Franz J.T. Lee, enero de 2007
Agotamiento de la energía vital del sistema capitalista -- Revolución, Éxodo y Emancipación (Parte III)
PARTE III
9.
De la Revolución Bolivariana a la Emancipación
Humana
A lo que en Venezuela más le teme la junta de
Bush y sus seguidores neoconservadores, su CIA, los reaccionarios,
contrarrevolucionarios e inclusive reformistas a escala
internacional, es a un pueblo que actúa y piensa de, por y
para sí mismo, como en el caso de la resistencia popular
contra el golpe militar entre el 11 y el 14 de abril del 2002 y del
sabotaje petrolero entre diciembre del 2002 y enero de 2003, es
decir, le teme a una lucha física e intelectual de la soberana
clase trabajadora consciente, le temen a la práxis y teoría
revolucionaria y a la creatividad y originalidad emancipatoria. En
otras palabras, le teme a la verdad naciente, al poder emergente de
la clase popular trabajadora en Venezuela y América
Latina.
(Véase: Franz J. T. Lee, "Venezuela; De la
Revolución Bolivariana a la Emancipación Humana",
IMMECA, Mérida, Venezuela, Diciembre de
2005.
http://www.franzlee.org/pandemonium01162.html )
Recordemos
que un revolucionario puede nacer dentro de cualquier clase social,
pero en la historia europea sólo existieron dos socios
revolucionarios, la burguesía industrial (afirmación) y
el proletariado (negación), que, como dijimos anteriormente,
le arrebataron el poder a la nobleza feudal y al clero de la Iglesia
católica romana en una sangrienta lucha de clases. Los
trabajadores, como negación revolucionaria, se convirtieron en
los eternos archienemigos de la burguesía cuando esta última
los traicionó en la revolución social, negándoles
la entrada al cielo de la libertad, igualdad y fraternidad del
capital. Así fue como se originó la lucha de clases
moderna entre capitalistas –poseedores de los medios de
producción y con ello controladores de la supervivencia
humana– y trabajadores –poseedores de su fuerza de
trabajo física-manual cada vez más disminuida que
venden en el mercado mundial, y que está siendo sustituida
progresivamente por el trabajo intelectual.
Así que los
intereses de clase de los trabajadores revolucionarios dentro de la
Revolución Bolivariana, encaminados hacia la emancipación
humana, no pueden posiblemente defender los intereses de clase
capitalistas o imperialistas, no pueden abogar por la perpetuación
de unas relaciones amo-esclavo, no pueden consistir en querer
convertirse en miembros de la clase media de ningún tipo,
porque esto siempre presupone la existencia de una gigantesca clase
baja pauperizada. Al igual que en otras partes del mundo, en
Venezuela la riqueza se produce por medio de la explotación
económica de la clase trabajadora, siendo la clase media una
especie de colchón y mediador en la lucha de clases de vida y
muerte entre capitalistas y trabajadores. A modo de lección
preventiva traemos el ejemplo de Sudáfrica, donde, después
de la erradicación del Apartheid y el triunfo del los
luchadores sociales y revolucionarios negros bajo el liderazgo de
Nelson Mandela, surgió una nueva clase media negra,
constituida tristemente por muchos de los antiguos e ilustres
‘guerreros por la libertad’ del Congreso Nacional
Africano, que hoy por hoy no demuestran ni un ápice de su
actitud proletaria revolucionaria del pasado y se han convertido en
los nuevos ricos, burócratas y tecnócratas corruptos.
El mismo peligro lo corre la Revolución Bolivariana.
A este
mismo respecto tenemos que constatar, que son muy pocos los
auténticos revolucionarios en camino de emancipación
que han permanecido en las altas esferas del Gobierno bolivariano, lo
que ya ha despertado la inquietud de las masas trabajadoras que
apoyan a su líder revolucionario, Hugo Chávez. Frente a
un panorama que no se puede calificar exactamente de
revolucionario-emancipador, ¿están las masas dispuestas
otra vez de votar por Chávez? ¿Hemos llegado al punto
donde Chávez es el único revolucionario auténtico
en Venezuela? Y volvemos a preguntarnos tal como lo hicimos al
inicio, ¿será que tenemos una revolución sin
revolucionarios o revolucionarios sin revolución? ¿Será
que los auténticos revolucionarios con vocación
emancipadora están siendo sistemáticamente botados de
sus posiciones centrales que ocupan en el Gobierno? ¿Será
que han capitulado ante su frustración por tanta retórica
radical y la falta de su materialización en la realidad? ¿Será
que nos encontramos, como lo sugieren algunos intelectuales de la
revolución, ante un fenómeno sui generis? ¿Tenemos
acaso una amenaza yanqui sui generis en Venezuela? ¿Será
que se nos escapo que hemos experimentado un Carmonazo sui generis en
Abril del 2002?
Como ya dijimos antes, para engendrar a
revolucionarios y emancipadores leales, constantes y consecuentes con
la Revolución Bolivariana, esto es, para fomentar el factor
subjetivo y la conciencia de clase trabajadora, tenemos que crear las
condiciones objetivas y subjetivas necesarias. En cuanto a estas
últimas, reiteramos que necesitamos una revolución
cultural radical, que incluye una nueva ciencia natural y una nueva
filosofía social que abren el camino hacia la emancipación
humana creativa.
10. Autocrítica y advertencia sobre
peligros venideros
Si examinamos las fortalezas y debilidades
concretas de la Revolución Bolivariana podemos constatar, que
se ha avanzado en muchos ámbitos como la educación, la
salud, la infraestructura, la estabilidad económica, la
politización de la población, la solidaridad y amistad
entre los pueblos, para sólo mencionar algunos, dejando a un
lado la discusión sobre si se trata de meras reformas sociales
o si de verdad constituyen medidas auténticamente
revolucionarias. Por otro lado y en cuanto a las debilidades, la
persistencia de los viejos hábitos y vicios de corte
puntofijista, como la malversación de fondos, el clientelismo,
la corrupción, la burocracia excesiva, el chantaje, el
sabotaje y la extorsión, han absorbido gran parte de los
recursos y han causado estragos en los proyectos y misiones dirigidas
al pueblo trabajador. Aun cuando en muchos casos las estadísticas
parecen ser excelentes, la realidad refleja otra cosa. Comparado con
la inmensa bonanza petrolera, con el gigantesco ingreso nacional,
sólo pequeñas gotas llegan a los pobres. En vez de una
sólida clase trabajadora revolucionaria, lo que nació
de la noche a la mañana fue una clase media de nuevos ricos,
como anteriormente advertido. Sus miembros, un nido de víboras
y traidores, están infiltrando todos los ámbitos de la
vida política, administrativa y económica del país
y andan conspirando, junto a los remanentes del viejo pantano adeco y
copeyano, además de factores externos como la CIA y los
diferentes entes de financiación norteamericana, disfrazadas
de ONG´s.
En el supuesto negado que los planes conspirativos
para derrocar al Gobierno bolivariano y eliminar al Presidente Chávez
tengan éxito, lo que nos espera seguramente será mil
veces peor que el 11 de abril o el sabotaje petrolero. Será el
propio Apocalipsis que les espera a todos aquellos que de alguna
forma hayan apoyado a la Revolución Bolivariana, sobre todo
los que la pretenden empujar hacia la emancipación humana
global. Se establecerá una dictadura ‘Ortegiana’
para las décadas venideras, tal como fue soñado por el
ex presidente traidor y golpista de la Confederación de
Trabajadores de Venezuela, CTV, ahora prófugo de la cárcel
militar de máxima seguridad, Ramo Verde, de donde escapó
inexplicablemente. Esto revela lo peligrosamente corrupto que todavía
son muchos integrantes de importantes sectores e instituciones de la
sociedad venezolana.
En caso de que podamos repeler exitosamente
el próximo ataque de las fuerzas reaccionarias y
contrarrevolucionarias que operan dentro del país en
colaboración con los planes de la administración G. W.
Bush, máxima expresión del globofascismo en este
momento, se nos hace imperativo que empujemos con toda fuerza las
tendencias emancipatorias dentro de la Revolución Bolivariana
hacia la consolidación de la negación y superación
del sistema capitalista a nivel mundial. Para lograr esta meta
emancipatoria hace falta, con toda la urgencia del caso, una
verdadera ‘Misión Conciencia’, que, como
conciencia de clase, desenmascare el carácter ilusorio y falso
de la ideología, concepto tergiversador de la realidad que
debería desaparecer de nuestro vocabulario emancipatorio. La
Misión Conciencia debe ser el amanecer creativo de un
esclarecimiento emancipatorio, del ALBA subjetivo de la Revolución
Bolivariana.
11. Información veraz versus campañas
globales de desinformación
En el horizonte de la
historia se empieza a perfilar que hoy día, en plena era del
globofascismo, sólo la revolución permanente mundial y
la subsiguiente emancipación humana todavía pueden
salvar la humanidad de las garras del imperialismo corporativo voraz
y su arsenal de armas de destrucción masiva, amasadas en las
metrópolis y en algunos de sus satélites notoriamente
conocidos. Estas armas están listas para ser lanzadas con todo
su potencial letal en contra del gran enemigo de clase, los
condenados de la Tierra. Entre las armas más mortíferas
de este arsenal se encuentra el control mental, el cual, como una
especie de ‘misil psicológico’, está
destinado a penetrar los cerebros de la población mundial en
función de borrarles la capacidad de pensar, razonar y sobre
todo rebelarse en contra del orden establecido, fenómeno que
hemos denominado holocausto mental en otras ocasiones. El
lanzacohetes en este caso lo constituyen los medios de comunicación
de masas, quienes libran estas furiosas guerras de información
mediante sus salvajes campañas de difamación e
distorsión, diseminando engaños y mentiras acerca de
cualquier esfuerzo revolucionario-emancipatorio dirigido en contra
del sistema, como la Revolución Bolivariana, la Revolución
Cubana y algunas nuevas chispas en América Latina que podrían
incendiar la pampa del continente americano entero.
Por
consiguiente, desde los cañones del imperialismo
norteamericano nos bombardean diariamente con ‘noticias’
de tipo “guerra es paz”, “libertad es esclavitud”.
En este fantástico mundo virtual con su lenguaje orwelliano la
mentira, mil veces repetida, se convierte en verdad; el fraude
político y electoral se convierte en democracia ejemplar, un
adeco se convierte en chavista y un dictador en libertador. A Chávez
lo transforman en un Bush, a Negroponte en un Albert Schweitzer y a
Rice en una Madre Teresa de Calcuta. Día tras día,
millones de televidentes ignorantes están siendo bombardeados
con esta munición fatal y terminan convertidos en instrumentos
ciegos del globofascismo. ¡Cuán perfectamente funcionan
la socialización, la educación, la ideología y
la desinformación, cobrando su tributo a escala mundial!
Como
sugirió el filósofo Platón en su Politeia y como
lo constató Adolfo Hitler en Mein Kampf, –obras, que por
cierto no pasaron por debajo del radar de las clases dominantes de
todas las épocas– para controlar a un pueblo sólo
se necesita controlar su educación, sus mentes y sus
pensamientos. El mismo Libertador Simón Bolívar nos
advirtió que por la ignorancia nos han dominado más que
por la fuerza y que un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su
propia destrucción. En palabras de Carlos Marx, en cada época
las ideas dominantes son las ideas de las clases dominantes.
Sin
duda, el mejor antídoto contra el control mental y contra la
guerra de desinformación es la información veraz,
producto del pensar, de la práxis y teoría
revolucionaria y del sobresalir emancipatorio. Como lo dijo el
novelista británico George Orwell en referencia al fascismo,
el decir la verdad se convierte en un acto revolucionario, y nosotros
agregaríamos: en el punto de partida para la emancipación.
Ya en la Europa medieval se sabía que “la pluma es más
poderosa que la espada” y lo que antaño fue la “pluma”,
hoy día son las informaciones electrónicas que viajan a
la velocidad de la luz en el ciberespacio. Como el frente de batalla
decisiva hoy día es la guerra de la información o mejor
dicho desinformación, nosotros, como revolucionarios con
vocación emancipatoria, tenemos que enfrentarla con todos los
hierros de nuestra nueva ciencia y nuestra nueva filosofía y
de la verdad humana y siempre fluyente.
Específicamente en
lo concerniente a la ficción ideológica propagada aquí
en Venezuela por los medios de comunicación privados respecto
a la Revolución Bolivariana y la persona del Presidente Hugo
Chávez, queremos comentar algo más. Cuando a diario
vemos la televisión o leemos los periódicos regionales
y nacionales, la abrumadora mayoría portavoces de la
‘oposición’, esto es, la destronada clase
económica dominante anterior y sus amos extranjeros, se nos
rompe el corazón al estar inundados por las burdas mentiras
diseminadas acerca de la realidad venezolana actual, que nada tienen
que ver con una crítica seria y constructiva de las muchas
fallas y vicios heredados que ciertamente sí existen.
En el
marco de esta brutal guerra psicológica librada sin
misericordia en contra de la Revolución Bolivariana, parece
increíble el sofisticado nivel de infiltración y
entrenamiento contrarrevolucionario de los lacayos locales del
imperio por parte de la CIA, el nivel perverso que ha alcanzado la
psicología fascista operante en los grandes medios de
comunicación privados y la habilidad perfeccionada para
venderle a su audiencia una realidad virtual. Llama además la
atención el fenómeno fascistoide de proyección
que se da en el campo del adversario opositor, quien le acusa al
Gobierno y sus seguidores de los mismos actos fraudulentos,
intenciones malignas y crímenes atroces, cometidos en primer
lugar por la propia oposición.
Toda esta miseria política,
social, psicológica y moral que todavía está
plagando a la sociedad venezolana (y no sólo a ésta),
tiene que ver con la corruptibilidad y podredumbre endémica
del sistema capitalista como tal, cuyas relaciones económicas
y sociales conocen un sólo nexo: el dinero, la ganancia, la
codicia, la envidia y la ventaja sobre el otro. Esta perversión
impregna cada uno de los componentes del sistema y fluye en las venas
más minúsculas y finas de sus estructuras económicas,
administrativas, políticas, educativas, psico-sociales y
culturales. En este sentido volvemos a repetir que sin una revolución
cultural radical no se podrá erradicar nunca a esta perversión
y degeneración que es el capitalismo a escala mundial.
12.
Tareas revolucionario-emancipatorias frente al globofascismo
¿Quién
entonces, en el tercer milenio, todavía no sabe lo que es el
capitalismo? ¿Quiénes entre nosotros, los
revolucionarios-emancipadores todavía no saben contra qué
exactamente estamos luchando? ¿Quiénes entre nosotros
todavía no saben identificar el capitalismo en Venezuela y el
mundo y diferenciarlo de su opuesto, el socialismo? ¿Quién
todavía no se ha percatado que la cara abierta del capitalismo
globalizado es el globofascismo, que encuentra su máxima
expresión en el militarismo agresivo norteamericano de la
actual administración G. W. Bush? Es triste tener que
constatar que miles de millones de personas en Venezuela y el mundo,
como resultado del control mental antes mencionado, no ven que
nuestra suerte está echada: Jacta alea est.
Pero frente a
la agonía de la propia especie humana y su entorno natural no
les quedará otra opción que despertarse cuanto antes y
enfrentar concientemente y con toda la urgencia del caso los retos
que nos confrontan. Sólo entonces nos vamos a dar cuenta
contra quiénes en realidad están dirigidos los vastos
arsenales de armas de destrucción masiva acumulados en los
países metropolitanos. Sólo entonces vamos a conocer el
pleno espectro de dominio que se nos caerá encima y que abarca
desde armas nucleares, biológico-genéticas, químicas,
electromagnéticas, geofísico-espaciales y
psicológico-manipuladoras. Los horribles acontecimientos y el
exterminio perpetrado contra los pueblos de Afganistán, Irak,
Palestina y Líbano, y las amenazas contra los pueblos de Irán,
Siria, Corea del Norte y Venezuela nos señalan nuestro propio
destino, esto es, el destino de las mercancías inútiles,
de las vacas locas incineradas en Gran Bretaña, de las clases
trabajadoras, vendedoras de su fuerza de trabajo físico ya
obsoleto, y su vanguardia revolucionaria.
Sin embargo, no
olvidemos que en la dinámica dialéctica entre la
afirmación y la negación del sistema capitalista vale
la ley de que cuanto más feroz y aplastante las fuerzas de la
afirmación, más vigorosas las de la negación.
Así es, como el globofascismo engendrará de manera
inexorable su negación y posible superación; así
es, como se explica que la renovación de las fuerzas
progresistas y de la Izquierda a nivel mundial se debe en primer
lugar al auge del militarismo y fascismo norteamericano con alcance
global a partir del nuevo milenio. Así fue, como la idea, el
concepto, la necesidad y luego el experimento del socialismo se
originó en primer lugar: como negación, producto de la
afirmación, del propio capitalismo. Por ende, mientras que
exista el capitalismo, existirá el socialismo como una
realidad potencial y potencialidad real. Por esto se ha declarado la
‘muerte’ de Marx una y otra vez en vano, por esto Marx no
estará obsoleto hasta que no perece el mismo capitalismo. Al
revés, el capitalismo no hubiera podido globalizarse, esto es,
realizarse, sin las fuerzas de su negación, sin el empuje del
propio marxismo revolucionario. Esta relación contradictoria
la podemos apreciar de manera más expresa en la persona del
mismo Carlos Marx, el padre del socialismo científico y al
mismo tiempo el único verdadero teórico economista del
propio capitalismo.
Esta es la razón por qué
seguimos insistiendo en la vital importancia del estudio del
socialismo científico y filosófico de Carlos Marx por
parte de los revolucionarios-emancipadores venezolanos, que luchan en
la Revolución Bolivariana. En otras palabras: ¡Es
absolutamente menester incorporar a Marx en nuestra ‘galería
de los próceres’ e incorporar a Simón Bolívar
en nuestro ‘calendario socialista’!
Lo que está
pasando actualmente a escala mundial, mutatis mutandis, Marx lo
pronosticó en su obra principal El Capital, con incisión
académica y precisión severa. Cualquier estudiante
marxista puede ver que nos estamos aproximando al fin del modo de
producción capitalista, que estamos llegando a los límites
terrestres de la concentración, monopolización y
centralización del capital, de la composición orgánica
del capital, desechando el trabajo físico fuera del proceso de
producción, sustituyéndolo por computadoras y máquinas,
produciendo así una pequeña clase de ‘trabajadores
intelectuales’, pero también una sobreproducción
y una crisis energética, depresiones, devaluaciones y
recesiones, generando una tasa decreciente de ganancias, una
pauperización progresiva a escala mundial y dejando a
continentes enteros en la miseria.
En su esfuerzo desesperado por
evitar su fin inevitable, el capitalismo corporativo toma medidas
extremas de emergencia y recurre al fascismo abierto, revitalizando
la industria armamentista y librando guerras mundiales, explorando el
micro y macrocosmos para utilizarlos para su fines, y hasta
estudiando a Marx para tratar de conseguir un último período
de gracia. Frente a su propia agonía, el capitalismo e
imperialismo mundial, la globalización corporativa, es
actualmente más brutal que nunca antes. Pero todo esto es en
vano y no se pueden desactivar las contradicciones inherentes al
capitalismo, que son la explotación, la dominación, la
discriminación, la militarización y la alienación.
El capitalismo como modo de producción no puede ser
considerado en ninguno de sus aspectos como ‘rescatable’
por los procesos liberadores que están amaneciendo en el
horizonte de la creación y emancipación humana.
Hoy
el mundo entero es testigo presencial de este vandalismo y
‘vampirismo’ capitalista en su fase final. Ante este
panorama, los revolucionarios-emancipadores bolivarianos deberíamos
tomar nota urgentemente de lo siguiente: En realidad, lo que estamos
experimentado hoy en la era del globofascismo tiene una continuidad
histórica. A lo largo de toda la trayectoria del proceso
histórico del trabajo nos encontramos con las mismas
atrocidades. Así es como existen vínculos violentos
directos entre los esclavos quemados en las plazas de Mileto, la
crucifixión de Espártaco, la quema de Giordano Bruno en
la hoguera, la decapitación de Maria Antonieta bajo la
guillotina democrático-burguesa, la masacre de un millón
de comunistas en Yakarta, Indonesia; existen vínculos entre
Auschwitz, Dachau, Workuta, los Gulags, Hiroshima, Nagasaki, My Lai,
Soweto, Cantaura, el Caracazo, Sabra y Shatila, Bagdad, Jenin,
Fallujah, las Torres Gemelas, el 11-A, etc. ad infinitum, por no
mencionar las posibles atrocidades venideras en Irán, Cuba y
Venezuela. Ante estas verdades violentas históricas, los
revolucionarios-emancipadores bolivarianos también deberíamos
tomar nota de que no existe ninguna revolución social pacífica
y que el paradigma bolivariano, si quiere seguir y triunfar, costará
muchas más vidas heroicas, gústenos o no nos guste. El
camino de la violencia no lo hemos escogido nosotros, lo ha
determinado siempre la bestialidad del sistema capitalista en
Venezuela y el mundo. Así que mejor preparémonos desde
ya para armar nuestra defensa práxica y nuestra ofensiva
teórica si todavía queremos tener aunque sea una mínima
posibilidad de triunfo revolucionario-emancipatorio.
13.
Agotamiento de la energía vital del sistema capitalista
Una
de las apariencias que nos demuestran el inminente fin del
capitalismo corporativista globalizado es su crisis energética
actual, esto es, el agotamiento de sus reservas energéticas
consistentes de los combustibles fósiles. El que se le acabe
al sistema su energía vital nos indica que realmente estamos
en tiempos de transición, o hacia el fin de la civilización
tal y como la hemos conocido o hacia un nuevo horizonte de un posible
modo de creación basado en un género de energía
completamente diferente, del cual sólo tenemos un perfil
todavía débil aún cuando ya se haya conocido y
comprobado experimentalmente desde hace décadas atrás.
En
este momento, un barril de petróleo vale decenas de miles de
vidas; en otras palabras, el equivalente real de un barril de
petróleo en el mercado mundial son decenas de miles de
cadáveres humanos. Saquemos la cuenta de las reservas
comprobadas todavía existentes en el planeta y enterémonos
pues, que éstos literalmente nos costarán la vida a
miles de millones de seres humanos, sobre todo quienes vivimos en las
cercanías geográficas de este “excremento del
diablo” que seguirá moviendo por un tiempo las maquinas
de producción y destrucción capitalista a escala
mundial.
A la cabeza de la carrera por las últimas gotas de
este oscuro zumo vital se encuentran las grandes corporaciones
capitalistas norteamericanas, cuya representación política,
republicana-neoconservadora, ha hecho conocer sus planes de
asegurarse las reservas energéticas y contener a sus
competidores en Europa y Asia por medio de su ‘Proyecto para un
Nuevo Siglo Americano’. Esto es la esencia de las nuevas
guerras contra el terrorismo internacional, esto es la razón
por la proclamación de un “eje del mal”. Los
nuevos chivos expiatorios compartimos el estar sentado sobre el oro
negro y hemos sido las primeras víctimas de este mecanismo
globofascista por arrebatárnoslo.
Los EE.UU. ahora adoptan
todas las características de la Alemania nazi y de la
Sudáfrica del Apartheid. Debido a la tensa situación
internacional y la severa crisis energética del sistema
capitalista no sólo estamos experimentando un mayor terrorismo
de Estado en nombre de la ‘democracia’, sino también
alianzas dentro de las clases dominantes globales aparentemente muy
extrañas, que, en realidad, son un fiel reflejo de la
acelerada concentración y fusión de capitales a nivel
mundial que sobrepasan las fronteras geográfico-nacionales tal
y como lo advirtieron en su tiempo tanto Marx como Lenin.
14.
Éxodo y Emancipación
Es obvio que el regreso de
Marx y del socialismo científico y filosófico no es un
asunto accidental ni un capricho de la ‘ortodoxia marxista
fundamentalista’. Todo lo contrario, es un asunto lógico,
científico y filosófico muy serio. Se debe a que las
condiciones históricas objetivas y subjetivas (y nosotros
agregaríamos: trans-jetivas) sí están presentes
para la realización de la Revolución Francesa,
burgués-capitalista, o que es lo mismo, para su aniquilación.
Como dijimos anteriormente, la globalización, tal y como
pronosticaron Marx y Engels en 1848, es la realización de la
Revolución Francesa y de su parte complementaria económica,
la Revolución Industrial; es la culminación lógica
e inexorable del modo de producción capitalista. Si triunfa su
negación, entonces tomaremos el camino del verdadero
socialismo y emprenderemos un éxodo hacia la emancipación
humana, creativa. Si al contrario el experimento global
revolucionario proletario fracasa, la humanidad estará
condenada a la extinción o en términos de Marx, tanto
la afirmación (los capitalistas) como la negación (los
trabajadores) perecerán juntos en la barbarie, y se
desvanecerán como polvo de estrellas intergaláctico
dejando atrás un planeta solitario, como eterna advertencia de
las consecuencias nefastas de un sistema destructivo y perverso.
Sin
embargo, la madre naturaleza nos enseña que la noche es más
oscura justo antes del amanecer y que detrás de cada nube
oscura brilla el sol. En palabras de Marx, no surge nunca un problema
cuya solución no estuviera ya a mano, es decir, el hombre sólo
causa aquellos problemas que él mismo es capaz de resolver.
Por lo tanto y según la filosofía marxista, todavía
nos queda un poco de tiempo para que los revolucionarios y
emancipadores de Venezuela y del mundo aprovechemos el momento antes
que se nos escape de las manos. Es decir, tenemos que armarnos
física- y mentalmente para poder enfrentar el batallón
de problemas que nos esperan y que no acostumbran llegar en goteras
sino en forma de tsunamis. Nuestra esperanza emancipatoria
objetivo-real es nuestra propia práxis científica
natural y nuestra propia teoría filosófica social,
aplicada permanente-, constante- y consecuentemente en contra del
fascismo global.
Finalmente, como revolucionarios y emancipadores
también debemos entender que la Revolución Bolivariana
sólo forma la punta actual del iceberg de la revolución
mundial permanente y de la emancipación humana contra el
globofascismo. Todos los anteriores modos de producción
explotadores, todos los imperios fueron y son productos de los actos
y pensamientos del hombre, fueron y son además productos del
proceso de trabajo. Sólo el hombre trabajador consciente, con
conciencia histórica, revolucionaria y de clase, los puede
deshacer y negar, mientras que sólo el emancipador los puede
superar y lograr el éxodo hacia un mundo totalmente nuevo,
creativo y propiamente humano.
Revolucionarios bolivarianos y
emancipadores auténticos, de Venezuela y del mundo:
¡Construyamos el socialismo y trascendámoslo,
emprendiendo el éxodo hacia la emancipación, hacia lo
nuevo y lo creativo! ¡Hagámoslo, pensémoslo y
sobrepasémoslo de, por y para nosotros mismos, aquí,
ahora, en adelante!