oficiales. (23)

Ahora bien y para finalizar, ¿cuáles son las “amenazas emergentes” reales de nuestra era, que encuentran su expresión desesperada en las inestabilidades sociales y políticas que afectan a la gran mayoría de los países en nuestro presente? ¿Qué es, lo que destaca la ilustre “civilización” occidental ante la “barbárie” del Tercer Mundo? ¿Qué es lo que realmente está en el orden del día global?

En nuestro criterio, las amenazas reales y en parte ya realizadas, las constituyen la obsoletización completa de la fuerza de trabajo física a escala mundial, la implosión violenta del modo de producción capitalista o de ganancias y la aguda ausencia de una revolución energética que acompañase el salto a un probable modo de - creación – plenamente basado en el trabajo intelectual y los recursos sociales. En cuanto a lo que destaca a la supuesta “civilización” occidental en este momento preciso de la historia del trabajo humano ante una supuesta “barbárie” de los Países del Tercer Mundo, históricamente atropellados y forzosamente sometidos bajo los requerimientos económicos del mercado mundial, es el dominio sobre un concentrado y vasto arsenal de tecnología altamente sofisticada y avanzada tanto de producción como de destrucción, dominio que le permite perseguir sus intereses inmediatos sin obstáculo ninguno.

De tal modo, en el orden del dia global están la destrucción de la gran reserva superflua de fuerzas de trabajo físico-humanas en el planeta y el pleno aseguramiento de las reservas energéticas tradicionales para darle un corto respiro de gracia a un modo de producción en agonía. Los mecanismos psicológicos para “aceptar” las matanzas venideras a escala mundial ya han sido puestos en marcha con la reanimación del racismo en terminos de un “choque de civilizaciones”. (24) Estos mecanismos están además siendo reforzados por un acondicionamiento mental incesante y sin piedad por medio de la recién proclamada “guerra de ideas” dentro del marco de la ya mencionada National Security Strategy de la actual administración Bush en EEUU (25), difundida por los inevitables medios de comunicación de masas globales en su guerra de información o más bien desinformación, que nos ayuda a ajustar nuestra visión del mundo y nuestro pensamiento de acuerdo con los parámetros requeridos en esta nueva era de la aniquilación de vidas humanas masiva, donde no sólo la vida, sino la propia muerte, es medida - como lo ha demostrado este modo de producción desde su nacimiento y expansión en los siglos 15/16 - con dos medidas diferentes, donde las vidas “sub-humanas” de los que conforman el mundo “no-civilizado” no figuran, y por ende sus muertes constituyen tan solo un “daño colateral”.

Más allá de cualquier derecho internacional formal-existente, la Doctrina Bush de la Defensa Ofensiva, expresión militar máxima de la ultima ratio de la lógica de la explotación capitalista, hace recordar los inicios cataclísmicos y sangrientos de este sistema, y se encuentra en la cercanía de las definiciones de genocidio y crimenes de lesa humanidad con las que hemos introducido nuestra exposición, con una significante excepción, con la que vamos a romper el velo, que la propia ideología racista le ha puesto al antagonismo de clases existente, agudizante y agonizante en los niveles nacional e internacional: queda excluida de las definicones de genocidio y crimenes de lesa humanidad la clase social de los trabajadores a escala global, vendedores de su fuerza de trabajo física, amenazados de extinción por orden económico-social existente.



NOTAS DE PIE

1 Estatuto de Roma de la recién establecida Corte Penal Internacional, primer tribunal penal permanente que establece responsabilidad penal individual por la comisión de violaciones graves tanto contra el derecho internacional como contra los derechos humanos. El Estatuto está publicado en:
http://comunidad.derecho.org/pantin/eroma.html; revisado el 05.11.02.
2 Ibidem.
3 El trabajo intelectual está históricamente arraigado en el ámbito de la organización y supervisión social del trabajo. En el propio modo de producción capitalista, durante mucho tiempo, el trabajo intelectual (como fuerza de trabajo) constituía un trabajo indirectamente productivo (en la “antesala” de la producción). En el marco del desplazamiento progresivo y masivo del trabajo físico por máquinas, es decir de la tecnologización o automatización creciente de la producción, el trabajo intelectual se ha convertido en un trabajo directamente productivo. Aún cuando formalmente el valor de cambio de la fuerza de trabajo intelectual sigue y seguirá ser medido en términos de tiempo (=el equivalente de su reproducción material mediante la adquisición de mercancías, expresado a su vez en horas de trabajo), el trabajo intelectual de por sí no es individual-concreto, sino social-abstracto, por eso no estrictamente cuantificable en términos de tiempo. Si bien el valor de cambio de la fuerza de trabajo física comprendía la mera conservación y reproducción física de esta fuerza de trabajo, el valor de cambio de la fuerza de trabajo intelectual comprende tanto la reproducción física como intelectual de esta fuerza de trabajo, o sea, hay que reproducir y a menudos ampliar el conocimiento de estas fuerzas de trabajo, con lo que entran elementos dificilmente cuantificables como lo son la educación y la constante re-educación y formación - elementos sociales-abstractos. Consideramos, que el llegar a ser predominante de la explotación de la fuerza de trabajo intelectual anuncia el colapso de la producción basada en el valor de cambio y por ende marca una etapa de transición hacia un probable nuevo modo de –creación -.
4 Sarah Anderson and John Cavanagh, Top 200: The Rise of Corporate Global Power („Los 200 de la Cima: El Auge del Poder Global Corporativo“) ; análisis disponible en:
http://www.ips-dc.org/downloads/Top_200.pdf; revisado 06/11/02.
5 Ibidem.
6 Véase mi ponencia presentada en el marco del „Seminario Nacional Racismo y Terrorismo: ¿Dialéctica de la Globalización? de Noviembre del 2001, titulada “Acerca de la Función objetiva del Terrorismo y Racismo en la Era de la Globalización”; http://www.geocities.com/juschmi/publications00012.html .
7 En cuanto al actual panorama energético mundial y a las inminentes guerras, propulsadas por EEUU y relacionadas al aseguramiento del abastecimiento energético, véase el análisis de Pedro A. Prieto, “Un cuento de terrorismo energético”, en http://www.eurosur.org/rebelion/imperio/prieto051102.pdf ; revisado 06/11/02. En la página 3, el autor nos explica: “Al ritmo de consumo de 2001, queda en el planeta
petróleo para unos 40 años; gas natural para unos 60; uranio para unos 67 años y carbón para unos 232 años. Todo ello, suponiendo que ninguno de estos combustibles tenga que sustituir a los que primero se vayan agotando, siendo el petróleo el que antes se va a agotar y el que mayor peso soporta en el consumo humano actual: el 40 % de toda la energía fósil y nuclear que el planeta consume.”
8 Jan Carew, Kolumbus und die Ursprünge des Rassismus in Amerika („Colón y los origenes del racismo en América”), http://www.amana-online.de/pp/aa/carew_colon/carew_colon_05.shtml; revisado 05/11/02.
9 Ibidem. Las estimaciones sobre el número de víctimas varían entre los 50 y 200 millones. Esta última cifra incluye los entre 10 y 20 millones de esclavos estimados haber sido lanzados al oceano atlántico o bien por haber muertos durante el viaje o bien por subir los precios de la mercancía humana. También incluye los muertes por resistencia a la captura en el propio continente Africano, como los muertes causados por el desmoronamiento de las sociedades Africanas después de que sus miembros más jovenes y fuertes habían sido capturados y deportados. La African World Reparations and Repatriations Truth Commission (“Comisión de la Verdad del Mundo Africano de Reparaciones y Repatriación”) propone el equivalente de 777 trillones de dólares americanos (1 trillon equivale a 1 millon de billones o 1.000.000.000.000.000.000)
– 3500 veces el monto de la deuda externa de los países Africanos en su conjunto – como suma realística en reparaciones para el genocidio cometido contra los Africanos durante la época de la colonización y del comercio de esclavos, con sus consequencias abismales para la historia Africana, que comprometieron su futuro entero hasta el extremo, que este futuro es prácticamente inexistente, en otras palabras, que Africa no
tiene futuro porque le robaron y destruyeron su pasado y presente.
10 Véase Ernest Mandel, Tratado de Economía Marxista, Tomo II, Serie Popular Era, México 1978, capítulo 13, “El Imperialismo”, primer párrafo “El Capitalismo y la Desigualdad entre las Naciones”.
11 Para un estudio del origen del racismo como ideología racionalizadora de la explotación de los pueblos no-europeos en idioma castellano, véase Franz J.T. Lee, “Raíces Históricas y Socioeconómicas del Racismo: Sudáfrica y Guyana“, en: Rita Giacalone et al, Guyana Hoy, Corpoandes Editorial Venezolana C.A., Mérida 1982.
12 Dr.Van Sertima, en su trabajo clave titulado They came before Columbus. The African Presence in Ancient América, 1976 (“Llegaron antes de Colón. La Presencia Africana en la América Antigua”), demuestra en base de historia documentada, artefactos culturales Africanos encontrados en las Américas, y otras evidencias relacionadas a las ciencias, a la lingüística, a la botánica y a la architectura, que los
Africanos habían realizado viajes al “nuevo mundo” y establecido su presencia siglos antes de la llegada de Cristóbal Colón en 1492. También señala la alta probabilidad de que Colón ya tenía conocimiento de una ruta marítima hacia las Américas desde sus días como comerciante precisamente en Guinea, Africa. Dr. Van Sertima también es el fundador de la renombrada revista Journal of African Civilizations (“Revista de las Civilizaciones Africanas”, fundada en 1979), la cual trabaja en función de la rehabilitación histórica, científica y cultural de los pueblos Africanos. Para un breve bosquejo de los trabajos escritos por Van Sertima, véase las siguientes páginas web: http://www.cwo.com/~lucumi/vansertima.html y http://www.cwo.com/~lucumi/sertima.html;
la propia página web del autor todavía se encuentra en proceso de construcción: http://www.vansertima.com/newpage1.htm (páginas visitadas el 04/11/02).
13 Véase Van Sertima, They came before Columbus, New York 1976.
14 Jan Carew nos explica: “El renacimiento glorificó las hazañas de los hombres blancos, europeos y proscribió los méritos de las mujeres, de los Judeos y de los seres humanos no-europeos al basurero.” “http://www.amana-online.de/pp/aa/carew_colon/carew_colon_05.shtml; revisado 05/11/02. En cuanto a la ilustración, las posturas de filósofos tan ilustres como lo fueron Montesquieu y Voltaire en cuanto al hombre no-europeo, específicamente Africano, negro, son notoriamente conocidas.
15 Ivan Van Sertima 1976, 27-8., citado en: Jan Carew, op.cit.;
http://www.amana-online.de/pp/aa/carew_colon/carew_colon_03.shtml; revisado 04/11/02.
16 Original en inglés: “Who controls the past, controls the future, who controls the present, controls the past.” En: George Orwell, 1984, Signet Classics / New American Library 1969, página 204.
17 En esta linea argumenta el autor alemán, Ekkehard Krippendorff, en su libro Internationale Politik: Geschichte und Theorie. (“Política Internacional: Historia y Teoría”); Campus Verlag, Frankfurt / New York 1986, páginas 265 – 268.
18 El ejemplo más reciente y notorio de un “genocidio cometido entre grupos étnicos” en el Tercer Mundo, específicamente en Africa, que ha sido pintado como un problema exclusivamente interno-étnico, es la masacre de 800.000 Tutsis en Rwanda en 1994. Destaca en el caso, que el testimonio clave del testigo experto y periodista alemán, Uwe Freisecke, ante el Tribunal de las Naciones Unidas para Rwanda en Arusha, Tanzania, ha sido rechazado como irrelevante e inadmisible, cuando su testimonio declaraba, que la violencia desatada en Rwanda no era atribuible a un conflicto interno, sino causado por la intervención deliberada de poderes internacionales, que crearon las condiciones necesarias para que se desatara el catástrofe y que ayudaron a una de las partes del conflicto para conducir sus operaciones militares. Véase
los detalles de este testimonio en: http://www.expotimes.net/backissuesjul1/jul14.htm; revisado 08/11/02.
19 Véase los Juicios de Nuremberg, que empezaron el 18 de Octubre de 1945 con la acusación formulada en contra de 20 individuos y diferentes organizaciones, alegando: 1., conspiración; 2., crímen contra la paz; 3., crimenes de guerra y 4., crimenes de lesa humanidad. Para información detallada, en:
http://www.theatlantic.com/unbound/flashbks/nurember/wyprec.htm; revisado el 08/11/02. Sigió la Resolución 96 (I) de las Naciones Unidas del 11 de Diciembre de 1946, declarando el genocidio un crimen juzgable bajo el derecho internacional, y luego la Resolución 260 (III), del 9 de Diciembre de 1948 denominada la Convención para la Prevención y el Castigo del Crimen de Genocidio; véase
http://www.fordham.edu/halsall/mod/UN-GENO.html; revisado el 08/11/02. Conste, de paso y poco glorioso, que sólo meses después de la derrota de Alemania en 1945, a muchos de los científicos alemanes Nazi se les ofreció discreto y secretamente el traslado a EEUU, donde fueron integrados a trabajar en proyectos militares y espaciales. La Operación fue denominada “Operation Paperclip”.
http://www.goordnance.apg.army.mil/OPpaperclip.htm; revisado 08/11/02.
20 National Security Stragegy (Estrategia de Seguridad Nacional), documento entero disponible en:
http://www.whitehouse.gov/nsc/nss.html; revisado 09/11/02. Cabe resaltar aquí, que se distinguen dos tipos de acción militar preventiva, expresado en el idioma inglés en los terminos “pre-emptive” y “preventive”, aludiendo el primero de ellos a una acción militar emprendida ante una amenaza inminente y claramente visible como lo es por ejemplo la movilización de tropas en la frontera de un país vecino y el establecimiento de equipo militar apuntando hacia la propia nación; mientras que el segundo tipo de acción militar preventiva alude a un ataque militar más bien arbitrario en contra de un país determinado, antes de que éste haya adquirido una capacidad militar que podría, en un futuro, convertirse en una amenaza para la propia nación. En el lenguaje oficial de la administración Bush, estos dos terminos se emplean a menudos sin diferenciación en el sentido expuesto bajo el segundo termino, “preventive”. Véase al respecto la declaración del Senador Edward M. Kennedy, realizada en el Senado estadounidense el 7 de octubre del 2002, publicado en: http://truthout.com/docs_02/10.09A.kennedy.htm , revisado 10/11/02.
21 http://www.endgenocide.org/ceg-icc/unsigning/unsigning.htm; revisado 08/11/02.
22 En un voto de 13 a 1, EEUU se opusieron a una renovación para 6 meses de las operaciones de “mantenimiento de paz” en Bosnia. http://www.endgenocide.org/ceg-icc/unsc1422/june30.htm ; revisado 08/11/02
23 http://www.endgenocide.org/ceg-icc/index.htm; revisado 08/11/02
24 Nos referimos aquí al término de Samuel P. Huntington, en su escrito titulado así mismo, The Clash of Civilizations (“El choque de civilizaciones”); quien sostiene, que el origen de los conflictos en el mundo postguerra fría ya no es y será de índole ideológico o económico, sino cultural.
http://www.alamut.com/subj/economics/misc/clash.html ; revisado 10/11/02.
Nosotros sostenemos, que tal “choque de civilizaciones” no es otra cosa sino la apariencia global de un antagonismo de clase agudizado y mundializado, expresión a su vez de la relegación a la obsoletización a la fuerza de trabajo física predominante en vastas regiones de la tierra que siguen componiendo en el llamado “Tercer Mundo”.
25 La Doctrina Bush, expuesta en la National Security Strategy, dice en su punto III lo siguiente: “We will also wage a war of ideas to win the battle against international terrorism” (También vamos a conducir una guerra de ideas para ganar la batalla contra el terrorismo internacional). Véase National Security Strategy,
http://www.whitehouse.gov/nsc/nss3.html; revisado 10/11/02.