Franz J.T. Lee, mayo de 2009
Europa está bien encaminada hacia la condena de cadena perpetua dictada por la recesión
Ahora incluso las economías
europeas sufren bajo la permanente arremetida de las violentas
oleadas de destrucción, mientras el capitalismo global marcha
inexorablemente hacia la recesión y la depresión
mundial, hacia la aniquilación del capital y del trabajo
mismo. Esta temible maquinaria financiera gigantesca ya ha destrozado
más de 40% de la riqueza acumulada y del dinero fiduciario, su
Moloc devora todo lo que se encuentre en el camino a la conquista de
los pocos recursos naturales que aún existentes en la tierra.
Las economías de Europa se están atomizando, llevadas
al estancamiento, a causa de la sobre producción mundial,
especialmente de armas de destrucción masiva. Para realizar
sus inversiones de capital, los complejos militares industriales, la
NASA, el Pentágono, la OTAN, los ministerios de defensa de
casi 200 países, las empresas, también las
organizaciones paramilitares, escuadrones de la muerte, gánsteres
y maleantes, tienen que comprar estos arsenales de armas modernas muy
costosas, para convertir estos productos de la muerte en miles de
millones de dólares de valor de intercambio, para luego poder
venderlas, para producir plusvalía y ganancias. La
militarización global y del espacio se encuentran entre las
prioridades corporativas, entre otras cosas, que también han
contribuido en esta desastrosa depresión.
A menos que
las armas de todos los calibres, al igual que las armas de
destrucción masiva tengan un valor de uso, todo lo anterior no
sería posible. Nadie, excepto los banqueros criminales y sus
víctimas inocentes, estuvieran comprando algo que no tiene
valor de uso en absoluto.
¿Y cuál es el valor
de uso de las armas modernas, de las mercancías militares?
¿Quien, como consecuencia de la quiebra repentina aún
vendería la soga con la que se cuelga a sí mismo?
La
única manera de que el imperialismo corporativo obtenga un
nuevo arrendamiento de vida es a través de la destrucción
de todo lo que tuvo que ver con la acumulación de capital y
ganancias, de la destrucción de todos los productos de
explotación, las relaciones productivas, los medios de
producción y modos de producción, y el reemplazo con la
creatividad, la creación y la emancipación humana.
Pero esto no lo puede hacer, no es su orden social, ni su
tarea histórica.
Por supuesto, en tiempos difíciles,
durante el “trabajo de parto” del capitalismo, los
trabajadores, el proletariado, siempre le han ayudado a la débil
burguesía a conquistar el poder político. Este fue el
caso en la revolución de 1848 en Francia, y en las tres
revoluciones rusas de 1905, y en febrero y octubre de 1917. En
agradecimiento, tal vez el Presidente Obama podría apoyar
ahora al Presidente Chávez para ayudar en la puesta en marcha
de una de lucha de clases internacional, para dirigir este fiasco
global hacia los "verdes pastos y las aguas que fluyen".
Las cunas del capitalismo, Grecia, Turquía e Italia,
ya indican que esto no es solo una crisis económica. Incluso
el Fondo Monetario Internacional advirtió en abril del año
en curso, que la recesión podría extenderse por toda
Europa y que podría causar el caos financiero y la
desaceleración del crecimiento económico. En el primer
trimestre de 2009, la primera economía de la Unión
Europea, Alemania está sufriendo una disminución del
3,8% de su Producto Interno Bruto. Sin embargo, de la mano, incluso
Francia y España ya están en camino a la condena de
muerte capitalista dictada por la recesión. Gran Bretaña
va en la misma dirección. Islandia ya está en quiebra.
En cualquier caso, como testimonia Wall Street: A pesar de la
depresión, negocio es negoceio, y como garantizan los Estados
Unidos: Hacer grandes negocios es hacer buena guerra, y la gran
guerra es un buen negocio.