Franz J. T. Lee, febrero de 2006
Dentro del Globofascismo: Alienación del Trabajo versus Emancipación Humana
Introducción
Después
de haber leído el excelente ensayo de Arthur Shaw "Elementos
claves para el revolucionario: Honestidad y Ética - son
invencibles", publicado en Vheadline, llegué a la
conclusión que se necesitan más análisis de este
tipo y que deberíamos publicar más de aquellas
contribuciones teóricas y originales, que se refieren
directamente a eventos de la vida diaria y a la urgente formulación
de una teoría práxica para la Revolución
Bolivariana, teoría que tiene que ser entendible para todo el
mundo, ser captable de manera fácil, sin que esté
aguada en absoluto.
Por
esta razón voy a presentar aquí algunas reflexiones
simples en cuanto a la alienación, que es un concepto básico
para entender la diferencia entre la revolución capitalista
intra-sistémica (evolución) y la emancipación
socialista extra-sistémica (éxodo) y para examinar a
fondo, el por qué la religión y la ideología
siguen haciendo estragos con nuestras fuerzas militantes y nuestra
vanguardia revolucionaria en
Venezuela.
http://www.vheadline.com/readnews.asp?id=48280
Parte
I
¿Qué
es la alienación, qué se siente ser un alienado, un
extraño en este planeta, en el trabajo o en casa? ¿Por
qué toda esta agresión por parte de nosotros hacia
nuestro hábitat natural, por qué los incendios
forestales, por qué la deforestación de la Amazonía,
por qué nuestras relaciones unilaterales y perversas, por qué
nuestra alienación crónica?
¿Por
qué la meta primordial de la Revolución Bolivariana
debería ser la aniquilación de toda forma de alienación
humana patológica en Venezuela y el resto del mundo, y su
reemplazo con una emancipación humana sana, saludable,
creadora y creativa?
En
otras palabras, ¿por qué deberíamos declararle
la guerra total al capitalismo, al imperialismo y al corporatismo, es
decir, negar categóricamente el nazismo y el fascismo?
¿Por
qué el proceso histórico de la desalienación, de
la emancipación debería ser el patrón de la
práxis y teoría revolucionaria, de la ciencia creadora
y la filosofía creativa?
Más
tardar ahora, después de Afganistán, Irak y Fallujah (y
pronto serán Irán y Venezuela), si no agarramos las
raíces de toda explotación, dominación y
discriminación a nivel global, de todas las guerras mundiales
coloniales e imperialistas, entonces nunca erradicaremos a la ‘plaga’
norteamericana (Simón Bolívar) y nunca saldremos
victoriosos contra el fascismo mundial.
La
radix, la raíz de todo mal, de toda nuestra miseria es la
alienación.
En
consecuencia tenemos que agarrarnos por nuestras propias raíces
y volvernos radicales para erradicar la esclavitud salarial
capitalista. No nos quedan siglos para esta tarea, de hecho, sólo
nos quedan pocas décadas para sobrevivir.
Es
como si todavía no nos hubiéramos descubierto, incluso
como si nunca antes nos hubiéramos descubierto o como si nos
hubiéramos perdido otra vez. En todo caso, es la desalienación
(y no la revolución), es decir, la emancipación que
descubre la especie humana de nuevo. Es la emancipación que
tiene que condenar al ostracismo el trabajo, tiene que exorcizar el
trabajo de nuestras almas, tiene que librar todas nuestras facultades
humanas creativas y creadoras, facultades que fueron esterilizadas y
castradas por todo tipo de esclavitud impuesta por hombres-dioses y
dioses-hombres patriarcales de todo color, género y
calibre.
Por
cierto, en Venezuela nuestras raíces históricas son las
acciones y los pensamientos heroicos de Simón Bolívar,
Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora, Francisco de Miranda,
José Martí y Ché Guevara. Es nuestro deber
estudiarlos, conocerlos y vivirlos.
Sin
embargo, ellos a su vez estudiaron el pensamiento y la ideología
europea, así que en el momento que queremos erradicar el
capitalismo e imperialismo moderno, es decir, extirpar sus males,
lógica y necesariamente tenemos que buscar las raíces
históricas de su negación, que son las tres raíces
del marxismo. Allí encontraremos entre otros el fin de la
filosofía clásica objetivista idealista alemana, es
decir, encontraremos titanes filosóficos europeos tales como
lo son Hegel, Feuerbach y Marx, que son los creadores de la
dialéctica moderna, de la teoría de la alienación
humana y de la práxis y teoría revolucionaria.
La
ignorancia es bienaventurada y resulta fatal para los esfuerzos
revolucionarios, pero realmente sería una locura para nosotros
no convertirnos en sabios y no conocer la verdad. Sin embargo, aunque
parezca bien complicado, pero vamonos a un viaje transhistórico
para investigar el sendero bélico vicioso y violento de la
evolución y revolución humana a través de los
tiempos, y para aclarar, cómo ahora todo está
terminando en un desastre mortal, en una alienación
corporativa e imperialista total y totalitaria, en un modo de
destrucción humana a nivel global, que amenaza con la
extinción de la vida en la Tierra misma.
De
hecho, el fascismo norteamericano ya alcanza los niveles genocidas de
la Alemania nazi y aún millones, incluso en los propios
EE.UU., no ven nada, no escuchan nada y no huelen el hedor moribundo
de la muerte que ya ha contaminado al planeta entero. Pronto, los
seis mil millones de trabajadores físicos obsoletos, los
desempleados convertidos en ‘herramientas que hablan’,
recibirán el tratamiento especial fascista y seguirán
el mismo vía crucis que las vacas locas de Gran
Bretaña.
¡Esto
es nuestra maravillosa realidad ‘democrática’
mundial! Esto es el Imperio norteamericano, es el mundo de Cisneros y
Estanga, es el capitalismo. ¡Esto es lo que tantos venezolanos
quieren y defienden hasta con sus propias vidas! Esto es con lo que
seguimos coqueteando, mientras incrementamos nuestra explotación
de petróleo en el Delta del Orinoco, mientras engordamos
nuestras reservas internacionales, mientras construimos nuestros
gasoductos a través del continente; todo por su puesto dentro
del margen de la propiedad privada, los términos y las leyes
capitalistas.
Y
al fin nos preguntaremos, cómo todo esto pasó a las
manos de Tío Sam.
Y
después, al final, todos los fanáticos del ‘buen
capitalismo’ y de Miami terminarán como carne de cañón
en las guerras mundiales de Bush o conejillos de india en los
laboratorios militares y del Pentágono.
¿Cuáles
son los resultados inhumanos de la alienación?
Parece
que nadie se da cuenta de la militarización en los EE.UU., de
sus futuros campos de concentración y cámaras de
tortura alrededor del planeta, de las fuerzas militares
estadounidenses de ocupación global desplegadas
estratégicamente en todas partes (incluso en el espacio,
preparadas para atacar), de las armas de destrucción masiva,
de los planes de la CIA y de los paramilitares para asesinar miles de
‘terroristas’, de los golpes militares contra gobiernos
verdaderamente democráticos y populares, de los millones de
víctimas inocentes de la ‘política exterior’
estadounidense, desde que existe el ‘Bill of Rights’.
Esta
sentimentalidad, este torpor físico y espiritual, esta
decadencia ideológica y este letargo religioso, esta ausencia
total de razón y pensamiento intelectual, de práxis y
teoría, esto es el trabajo capitalista de esclavos, es la
esclavitud salarial, es ora et labora, esto es alienación.
Ahora
vamos por unos momentos a la historia de la alienación
humana.
Origen
del concepto ‘alienación’ (‘Entäusserung’)
Desde
Hegel a través de Feuerbach a Marx
En
lo siguiente una breve introducción filosófica del
fenómeno alienación.
De
gran significado revolucionario es el hecho de que los ‘jóvenes’
Marx y Engels llegaron a la práxis científica y a la
teoría filosófica, llegaron a redactar el Manifiesto
Comunista, estudiando las teorías de alienación de
Hegel y Feuerbach, criticando la alienación religiosa y la
ideología burguesa. Esto es el fons et origo de toda crítica
social capitalista contemporánea.
En
la provincia del Rín de la Alemania occidental, alrededor de
1842/43, como resultado de la revolución industrial que se
extendió a todas partes, se incrementó el robo de
madera de las propiedades de los grandes terratenientes por parte de
los campesinos y trabajadores empobrecidos. El gobierno intervino de
manera violenta contra esa gente. En esta época nació
el socialismo científico y filosófico.
El
joven Carlos Marx, quien había recién recibido su
doctorado en filosofía en la Universidad de Jena y no pudo
conseguir un cargo universitario, intentó de practicar el
periodismo para poder sobrevivir. Sus escritos políticos en
los Deutsch-Französische Jahrbücher y en el Rheinische
Zeitung terminaron en su expulsión de Alemania y su exilio en
Francia. Fue allí donde Marx se liberó de todo tipo de
futuras etiquetas ideológicas y alienadoras, y lanzó la
famosa frase: “Yo no soy marxista!”
En
1844 Marx se encontró con la primera organización
socialista de trabajadores en Paris. Bajo la influencia de los
Jóvenes Hegelianos Izquierdistas y Ludwig Feuerbach, Marx
comenzó su vida intelectual en 1840-43 como un ardiente
hegeliano. A partir de sus estudios de la filosofía,
especialmente del Hegelianismo, en 1843 comenzó a estudiar
economía política, especialmente el ‘buen
capitalismo liberal’ de la Escuela de Adam Smith –
Ricardo.
En
1844 Marx intentó por primera vez sintetizar sus ideas
filosóficas y económicas en los Manuscritos Económicos
y Filosóficos (1844), también llamados Manuscritos de
Paris. En esta obra, al igual que en aquellas, redactadas junto con
Engels, La Sagrada Familia (1845) y La Ideología Alemana
(1845-46), el concepto de alienación juega un papel central.
Marx tomó este concepto de Hegel y le dio un significado
nuevo.
En
la filosofía de Hegel hay dos categorías, las cuales
son la alienación (‘Entäusserung’) y
enajenación (‘Entfremdung’); ambas son las
expresiones extremas de ‘ser diferente’. En el centro (o
comienzo) del sistema filosófico de Hegel se encuentra lo
Absoluto, el total de la realidad. Este Absoluto primero existe como
Idea pura, como mera Idea lógica. La Idea (Hegel no explica
cómo y por qué) sale de si misma y se convierte en una
condición alienada, en Naturaleza. En las palabras de Hegel,
la Idea decide avanzar como Naturaleza.
En
este punto Hegel no aplica su propio método dialéctico,
porque para que el Espíritu ‘avance’, tiene que
estar unido con la misma Naturaleza, la cual se supone que va
creando.
En
los Manuscritos de Paris (1844), Marx ya había comentado: “La
Idea Absoluta por sí es nada, solamente la Naturaleza es
algo”. Hegel consideró a la Naturaleza como modo de
existencia disperso y sin vida en contradicción con el
movimiento permanente y vivo de la Idea Absoluta. Esta contradicción
(y aquí comienza la dialéctica de Hegel) empuja a la
Idea, la cual comienza a emanciparse de su cascarón sin vida y
nace como Mente. La Mente entonces pasa dialécticamente a
través de una serie de fases, desde la pura sensación,
a través de la religión, llegando a su máxima
auto-realización en la filosofía; por lo tanto, al fin,
la Idea completó su ciclo para terminar como lo
Absoluto.
Alienación
Rudimentaria
Ahora
vamos a dar un vistazo al origen de la alienación rudimentaria
que se transformó en el proceso del trabajo mismo, en el
proceso de producción, en la ‘historia’, en su
sobreestructura; primero se convirtió en religión
feudal y después en ideología burguesa.
La
alienación primitiva que se pudo observar en las sociedades
europeas pre-civilizadas, o sea, en la llamada ‘barbarie’
y el ‘salvajismo’, tenía mucho que ver con la
ignorancia y el miedo. El bajo nivel de conciencia de todos los
llamados pueblos primitivos a través del planeta no capacitó
a la especie humana de penetrar inmediatamente su ambiente de una
manera profunda o de entender las fuerzas o leyes de la
Naturaleza.
Como
resultado de un desarrollo histórico igual, desigual y
combinado, la existencia terrenal experimentada originalmente por el
hombre, era muy limitada. En cuanto a ésta, tenía algo
de conocimiento, todo el resto lo ignoró. En Venezuela y
América Latina, al igual que en otras partes del mundo,
todavía se puede presenciar este fenómeno en toda su
plenitud.
Varios
estudios científicos descubrieron, que fuera del campo de este
conocimiento antiguo existe una inmensa área de fenómenos
enigmáticos, los cuales nadie dominó y que fueron
explicados mediante un sin número de rituales y concepciones
comúnmente conocidas como magia, vudú u obeah, algo que
todavía se practica en muchas partes de África, Asia,
Sudamérica y Oceanía, pero también en los países
metropolitanos como los EE.UU. y Europa, especialmente en la Casa
Blanca y el Vaticano. Es cierto, Bush y el Papa siempre andan
hablando de y con Dios.
Con
respecto a esto, no ha cambiado mucho a lo largo de los milenios;
todas las vírgenes inmaculadas de Venezuela, los rosarios, las
cruces y las demás insignias divinas, todos pertenecen a la
era oscura de la historia humana.
En
lo que a la realidad concreta se refiere, ¿qué es lo
que saben millones de venezolanos y norteamericanos sobre los
‘extraterrestres del Pentágono’, sobre los
scramjet, los nanobots, sobre HAARP, los ‘platillos voladores’
de la NASA que se observan en Los Andes e incluso en el Irán?
¿Qué saben sobre lo que está pasando en el área
51 del Desierto de Nevada o en Los Álamos? ¿Por qué
se ven ‘cosas extrañas’ despegando y aterrizando
en Los Álamos? y también ¿por qué el
ruido estruendoso de bajo de la tierra?
Lo
único que muchos de nosotros sabemos es parlotear “Dios
mediante” o “¡Dios bendiga a Norteamérica!”
todos los días; y casi dejamos caer nuestra bolsa de mercado
para rápidamente hacer la cruz cada vez que pasamos a una
iglesia, una capilla, un cementerio o un lugar de cultos paganos. Los
misionarios de la conquista colonial realmente hicieron un buen
trabajo con nuestras mentes; lograron de destruir de manera muy
efectiva a nuestras relaciones humanas originales, auténticas
y sagradas hacia la Naturaleza y hacia nosotros mismos. Nos
enajenaron y nos deshumanizaron radicalmente para convertirnos en
esclavos: nos alienaron.
Durante
siglos de mal-educación colonial y neocolonial, de
disocialización y desnaturalización, Big Brother
realmente logró controlarlo todo. ¡El gran secreto de su
éxito a nivel global son el Control Mental y los experimentos
Mkultra alias la Alienación Imperialista!
Históricamente,
es exactamente, donde terminó el trabajo, es decir, donde
terminó el control humano de las fuerzas naturales, la
dominación de la Madre Naturaleza, la tecnología, allí
entró la magia, la superstición y la religión.
Originalmente, el hombre primitivo trabajando, experimentando y
errando, por accidente (y no por gracia de algún Dios
todopoderoso), en lo que observaba los procesos repetitivos y
aplicaba la tecnología rudimentaria (la hacha de piedra),
descubrió algunas leyes o fuerzas de la Naturaleza; pero
primero no lo hizo conscientemente, es decir, no lo hizo científica
y práxicamente.
Así
que hasta el día de hoy, también en América
Latina, existen estos tipos de magia antigua, la ignorancia
reaccionaria que resultó en esclavitud mental, la
adoctrinamiento religiosa y la manipulación ideológica
que resultaron en una mentalidad del tipo amo-esclavo y la ignorancia
revolucionaria que resultó en un espíritu de
auto-descubrimiento, el cual finalmente fue desviado para satisfacer
únicamente las exigencias de las clases dominantes alrededor
del globo, por ejemplo, para construir pirámides, gigantescas
tumbas familiares, un Taj Mahal o un ‘nido de amor’
privado.
Sin
embargo, como presenciamos en el caso de Spartacus (quien
probablemente era el prototipo de Jesucristo), en el caso de las
numerosas rebeliones de esclavos y también en la mentalidad de
las masas trabajadoras de las antiguas ‘civilizaciones’
de Babilonia, Egipcio o Grecia, con el tiempo la vida de clase social
sí despertó deseos espirituales y necesidades
materiales, los cuales las respectivas clases dominantes erradicaron
inmediatamente, porque nunca tenían en mente garantizar o
realizarlos, a pesar de su añejo discurso dulce sobre la
‘democracia’.
La
sociedad de clases es – no importa lo ‘democrática’
que ésta sea – una expresión de la alienación,
de la explotación y de la dominación ejercidos sobre
las clases inferiores.
Sin
embargo, dialécticamente vale destacar que el nacimiento de la
alienación humana era al mismo tiempo el nacimiento de la
emancipación humana. No obstante, Hegel diría, que en
una antigua sociedad esclavista todavía existió una
discrepancia entre las necesidades sociales y los recursos
materiales.
Para
poder dominar la Naturaleza y subyugarla, y para además
controlar las ‘herramientas que hablan’, el hombre
dominante, que poseía un conocimiento mucho más amplio,
comenzó a asumir poderes súper naturales, ‘buenos’
y ‘malos’, masculinos y femeninos, los cuales tenían
que ser contrarrestados, neutralizados o vencidos. Por otro lado el
esclavo con su consciencia limitada también creó sus
propios poderes sagrados, si no fue obligado a adaptar aquellos de
sus amos.
A
escala continental, este proceso ocurrió específicamente
durante la conquista europea del ‘Tercer Mundo’; los
conquistadores impusieron su propia religión, hecho en casa,
en Europa y comenzaron a escribir su historia dominante y a diseminar
sus ideas y su ideología dominante; comenzaron a controlar la
mente del esclavo colonial como les dio la gana. Aquí en
América Latina todavía hoy adoramos los fantasmas de
este holocausto mental del pasado y seguimos padeciendo de una
enfermedad patológica resultado de la violación mental,
que es nada más que la consecuencia de esta estricnina
cultural alienadora.
Ya
en su séptimo año y a pesar de todos los proyectos
educativos y misiones para profundizar la revolución, le queda
mucho por hacer a la Revolución Bolivariana. Tiene que lograr
que se purifique el proceso revolucionario, tiene que liberarlo de
todo tipo de ilusiones religiosas alienadoras, de mentiras, fantasías
y quimeras ideológicas, que durante cinco siglos fueron
implantadas todas muy cuidadosamente en las mentes, los corazones y
las almas de millones de venezolanos y latinoamericanos.
Siguiendo
con nuestro viaje transhistórico, ya en la era del politeísmo
se fabricaron muchos poderes imaginarios, entre ellos figuraban por
ejemplo antepasados, caciques, animales, plantas, montañas,
volcanes, trueno, lluvia, sol, etc.
Fue
Ludwig Feuerbach quien explicó de manera muy precisa este
grado del desarrollo social humano. Lo que pasó realmente era,
que el Hombre antiguo proyectó su ego interior hacia unos
seres exteriores creados por él mismo, además
atribuyéndoles propiedades súper humanas y divinas.
Luego se convirtieron estos fantasmas súper naturales en
monstruos divinos que sirvieron perfectamente a los intereses de la
clase dominante y que comenzaron a amenazar espiritualmente a los
esclavos rebeldes, los cuales a su vez le temían más a
la segunda muerte en el infierno que a su fallecimiento terrenal.
De
hecho, si el Hombre fuera un buey, seguramente sus dioses
auto-proyectados tuvieran cuernos. Ya los pre-socráticos
hilozoístas resaltaron esta objetivación alienadora del
Hombre, esta pérdida de su esencia humana, de su subjetividad
y luego de su deseo de hacer la revolución, de su teoría
revolucionaria.
Hablando
en términos dialécticos de Hegel de la objetivación
del Espíritu del Mundo, de la Razón y del Capital,
entonces es obvio, que el dios colonial católico romano
transformado, reformado y luego trasladado a América y África,
tenía que tener ojos azules, una nariz fina, labios finos y
cabello rubio, y todos sus ángeles por su puesto tenían
que ser blancos como la nieve.
Si
es verdad que existió Jesucristo y que vivió en el
Medio Oriente, entonces es imposible que poseía estas
características físicas, así que ya desde hace
siglos creemos en otra mentira más de la clase dominante.
De
esta manera en el capitalismo emergente, en el proceso original de
acumulación, se creó la ilusión de que nada más
con crear una ilusión sobre la realidad, uno puede controlar
la realidad de verdad.
En
cuanto a la fabricación de religiones monoteístas
feudales y capitalistas, ideología moderna y otras mentiras y
engaños se refiere, el proceso alienador anterior de la
creación de ilusiones juega un papel fundamental. Este proceso
libra una facultad humana: en vez de pensar de, por y para uno mismo,
uno comienza a creer lo que predican los ‘buenos’ amos y
los ‘buenos’ capitalistas; uno cree lo que nos dicen, nos
escriben o nos dictan, para que trabajemos de manera eficiente.
De
esta manera la ideología dominante y la religión
destruyeron la conciencia de clase social y la teoría
revolucionaria; así fue que todo tipo de ritos, tradiciones,
costumbres y prácticas repetitivas, como por ejemplo las
campañas electorales, las celebraciones de eventos como el
‘Día de la Raza’, de fiestas como Navidad y Semana
Santa, Carnaval, la Copa Mundial de Fútbol, etc., fueron
destruyendo de manera progresiva la lucha de clases y desviando los
intereses del trabajador hacia los canales del consumismo, eliminando
además la práxis revolucionaria innovadora.
La
alienación cobró su tributo: aparecieron las multitudes
solitarias en las calles, al igual que los robots humanos y los
zombis, que llenaron los centros comerciales y los supermercados.
Salieron de las universidades estudiantes sin cerebro y sin espina
dorsal.
El
holocausto mental, como fue introducido por todos los amos y déspotas
coloniales, neocoloniales, capitalistas, imperialistas y fascistas,
se manifiesta en las ilusiones y fantasías capitalistas que
ocupan, preocupan y controlan las mentes de millones de personas
oprimidas en todas partes del planeta. Las relaciones humanas y
sociales se convirtieron en relaciones de dinero, en relaciones de
cosas. Justo en el cenit de la globalización corporativa,
hemos llegado al nadir empobrecido de la existencia humana.
Es
precisamente este fenómeno, que se utiliza actualmente en la
‘guerra de ideas’ de la política del ‘dominio
del pleno espectro’ de Rumsfeld. Las mentiras sobre el 9/11,
Bin Laden, Al-Qaeda, los ‘terroristas’ y el ‘tirano’
Chávez, funcionan todas perfectamente bien; hasta el día
de hoy, todavía hay millones que se tragan esta ‘copa
mundial’ de todos los engaños, incluyendo la cicuta
‘terrorista’ de Bush.
Los
que realmente aman a este veneno alienador es la ‘oposición’
en Venezuela. Por otro lado, hay muchos cristianos bolivarianos
fundamentalistas, los cuales, por ignorancia revolucionaria, siguen
creyendo en los cuentos de hada del Pentágono, y esto refleja
un problema de alienación que está haciendo eco desde
el arqueolítico.
Resumiendo
y para abreviar una historia muy larga de la tortura mental, con el
tiempo, la alienación rudimentaria pasó de la magia a
un nivel más elevado, a la religión politeísta,
para finalmente llegar al monoteísmo patriarcal.
Parte
II
La
Alienación Patriarcal – Dios Padre
Antes
de concluir esta trayectoria transhistórica de la alienación
del trabajo, del trabajo enajenado, con la alienación
económica, sólo queremos demostrar brevemente, cómo
funcionan la manipulación religiosa sagaz y la adoctrinamiento
ideológica en la vida cotidiana, donde tenemos que ganar
nuestro pan de cada día.
Según
George Novack, un excelente ejemplo de cómo hoy día
todavía se les enseña a los niños la
auto-alienación, es el aprender a martillazos el ‘Padre
Nuestro’ en las escuelas misioneras.
El
niño humilde, por ejemplo hijo de un pobre proletario
sudafricano, con muchas necesidades y sin recursos para satisfacer
sus deseos, los padres VIH positivos, comienza a rezar dirigiéndose
a la edición celestial de un patriarca, de un Verwoerd, un
Bush o Batista en una sociedad de clases: “Padre
Nuestro.”
Este
déspota terrenal está elevado mucho más allá
de los mortales terrenales hacia dimensiones divinas por encima del
universo: “que estás en los Cielos.” Después
el pequeño negro hace la reverencia ante la autoridad
superior: “santificado sea tu nombre.”
Después
el suplicante irremediable a la Corona, que desde hace mucho tiempo
perdió sus deseos sociales, al igual que sus necesidades
materiales, no pide la satisfacción de sus necesidades, sino
las del dios de las riquezas, del Capital: “Venga tu Reino,
hágase tu voluntad.” Y esto no debe pasar después,
solamente en el Cielo, sino inmediatamente, mientras los fascistas
Vorster o Botha asesinan pequeños niños, tiene que
ocurrir aquí y ahora, en Sharpeville, Soweto o Fallujah, en la
jerarquía de la clase dominante: “como en el Cielo, así
también en la Tierra.”
De
manera similar, al igual que su antecesor africano ‘primitivo’
clamó por una buena cosecha ante un dios o una diosa de la
lluvia, ahora el descendente negro, el ‘salvaje civilizado’
pide: “El pan nuestro de cada día, danos hoy.”
Mientras
tanto, en el mercado mundial se destruyó el trigo para
mantener los precios en alto, también la Sudáfrica
blanca fascista hizo sus negocios proveyendo a los ‘comunistas’,
a los países del Comecon clandestinamente con exportaciones de
trigo. Al mismo tiempo, la Unión Soviética de entonces
atacaba al Apartheid y millones de niños africanos no tenían
pan para comer.
El
‘salvaje’ ignorante, dominado por los sumos sacerdotes,
solía pedir su purificación de los tabúes que
violaba, temiendo la rabia del dios del trueno; hoy su voz sigue
haciendo eco: “Perdónanos nuestros pecados.” Esto
se complementa por la influencia moral proveniente de la ‘Era
Oscura’, de tiempos de la Inquisición Española:
“Porque también nosotros perdonamos a todos los que nos
deben.” Claro, el ‘siervo’ y esclavo africano
actual no sabe nada de la Inquisición o del exorcismo.
Todo
esto se corona con la debilidad, docilidad, humildad, el temor y la
sumisión del pobre niño africano y su familia
‘condenada’, glorificando y perpetuando al imperialismo
corporativo, al poder fascista orweliano: “Porque tuyo es el
reino, tuyo es el poder, y tuya es la gloria, ahora y por siempre.”
Que así sea, Amo, Señor, Jefe, Bush, no nos falles.
“Amén.”
Todavía
hoy se manifiesta toda esta alienación rudimentaria en
costumbres como el enviar flores a un funeral y colocar coronas sobre
una tumba o a los pies de las estatuas de Bolívar o Mao. Este
rito viene de tiempos donde el hombre ignorante creía en otra
existencia humana después de la muerte. Las almas que se
apartaron del cuerpo, necesitaban cosas similares, que las que tenían
durante la vida terrenal. El mejor ejemplo para esto son los
pirámides que fueron las tumbas para los faraones. La gente
antigua enterraron enormes riquezas, alimentos, herramientas y armas
junto con sus muertos queridos. El hombre consumista avaro hizo que
estas hoy se disminuyeron a unas pocas flores.
Alienación
‘Civilizada’
Con
el desarrollo de la agricultura, la artesanía y la ganadería
se engendraron formas más altas de alienación. El
hombre ‘civilizado’ comenzó a controlar la
Naturaleza cada vez más, pero también empezó a
perder el control sobre el proceso social de producción.
Después de la división social del trabajo, los bienes
se convirtieron en artículos de comercio y fueron
intercambiados en el mercado. Las leyes del mercado comenzaron a
dominar a los productores y luego el hombre mismo se volvió
mercancía que se pudo vender y comprar. De esta manera, la
esclavitud simple representó el primer sistema de alienación,
y si nuestros esfuerzos emancipatorios a nivel global resultan
victoriosos, entonces, históricamente, el trabajo asalariado
será el último.
Alienación
Económica
Ahora
démosle un vistazo a la alienación económica
capitalista como la presenciamos a diario en Venezuela, donde muchos
trabajamos para un jefe, para un capitalista a cambio de un
sueldo.
¿Qué
significa, cuando un trabajador vende su fuerza de trabajo (no el
trabajo) al jefe de una empresa o compañía? El
trabajador vende su fuerza de trabajo, la cual es parte de su energía
vital y de su tiempo, a otro, al capitalista, para que éste
viva como un parásito.
El
trabajador no tiene el control sobre una gran parte de su tiempo
despierto, que comprende la ida al trabajo (en Caracas generalmente
hasta dos horas), trabajando durante otros ocho horas y regresando a
casa (hasta dos horas), así que esto suma doce horas en total,
en otras palabras, medio día de su tiempo de vida. El tiempo
que el trabajador le vende al empresario le pertenece a éste
último, no al trabajador. Es el empresario que le dicta al
trabajador que hay que hacer o no durante este tiempo. Dicta lo que
el trabajador tiene que producir, cómo lo tiene que hacer y
dónde. El empresario vigila las actividades del
trabajador.
Si
la Revolución Bolivariana no se pone a discutir seriamente
este asunto, es decir, la esclavitud asalariada, y no hace algo para
aniquilarla, entonces el ‘proceso’ emancipatorio no nos
llevará a ninguna parte.
En
los Manuscritos de Paris (1844), el ‘joven’ Marx explicó
este problema de la manera siguiente:
“Primeramente
en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a
su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se
niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre
energía física y espiritual, sino que mortifica su
cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo
se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de
sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja
no está en lo suyo.”
Sin
embargo y que es peor aún, la materia prima, las herramientas
e incluso el producto final de su trabajo no le pertenecen al
trabajador. Lo único que recibe es el valor de intercambio de
su fuerza de trabajo, el cual no equivale al precio de venta de los
artículos que ha producido. El sueldo, el dinero que recibe,
está específicamente calculado sólo para
reproducir su fuerza de trabajo y para poder volver a trabajar
mañana. De esta manera puede olvidarse de ahorrar para
volverse capitalista.
Un
trabajador asalariado europeo hoy puede olvidarse de convertirse en
capitalista, porque para poder competir con un ‘gran’
capitalista, por lo menos necesita mil millones de dólares
estadounidenses, de lo contrario, no sobrevivirá. Ni siquiera
basta con trabajar durante 50 años, ahorrando su sueldo total
anual de 50.000 dólares.
Imagínense,
cuántos trabajadores tendrán que hambrear durante
muchos años para convertirse en imperialistas corporativos.
Aparte de esto, son únicamente los ejecutivos, como los
ex-manager de PdVSA, la ‘Gente de Petróleo’,
quienes generalmente ganan los pocos sueldos gruesos en el ‘Tercer
Mundo’. Un capitalista vive como un dios de los ‘intereses’
obtenidos de la explotación de la fuerza de trabajo; un
trabajador, al igual que prácticamente todos los países
del ‘Tercer Mundo’, vive para siempre de los ‘intereses’
de su deuda permanente.
El
trabajador moderno capitalista se ha vuelto alienado consigo mismo.
El trabajo, contrario a la creación y la creatividad, nunca
era un medio para la auto-expresión. El trabajo sólo es
un medio para alcanzar una meta. Esta meta es hacer dinero. La gente
sólo habla de cómo hacer dinero. En Osaka, la capital
principal del comercio y la industria en Japón, la gente ya no
se saluda preguntando “¿Cómo estás?”,
sino, “¿Cómo andan los negocios?” o “¿Estás
haciendo dinero?”. Esto es alienación económica
en su extremo total.
Shakespeare
nos explicó la manera, de cómo el dinero se convirtió
en el poder ‘mágico’ para volver las cosas en sus
opuestos, de la siguiente forma:
“Oro:
el oro amarrillo, brillante y precioso puede convertir a la gente en
blancos, negros; repugnantes, justos; errados, correctos; viles,
nobles; viejos, jóvenes; cobardes, valientes.”
El
valor del hombre ya no son sus talentos o sus habilidades o acciones
laudables, sino su cuenta de banco o su propiedad privada de los
medios de producción, garantizada por todas las constituciones
democráticas.
En
Alemania se amaba a un Rotschild, donde se odiaba a Marx. Por razones
exclusivamente pecuniarias y por la corrupción, la ‘oposición’
venezolana simplemente ama a Gustavo Cisneros, mientras odia al
Presidente Chávez. El amor se ha convertido en un artículo
comercial, en un prospero negocio de prostitución humana.
En
los EE.UU. incluso se comercializa la muerte: las funerarias tratan
de motivar a la gente de comprar ataúdes más costosos,
para que el querido difunto pueda descansar en paz sobre un colchón
de gomespuma. En este caso no se satisface las necesidades del
cadáver, sino se explota a los más profundos
sentimientos de los familiares por parte del despiadado
capitalista.
Conclusión
En
la época de la globalización, mientras aquí en
Venezuela todavía adoramos a la Virgen Maria, en Europa la
alienación humana ya ha pasado el Rubicón de la
religión.
Como
ya lo dijo Marx: “Los milagros de Dios se vuelven superfluos
ante los milagros de la industria.” En los países
metropolitanos, la tecnología, la ingeniería genética,
la nano tecnología y la futurología tomaron el lugar de
dios, de la teología y la religión.
En
la Universidad de Frankfurt en Alemania, un 90% de los estudiantes
nunca van a la iglesia o sólo en Navidad, para satisfacer a
sus padres. Aproximadamente un 50% de ellos no se preocupan por
casarse por la iglesia.
Esto
es la tendencia en Europa y América del Norte y todavía
el ‘Tercer Mundo’ se inunda en cultos religiosos,
predicadores de Jesucristo, Nuevas Tribus y Cientólogos, que
no saben nada en absoluto de los hechos históricos alrededor
del movimiento de Jesús, sobre el principio mesiánico,
los tempranos cristianos o el génesis de la ‘Sagrada
Biblia’ (especialmente su censura en el interés de la
clase dominante).
Después
de haber estudiado a Hegel, Marx primero se dio cuenta de la
alienación del hombre como ciudadano en su relación con
el Estado. Esto era el verdadero punto de partida del pensamiento
socialista científico de Marx. La llamada teoría del
‘contrato social’ (Rousseau) afirmó que en la
sociedad humana compleja y altamente desarrollada, el individuo tiene
que ceder una cierta cantidad de derechos al Estado como
representante del interés colectivo de la comunidad.
Sin
embargo, como ya vimos, el Estado como producto de la división
del trabajo, basándose en la propiedad privada de los medios
de producción, siempre representó los intereses de la
clase dominante. Esos llamados derechos individuales fueron
confiscados a la fuerza, a través de la violencia de clase, de
hecho, a través del robo. Esta confiscación de derechos
individuales por parte del Estado terminó con la alienación
total de todos los trabajadores. En el Estado moderno se manifiesta
la violencia de la clase dominante por orden social por ejemplo en
sus poderes penales, poderes fiscales y en la recluta forzada para el
servicio militar (para defender a la ‘Patria’ en sus
guerras genocidas en Afganistán e Irak).
Como
lo advirtió George Orwell, está en marcha el Estado
Mundial totalitario, el Leviatán, la Corona de la Alienación
Humana,. Representa a la globalización, al imperialismo
corporativo y defiende los intereses multi mil millonarios de unas
pocas familias corporativas, las cuales prácticamente
controlan el mercado mundial y poseen el planeta entero.
La
revolución mundial socialista niega a la dominación de
clases, a la dominación del hombre por el hombre; combate la
explotación económica y la alienación del
trabajo.
Sin
embargo, la emancipación mundial va mucho más allá
que esto. Se dirige contra cualquier clase de alienación,
incluyendo la alienación misma, es decir, incluyendo al
trabajo per se, la causa de toda miseria humana. Lucha por la
emancipación humana total, por la creatividad y la creación
humana.