Franz J. T. Lee, febrero de 2007
Alimento
revolucionario para el pensamiento socialista en cuanto al actual
Cruce
del Rubicón en Venezuela
Completamente
despechada, atrapada en los feroces tentáculos sociales de las
ilusiones feudales, la Julieta de Shakespeare gritó
desesperadamente al cerrado, sordo y tonto universo:
"¿Qué
es un nombre? Aquel por el cual nombramos a una rosa. Aun con
cualquier otro nombre, sería igual de fragante."
–
De William Shakespeare, Romeo y Julieta (II, ii, 1-2)
Por
supuesto, no pensamos con las palabras, las palabras no piensan por
nosotros. Sin embargo, existen ciertas palabras que debemos utilizar
muy cuidadosa y responsablemente. Hoy en día nadie se
atrevería a hablar de mi nuevo Nazismo, de "mi amado
nazi". Igualmente, es ridículo establecer diferencias
entre el socialismo de los zulúes, el socialismo de los mayas,
el socialismo en la Luna, el socialismo africano, el socialismo
árabe, o incluso el Nacional Socialismo.
¿Qué
cosa podría ser un capitalismo zulú, un capitalismo
maya, un capitalismo árabe?
Seguramente no hablaríamos
de Jesucristo "rebajando" (down-sizing) a sus apóstoles.
De la misma manera, María Magdalena y Jesús no estarían
"navegando en la red" o comunicándose entre sí
por medio de teléfonos celulares... Seguramente Napoleón
Bonaparte no estuvo interesado en lanzar un "dominio de pleno
espectro" en Europa.
El socialismo no nació en
Nazaret; según documentos históricos, probablemente
Nazaret ni siquiera existía al momento de nacer Jesucristo.
Los conquistadores europeos nos contaron un pocotón de
mentiras. Debemos ser extremadamente cuidadosos con lo que decimos,
necesitamos una estricta consciencia de clase política
transhistórica.
Una cosa es el verdadero e
histórico nacimiento, existencia y vida de aquello que da
significado a un concepto, otra cosa son nuestras extrapolaciones a
posteriori y el secuestro de un término científico.
Jesucristo no tuvo nada que ver con el socialismo moderno
anti-corporativo, con el marxismo científico
filosófico.
Jesucristo y Marx, como nosotros mismos,
son productos y creaciones transhistóricos de sus respectivas
épocas. Confundir y mezclar realidades al azar es cultivar
confusión, es ideología. Cualquier cosa existe con su
opuesto, con su negación; ella crece con su contradicción;
sólo muere como afirmación y negación
destruidas. Por lo tanto, no hay capitalismo sin su negación
inherente, no hay socialismo sin su afirmación amenazante, sin
lo que está negando, es decir, sin el capitalismo.
El
socialismo en la época de la globalización del
capitalismo tiene muy poco que ver con la Sagrada Biblia censurada
precapitalista, no necesita profetas como Amos o Isaiah para acabar
con el proyecto de HAARP, con las bombas atómicas contra Irán.
El Ujamaa de África no es socialismo, y el socialismo sólo
tiene que ver con la Tanzania moderna en cuanto al anti-capitalismo y
el anti-imperialismo.
Contra todo tipo de oscurantismo
metafísico y teológico, esto es la única manera
de entender el capitalismo y el socialismo lógica, científica
y filósóficamente, esto es el verdadero avanzado
Marxismo en la época de la globalización y del
globofascismo. .
Cada país y líder mundial
pueden llamar su revolución como quieran, pero por favor, el
socialismo ya no puede aguantar más difamaciones, farsas y
caricaturas. Para no confundir a nadie, llamemos nuestra revolución
latinoamericana, venezolana, como lo que es: la Revolución
Bolivariana.
Seguramente ella ya está construyendo un
Nuevo Bolivarianismo del siglo XXI. No hay nada malo con esto, todos
nosotros ya lo estamos haciendo. Estoy haciéndolo hic et nunc,
aquí y ahora. ¿Por qué llamar a nuestra meta un
Nuevo Socialismo? ¿Por qué rebajar al marxismo, o al
menos, por qué estamos tratando de cristianizar el marxismo?
¿Por qué copiar los conceptos de Heinz Dieterich?
Igualmente, no hay nada de malo con esto, somos soberanos, pero
llamémoslo con cualquier otro nombre.
No existe un
sustituto para el pensar, el pensamiento, la teoría y la
filosofía. Tampoco para el marxismo y el socialismo
científico-filosófico fluyente, la verdadera negación
del capitalismo, para el arma anti-capitalista de la emancipación
global. Si no pensamos y actuamos de, por y para nosotros mismos,
entonces otros lo harán por nosotros, formularán
conceptos "revolucionarios" para nosotros; y no contaremos
con una plataforma intelectual para la crítica, ya que seremos
extraños a nosotros mismos, estaremos totalmente alienados. De
hecho, nos convertiremos en almas perdidas. De esta manera, la
socialización, la ideología, el adoctrinamiento y la
manipulación podrían impregnarnos con una mentalidad de
esclavo, con ilusiones religiosas y fantasías espirituales, en
pocas palabras, con la cultura de la clase dominante, con el
"Newspeak" orwelliano, con la educación para la
barbarie.
En cualquier sistema cerrado, lógicamente
existen límites físicos y barreras intelectuales; en un
orden mundial capitalista cerrado, en un holocausto corporativo
universal, vigilado y protegido por modos de pensamiento
lógico-formales y dialécticos, no hay escape. Los
oprimidos, los esclavos asalariados, internalizan el sistema en la
globalización, lo defienden con sus propias vidas, reproducen
por siempre la estricnina ideológica y religiosa.
¿Qué
es un nombre? Llamar socialista a cualquier cosa: esa palabra sonará
tan liberal, igual y fraternal, como Francesa, burguesa, democrática,
religiosa, cristiana, católica.
El pensar, el
pensamiento, la teoría, la filosofía y la sabiduría
son cualidades sociales, son específicamente humanas,
humanistas. Son dialécticas, son contradicciones, son
relaciones. Ellas se mueven, están vivas, cambian, no están
en reposo, estáticas, y no son absolutas, proféticas. A
lo largo de la historia, en los procesos naturales y sociales que
permanentemente cambian, fluyen y se desbordan, no existe el zig-zag
estático de las verdades absolutas, no existe el eterno
tic-tac de los paradigmas perennes.
En nuestra prisión
universal todo ya está determinado por los siglos de los
siglos; internamente todo se mueve según las leyes
tendenciales del capitalismo, según la sagacidad de la
fenomenología hegeliana dialéctica del espíritu
capitalista del mundo. Esto simplemente quiere decir que todos los
procesos de trabajo, todas las relaciones naturales y sociales
pervertidas, nacen, evolucionan, alcanzan su cenit, luego mueren,
involucionan en su auto-destrucción.
Cada etapa del
desarrollo económico y político pone de manifiesto sus
peculiaridades sociales y culturales. Existe una inmensa diferencia
entre la evolución y la realización de algo, entre su
involución y su muerte, entre su transvolución y
exvolución hacia otras esferas transversales.
No
construimos torres gemelas modernas con tecnología para
construir pirámides. Las Naciones Unidas no gobiernan el mundo
por medio de los Diez Mandamientos. El socialismo no existe de manera
intacta a lo largo de 50 ó 100 mil años. De hecho, no
puede existir sin su hermano siamés, el capitalismo.
El
capitalismo tiene un problema inherente, no puede liberarse de su
opuesto dialéctico, del socialismo científico
filosófico, del marxismo. Tener dinero no es acumular capital.
El capital es un requisito sine qua non para el llegar a ser del
capitalismo y del socialismo. Separar el socialismo del capitalismo
es hablando de otra cosa pero no de anti-capitalismo o de
anti-imperialismo.
Seguramente el capitalismo se originó
en la región del Mediterráneo, en Mileto, que es al
mismo tiempo el lugar de nacimiento de la negación dialéctica
del capitalismo, es decir, el socialismo. El capitalismo y el
socialismo tienen que ver con ciertas relaciones de producción,
tienen que ver con ciertas condiciones de nacer, con ciertas niveles
de desarrollo de luchas de clase antiguas. Las hogueras donde se
quemaban a los esclavos en las plazas de Mileto nos dicen quienes
eran los explotados y quienes eran los patrones ab ovo. Nos dicen
cómo serán las luchas de clases infernales venideras.
Nos dicen quienes eran los dominados, discriminados, asesinados y
alienados. Allí podemos estudiar las verdaderas semillas del
capitalismo y del socialismo: el nacimiento, clímax,
involución y transvolución de la historia, hasta llegar
justo a nuestros tiempos.
Las elementales semillas socialistas
originales brotaron en varias sociedades antiguas poseedoras de
esclavos, en el feudalismo germinaron como la primitiva acumulación
de capital produciendo varias clases sociales y luchas de clase. Sin
embargo, ninguna de las dos fue todavía una formación
de producción dominante. De hecho, hasta el siglo XVII, tanto
el capitalismo como el socialismo estuvieron todavía dominados
políticamente por el clero feudal y la nobleza europeos, que
se encontraban a sí mismos en agonía mortal.
La
victoria del capitalismo en las Revoluciones Francesa e Industrial
marca el nacimiento real del capitalismo como el modo de producción
dominante, y con ello también dio nacimiento a su propia
negación moderna, el socialismo científico y
filosófico, el marxismo.
Antes de 1840 no existía
el socialismo científico y filosófico como
anti-capitalismo, como la negación inherente de un modo de
producción dominante, el cual se estaba revolucionando a sí
mismo hacia la hegemonía imperialista global. No pudo haber
nacido antes de la Revolución Industrial. El mismo presupuso
la aplicación de una nueva lógica, la dialéctica,
una nueva ciencia, la práxis proletaria, una nueva teoría,
el materialismo histórico. Para dar lugar a esta arma
revolucionaria tuvo que darse una conditio sine qua non, la unidad y
contradicción dialéctica de los cuatro mayores logros
de la victoria del capitalismo contra el feudalismo y su
sobreestructura romana católica: la ciencia natural, la
revolución política francesa, la economía
nacional inglesa, y la filosofía idealista-objetivista
dialéctica alemana. En este espíritu, las obras
principales de Marx y Engels, Rosa Luxemburgo, Lenín, Trotsky
y otros fueron escritas y reflejaron los niveles y grados del
capitalismo y el imperialismo mundial de su época. Esto es el
Marxismo, las demás fabricaciones "reales y existentes"
son caricaturas, tragedias y farsas.
La revolución
burguesa capitalista democrática tumbó todos los
regímenes feudales que existían "por la gracia de
Dios". Con su materialismo mecánico y ciencia natural
reemplazó exitosamente al Dios católico romano con la
Razón, alias el Capital, lo cual fue una precondición
para que el capitalismo saliera victorioso.
Eso fue en el
siglo XVIII, ahora tan sólo imagínense tumbar un
imperialismo corporativista altamente desarrollado en el siglo XXI,
armado hasta los dientes con mortales armas de destrucción
masiva, con un socialismo cristiano, una cristiandad socialista de
hace 2007 años, con socialismo utópico y utopías
socialistas del siglo XIX.
Para salir victoriosos la
Revolución Bolivariana tiene que ofrecer mucho más que
la repetición inocente de mentiras religiosas y mitos racistas
de la época de la Conquista (que ya fueron desmanteladas por
la propia burguesía, como ya he explicado), tiene que ofrecer
mucho más que la lógica formal y dialéctica
intrasistémica de la era del imperialismo, y muchísimo
más que el anti-marxismo, anti-comunismo y un socialismo sui
generis. Camaradas, tenemos un problema tremendo entre manos, una
gigantesca tarea por delante.
El Presidente Hugo Chávez
y sus ministros no son magos, profetas o mesías, ellos deben
enfrentar el alba, el amanecer, el horizonte, lo nuevo, como todos
nosotros. Lo nuevo es experimental, es ingenio e ingeniería,
es detectar y detectivesco. Es lógico, científico,
filosófico y sapiente. El socialismo moderno globalizado tiene
tres partes: es micro-, meso- y macro-cósmico. Por primera vez
en el planeta Tierra, lo Nuevo es Ser, Existencia y Trascendencia
Humana, es la santísima trinidad del hacer, pensar y
trascender los problemas de, por y para nosotros mismos.
Esto
es cruzar el Rubicón, esto es jacta alea est. Esta es la
panacea emancipatoria contra las grandes mentiras, contra vilezas
como hablar a espaldas de alguien, aborrecibles difamaciones,
malignas cobardías, charlatanes "revolucionarios" y
el fascismo global "orwelliano".