Franz J.T. Lee, septiembre 2007
Socialismo Bolivariano: El Nacimiento Histórico del Marxismo
Ante todo, algo
didáctico. A cualquier acto social, teoría humana o
evento
natural de significado trascendental, hay que ubicarlo en
su verdadero
contexto transhistórico. Si es verdad, que
Jesucristo vivió hace dos
milenios en la historia humana,
entonces también nació, como cualquiera de
nosotros,
en una época específica, donde les pudo hablar a
los
‘filisteos’, a los ‘fariseos’ y a una
‘generación de víboras’ de su
tiempo.
Definitivamente no pudo llamarlos ‘golpistas’,
‘escuálidos’ o
‘paramilitares de la CIA’.
De manera similar, Marx y Engels nacieron en un
tiempo y lugar
específicos; no podían presentarles a los trabajadores,
que
participaron en las revoluciones europeas de 1848, un ‘Sermón
de la
Montaña’; igual en 1819, Simón Bolívar
no podía dirigirse a un Congreso en
Ciudad Bolívar
sino en Angostura.
Además, hoy, en el año 2007,
Chávez no tiene la posibilidad de discutir la
reforma
constitucional en Angostura. Todo esto también vale para
el
Manifiesto Comunista, para los conceptos y sus significados
sociales. En
otros lugares y tiempos, términos como
‘metafísica’, ‘práxis’,
‘ideología’,
‘democracia social’, ‘socialismo nacional’ o
‘revolución’
tienen un significado diferente,
incluso tienen connotaciones
contradictorias. Jesucristo y Carlos
Marx pueden emitir la misma frase,
pero con dos significados
totalmente distintos. Así que, deberíamos tener
mucho
cuidado. Las palabras no son capaces de pensar por nosotros;
somos
nosotros mismos que tenemos que pensar a solas.
Por
lo tanto, no pensamos en palabras o en una colección de
frases, porque
estas son solamente herramientas miserables. Como
revolucionarios, como
filósofos, reflexionamos,
conceptualizamos y teorizamos nuestra realidad;
en otras palabras,
pensamos de, por y para nosotros mismos. Hasta ahora no
hemos
encontrado un sustituto creativo para el pensar y el
pensamiento
humano. Tenemos muchos perros de Pawlov, loros y
zombis en la ‘oposición’
venezolana, pero entre
nosotros mismos hay muy pocos pensadores práxicos y
teóricos
pensativos.
En un artículo anterior en Vheadline.com
del 27 de agosto de 2007,
prometíamos que ‘en futuros
comentarios elaboraremos los importantes temas
relativos al
Manifiesto Comunista y el Socialismo Bolivariano como
delineados
anteriormente’.
Comprometidos con nuestra palabra
revolucionaria, resaltaremos ahora la
situación
transhistórica en Europa a comienzos del siglo XIX,
enfocando
aquellos eventos, que tienen una relación directa
con la Revolución
Bolivariana en la actualidad.
Muchas
tareas históricas de la Revolución Francesa, hasta el
día de hoy,
todavía están ausentes en
Venezuela, especialmente en nuestra
superestructura ‘ideológica’.
También el proceso de la separación entre la
iglesia
y el Estado todavía es incompleto, incluso es una fuente de
la
contrarrevolución. Así que, comencemos con la
‘Sagrada Alianza’ en tiempos
de las guerras
napoleónicas en Europa.
Fue formada en 1815 por un
grupo de ‘príncipes cristianos’ que gobernaban
por
gracia de Dios, es decir, por monarquías que fueron todas
invitadas
por el entonces Zar de Rusia, bajo los auspicios de
Austria y Prusia. Como
fue comentado en el Manifiesto Comunista,
en entonces prácticamente todos
los monarcas absolutistas
de Europa pertenecieron a este ‘club sagrado’
feudal
de la contrarrevolución, que fue dirigida contra la
democracia
burguesa, pero también contra los socialistas
utópicos y los comunistas.
Son obvios los paralelos de la
actual ‘familia Bush’ globofascista y sus
aliados en
todas partes contra la Revolución Bolivariana; son
épocas
diferentes pero hay similitudes
revolucionarias.
Inspirado por el famoso diplomático
austriaco, el Conde de Metternich,
¿Qué fue lo que
realmente pasó en el Congreso de Viena en 1814-15?
La
respuesta es bien simple: era una ‘Lucha por Europa’, un
intento
contrarrevolucionario de restablecer el ‘viejo
régimen’ feudal,
aristocrático y clerical.
Este tipo de conspiración nos amenaza a diario.
En
realidad, se tenía que re-dibujar el mapa de Europa, que fue
una
pre-condición para la época del capitalismo
monopolista, para la ‘Lucha
por África’,
pro-imperialista y capitalista (1884-85). No hay que quedarse
atrás,
hay que dar los datos sobre quién engañó a quien
en Viena, quién
robó qué y quién se
llevó ‘la mayor parte del pastel’. En realidad,
esto
fue la preparación de la industrialización y
hegemonía mundial de Gran
Bretaña; todo terminó
en una alianza de los ‘Estados Cristianos’, con
la
‘Alianza Cuádruple’ (Rusia, Prusia, Austria
y Gran Bretaña).
Aquí podemos ver el rol
importante de la cristiandad en defensa del status
quo de la clase
dominante. Fue precisamente en la superestructura, a
través
de Hegel, Feuerbach y Marx, donde fueron necesarios el
criticismo
religioso y la crítica de la religión
cristiana, para introducir una nueva
ciencia y filosofía
proletaria, una práxis y teoría terrenal, un
Manifiesto
Comunista. Esto se reflejó en la famosa canción de
los
trabajadores de los socialistas marxistas y no-marxistas,
la
‘Internacional’:
“Ni en dioses, reyes
ni tribunos,
está el supremo salvador.
Nosotros mismos
realicemos
el esfuerzo redentor.
Para hacer que el tirano
caiga
y el mundo siervo liberar,
soplemos la potente fragua
que
el hombre libre ha de forjar.”
En este tiempo, una parte
de una canción alemana muy popular, que se sigue
cantando
hoy día, ya expresó el latido del corazón
revolucionario del
Manifiesto Comunista, que es la tendencia
filosófica hacia el materialismo
dialéctico
marxista, de la siguiente manera:
“Die irdische
Trinität, Gott nachgeschaffen,
So wie der Mensch sich
widerholt im Affen.” (Alemán)
“La Trinidad
terrenal, imitando a Dios,
Justo como se repite el Hombre en el
Simio.”
En una de sus recientes cadenas nacionales, el
presidente Hugo Chávez
reveló su opinión
personal sobre la religión cristiana, como fue enseñada
por
la jerarquía de la iglesia, que apoya golpes militares contra
su
gobierno legítimo y democrático. Primero, reveló
que no reza, segundo, que
no cree en una estructura celestial
encima de la tierra en el cielo, o en
una estructura infernal bajo
tierra. Dijo, que si esto hubiera sido la
verdad, entonces ya
desde hace mucho tiempo atrás, los astronautas y
los
trabajadores de los taladros de PDVSA ya los hubiesen
descubierto.
Finalmente, se refirió a la falacia religiosa,
que después de la muerte,
un día volveremos a ver a
nuestros queridos familiares.
Sin embargo, en el espíritu
del Sermón de la Montaña de Jesucristo, Chávez
defendió
al Socialismo Bolivariano, pero resaltó, que después de
la muerte
todos nos volveremos polvo cósmico.
En
última instancia, esto es precisamente lo que el Manifiesto
Comunista y
la Internacional quisieron comunicar, que es una
contribución social de la
Revolución Francesa hacia
el esclarecimiento y la conciencia humana, hacia
el nacimiento del
marxismo, del socialismo científico y filosófico.
Sin
embargo, continuaremos ilustrando las principales características
de
la época revolucionaria del comunismo emergente, de la
negación del
capitalismo en Europa. Especialmente en
Inglaterra, entre 1815 y 1830, las
fuerzas de producción
capitalistas emergentes destruyeron progresivamente
la mayoría
de los vestigios del modo de producción feudal absolutista,
que
introdujeron la ‘Revolución Industrial’.
Inglaterra inmediatamente tomó el
liderazgo y así
emergieron nuevas ciudades de fábricas como lo
era
Manchester.
En la gloria del ‘buen capitalismo’
de Adam Smith, los manufactureros
británicos fueron
fascinados de la libertad para explotar a los
trabajadores pobres,
para la acumulación de capital generada por la
Revolución
Francesa. Por otro lado, como fue descrito en su trabajo,
‘La
Condición de la Clase Trabajadora en Inglaterra
en 1844’, Friedrich Engels
describió la venidera
miseria y pobreza de todos los futuros esclavos
asalariados
capitalistas, especialmente en el mundo colonial y en el
futuro
mundo neo-colonial.
La nueva burguesía liberal
democrática emergente defendió la libertad con
todo
su poder, y para su propia clase, esto significaba ‘
libre
competencia ‘, ‘ libre comercio ‘, en
pocas palabras: laissez-faire,
laissez passer (libertinaje en
todo).
Alrededor de 1830, la Europa continental,
principalmente Francia, Bélgica
y partes de Alemania,
todavía se encontraban en un letargo feudal, y
eran
básicamente rurales y agrícolas. En la
siguiente década Europa comenzó
progresivamente con
el desarrollo de su propio sistema de fábricas, basado
en
las ‘casas de trabajo’ añejas, originalmente
inventadas en Italia del
Norte hace siglos. En el plano político,
la lucha de poderes se reflejó en
las ondas revolucionarias
y rebeldes que sacudieron a Europa alrededor de
1830.
Para
nosotros aquí en Venezuela es importante notar, que una
revolución
social no es un paseo de compras el sábado
por la tarde, al contrario, es
un proceso de décadas,
violento y sangriento, es una gigantesca lucha de
poderes, una
lucha de clases. El Manifiesto Comunista nació como teoría
de
la lucha de clases proletaria dentro de esta grave lucha de
clases
continental. Actualmente la práxis y teoría
emancipatoria de la Revolución
Bolivariana también
están naciendo en una situación global
altamente
contradictoria.
Incluso en Europa la Revolución
Francesa tenía que emprender una batalla
muy dura para
conquistar el poder político burgués-capitalista.
Su
‘oposición’ local y extranjera, los
‘soberanos sagrados’ europeos y su
‘think tank’,
Metternich, no se dejaron impresionar en absoluto por las
novedades
revolucionarias que eran la libertad, la igualdad y la
fraternidad;
más bien prefirieron el escualidismo.
Al igual que la
actual ‘oposición’ venezolana, resistieron con
toda clase
de poder estatal a su disposición; acusaron a
los líderes burgueses de ser
simpatizantes del ‘terrorista’
Robespierre o de ser ‘comunistas’. Es
precisamente
esto lo que está ocurriendo aquí en Venezuela con
Presidente
Chávez y nuestros bolivarianos.
Con todo
su poder, las fuerzas contrarrevolucionarias lanzaron una galaxia
de
medidas opresivas, revelando las funciones básicas del futuro
Estado:
la censura, la vigilancia policial, los espías
(Spitzel), los informantes.
Todas esas cosas son actuales hasta el
día de hoy, y todo esto ocurrió
mientras Marx y
Engels eran niños, jugando policía y ladrón.
¡Vaya,
qué novedad tiene que ser el Manifiesto Comunista y el
marxismo hoy
en día!
Al igual que en la América
Latina contemporánea, los espías, las leyes,
los
encarcelamientos y las ejecuciones atacaron a la vanguardia de
la
revolución burguesa democrática capitalista. Como
reacción política contra
el terror policial y del
ejército, los demócratas burgueses radicales,
los
trabajadores y otros defensores de la revolución
capitalista se unieron y
se organizaron en sociedades secretas,
como los Carbonari, los quemadores
de carbón. En Alemania
llegaron a existir las fraternidades, los
‘Burschenschaften’.
En Francia se reemplazaron los 'Bourbon', quienes
nunca
aprendieron nada y quienes nunca olvidaron nada. El
reaccionario
Carlos X huyó y fue reemplazado por un ‘rey
burgués’, por Louis Philippe
de Orleáns.
Entre
1789 y 1848, la Revolución Francesa penetró todos los
capilares y
átomos de la Europa feudal, retó todos
los modos de producción anteriores,
luchó por la
hegemonía total y por el poder global burgués
democrático
capitalista.
Para tumbar este poder hoy
por hoy, tenemos que hacerlo mucho mejor.
Fue sólo
después de la victoria contra la ‘Sagrada Alianza’
que llegó el
turno de la burguesía francesa.
Francois Guizot retrató el ‘espíritu’ de
la
nueva clase pudiente de banqueros, especuladores e industriales con
el
lema siguiente: ¡Enrichissez vous!
Esto no era
‘¡Conócete a ti mismo!’, sino ‘¡Enriquécete
a ti mismo!’
Todo esto a los hombros de los demás,
es decir, de los trabajadores que
siempre tienen que hacer el
trabajo sucio a sus amos capitalistas.
No hay que dejar que
ocurra esta tendencia contrarrevolucionaria aquí
en
Venezuela.
En Sudáfrica, por ejemplo, la
‘subasta’ al imperialismo ocurrió dentro de
una
década y generó la existencia de una nueva clase media
negra rica. Los
millones de trabajadores pobres negros andan en la
miseria de siempre.
Mucho antes del nacimiento del Manifiesto
Comunista y antes de las
revoluciones de 1848, los trabajadores
europeos, explotados por el
capitalismo emergente, se rebelaron y
comenzaron a organizarse y
defenderse como clase trabajadora
paria. En Inglaterra, por ejemplo,
después de las revueltas
de 'Luddite' de 1811-12 y la demolición de las
maquinarias
de fábrica, los trabajadores británicos comenzaron
a
organizarse contra la vil explotación capitalista y a
formar asociaciones
independientes de trabajadores y
sindicatos.
Desde el comienzo el capitalismo
burgués-democrático no tenía piedad con
los
trabajadores que interfirieron en la acumulación de capital,
riqueza,
privilegios y poder. La Revolución Bolivariana
experimentó estos violentos
ataques despiadados en el año
2002 durante el golpe militar y el sabotaje
petrolero. Ya en 1819
los trabajadores británicos tenían su ‘Caracazo’,
la
‘Masacre de Peterloo”.
¿Qué
fue lo que ocurrió?
En Manchester, durante una reunión
de 60.000 trabajadores protestando,
intervino brutalmente la
policía y sofocó la rebelión. Percy B.
Shelley
comentó este evento de la manera siguiente:
“Rise,
like lions after slumber,
In unvanquishable number,
Shake your
chains to earth like dew
Which in sleep has fallen on you.
Ye
are many, they are few!” (Original)
“Levántense,
como los leones al despertarse,
Inconquistable en número,
Sacuden
sus cadenas y láncenlas al piso como el rocío
Que se
les cayó encima durmiendo.
¡Vosotros son muchos,
ellos son pocos!”
No obstante, continuó la lucha
de los trabajadores británicos; culminó en
una
frustrante ‘Acta de Reforma de 1832’ y en la ‘Carta
del Pueblo” de
1838. Llegó a existir un movimiento
laboral cartista, que en 1847
consistió en más de
40.000 miembros trabajadores. Esto ocurrió mientras
Engels
ya estaba redactando la primera versión del Manifiesto
Comunista,
luego revisada por Marx.
En el continente, en
1834, los tejedores de seda de Lyons, los canuts, se
rebelaron y
se lanzaron a las calles, seguidos por otras revueltas en
otras
ciudades. Todos los levantamientos de los trabajadores
fueron
brutalmente reprimidos. Especialmente cruel era la ‘Masacre
de Paris Calle
Transnonain’, perpetuada en la famosa
‘Canción de los Tejedores’:
“Mais
quand notre règne arrive
Quand votre règne
finira
Alors nous tisserons le linceul du vieux monde
Par on
entend déjà la revolte qui gronde. –”
(Original en Francés)
“Pero cuando llega nuestro
reino
Cuando vuestro reino terminará
Entonces tejeremos
la mortaja del viejo mundo
¡Escuchen! Como retumba la
revuelta. –”
Todas esas realidades históricas
han producido el socialismo científico y
filosófico,
el marxismo, y han creado el Manifiesto Comunista.
Como
podemos ver, el marxismo no cayó del cielo azul, sino es una
realidad
transhistórica de la sociedad capitalista; es su
negación dialéctica
total.
En Alemania, que
era la patria de Marx y Engels, donde uno hace la
revolución
primero en la cabeza, los tejedores silesianos lanzaron su
famosa
rebelión de 1844. Como en todas partes, el perro guardián
del
capitalismo, que son las autoridades del estado burgués,
reaccionaró con
la brutalidad autoritaria acostumbrada.
Escuchemos la ‘Canción Alemana de
los
Tejedores’:
“Hier im Ort ist ein Gericht
Viel
schlimmer als die Fehmen,*
Wo man nicht mehr ein Urteil
spricht
das Leben schnell zu nehmen.”
(Original en
Alemán)
“Aquí en este lugar hay una
corte
Mucho peor que el juicio sumarísimo,
Donde ya no
se necesita una sentencia
Para quitarle la vida a
cualquiera”.
Esta revuelta de los tejedores se
convirtió en un tema central de la
famosa obra de Gerhard
Hauptmann, Die Weber (Los Tejedores), 1892.
Concluimos esta
exposición del contexto histórico del Manifiesto
Comunista
con el excelente poema de Heinrich Heine, quien nos
brindó más detalles
sobre esta escandalosa
masacre:
“Im duestern Auge keine Träne,
Sie
sitzen am Webstuhl und fletschen dieZähne:
(Des Leidens und
Hungers ist genug);
‘Deutschland, wir weben dein
Leichentuch,
Wir weben hinein den dreifachen Fluch --
Wir
weben, wir weben.’’ (Original)
“Sin una
lágrima en sus ojos sombríos,
Sentados en el telar
crujiendo los dientes:
(Ya basta el sufrimiento y el
hambre);
‘Alemania, tejemos tu mortaja,
E inter tejemos
en ella la triple maldición –
Tejemos,
tejemos.’”
****
Para más información,
véase el excelente trabajo de Dirk J. Struik, Birth
of the
Comunist Manifesto (Nacimiento del Manifiesto
Comunista),
International Publishers, New York, 1975.
Original en
Inglés: Venezuela's Bolivarian Socialism: The Historic
Birth
of Marxism http://www.vheadline.com/readnews.asp?id=75671