Franz J.T. Lee, octubre 2008
Karl Marx versus Wall Street: ¡Abolición del sistema de salarios!
Erase una
vez, hace millones de años, cuando la vida en el planeta
Tierra carecía de hombres-dioses y dioses-hombres, como
también carecía del Moloch del trabajo, cuando millones
de humanos todavía expresaban unas relaciones sanas, naturales
y vivientes, y cuando se podían anticipar miríadas de
saludables creaciones cósmicas; que de verdad era posible
inventar, experimentar y esperar. El planeta todavía no se
encontraba intoxicado por el hedor corporativo e imperialista del
humo, del poder, la avaricia y la arrogancia de la clase dominante.
La sagrada trinidad planetaria, el ser natural, la existencia social
y la trascendencia emancipatoria, es decir, los humanos, la flora y
la fauna, todavía no estaban amenazados por la tecnología
y la industrialización capitalista, por el pantano de las
giga-ganancias mediante la especulación en las bolsas
globales, llevados a cabo sobre los hombros de los pobres y de los
esclavos asalariados a nivel global.
A través de los
últimos dos siglos, el capitalismo y el imperialismo han
tenido éxito en amenazar seriamente este gigantesco proceso
galáctico, este experimentum mundi y en aniquilarlo mediante
sus armas de destrucción masiva y sus horrorosas guerras
nucleares.
Hace décadas, ya en 1949, el gran filósofo
marxista, Ernst Bloch (1885 - 1977), que en una oportunidad dijo, que
hoy en día un marxista sólo puede ser un filósofo
y que un filósofo sólo puede ser marxista, hizo un
comentario en cuanto a nuestro zeitgeist diciendo que “Tiempos
de transición, como el tiempo que estamos presenciando,
sensibilizan ante todo para el genio de la dialéctica, el gran
maestro.”
(Ver:
http://www.franzlee.org/marxengels10.html)
Mucho
antes, en 1875, en su trabajo La Dialéctica de la Naturaleza,
Friedrich Engels explicó el destino de la actual crisis
mundial capitalista, generada por un inexorable maelstrom de
competencia, centralización y monopolización:
En
su escritura “El rol del trabajo en la transición del
simio hacia el hombre”, Engels advirtió:
“Sólo
el ser humano ha logrado de estampar su sello a la naturaleza, al no
sólo desplazar plantas y animales, sino también al
cambiar el clima de su lugar de residencia, y hasta al modificar la
fauna y la flora de manera tal, que las consecuencias de su actividad
sólo podrán desaparecer con la extinción
universal del globo terráqueo entero.”
(Ver:
http://www.franzlee.org/marxengels10.html;
http://www.marx2mao.com/M&E/PPL76.html)
Las
elites internacionales de la clase dominante temen que a través
del marxismo la mayoría de la humanidad reventaría las
cadenas culturales y los grilletes intelectuales del holocausto
mental añejo, se emanciparían del control mental y
corporal religioso y al fin, también en los Estados Unidos de
América, comenzarían a actuar y pensar de, por y para
sí mismos. Según la estrategia nazi de los
neo-conservadores, los trabajadores no deberían aprender a
pensar independientemente, a teorizar, a filosofar para ellos mismos;
la educación para la barbarie controlada por la clase
dominante sigue condenando millones de seres humanos a la extinción
genocida. Sin embargo, los trabajadores en toda la América
están despertando; es por esta misma razón que los
ejércitos yanquis están en las calles, para aplicar los
actos patrióticos terroristas contra cualquier enemigo interno
de clase emergente.
Sin el socialismo científico y
filosófico, sin el método dialéctico del
marxismo y sin la praxis revolucionaria y la teoría
emancipatoria, en Venezuela y en otras partes, dentro de la
Revolución Bolivariana y la Revolución Permanente, será
sencillamente imposible entender lo que pasa en Wall Street, en el
club nuclear, en la colonización y militarización
espacial, en el globo fascismo, en la globalización
fascista.
Ahora démosle un vistazo a la verdad
transhistórica del marxismo y su actualidad revolucionaria y
emancipatoria.
En 1848, inmediatamente después de la
Revolución burguesa Industrial de Gran Bretaña, en su
primera teoría de la globalización, en su famoso
manifiesto del partido comunista, Karl Marx (1818-1883) y Friedrich
Engels (1820-1895) pronosticaron científicamente que “los
gigantescos medios de producción y del intercambio”,
generados por la sociedad capitalista finalmente terminarán en
un caos económico totalmente anárquico, en una barbarie
social incontrolable:
“Las condiciones de producción
y de cambio de la burguesía, el régimen burgués
de la propiedad, la moderna sociedad burguesa, que ha sabido hacer
brotar como por encanto tan fabulosos medios de producción y
de transporte, recuerda al brujo impotente para dominar los espíritus
subterráneos que conjuró.”
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm
Después
de 160 años, como ya fue explicado en la gigantesca obra de
Marx de tres volúmenes “Das Kapital” (El Capital,
publicado entre 1867 y 1885) con respecto a las leyes económicas
tendenciales del crecimiento del capital como resultado de la
contradicción dialéctica, de la competencia, la
centralización, la monopolización y la fusión,
este gigantesco colapso financiero lógicamente tenía
que venir a estos niveles de acumulación de la globalización,
con todas sus implicaciones terroristas, la militarización, el
genocidio y el fascismo a nivel global. También es claro como
el sol, quienes tenían que responder por las atrocidades de
sus divinos amos de la guerra.
La clase media norteamericana
actualmente ha perdido más de 18 millones de hogares; afuera
en las calles, esos nuevos pobres se ven confrontados con el ejército
brutal; como Marx pronosticó en El Capital, ellos están
sacudidos por la explosión geométrica y progresiva de
la pauperización global, mientras las elites de las clases
dominantes altas están fusionando y devorándose el uno
al otro.
Es verdad, el marxismo revolucionario científico
y filosófico, la negación dialéctica del
capitalismo, no ha perdido sus poderes creativos práxicos y
teóricos. A través de algunos ejemplos demostraremos la
actualidad del marxismo de la era moderna y post moderna en la
globalización.
Marx y Engels se volvieron ‘post
modernos’ ya en 1848, al comienzo de la lucha de clases de los
trabajadores.
Luego, el 27 de junio de 1865, en un discurso
‘Valor, Precio y Ganancias’ en Inglaterra, dirigido al
Consejo General de la Primera Internacional, Marx explicó, que
debido al tiempo laboral robado y no pagado, los trabajadores
asalariados y explotados socialmente, llevan toda la carga de la
realización del capital y así garantizan todos los
riesgos financieros y las aventuras especulativas de sus nefastos
amos capitalistas y los banqueros inescrupulosos y criminales. Ahora
los trabajadores norteamericanos tienen que sacrificar más de
700 mil millones de dólares de impuestos para rescatar los
gángster imperialistas de la especulación, para salvar
al capitalismo del colapso total.
Por los momentos este crimen
capital añejo se ha convertido en un secreto abierto
internacional; Wall Street se está revelando, demostrando su
criminal acumulación de capital, como lo explicó hace
mucho tiempo el tan ‘obsoleto’ Karl Marx.
Los
ideólogos capitalistas quieren hacer ver que Karl Marx es
obsoleto y que Platón y Aristóteles están en
boga. Sin embargo, aunque no lo crean, el ‘Wall Street Journal’
hoy por hoy considera a Karl Marx como autoridad erudita que se cita
en todo el mundo. Aunque comete el mismo error ideológico que
tantos otros medios masivos internacionales: sólo pública
lo que conviene a sus intereses de clase, es decir, solamente las
verdades a medias.
Hace tres años, el 13 de mayo de
2005, se podía leer en los titulares del ‘Wall Street
Journal’ lo siguiente: “... en la medida en que se
incrementa el abismo entre ricos y pobres en los Estados Unidos, se
estanca la movilidad de clases”. Al fin y al cabo el artículo
estaba diciendo que el cuento de los Estados Unidos como país
de una movilidad social infinita y de las millones de oportunidades
doradas siempre era y sigue siendo un mito ideológico. Además
dijo que “incluso Karl Marx aceptó la imagen de
Norteamérica como país de la oportunidad sin límites.
‘La condición del trabajador asalariado’, escribió
Marx en 1865, ‘para la gran mayoría de los
norteamericanos es nada más que un estado provisional, el cual
están seguros de dejar a largo o corto plazo’.
(Marx)”
(Ver:
http://www.mindfully.org/Reform/2005/Rich-Poor-Gap13may05.htm;
http://mrzine.monthlyreview.org/foster140705.html
Sin
embargo, el editor del ‘Wall Street Journal’ no terminó
de leer el discurso de Marx hasta su final, es decir, no leyó
la parte referente a la solución emancipatoria marxista para
la actual crisis norteamericana, para la depresión global, y
claro que sí, para la Revolución Bolivariana en
Venezuela y América del Sur.
Categóricamente
Marx manifestó:
“(Los trabajadores) deben
comprender que el sistema actual, aun con todas las miserias que
vuelca sobre ella, engendra simultáneamente las condiciones
materiales y las formas sociales necesarias para la reconstrucción
económica de la sociedad. En vez del lema conservador de “¡Un
salario justo por una jornada de trabajo justa!”, deberá
inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria: ‘¡Abolición
del sistema del trabajo asalariado!’
“
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1860s/65-salar.htm
Ahora
démosle un vistazo a otra cita que se refiere directamente a
la actual crisis global.
Adivinan quién es el
autor.
“En un sistema de producción en que toda
la trama del proceso de reproducción descansa sobre el
crédito, cuando éste cesa repentinamente y sólo
se admiten los pagos al contado, tiene que producirse inmediatamente
una crisis, una demanda violenta y en tropel de medios de pago. Por
eso, a primera vista, la crisis aparece como una simple crisis de
crédito y de dinero. Y en realidad, sólo se trata de la
convertibilidad de las letras de cambio en dinero. Pero estas letras
representan en su mayoría compras y ventas reales, las cuales,
al sentir la necesidad de extenderse ampliamente, acaban sirviendo de
base a toda la crisis. Pero, al lado de esto, hay una masa inmensa de
estas letras que sólo representan negocios de especulación,
que ahora se ponen al desnudo y explotan como pompas de jabón;
además, especulaciones montadas sobre capitales ajenos, pero
fracasadas; ...”. (Carlos Marx. El Capital. Volumen III.
Capítulo XXX. Capital dinero y capital efectivo).
(Véase:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=73699
)
¿Se trata de Henry Paulson? ¿O de algún
think tank neo-conservador? Veamos más datos y hechos sobre la
actual especulación en Wall Street.
“Finalmente,
capitales-mercancías depreciadas o incluso invendibles o un
reflujo de capital ya irrealizable. Y todo este sistema artificial de
extensión violenta del proceso de reproducción no puede
remediarse, naturalmente, por el hecho de que un banco, el Banco de
Inglaterra, por ejemplo, entregue a los especuladores, con sus
billetes, el capital que les falta y compre todas las mercancías
depreciadas por sus antiguos valores nominales. Por lo demás,
aquí todo aparece al revés, pues en este mundo hecho de
papel no se revelan nunca el precio real y sus factores, sino
solamente barras, dinero metálico, billetes de banco, letras
de cambio, títulos y valores. Y esta inversión se pone
de manifiesto sobre todo en los centros de que se condensa todo el
negocio de dinero del país, como ocurre en Londres; todo el
proceso aparece como algo inexplicable, menos ya en los centros
mismos de producción”. (ibid.)
Sí,
adivinaron correctamente, el autor es Karl Marx.
Con respecto
al texto anterior y en cuanto a la relevancia analítica para
el actual fiasco financiero norteamericano, Alan Woods, en su
excelente artículo “El capitalismo mundial en crisis”,
explica lo siguiente:
“Los banqueros, que ayer estaban
dispuestos a comprar grandes cantidades de deuda de los demás,
ya no están dispuestos a hacerlo. La desconfianza y la
sospecha se han generalizado. El viejo optimismo acomodadizo se ha
sustituido por una actitud tacaña a la hora de prestar y tomar
prestado. Todo el sistema bancario, del que depende la circulación
de capital, está a punto de paralizarse. A menos y hasta que
los malos activos sean eliminados, muchas instituciones carecerán
del capital necesario para extender el crédito fresco en la
economía.”
Ver:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=73699
Por
cierto, Marx describió esta fase específica en el ciclo
económico capitalista hace mucho tiempo:
“La
convertibilidad de las letras de cambio sustituye a la metamorfosis
directa de las mercancías, tanto más cuanto que
precisamente en estos períodos aumenta el número de las
casas comerciales que trabaja simplemente a crédito. Y una
legislación bancaria ignorante y al revés, como la de
1844-45, puede contribuir a acentuar todavía más la
crisis. ... “ (Citado por Alan Woods, ibid.)
Lo que
produjo la crisis en Wall Street inter alia es la batalla despiadada
y la avaricia de los magnates por agarrar miles de millones de
dólares, en la medida posible provenientes de la energía
de vida robada de los trabajadores, de tiempo laboral no pagado, de
dinero especulativo ficticio. El vandalismo capitalista en la tierra
ha llegado a sus límites extremos; el sistema entero se ha
convertido en una burbuja de jabón. Puede reventarse en
cualquier momento, y las consecuencias apocalípticas pondrían
a prueba nuestra propia imaginación humana y la llevaría
a nuestros límites intelectuales también.
En
conclusión, sólo queda por decir que las crisis
sociales profundas necesitan soluciones radicales. Nuestra época
no es una época de la transición de un modo de
producción a otro. Es el fin global y globalizado de todos los
modos de producción. Es el amanecer de un éxodo, de una
exvolución, que es lo verdaderamente nuevo, una nueva lógica,
una nueva ciencia, una nueva filosofía, un nuevo hombre.
En
la actualidad los eventos mundiales se adelantan uno al otro, nos
quedamos boquiabiertos ante las gigantescas fusiones y
concentraciones, la monopolización y la militarización.
El terrorismo represivo político y fascista de esos terremotos
económicos todavía está por venir. Su brutalidad
superará todos los crímenes cardinales y capitales que
se conocen hasta ahora.
Por esta razón, todo esto hay
que pararlo ahora mismo. Durante las últimas décadas,
en centenares de artículos hemos advertido sobre lo que viene.
La emancipación no es una revolución de un solo hombre,
sino una tarea global de por vida; no es un asunto de catecismos o
récipes. Aprendemos la emancipación en el proceso
emancipatorio, en la propia lucha feroz.
¡Tanto que
hacer, muy poco hecho!
Vendrá la ‘Era del
Acuario’, que es la emancipación creativa y creadora.
Marx nos mostró el camino anti-capitalista, es decir, lo que
hay que hacer aquí y ahora:
“¡Abolición
del sistema de salarios!”
Así el trabajo y la
producción desvanecen en el olvido, es decir, se manda al
infierno la alienación, para que arde en llamas junto al
capitalismo por siempre.
El resto, en otras palabras, de qué
manera actuamos, pensamos y superamos lo nuevo, queda a nosotros.
Mientras tanto, aquí en Venezuela, nuestro quo vadis
‘transjectivo’ no es ni la reforma burguesa ni la
Revolución Francesa: es la “Emancipación Humana”
(Marx).