Franz J.T. Lee, septiembre 2008
El gato siempre cae en sus cuatro patas, y quien no aprende a pensar cae en el ayer permanente
Hace pocos
meses, el 18 de junio de 2008, en un artículo titulado
"Venezuela: la juventud, los estudiantes, la educación y
el marxismo", nos recordaba que "¡la juventud, los
sueños diurnos juveniles anticipatorios (forman) el principio
concreto, utópico de la esperanza (Ernst Bloch)!". En su
obra, "Marx als Denker der Revolution" (Marx como el
teórico de la revolución), Bloch (reconocido
ampliamente como el padre del movimiento estudiantil de 1968 en
Europa y otras partes) hizo énfasis en que "la juventud
está impulsada por un tenue presentimiento del futuro,"
de algo que está adelante, del acarminado amanecer sobre el
rojo horizonte humano. Ya sospecha lo que no quiere, sin embargo,
"todavía no" sabe lo que hay que hacer, lo que hay
que pensar, cómo aventurarse más allá de este
valle de lágrimas capitalista y terrorista.
Ya en
1974, en vísperas del surgimiento del fascismo global, el
filósofo de la anticipación conceptual, de la fantasía
juvenil y de la imaginación fresca nos advertía de la
posible llegada de un "Adiós a la Utopía"
global.
En este momento histórico y ominoso, en "la
oscuridad del momento fluyente" (Bloch), al pie del faro,
podemos imaginar qué premoniciones de un futuro apocalíptico
puede percibir la verdadera juventud por medio de su antena
'exvolucionaria', por medio de sus facultades 'transhistóricas'.
Actualmente la esperanza y la utopía tropiezan con tiempos
difíciles, que no son los más iluminados ni tampoco los
más oscuros. Ya da la impresión que el fascismo global
está en camino para despedazar todos los sueños diurnos
utópicos juveniles de las utopías sociales, religiosas,
burguesas y socialistas con siglos de antigüedad. En la
globalización, la Madre Utopía, al igual que la Madre
Naturaleza, parece estar totalmente tapada con un oscuro velo de
luto.
Sin embargo, desde hace décadas, junto a la
juventud, que va desde la adolescencia singular hasta la plural
acumulación de juventud (tercera edad), ¿de qué
estamos discutiendo en nuestras clases universitarias, en nuestras
reuniones con el pueblo llano, con los trabajadores y campesinos de
Mérida y otras partes, dentro de nuestros proyectos de
reparación de calles, construcción de acueductos,
casas, sindicatos, un partido socialista, el socialismo del siglo
XXI, inventando medidas y mecanismos de defensa contra los
escuadrones de la muerte, sabotaje y golpes de estado, sobre la
solidaridad continental y la revolución y emancipación
mundial permanente?
En el artículo mencionado arriba
resumí la contradictoria situación local, regional y
global como sigue:
"Muchos de nosotros todavía
creemos en mitos coloniales y ficciones religiosas, bailamos en el
Titanic imperialista que está hundiéndose y merendando
sobre un rugiente volcán corporativista, globalizado que ya
está en erupción, que ha sido golpeado por una poderosa
partícula liberada del micro-mundo. De manera similar,
poderosos terremotos generados por el proyecto HAARP en Alaska,
utilizando la tecnología de Tesla, en reacción
encadenada están sacudiendo ahora las bases mismas de la
existencia humana; las sequías y las hambrunas nos expulsan de
la existencia. El billete verde está en agonía, ya no
confía en Dios; los precios petroleros llegan a niveles
récord, millones mueren de hambre, se está lanzando una
terrible guerra mundial, muchos de nosotros ya no sentimos nada, no
vemos nada, no pensamos nada..."
Ahora bien, según
el filósofo marxista de la esperanza, Ernst Bloch, ¿en
qué y en las manos y mentes de quién debe ubicarse el
sano optimismo, con el fin de que todavía tengamos una
posibilidad real de materialización global?
Bloch nos
recuerda que la Esperanza no es Confianza, no es triunfalismo. No es
segura una promisoria victoria socialista en Venezuela, ni en las
próximas elecciones ni en la construcción de un partido
socialista. El serpentino camino hacia la emancipación está
plagado de todo tipo de peligros. El experimento llamado revolución
bolivariana, el experimento Hombre-Mujer, el experimentum mundi,
puede fracasar, precisamente porque la misma vida en el planeta es un
experimento.
El verdadero crimen atroz contra la humanidad,
cometido por arrogantes y racistas gobernantes, tiene su
quintaesencia en esta destrucción global de la existencia
humana.
Sin embargo, Bloch nos asegura que no se ha ganado
nada todavía, pero también que nada se ha perdido
todavía. ¡Por lo tanto, en el zeitgeist (espíritu
de nuestra era), en a gigantesca batalla contra la barbarie global el
presidente Chávez con esperanza pone el énfasis en que
no nos queda más alternativa que vencer! Bloch llama a esto
sano optimismo militante.
En lo que Marx definió como
una 'época de revolución social', Bloch identifica tres
fuerzas revolucionarias principales: Tiempos de Cambios Sociales
Radicales, Inmensa Productividad y Creatividad Humana y Juventud
Fogosa.
Sin dudas no sólo estamos experimentando una
era de dramáticas contradicciones y convulsiones sociales, el
mismo viejo orden mundial se está haciendo pedazos. Un modo de
producción de ganancias se ha convertido en un modo de
destrucción humana.
La tecnología industrial y
militar alturas 'divinas', creadoras; dioses-hombre se están
volviendo micro, meso y macro-invasores y vándalos
científicos. En un sentido bíblico, usando la genética
muy pronto crearán una nueva especie de sexys robots femeninos
con interfaz de Miss Universo de sus propias costillas radioactivas.
En cuanto a la fogosa juventud revolucionaria, lejos están
los dorados sesentas. Globalmente Murdoch está dando la nota
juvenil. Los medios masivos locales y nacionales echan más
leña al fuego y sufrimiento de la conciencia adolescente ya
controlada. La educación capitalista y la socialización
burguesa infiltran a millones de cerebros inocentes, provocando
letargo científico e inercia ideológica. En Venezuela y
en grandes regiones de América Latina, como en muchos países
del sur, en pleno siglo XXI, el "opio del pueblo" todavía
causa un caos en las mentes y en las almas de la juventud manipulada
y adoctrinada. A propósito, es importante resaltar que la
famosa frase "el opio del pueblo" fue acuñada por
Charles Kingsley, canónigo de la Iglesia de Inglaterra. En
aquellos días, durante la primera mitad del siglo XIX, era la
comidilla del día en Londres. De allí la sacó
Marx. La definición original formulada por Marx era que la
religión era "el suspiro de la criatura oprimida",
"el corazón de un mundo sin corazón".
Aunque ya no tenemos mucho tiempo, la revolución
mundial es una época por sí misma, en la era de la
descomposición del capitalismo. En su obra "El
Imperialismo, fase superior del capitalismo", Lenin ya nos
advirtió que este hecho; asimismo en 1938 en el Programa
Transitorio de la Cuarta Internacional, Trotsky hizo referencia a la
agonía del capitalismo.
Comparado con las revoluciones
francesa, norteamericana e industrial, hasta el auge del capitalismo
liberal, en verdad el imperialismo corporativo actual se ha vuelto
senil, obsoleto y redundante... en una palabra, mortal.
Hace
pocos días, el 15 de septiembre, durante el congreso
fundacional del movimiento juvenil del Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV) celebrado en el estado Bolívar, el presidente
Chávez subrayó la necesidad de hacer la revolución
bolivariana a toda costa. Enfatizó que si realmente queremos
la paz en Venezuela, entonces será mejor que nos preparemos
para la guerra contra las invasiones extranjeras y los golpes
militares internos. Dentro de este contexto, la juventud
revolucionaria debe jugar un papel central.
El mensaje
anticipatorio y emancipatorio de Bloch desde el futuro en el pasado y
en el presente es que para un partido socialista de vanguardia es
indispensable la teoría revolucionaria y que pensar es
aventurarse más allá. En relación a la práxis
y a teoría emancipatoria él reiteró lo
siguiente:
El gato siempre cae en sus cuatro patas, el ser
humano que no haya aprendido a pensar por sí mismo cae en el
olvido del ayer permanente.