Franz J.T. Lee, enero 2008
Camaradas, la
revolución socialista es lucha de clases, es marxismo
Venezuela:
¡El socialismo es ahora o nunca!
Mis amos
coloniales británicos me enseñaron que "solo
trabajar y no jugar hacen que Franz sea un niño apagado".
Hace décadas realmente me encantaba este dogma ideológico
del 'divide y reinarás' en África. Sin embargo, bajo el
Apartheid, hace cinco décadas, muy pronto tuve que aprender
que esta sabiduría creativa no tenia que ver conmigo, no
pertenecía a un 'Kaffir' trabajador *, sino que más
bien era lo opuesto. Tuve que presenciar cómo mis compatriotas
'negros' fueron arrancados de sus hogares ancestrales por medio de la
fuerza bruta, apilados en 'campos de concentración para el
trabajo', y luego como utensilios, al azar, como trabajadores físicos
no calificados y baratos fueron distribuidos en las minas, fabricas y
plantaciones por los 'blancos'. Allí, como las famosas
naranjas sudafricanas de exportación 'Outspan' (Outspan se
refiere en Sudáfrica al lugar en una hacienda donde los
viajeros pueden parar a descansar con su animales. N. del T.), fueron
literalmente exprimidos, sometidos a trabajo forzoso, no se
divertían, no tenían tiempo libre; su extracto vital
fluía hacia el mercado mundial; el capital foráneo se
acumuló a pasos agigantados; la 'carga del hombre blanco' se
incrementaba mientras la expectativa de vida del esclavo asalariado
que labora físicamente disminuía, cayendo a 35 años,
y la de su opulento amo se disparaba a 70 años. Por medio del
orden social fascista el sistema capitalista estaba cometiendo
genocidio, el Estado estaba destruyendo, asesinando la mejor parte de
la vida de los trabajadores, su juventud floreciente, creativa.
Este
es uno de los crímenes mas crueles, atroces del capitalismo
mundial. Solo una verdadera revolución socialista,
anticapitalista puede abolir tales atrocidades. Si no lo hace,
entonces no es socialista.
Como lo señaló Oscar
Heck en un artículo para VHeadline.com, hace mucho tiempo, en
referencia al 'asesinato a paso lento' de nuestro Presidente de
Venezuela Hugo Chávez, utilizando la efectiva estrategia
fascista y el arma capitalista del trabajo forzado, de la tensión,
uno es empujado inmisericordemente hacia adelante con el eterno
látigo del 'hay que lograrlo'. De manera lenta pero segura, el
trabajo duro, el esfuerzo permanente, exprime por completo nuestra
energía vital, y la de cualquier líder, cualquier ser
humano. Finalmente, la súper-explotación provoca el
colapso total del individuo, del guerrero, su 'muerte natural'.
Obviamente esto le ocurrirá a Chávez al trabajar hasta
morir por Venezuela, mientras nosotros manejamos una lujosa Hummer e
ingerimos litros y litros de whisky importado. El que ría de
ultimo será Bush.
En el distrito Sterkspruit de Cabo
del Este, donde nací y crecí, viviendo con mis vecinos
AmaXhosa, con esta misma estrategia de desgaste y ayudados por perros
cazábamos conejos. Y una vez fui testigo de cómo el
servicio de seguridad sudafricano BOSS, estos perros de la Gestapo
del Apartheid, empleaban esta misma estrategia segura para perseguir
guerrilleros en nuestras montañas, utilizando de manera sádica
helicópteros, dejándolos correr desesperadamente hasta
caer al suelo como resultado del cansancio total.
* Una
lección para nosotros: La revolución bolivariana, su
líder popular, el presidente Chávez, todos nosotros nos
encontramos actualmente en este tipo de peligro.
No hay revolución
social 'típica', 'clásica' o 'esquemática',
todas las revoluciones son diferentes, especificas y concretas.
Tienen su propia lógica, ciencia y filosofía. A la vez,
no existen infinidades de revoluciones sociales, en nuestra opinión
sólo existe una sola revolución socialista global, el
'otro lado' dialéctico, la negación, el opuesto del
capitalismo mundial, como un modo de producción
específico.
Existen semillas, raíces, latencias,
tendencias y posibilidades transhistóricas del socialismo como
modo de creación y creatividad, pero como el propio
capitalismo sólo existe un sólo socialismo, el que
medido por su tarea histórica es científico, filosófico
y emancipatorio. Tal como no ha existido ni existe un capitalismo
zulú, guineano, azteca o napoleónico, no ha existido ni
existe un socialismo ruso, africano, árabe o yoruba, ni mucho
menos existe un 'socialismo real existente'.
* El capitalismo
es un modo de producción moderno, globalizado, explotador,
dominante y discriminatorio, la única cosa que puede abolirlo
es su propia negación, el socialismo globalizado, un
trascendente modo de emancipación de la clase trabajadora, que
debe aventurarse mas allá de todas las formas y formaciones
del capitalismo globalizado.
* Una importante lección
revolucionaria: la lucha de clases sí existe en Venezuela,
querámoslo o no, como marxismo, y existirá hasta que
muera el capitalismo.
Hasta este momento en que estamos cruzando
el Rubicón esta es una de las primeras lecciones urgentes que
la revolución bolivariana debe estudiar inmediatamente, es
decir, actuar y trascender consecuentemente.
Las revoluciones
sociales, específicamente la revolución socialista,
como fue estudiada , hecha y pensada científicamente por los
libertadores marxistas globales no son criaturas de un día,
pueden ser veloces, pueden tomar décadas, o incluso siglos
para materializarse. Debido a su lógica y contradicciones
internas, a sus tareas históricas, tienen sus altibajos, sus
pros y contras, no se desarrollan en línea recta; como la
propia revolución bolivariana puede disfrutar de mareas altas
por una década, y de repente, como una sorpresa, caer en
mareas bajas, algunas veces se atascan en el tedio, provocando
frustración práxica y confusión teórica.
*
Esta es otra lección pertinente que aprender en Venezuela: el
fracaso es el otro lado dialéctico de la victoria, y ambas son
partes revolucionarias del mismo proceso revolucionario. La lucha de
clases y la conciencia de clase no son categorías
lógico-formales. También la burguesía participa
en la lucha de clases. Ella existe independientemente de nuestras
pesadillas ideológicas.
No hay por qué preocuparse
porque las fuerzas contrarrevolucionarias aparentemente tengan una
ventaja momentánea. Como Marx lo enfatizó, este
'látigo' es necesario para separar el trigo de la paja, para
lanzar la revolución hacia otro grado emancipatorio, para
salir de la escoria entre nosotros; en la revolución
socialista la calidad decidirá la victoria final.
* A
pesar de todas las diferencias ¿que tienen en común las
revoluciones sociales, incluyendo la socialista?
* ¿Cual
es la quintaesencia de la revolución social?
Recapitulemos:
dentro de la historia, el proceso de producción, no existen
'ricos' y 'pobres' sino amos y esclavos. Cualquier forma de
producción, cualquier formación del trabajo produce
lógicamente clases sociales antagónicas, relaciones
sociales clasistas, las gobernantes y las gobernadas, explotadas,
dominadas, discriminadas, masacradas y alienadas. Esta es la
quintaesencia de la lucha de clases. Esta es la razón de ser
de la revolución social.
* Otra lección para
Venezuela: todas las revoluciones sociales, especialmente la
socialista, son luchas de clases.
No importa en cuál nivel
de producción se halle una revolución social, esta
realidad transhistórica va desde la acumulación
primitiva de capital en una sociedad basada en el trabajo de esclavos
hasta el imperialismo corporativo global moderno: un sistema moderno
que explota económicamente al meso, micro y macrocosmos en su
totalidad. Además, al nivel en que se encuentra nuestra
revolución bolivariana debemos distinguir entre la acumulación
del capital dentro de pasados modos de producción dominantes y
el capitalismo como el actual modo de producción globalizado
dominante. Este último es el que tenemos que eliminar.
*
Esto nos lleva a la siguiente lección: el socialismo es lucha
de clases, no es consenso de clases, no es una alianza pacífica
entre trabajo y capital, es una revolución social dentro del
capitalismo mundial, es una negación, es la negación
categórica del capitalismo, es verdaderamente anticapitalista,
y sólo como tal es verdaderamente anti-imperialista, que es
algo muy distinto que declararse 'anti-imperio' o 'anti-imperial'.
*
Esto nos conduce a la siguiente lección, al asunto decisivo
para nosotros: ¿reforma o revolución, barbarie o
socialismo?
Como lo señaló Rosa Luxemburgo en su
famoso escrito 'Reforma Social o Revolución' (1900) contra
Eduard Bernstein, la mera reforma social dentro del modo de
producción capitalista global puede ser un medio de
revolución, pero nunca es el objetivo final de la revolución
social, de la lucha de clases moderna. Es contrarrevolucionario hacer
del reformismo una meta revolucionaria, su qué hacer. El
reformismo es un cambio social limitado dentro del modo de producción
capitalista explotador, no es su abolición. La revolución
socialista esta cruzando el Rubicón, esta destruyendo la
barbarie, el salvajismo neoliberal.
* Por lo tanto, camaradas,
la revolución socialista es lucha de clases, es marxismo.
Somos libres de hacer lo que querramos, pero debemos ser muy
cautelosos en cómo lo llamamos. Hitler, Goering y Goebbels
llamaron al fascismo 'nacional-socialismo'.
Este momento, el año
2008, es decisivo. En Venezuela la revolución bolivariana está
destinada a revelar su quintaesencia transhistórica, a dar el
salto socialista hacia la verdadera emancipación
anti-capitalista o estancarse en el 'chavismo sin Chávez', el
reformismo, los pactos entre caballeros, la corrupción, la
impunidad, los barriles de whisky yanqui importado, el consenso de
clases, el salvajismo neoliberal y la barbarie nazi.
En
Sudáfrica en el año 1960 tuve la oportunidad de leer el
famoso libro de Plejanov, El papel del individuo en la historia, y
aprendí que ningún dios, ninguna idea, ningún
hombre o pueblo por sí solo puede jamás hacer la
'historia', puede hacer la revolución socialista. Por
coincidencia el presidente Chávez también leyó
este libro, años más tarde. Así que si amamos a
Chávez, por favor concedámosle unas vacaciones bien
merecidas en la Amazonia, bajo la condición que mientras tanto
lo multiplicaremos por millones para hacer su trabajo, el trabajo de
un verdadero revolucionario. Sólo así evitaremos el
colapso de nuestro Presidente e impediremos que se convierte en otra
víctima más de la traición de la clase
dominante.
* Por lo tanto, la lección final: los
trabajadores de Venezuela, del mundo, al igual que el capital, no
tienen Patria. Es su deber revolucionario fundar su propio partido
socialista de vanguardia, en la tradición del victorioso
Partido Bolchevique de Lenin. (Ver:
http://www.franzlee.org/marxmanifesto.html)
La única
forma de detener tal partido de los trabajadores sería matar a
todos los líderes de su vanguardia; sólo de esa forma
el estalinismo fascista pudo triunfar en la Unión Soviética.
Esta tragedia nunca debe ocurrir en suelo venezolano. De manera que,
camaradas, ¡cuidado! Vivimos una época local, regional,
nacional e internacional extremadamente peligrosa. Venezuela: ¡es
el socialismo ahora o nunca!
Original en
Inglés:
http://www.franzlee.org/pandemonium01308.html
*Nota
del traductor. 'Kaffir' es el termino despectivo con el que los
blancos sudafricanos se referían a la mayoría
sudafricana originaria.