Franz J. T. Lee, enero de 2006
Venezuela: ¿Estamos tratando de envenenar a las serpientes con su propio veneno?
Semanas
antes de la segunda invasión militar de Irak por parte de los
EE.UU. y sus aliados imperialistas y capitalistas, lamentábamos
aquella sentencia de muerte lanzada sobre centenares de miles de
inocentes hombres, mujeres y niños iraquíes, quienes
ciertamente iban a ser masacrados y quienes en aquel entonces todavía
estaban vivos, luchando para sobrevivir en la vida cotidiana, soñando
un futuro mejor para sus hijos y nietos.
¡Qué
mundo macabro, qué ‘águila noble’ tan
insaciable!
¡Qué ‘estatua de libertad’
tan congelada y yerma!
¡Qué administración tan
criminal y cruel la de Bush!
¡Qué nación tan
ciega y tan sometida al control mental!
¡Qué
situación tan desesperanzada e impotente de, por y para el
pueblo!
Muchas de las familias árabes no sabían
lo que estaba pasando, no sabían nada de la política
mundial, del capitalismo, del imperialismo, del fascismo o de la
globalización. Sin embargo, como víctimas de todo tipo
de mentiras de la clase dominante y al igual que los pobres diablos
que murieron en las Torres Gemelas, experimentaron el único y
verdadero infierno posible en esta Tierra. Estaban conscientes del
valor de la vida y del hecho de estar vivo; estaban conscientes de
haber nacidos por lo menos una vez en toda una eternidad y ahora se
vieron confrontados con su extinción antes de tiempo por la
‘madre de todas las bombas’ estadounidense; para ellos
llegó el Armagedón y cruelmente desvanecieron en el
polvo galáctico cósmico. Los grandes criminales de
guerra siguen vivos, disfrutando el poder y el paraíso
terrenal.
En el caso de esas víctimas su mala suerte no
fue ni siquiera su ignorancia cuidadosamente alimentada, sino el
hecho de estar clasificados por sus amos como no-blancos, como
segunda categoría, como Árabes, como incultos, etc.
Nacieron en un mundo violento y no fueron ellos que inventaron o
descubrieron la violencia; fueron asesinados por orden social, por la
globalización.
Y todavía falta mucha miseria por
venir. Este año 2006 fue declarado no sólo por
Nostradamus, Thomas Bearden y Michael Ruppert como año más
crítico para el futuro de la humanidad. Lo que se dijo sobre
la sentencia de muerte de miles de personas inocentes en Afganistán
e Irak a comienzos de este milenio también vale ahora para
Irán y Venezuela.
¡Bolivarianos, despertémonos
de nuestro letargo de las victorias electorales! ¡Toquemos la
Diana otra vez!
En diciembre de 2005, en un comentario
titulado Casandra advierte: ¡Venezuela, cuidado con los idos de
marzo! advertí sobre los venideros peligros para marzo del
2006: “Si tomaríamos en serio las advertencias para el
2006 de Thomas Bearden y Michael Ruppert, si volviéramos a
leer en detalle el ‘Proyecto para un nuevo siglo americano’,
si nos imaginamos el ‘vandalismo en el cielo’, si
estudiaríamos concientemente El Capital de Marx y las teorías
marxistas del imperialismo, especialmente referente a la competencia,
la eliminación de los competidores a escala global, la
concentración, la monopolización, la progresión
geométrica del empobrecimiento a escala mundial, la
militarización y las guerras mundiales, la depresión y
la recesión, si recordaríamos la masacre de Indonesia
en 1955 de un millón de ‘comunistas’, sólo
entonces obtuviéramos algo de una pequeña idea de lo
que nos espera a Venezuela y América Latina para el
2006”.
http://www.vheadline.com/readnews.asp?id=47503
Pocos
días después, el primero de enero del 2006, Martin
Walker de United Press International nos informó que “la
administración Bush prepara sus aliados de la OTAN para un
posible ataque militar en el nuevo año contra presuntas
plantas nucleares en Irán, según informes mediáticos
alemanes que reivindican antiguos informes similares de los medios
turcos”.
http://66.102.7.104/search?q=cache:2AMZa7DlQf4J:www.prisonplanet
Ahí
vamos otra vez, parece que los EE.UU. tienen la divina carta blanca
para hacer lo qué les da la gana sin que ningunas Naciones
Unidas ni ninguna fuerza en la Tierra podría parar su marcha
destructiva, su merodeo y su vandalismo alrededor del planeta. Los
EE.UU. no necesitan ética, bendiciones o pretextos, no
necesitan ultima ratio, lógica o democracia para invadir o
atacar a cualquier país, incluyendo a Venezuela, cuando les da
la gana.
No hay defensa regional, continental o internacional
alguna contra esta monstruosidad globofascista.
Como se
manifestó en la alta abstención revolucionaria,
democrática y participativa durante las elecciones de
diciembre de 2005 y a pesar de toda la subversión y de todos
los eventos conocidos pero no reportados que ocurrieron alrededor del
4 de diciembre, muchos de nosotros sencillamente no logramos ver el
verdadero peligro contrarrevolucionario, los actuales y feroces
ataques internos y externos a la Revolución
Bolivariana.
Ahora, en una situación de defensa total
de nuestra soberanía, cuando se necesita tan urgentemente cada
esfuerzo humano en un nivel local, en un grado continental y en una
dimensión global, en esta hora cero no podemos seguir
celebrando para siempre nuestras victorias del pasado, es decir,
borrachos de nuestras victorias electorales no podemos seguir
vaciando docenas de botellas de wisqui de navidad. En el programa
televisivo La Hojilla Eva Golinger protestó fervorosamente
contra esta nueva costumbre participativa, contra este nuevo vicio
democrático.
De verdad, después de toda la
información disponible y diseminada por nuestros medios
alternativos independientes, después de innumerables horas de
Aló Presidente y de cadenas nacionales, después de las
noticias y los análisis de Telesur, más tardar ahora
deberíamos tener una mínima idea de lo que realmente
está pasando, qué está en juego para nosotros y
qué en fin está planteado para Irán y Venezuela
en el futuro inmediato.
Esto no tiene nada que ver con los
caprichos de Bush, Rumsfeld o Rice quienes pueden ser destituidos en
cualquier momento; más bien tiene que ver con la lógica
brutal y fría de la concentración, competencia,
monopolización, centralización y globalización
capitalista e imperialista. Los EE.UU. son una economía de
guerra; ya desde hace décadas sólo viven de las armas y
del material bélico. Su vida económica principal es la
Muerte, es Thanatos mismo.
Para sobrevivir un tiempito más
tiene que producir armas de destrucción masiva, utilizarlas,
destruirlas, reproducirlas, aniquilar al mundo y con él a
ellos mismos. Esto es la simple verdad.
Ahora toca a nosotros,
si participamos en nuestra propia auto-destrucción o paramos
el globofascismo. Esta auto-preservación, al igual que la
caridad, comienza en casa, comienza con la Revolución
Bolivariana. No es que estamos jugando con fuego, es que ya estamos
en llamas.
Concerniente al imperialismo corporativo en todas
sus variedades globales, éste no tiene nada que ver con ética,
con bueno o malo, con fe, amor y caridad, con dios o la religión;
no tiene conciencia humana sino sólo conciencia de clase; no
se preocupa por la naturaleza, la vida, el sufrir humano, las mujeres
y los niños inocentes o la especie humana, ni siquiera por su
propia existencia. Solamente vive a través de la violencia, la
avaricia, el terror y el poder. Hay que entender esto para hacer y
pensar la revolución, una revolución social,
socialista.
Cualquiera que se preocupa por la vida y por la
sobrevivencia en Venezuela no tiene elección: sólo hay
que elegir entre la barbarie fascista y la Revolución
Bolivariana. No queda alternativa.
No estamos luchando contra
una ‘civilización’ que viene a liberarnos o a
convertirnos, a traernos a Papa Noel o al Niño Jesús,
esto se acabó; estamos confrontados con el salvajismo colonial
y con la barbarie neocolonial que transhistóricamente ya hacen
estragos durante cinco siglos y que ahora en agonía son más
brutales, sangrientos e inhumanos que nunca.
El imperialismo
capitalista en su actual fase corporativa de la globalización
está arrasando con el mundo árabe, convirtiéndolo
en las cenizas radioactivas de Fallujah y está enrumbado a
Asia para continuar con su dinámica destructiva de convertir
el globo entero en una Sodoma y Gomorra orweliana.
Dentro de
este contexto parece que nuestro pensar, nuestros pensamientos están
paralizados; nuestros actos no corresponden a la práxis
revolucionaria necesaria. La teoría revolucionaria se inunda
con ‘pensar’ oficial, con fantasía y confusión
religiosa, con ideología alienadora.
Pero hablemos de
cosas emancipatorias más agradables. Ya Shakespeare nos dijo
que “no hay nada bueno o malo, pero el pensar lo hace parecer
así”. (Hamlet, Acto II, Escena 2)
Si en su juicio
en cuanto a la esencia cósmica de todas las cosas Shakespeare
no se equivocó, entonces todas las religiones del mundo no
tendrían chance de sobrevivir, porque en realidad, en la
práctica diaria todos ellos (algunos menos, otros más)
viven de la doble moral dualista, bi-cameral, binaria, celestial y/o
infernal y de la ética de la clase dominante.
Uno se
encuentra en el mismo dilema que Kant nos puso. En esencia dijo que
no hay nada espacial o temporal, pero que el pensar lo hace parecer
así. En otras palabras lo que dijo era que el espacio y el
tiempo no existen y que sólo son categorías del pensar,
fabricaciones de la mente humana. A nivel filosófico resulta
muy difícil refutar lo que dijo.
Todas esas cosas nos
dan una idea de lo que significa ideología, de cómo se
fabrica, cómo uno parte de la realidad, la tergiversa por
intereses de clase, la convierte en una mentira y finalmente la
disemina y la defiende con la propia vida como ‘verdad
absoluta’. Un excelente ejemplo de este tipo de lavado
colectivo de cerebros o delirio son los argumentos en contra de
Chávez por parte de la ‘oposición’ en
Venezuela y en el exterior. En realidad la CIA ya no necesita ningún
proyecto Mkultra o Manchurian Candidate para lavar cerebros, tampoco
hace falta emplear programas como HAARP o las ondas ELF para
controlar y canalizar las mentes de millones hacia la docilidad
pacífica y la ignorancia ideológica. A través de
los últimos siglos, ya la llamada educación y
socialización, la ideología y la religión, la
moral y la cultura han hecho muy bien su trabajo. Hoy por hoy parece
imposible imaginar otra cosa que los vicios y las epidemias del
capitalismo.
En este contexto podríamos imaginarnos la
inmensidad de nuestras tareas emancipatorias dentro de la Revolución
Bolivariana.
En 1845, en la primera parte de la Ideología
Alemana, en La Ilusión de la Época, Carlos Marx nos
explicó de que se trata con el ‘pensar’ oficial,
con la ética lógico-formal, con la ideología de
la clase dominante y con la religión que penetra la
sobre-estructura global entera.
De hecho existe todo un
renacimiento del anti-marxismo, una cruzada contra el socialismo y el
comunismo; se está llevando a cabo una nueva casería de
brujas y se vuelve a estigmatizar cualquier corriente que se opone a
los intereses de los EE.UU. como comunismo y terrorismo. Los amos del
universo saben qué es la negación del capitalismo e
imperialismo, sólo los pobres esclavos y los condenados
esclavos asalariados todavía no tienen esta conciencia de
clase de la realidad a nivel global. Irónicamente son los
imperialistas quienes saben qué es el socialismo y nosotros ni
siquiera sabemos qué es el capitalismo.
A nivel global,
en muchas instituciones de la educación mayor y fundaciones
elitistas, los think tanks eruditos producen el llamado ‘pensar’
y el ‘pensamiento’ (en realidad las poderosas ‘ideas
de la clase dominante’), que luego se convierten en ideología
fascista. Estas mercancías intelectuales, que en realidad son
armas de guerra, se introducen en las ‘guerras internacionales
de las ideas’, en todos los programas de Mkultra, en todas las
campañas de desinformación, en los medios masivos
nacionales e internacionales, en las agencias de noticias y en la
propaganda insolente. Actualmente, en este año 2006, se está
lanzando este newspeak orweliano ferozmente contra Venezuela e Irán,
de hecho, contra todo el ‘Tercer Mundo’.
¿Será
que combatiremos la ideología con ideología? ¿Será
que tratamos de envenenar a las serpientes con su propio
veneno?
Porque el concepto ‘ideología’ se
ha convertido en habla diario de casi todos los revolucionarios
incluso aquí en Venezuela, tratemos de esclarecer por lo menos
la antigua concepción marxista ambigua y negativa de lo que
ahí se denominó como ‘ideología’; lo
que Marx dice es claro como el sol, así que nos permitimos de
citarlo en detalle:
“Las ideas de la clase dominante son
las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros
términos, la clase que ejerce el poder material dominante en
la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La
clase que tiene a su disposición los medios para la producción
material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la
producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al
propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen
de los medios necesarios para producir espiritualmente. Las ideas
dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las
relaciones materiales dominantes, las mismas relaciones materiales
dominantes concebidas como ideas; por tanto, las relaciones que hacen
de una determinada clase la clase dominante, o sea, las ideas de su
dominación. Los individuos que forman la clase dominante
tienen también, entre otras cosas, la conciencia de ello y
piensan a tono con ello; por eso, en cuanto dominan como clase y en
cuanto determinan todo el ámbito de una época
histórica, se comprende de suyo que lo hagan en toda su
extensión, y, por tanto, entre otras cosas, también
como pensadores, como productores de ideas, que regulan la producción
y distribución de las ideas de su tiempo; y que sus ideas
sean; por ello mismo, las ideas dominantes de la
época.”
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/feuerbach/3.htm
Lo
anterior explica la esencia de lo que hemos definido como Holocausto
Mental de hace milenios, un fenómeno directo en la
sobre-estructura de la acumulación material del capital en
Europa, de la ‘educación’ y ‘socialización’
de los esclavos, siervos y esclavos asalariados. En otras palabras,
se introdujo un proceso del ‘pensar’ para encubrir la
realidad de la explotación, dominación y discriminación
de la clase dominante, para convertir a las grandes mentiras en
grandes verdades.
En esta tradición marxista, una cita
del ‘Espíritu del Mundo’ a caballo (Hegel), es
decir de Napoleón Bonaparte, nos aclara de que se trata con la
historia oficial y con el proceso de producción. Vale destacar
que Napoleón, quien en vísperas del siglo XIX estaba
diseminando el capitalismo liberal y competitivo a través de
toda Europa, odiaba a todos los ideólogos, especialmente a
aquellos que diseminaron ideología reaccionaria contra sus
campañas militares que se basaron en la Revolución
Francesa. Napoleón dijo: “La Historia es una serie de
mentiras concordadas”.
De hecho, dijo que la mayoría
de las concepciones oficiales y comunes sobre qué o quienes
hacen la historia son probablemente inventos engañosos; que
fabricaciones tales como la teoría de un ‘gran dios’,
una ‘gran idea’, un ‘gran hombre’, una ‘gran
raza’ y todas sus combinaciones se basan en las mentiras
republicanas de Platón, las cuales nunca salen de sus cuevas
para ver la luz de los verdaderos procesos naturales y sociales en el
planeta Tierra. En un poema excelente, Bertolt Brecht demostró
lo ridículo que pueden ser tales concepciones de la historia y
enfatizó que fueron los esclavos (trabajadores) que
construyeron las ‘siete maravillas’ de este mundo, con su
sudor, sangre y fuerza de trabajo.
Así que son ellos,
los trabajadores venezolanos, los desvalidos que pueden romper las
cadenas del capitalismo y construir cualquier todavía posible
socialismo en el Tercer Milenio. Sin embargo, para ellos resulta
realmente traumatizante y chocante el desarrollo de una conciencia de
clase y el descubrimiento de todas las mentiras históricas.
Para ellos sería fatal descubrir que su ‘gran dios’
no puede hacer la historia ni puede ayudarles más.
Además,
el hecho de que se diesen cuenta que las ‘grandes ideas’,
las grandes promesas electorales de sus ‘grandes líderes’
solamente son una ‘serie de mentiras’, haría
imposible la paz y el orden mundial. Para las mentes débiles
el descubrimiento de la verdad sobre el ‘pueblo escogido’,
sobre el ‘venidero Mesías’ y sobre la ‘raza
dominante’ blanca, rubia con ojos y sangre azul, causaría
un colapso mental total, un estallido de todo lo sagrado que se nos
ha enseñado desde la cuna hasta el féretro.
En
el caso de que no sabemos esto, pues esos son los extraños
caminos de la revolución; como explicó Ludwig
Feuerbach, nosotros en América Latina tenemos que comenzar a
desenmascarar la divina creación, a quitarle el velo al
descubrimiento chimbo de América por Cristóbal Colón,
para poder avanzar hacia la revelación de los engaños
en cuanto a las causas de guerras mundiales, como lo eran el incendio
del Reichstag alemán (Reichstagsbrand), los ataques a Pearl
Harbor o a las Torres Gemelas; finalmente todos tenemos que salir de
las cuevas del holocausto mental para poder concientizarnos, para
poder ver la luz y la realidad dentro y alrededor de Venezuela. Sólo
de esta manera podríamos eliminar para siempre la gran mentira
del Chávez ‘dictador’ y ‘tirano’.
Son
muy pocas las personas que pueden tener esta visión extendida
de la historia y de la realidad planetaria.
No es extraño
que hace mucho tiempo William Shakespeare les dio un consejo urgente
práctico y ‘práxico’ a sus futuros paisanos
capitalistas e imperialistas. En lo que a la ideología y a los
ideólogos, a los ‘buenos capitalistas’ liberales
se refiere, Shakespeare incluso los honró con la condición
de filósofos. Como todos sabemos, Hamlet dijo
categóricamente:
“Hay más cosas en el
Cielo y en la Tierra, Horatio, de las que podemos soñar en
nuestra filosofía”. (Hamlet, Acto I, Escena 5).
Ernst
Bloch nos enseñó que todo marxista verdadero
lógicamente es un filósofo y que en los empeños
revolucionarios contemporáneos un filósofo es
exactamente lo contrario de un ideólogo. Este último
siempre defiende y quiere eternalizar el status quo, que a nivel
global explota, domina y discrimina.
Así que a través
de las palabras de Hamlet, Shakespeare, que realmente no era
marxista, ni siquiera socialista, nos estaba advirtiendo, que no
importa cuán oscura sea la ‘noche del puñal’,
que a pesar del dominio de pleno espectro, de las guerras preventivas
o de las campañas de ‘chocar e intimidar’, no se
deja parar lo realmente nuevo e innovador y que el inexorable éxodo
de la esclavitud imperialista, de este valle de penas capitalista ya
está amaneciendo en el horizonte humano. Como emancipadores
somos hechos del polvo de las estrellas y somos invencibles.
Bush,
Rumsfeld o Rice nunca comprenderían la severidad de este hecho
transgaláctico, tampoco lo haría ninguno de los CEOs
del complejo militar industrial estadounidense o de los tecnócratas
de la NASA, la OTAN o del Pentágono.
Aunque muchas
personas son demasiado miopes, se encuentran muy cerca al fluyente
momento histórico como para darse cuenta de lo que pasa a
escala mundial, para registrar el odio clasista de la Casa Blanca
hacia el Presidente Chávez, es precisamente él con
todas sus fallas humanas e imperfecciones, que en Venezuela y América
Latina expresa al máximo lo que significa lo anteriormente
expuesto, lo que significa per aspera ad astra, ir por las
estrellas.
Esto hay que entenderlo en el militante espíritu
emancipatorio de León Trotski, sobre cuya silla de la
sabiduría también estaba pendiendo la Espada de
Damocles del magnicidio, y quien regó su preciosa sangre
revolucionaria en suelo latinoamericano. Trotski, en vísperas
del siglo XX y de la Revolución de Octubre lanzó su
toque de clarín haciendo eco en todas partes, cuando dijo:
“Dum spiro spero!” “Mientras respiro hay
esperanza!”
Finalmente, en tiempos críticos de la
desesperación total, transhistóricamente el mismo Marx
nos da animo. En el prólogo de su Crítica de la
Economía Política nos explica, porque es posible la
liberación humana y la emancipación social:
“Por
eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos
que puede alcanzar, porque, mirando mejor, se encontrará
siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se dan o,
por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales
para su
realización.”
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/criteconpol.htm
No
obstante, Camaradas, según información de la
inteligencia, cuidado con el idus (el mal augurio) del 15 de enero de
2006!
Original en Inglés: “Venezuela: Are we
trying to poison the vipers with their own venom?”
URL:
http://www.vheadline.com/readnews.asp?id=47602