Franz J.T. Lee, noviembre de 2003
La revolución bolivariana y la revolución transhistórica permanente global
Aprendiendo de Lenin: Estado
y Revolución
En lo que se refiere al primer intento de
los Bolivarianos de derrocar el Estado Puntofijista en Venezuela, y
después de capturar el Estado venezolano democráticamente
a través de una serie de elecciones victoriosas, Lenin nos
enseña lo siguiente. Según la teoría
revolucionaria marxista (leninista), el Estado burgués clásico
(incluso el Estado colonial y neocolonial) constituye el instrumento
de dominación política en las manos de la clase
burguesa y sus respectivos
representantes políticos en
cualquier país del mundo, con el cual prevalece sobre la clase
obrera, el campesinado y el lumpen-proletariado. Sus características
principales son la burocracia y el ejército permanente, que
constituyen su "brazo armado". La democracia
representativa, no partcipativa, burguesa, con el sufragio universal,
es, según Lenin, una gran farsa para distraer la clase
trabajadora y
desviar la atención del hecho, de que nada
se gana con "democráticamente elegir", cada cuatro o
cinco años, el nuevo amo que reemplaza al anterior y que sigue
explotando económicamente y oprimiendo políticamente a
la gran mayoría de la clase trabajadora. Precisamente esto es
lo que ha pasado aquí en Venezuela a través de las
últimas décadas. También, se trata de destruir
exactamente esta gran farsa del sufragio universal y de las
elecciones o referéndos fraudulentos.
En vista de que,
a largo plazo, dentro del sistema global, como Negación
intrínseca del orden existente, ninguna revolución
social es realmente posible dentro del marco de la democracia
representativa y dentro del aparato estatal burgués, se
plantea el problema de la relación entre la Revolución
y el Estado. Como se ha probado históricamente, la burguesía
jamás va a ceder el poder político (ni económico)
de manera pacífica (lo que precisamente hemos podido comprobar
en el caso de Venezuela); y de la experiencia de la famosa "Comuna
de París" en 1871, donde después de haber
controlado por varios meses el poder político de la capital
francesa, se desató una salvaje represión en contra de
los trabajadores
de la Comuna por parte de la "democracia
burguesa", que acabó con la vida de miles de
trabajadores, se saca la conclusión de que no basta, que las
masas, la clase trabajadora, se apoderen de la maquinaria del estado,
sino que la tienen que destruir y romper. Esto, de manera mucho más
radical y consecuente, Bakunin y los anarquistas han exigido.
En
este contexto, en la época de la globalización, del
"neoliberalismo salvaje", de la dominación
socio-político-económica del complejo
corporativo-industrial-militar, de la desaparición del Estado
particular y de la soberanía nacional, en vísperas del
surgimiento del Estado Internacional Único, o sea, el "Cuarto
Imperio" estadounidense, entre otras cosas, es menester
identificar y revisar con precisión científica el
significado del Estado Venezolano -- la dinamo actual de la
Revolución Bolivariana. Parcialmente el "clásico"
Estado burgués venezolano -- debido a la Constitución
Bolivariana, los planes de revolucionar la economía, las leyes
respectivas, y la reconquista de PDVSA -- está herido
mortalmente, como consecuencia de la fuerte lucha de clases,
entendida en el sentido marxista, desatada entre una lumpen-burguesía
internacional parasítica, compuesta por los Cisneros,
Mendozas, Capriles y "activistas" de tipo Plaza Francia, y
las clases
pauperizadas, apoyadas por las Fuerzas Armadas
Bolivarianas. Marta Harnecker ya ha hecho observaciones importantes
sobre este particular militar de la Revolución
Bolivariana.
Ahora bien, según Lenin, las tareas más
urgentes de una democracia obrera participativa para destruir los dos
ejes fundamentales del Estado -- la burocracia y el ejército
contrarrevolucionario permanente--, son, primero, establecer la libre
elegibilidad y sobre todo la revocabilidad de los funcionarios y la
rotación constante de puestos; y segundo, la organización
del pueblo en armas y la supresión del ejército
opresivo permanente. Seguramente, aunque no exista referencia oficial
a la teoría revolucionaria leninista, la revocabilidad de los
mandatos públicos queda firmemente asentada en la Constitución
Bolivariana. En cuanto a la rotación constante de cargos para
precisamente evitar la fosilización y
burocratización,
ésta todavía no se perfila. Respecto al delicado punto
de la organización del pueblo en armas, cabe destacar, que
este principio ha sido introducido en Cuba en función de su
defensa ante los ataques constantes y feroces en contra de su
integridad y soberanía - recuérdese la invasión
estadounidense en la Bahía de los Cochinos, que el pueblo en
armas junto a las Fuerzas Armadas, contrarrestó. En el caso
Venezolano, el pueblo puede considerarse armado en cuanto que las
Fuerzas Armadas de la República Bolivariana de Venezuela lo
están firmemente apoyando, junto a su Constitución,
dispuestos a defenderla; aún cuando en miras a la
desestabilización promovida por la oposición en
coordinación con fuerzas extranjeras, y hasta en miras de una
posible intervención militar extranjera, se perfila, bajo la
figura de los
reservistas, una creciente incorporación del
pueblo a las filas del ejército.
De verdad, la
Revolución Bolivariana es algo que el mundo no ha visto hasta
ahora. Pero, para registrar esto, la conditio sine qua non es tener
una mente sana, alerta y abierta. Cierto, con doctrinas, dogmas y
ideologías obsoletos, inconscientemente, totalmente asfixiados
en el adoctrinamiento y la manipulación de los medios de
comunicación salvajes, nacionales e internacionales, saturados
de la desinformación, no entenderemos nada de este espectro
emancipador que corre el mundo globalizado fascista.
Lo Nuevo
Real en los Trajes del Antaño
A causa del desarrollo
igual, desigual y combinado, pero, también debido a la
intransparencia de los procesos transhistóricos globales,
también en Venezuela está ocurriendo lo que Marx ha
explicado en su libro "El Dieciocho Brumario de Louis
Bonaparte", donde se refiere al "autogolpe" del
presidente de la República Francesa, Louis Bonaparte, quien en
1851 disolvió la asamblea nacional legislativa y concentró
todo el poder político en sus propias manos. Marx explica, de
manera introductoria, que todos los importantes hechos y personas de
la historia universal
casi siempre ocurren o aparecen dos veces,
una vez como tragedia, y la segunda vez, como farsa. Ejemplo típico
de ésto son casos como la tragedia de las cruzadas y la farsa
de las nuevas "guerras de liberación" de Bush; la
tragedia de 40 años de "democracia" puntofijista y
la farsa de la dictadura de "Pedro el Breve" (Carmona
Estanga). Además, Marx hace una observación
transhistórica importantísima, al destacar, que los
actos verdaderamente nuevos que se llevan a cabo en el horizonte de
la historia siempre se visten en la ropa de lo antiguo,
pero
también como la paradoja de la existencia de una
contrarrevolución sin que haya habido una verdadera
revolución:
"Los hombres hacen su propia historia,
pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas
por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se
encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el
pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime
como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos
aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las
cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis
revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su
auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres,
sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez
venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la
historia universal." (Karl Marx, El Dieciocho Brumario de Luis
Bonaparte, Editorial Progreso, Moscú 1974. También
véase:
http://www.narconews.com/comments/view/1/p11.20
)
Tenemos la fuerte sospecha, de que algo similar ocurre con
la Revolución Bolivariana, que constituye, objetivamente, la
primera frente de lucha, nueva y auténtica, contra la
globalización del tercer milenio, y que al mismo tiempo presta
sus símbolos, lenguaje y héroes de lucha de su pasado
colonial de los siglos XVIII y XIX.
Logros de la
Revolución Bolivariana -- del "Proceso"
La
Revolución como Proceso
Mientras tanto la Revolución
Bolivariana ha adquirido una connotación muy especial: "El
Proceso". Todos los revolucionarios hablan del "proceso",
están en proceso, luchan para defender "el proceso".
Hay que notar que un proceso es algo contradictorio -- como una
revolución sui géneris: la paradoja de la existencia de
una contrarrevolución sin que haya habido una verdadera
revolución -- es dialéctico, contiene una afirmación
y una negación, en nuestro caso, ambas relacionadas entre sí
mismas y con la Globalización Transhistórica de la
Revolución Francesa misma. De que se trata, Harnecker
explica:
"La revolución como un proceso Pero, si
entendemos la revolución como un proceso que lleva adelante un
proyecto que se propone en primera instancia pasar el poder político
de un bloque social a otro y, a partir de ahí, ir realizando
transformaciones profundas en todos los aspectos de la sociedad.
Y si entendemos que lo fundamental de ese proceso es ir creando el
sujeto protagónico de la sociedad alternativa que se pretende
construir, entonces sí podemos hablar de que el proceso
bolivariano es un procesorevolucionario."
Aquí
parcialmente está la explicación del concepto de la
Revolución Bolivariana. Claro, en Venezuela el poder político
fue conquistado legítima y democráticamente, fue
cortado de su base económica, y pasó no sólo de
un grupo social hacia otro, sino fue trasladado principalmente de la
clase media y alta de Venezuela hacia las clases más bajas y
pobres. De facto, consciente- o inconscientemente, éste es un
resultado de la lucha de clases en Venezuela no sólo contra
sus amos nacionales e internacionales que han estado saqueando a
Venezuela a costa de las clases pobres, del 85% de la población,
sino, en primer lugar, es un producto y una protesta contra el
neoliberalismo salvaje, contra la
globalización, y, como
sabemos, el 27/28 de febrero de 1989, miles pagaron con su vida. No
es casualidad, que ésto coincidió con la caída
del Muro de Berlín y con el fin del Apartheid en Sudáfrica,
como también con la preparación militar estadounidense
para conquistar el mundo entero y sus recursos. El "sujeto
principal" de este proceso que está haciendo la
revolución en la tradición de Bolívar y Miranda,
pero también de Marat y Robespierre, es precisamente el Pueblo
verdadero y auténtico, es decir, las clases humildes de
Venezuela, junto a sus Fuerzas Armadas y su vanguardia, que es el
gobierno de Chávez. Aquí también se ve
claramente la herencia contradictoria Bolivariana de la Revolución
Francesa (La Afirmación) y de la Revolución de Octubre
(La Negación), de los dos lados de la misma Revolución
dentro del sistema, del proceso histórico mundial
universal.
La Herencia Constitucional de la Revolución
Francesa
Hay otra herencia constitucional de la Revolución
Francesa, que muestra la matriz transhistórica del proceso
revolucionario. Se trata de los tres famosos resultados
constitucionales que produjo la Revolución Francesa, a saber
las constituciones de 1791, 1793 y 1795 respectivamente.
Aún
cuando se habían proclamado los derechos humanos y civiles en
agosto de 1789 y aún cuando se había eliminado, en los
primeros meses de la revolución, el sistema feudal y los
privilegios de los Estamentos, persistió la desigualdad
respecto a la propiedad y educación, concediéndose el
derecho a la actividad política exclusivamente a aquellos
ciudadanos poseedores de propiedad y adecuadamente educados, más
no a las clases humildes, vendedoras de su fuerza de trabajo y sin
educación. Esta desigualdad estructural quedó anclada
en la constitución de 1791, con el derecho al voto atado a la
propiedad, elecciones
indirectas y la distinción entre
ciudadanos activos y pasivos, adinerados y políticamente
autorizados los primeros, y pobres y políticamente privados
los últimos.
La constitución de 1793 o
"Constitución Jacobina", aún cuando jamás
llegó a entrar en vigencia, fue producto de la radicalización
de la Revolución en respuesta a los ataques provenientes de
los viejos poderes feudales europeos. Esta constitución adopta
los principios de Rousseau de la democracia radicalmente directa y
egalitaria, sin separación de los poderes los cuales yacen por
igual en la asamblea popular, y estableciendo el derecho universal
del voto; pasando así la revolución
de las manos de
la burguesía pudiente a las manos de las masas desposeídas.
Con la proclamación del derecho de resistencia y revolución
cuando las circunstancias así lo requieran, y con la
introducción de figura del plebiscito, se declara la
revolución en permanencia. Esto fue mucho antes de Trotsky y
su teoría de la revolución mundial permanente, y de
nuestro intento de nacionalizar y globalizar la revolución.
En 1795 entró en vigencia la "Constitución
Directorial" (el poder ejecutivo yace en manos de un directorio
de 5 personas) con rasgos fuertemente restaurativos, al reintroducir
la separación de poderes y un sistema de control
(Montesquieu), al restablecer el voto atado a la propiedad y las
elecciones indirectas, y eliminando los derechos de resistencia,
revolución y renovación constante de la constitución
anclados en la constitución de 1793.
Estudiando la
Constitución Bolivariana con cautela, se puede registrar
similitudes sorprendentes e interesantes con la Constitución
Francesa de 1793 o "Constitución Jacobina". Ésto
-- y, por supuesto, la reconquista económica de PDVSA --
configura entre los logros más sobresalientes de la Revolución
Bolivariana.
Summa summarum:
a) Palabras como "la
revolución" o "la democracia" sólo son
herramientas muy inadecuadas; ellas no piensan para nosotros, tampoco
sustituye el pensar, es decir, la conceptualización misma.
Cómo se llama algo, y cómo se piensa algo, son cosas
muy distintas. Por eso, la Revolución Bolivariana tiene que
ser aproximada con actos reales y pensamientos verdaderos, o sea, con
Práxis Científica y Teoría Filosófica y
no con Práctica Ideológica e Ideología
Práctica.
b) No existen "revoluciones clásicas"
ni para copiar ni para importar ni para exportar. Se hace y se piensa
su propia revolución en el contexto transhistórico
global. Las condiciones y relaciones transhistóricas, el
contexto nacional e internacional de cada país, región
o continente, a través del mercado mundial igual, desigual y
combinado, determinan los cambios sociales contemporáneos
contra- o prorrevolucionarios mundiales.
c. Aunque utilizando
los "ismo" es netamente Ideología, es control
mental, no obstante, dentro de la Negación de la
Globalización, lo que esencialmente se entiende por los
conceptos como cooperativismo, humanismo, humanitarismo, socialismo y
comunismo, no importa como ellos fueron desacreditados, es
revolucionario, emancipador. Por eso, el elemento cooperativista en
la Revolución Bolivariana es altamente anticapitalista. Ésto
es una de las pocas esperanzas de Latino América, Asia y otros
países del mundo amenazados por el globofascismo.
d.
Quien, con todas sus deficiencias humanas, por primera vez
transhistórica, científica y filosóficamente, es
decir, práxica y teóricamente, ha explicado qué
precisamente es el capital, el capitalismo, el colonialismo, qué
son fenómenos como la religión, el mercado mundial, la
plusvalía, el valor de cambio, la lucha de clases alias la
revolución, era precisamente un rebelde europeo radical,
Carlos
Marx.
e. De no considerar los actos y las ideas
anti-capitalistas de los verdaderos Carlos Marx, Federico Engels,
Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht, V. I. Lenin, León Trotsky,
Mao Tse Tung, etc., y su impacto libertador en el llamada "Tercer
Mundo", es de perder totalmente la matriz revolucionaria de
Josip Broz Tito, Ho Chi Minh, Ben Bella, Sam Nujoma, Robert Mugabe,
Agostinho Neto, Amilcar Cabral, Walter Rodney, Samora Machel, Fidel
Castro, Che Guevara, Salvador Allende, etc. Es
decidir sólo
realizar la Afirmación burguesa dentro de la Revolución
Francesa en contra de su inherente contradicción, es decir, su
Negación proletaria; es escapar de una posible Transvolución
Humana Global. Sólo transcender la contradicción
capitalista es Emancipación. Sobrepasar la Revolución
misma es Emancipación. Esto es no ser marxista, pero tampoco
anti-marxista, es sobrepasar los dos.
f. Finalmente, como
hemos visto, con todos sus heridos y debilidades de un doloroso parto
transhistórico y global, la joven Revolución
Bolivariana es un producto de la resistencia heroica de los billones
de Pobres de la Tierra contra el Croesus metropolitano globofascista
de los Cielos. No importa cómo se llama, este proceso no
parará nada y nadie, porque la vida de la especie misma está
en juego.
Entonces, ¡Adelante Venezuela, y el Mundo, a
paso de la Revolución Bolivariana, a paso de Vencedores!