Franz J. T. Lee, junio de 2006
En este preciso instante una feroz lucha de clase está extendiéndose a lo largo y ancho de Venezuela
Hace un tiempo publiqué
un comentario en VHeadline.com
titulado "Kwame
Nkrumah: La cara oscura de la Revolución Bolivariana",
donde describí los extraños caminos históricos
de la ley dialéctica del desarrollo global igual, desigual y
combinado, referente a las revoluciones bolivarianas y africanas, a
Hugo Chávez Frías y Kwame Nkrumah. Enfaticé la
necesidad de aprender de eventos revolucionarios pasados y de la
historia mundial:
“Por
cierto, América Latina y Venezuela tienen que crear su propia
práxis y teoría revolucionaria, realizar su propio
socialismo, sin embargo ... nuestras relaciones Bolivarianas actuales
con África no deberían ser solamente de carácter
diplomático, económico o comercial; por causa de
nuestro propio avance emancipatorio, tienen que ser todo en uno,
históricas, sociales, globales y emancipatorias. Sólo
de esta manera no hará falta ir hacia el Norte, el Este o el
Oeste, sino derecho y hacia delante”.
Aparte de las
diferencias obvias en el tiempo y el espacio, relacionadas con los
diferentes siglos o continentes, se evidencia otra coincidencia
transhistórica en el campo de la ciencia y la filosofía.
En 1966, el presidente de Ghana, Kwame Nkrumah, entonces
democráticamente electo, fue declarado ‘dictador’
por parte de los medios masivos internacionales y su gobierno fue
tumbado mediante un golpe militar organizado por el imperialismo
estadounidense y británico, mientras Nkrumah se encontraba en
una visita oficial en Hanoi.
Treinta
y cuatro años después de su muerte los estudiantes
inocentes de las universidades metropolitanas tienen que aprender que
este ‘monstruo negro’ fue un ‘dictador
estalinista’.
¿Esto
también le puede pasar al presidente venezolano Hugo
Chávez?
¿
Desarrollando conciencia, cómo podemos evitar que esto
pase?
¿Qué
tipo de conciencia es política, revolucionaria y
emancipatoria?
En 1970, cuando ya se
encontró en el exilio en Conakry, Guinea, Kwame Nkrumah
publicó un libro muy famoso titulado, Conciencia: Filosofía
e Ideología para la descolonización, donde elaboró
sus ideas referente a una teoría y filosofía
revolucionarias para la Revolución Africana, para dirigirla
del nacionalismo africano al panafricanismo y más allá,
hacia un socialismo africano. También en este caso, hay
similitudes obvias.
En este libro,
Nkrumah explicó que todas las sociedades africanas
tradicionales pre-coloniales (también
llamadas ujamaa por Julius Nyerere),
esencialmente eran sociedades humanistas, socialistas e igualitarias.
También resaltó la necesidad urgente de una nueva
lógica, ciencia y filosofía para los movimientos
africanos de liberación, los cuales deberían sustituir
los métodos occidentales, capitalistas y unilaterales del
pensar, junto a sus correspondientes verdades absolutas dominantes y
racistas. En sus propias palabras, “los principios que animan
al capitalismo están en conflicto con el igualitarismo
socialista de la sociedad africana tradicional” (ibid.).
Así
que Nkrumah ya resumió las peligrosas contradicciones de clase
de nuestra época de la globalización auto-destructora,
las contradicciones del ‘socialismo o la barbarie’ (Marx)
Hasta el día de hoy y entre los grupos revolucionarios, el panafricanismo de Nkrumah sigue siendo la filosofía política más popular en toda el África. Esto también se verificó en una encuesta realizada por el BBC Africa Service. Los africanos eligieron a Kwame Nkrumah como el ‘Hombre del Milenio’, junto a Karl Marx, que sigue disfrutando de una fama global.
Ahora,
treinta y cinco años después de la publicación
de Conciencia (1970) por Kwame Nkrumah, el 20 de junio de 2006, el
Presidente Chávez y su gobierno dieron inicio al Movimiento
Conciencia Revolucionaria (MCR),
que forma parte intrínseca del Gran Proyecto Nacional y que
busca fortalecer el espíritu del Bloque Político del
Cambio (BPC),
cuyo fin es reunir 10 millones de votos en las próximas
elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006.
El
22 de junio de 2006, durante la celebración del 180º
aniversario del Congreso Anfictiónico, realizado en la
Universidad de Panamá, en su intervención Chávez
indicó que a nivel teórico el punto de partida de la
integración continental, o sea del Proyecto Gran Nacional, es
la ‘conciencia’, o más precisamente, la ‘con
ciencia’, porque se trata de la ciencia y del conocimiento
científico.
A
nivel teórico, Chávez elaboró los cinco puntos
de su proyecto político: inter alia, describiendo la
‘conciencia’ misma, su búsqueda del conocimiento
actual, basado concretamente en la realidad pasada; también
explicó extensivamente el significado del poder popular de la
voluntad tanto individual como colectiva para cambiar una sociedad
corrupta, basándose en el conocimiento consciente, en acciones
políticas correctas, decisiones comunales y una estrategia
revolucionaria. Finalmente explicó que el “poder de la
voluntad es como la fe, es capaz de mover montañas”.
En lo que al
conocimiento científico y filosófico se refiere, al fin
la ‘Conciencia’ de Nkrumah de la época de la
descolonización africana y la ‘Conciencia’ de
Chávez de la era de la globalización pueden aprender
una de la otra. Pero también todos podemos aprender algo
realmente revolucionario y auténticamente socialista del
clásico de Georg Lukacs, Historia y Conciencia de Clase
(1920).
Con toda la libertad del mundo todavía hay muchos autores que niegan las excelentes obras de su juventud, de las cuales algunas incluso se convirtieron en clásicos, pero también sus autores las declaran como ‘pecados de juventud’. Entre los más famosos se encuentran Max Horkheimer, Georg Lukacs y Heinz Dieterich. Son precisamente sus primeros trabajos los que dejan salir el gato de la caja.
Introduciendo el problema
de la conciencia de los trabajadores Lukacs nos recuerda un
comentario muy importante de Marx en cuanto a la ‘conciencia’:
“La
pregunta no es lo que por el momento es considerada la meta por este
o aquel miembro del proletariado, o incluso por el proletariado en su
totalidad. La pregunta es qué es el proletariado y qué
acciones tiene que tomar históricamente en conformidad con su
propia naturaleza.”.
(Karl Marx: La Sagrada Familia)
Así
que la conciencia es una categoría de clase social y es un
elemento intrínseco de la lucha de clases revolucionaria. La
conciencia fuera de la lucha de clases en Venezuela y América
Latina está simplemente coja, porque no logra nutrirse y
cultivarse, no logra confrontar al globofascismo. Si quiere ser la
matriz de todo un proyecto y una estrategia, entonces debería
tener realmente una base de clase social sólida y
consolidada.
Según
Lukacs, quien como cualquiera de nosotros tampoco es perfecto, ¿cuál
es el significado de ‘conciencia de clase’?
Formulando
las respectivas preguntas revolucionarias, Lukacs señala la
complejidad de la conciencia social y de clase: “La
pregunta inmediatamente resulta en una serie de problemas íntimamente
correlacionados. ¿Primero, cómo tenemos que entender la
conciencia de clase (en teoría)? ¿En segundo lugar,
cuál es la función (práctica) de la conciencia
de clase en el contexto de la lucha de clase? Esto conduce a la
pregunta posterior: ¿es el problema de la conciencia de clase
un problema sociológico ‘general’ o significa una
cosa para el proletariado y otra para cada otra clase surgida hasta
ahora? ¿Y en última instancia, es la conciencia de
clase homogénea en su naturaleza y en su función o
podemos discernir diferentes grados y niveles en ella? ¿Y si
es así, cuáles son sus implicaciones prácticas
para la lucha de clase del proletariado?”.
Aquí
no podemos resumir los contenidos de esta excelente obra marxista
sobre la conciencia proletaria en detalle, sin embargo, les
recomendamos mucho a los camaradas bolivarianos que la analicen y
critiquen a profundidad en sus círculos de estudios en función
de desarrollar su propia ‘ideología’.
Sin
embargo, aquí citaremos brevemente la esencia de las
deliberaciones científicas y reflexiones filosóficas de
Lukacs. Él explicó que hay una distancia gigantesca
entre la conciencia individual y la conciencia proletaria:
“Así,
nunca debemos pasar por alto la distancia que separa la conciencia
incluso del trabajador más revolucionario de la auténtica
conciencia de clase del proletariado”
(ibid.).
Lukacs
explicó que la lucha revolucionaria no sólo es una
lucha contra un enemigo externo, por ejemplo, contra la clase alta
explotadora local o contra el imperialismo yanqui, sino también
es una lucha contra uno mismo, contra las relaciones amo-esclavo y
contra la clase obrera misma como clase explotada.
Aquí
no se glorifica ni al trabajo ni al trabajador. Ambos son parte
intrínseca de la alienación humana total.
“Pero incluso esta situación se puede explicar en base a la teoría marxista de la lucha de clase y de la conciencia de clase. El proletariado se perfecciona solamente aniquilándose y superándose, creando a la sociedad sin clase con la conclusión acertada de su propia lucha de clase.” (ibid.)
También
en Venezuela el proceso laboral diario es la matriz material de la
lucha de clases y genera una conciencia social colectiva contra la
alienación humana, que niega el reformismo, contra la
producción de nuevas clases sociales antagónicas,
contra un consenso de clase, contra la impunidad, la corrupción
y el burocratismo.
En
Ghana, Nkrumah supo muy bien esto y por eso escribió el libro
Lucha de Clases en África; por eso se convirtió en el
presidente más odiado por todos los imperialistas del mundo.
También aquí encontramos una similitud entre Nkrumah y
Chávez.
No
importa si Chávez invoca una conciencia individual, social o
de clase, esto no afectará en lo más mínimo el
odio de clase de los Cisneros, los Mendoza o los Capriles.
Como
ya resaltamos en comentarios anteriores, lo menos que discuten los
camaradas aquí es la lucha de clases.
¿De verdad soñamos con instalar un socialismo utópico sin lucha de clases y sin la amenaza de bombas atómicas?
En
este mismo momento ocurre una feroz lucha de clases en Venezuela, que
viene acompañada de otra posible intervención militar.
De hecho, si no nos cuidamos, ni siquiera vamos a llegar a las
elecciones presidenciales de diciembre de 2006.
Desde
el punto de vista de la conciencia social, lo que realmente significa
profundizar la revolución dentro de la revolución en
Venezuela, Lukacs lo describe de la siguiente manera:
“El
proletariado habrá ganado solamente la verdadera victoria
cuando haya superado estos efectos dentro de sí mismo. La
separación de las áreas que deben ser unidas, las
diferentes etapas de la conciencia que el proletariado ha alcanzado
en las varias esferas de la actividad es un indicador exacto de lo
que se ha alcanzado y de lo que queda por hacer.”
(ibid.)
Por
la inseguridad práxica y teórica muchos camaradas en la
Revolución Bolivariana todavía no logran darse cuenta
que para alcanzar una auto-conciencia social y una conciencia de
clase hacen falta dos requisitos:
“El
proletariado no debe temer a la auto-crítica, porque la
victoria se puede ganar solamente por la verdad y la auto-crítica
debe, por lo tanto, ser su elemento natural.”
(ibid.)
Así
que ¡Venezuela, en la época de la globalización,
¡“Conciencia” sólo puede significar
Conciencia de Clase!