Franz J. T. Lee, noviembre de 2005
El Cuarto Imperio de Bush: ¡“Favorable para la Calidad de Vida” de las Américas!
Como
ya lo verificaron Hitler con su infame ‘Tercer Reich’,
George Orwell en su novela 1984, y Wilhelm Reich en su obra, La
Psicología de las Masas del Fascismo, la maquinaria
propagandística del nazismo siempre utiliza los mismos viejos
mecanismos de desinformación, de los cuales el colonialismo,
el capitalismo y el imperialismo se aprovecharon desde hace mucho
tiempo y los cuales se siguen aplicando hoy, en otras palabras, le
dan la vuelta a la verdad y acusan al ‘enemigo’ de las
atrocidades cometidas precisamente por ellos mismos.
De esta
manera se convierte la guerra en paz y la esclavitud en libertad, la
dictadura en democracia y lo nefario en lo beneficioso, al estilo
Goering y Goebbels.
La actual maquinaria propagandística
de los EE.UU., cuya punta de lanza forman el New York Times y sus
afiliados internacionales como el Daily Journal (Caracas), funciona
exactamente conforme a estos mecanismos fascistas con el objetivo de
desinformar al público a nivel mundial y a generar una
atmósfera internacional que aceptaría una futura
invasión militar en Venezuela, al igual que ocurrió con
la aceptación casi unánime a escala mundial del cuento
del 9/11 y de Bin Laden con su Al-Qaeda quienes supuestamente volaron
las Torres Gemelas, cuando en realidad aquello fue otro
Reichstagsbrand o Pearl Harbor planificado hace mucho tiempo atrás
en el ‘Proyecto para un Nuevo Siglo Americano’ por los
think tank de la administración Bush.
Esto es
exactamente cómo se produjo y se propagó el mito de
Chávez, el ‘dictador’, el ‘tirano’ y
cómo los millones de personas víctimas del control
mental internacional corporativo caen en la trampa y son devoradas
por el actual holocausto mental global, emprendido por el complejo
militar industrial estadounidense y sus voceros CNN, Fox News, The
New York Times, etc.
Por lo tanto, la clave aquí es
invertir todas las ‘verdades’ que los medios masivos
escupen para poder ver la esencia del asunto. Es precisamente Bush
quien actúa de manera anti-democrática y tiránica,
y cuando éste acusa a los demás de ser dictadores y
tiranos, habla de nada más que de sí mismo. En sintonía
con la verdadera propaganda fascista, Bush repite su basura
ideológica manipuladora mil veces y sus mentiras aparecen en
los medios masivos internacionales como la pura ‘verdad’
cristalina.
Lo siguiente es un ejemplo estereotipo de lo antes
explicado, también de la bancarrota periodística y la
alienación humana total:
Según Bush, insinuando
al presidente venezolano Hugo Chávez, la democracia en América
Latina está en peligro, un cercenamiento que estaría
“jugando al miedo, instigando vecino contra vecino, y culpando
a los demás por sus propios fracasos ante su pueblo”.
¿No
es esto exactamente lo qué la administración Bush (y
sus antecesores) ha venido haciendo desde que llegó al
poder?
¿No fue la administración Bush la que
puso en peligro la democracia a escala internacional, en las propias
Naciones Unidas y en casa con sus Leyes Patrióticas? Ahora,
atacando a Venezuela, con la ayuda de Panamá y Méjico a
través de la política imperialista de divide et impera
los EE. UU. quiere atomizar a América Latina, quiere imponer
su ALCA por la fuerza dictatorial brutal.
¿No fue
precisamente la administración Bush que jugó al miedo,
instigando vecino contra vecino y culpando a los demás (los
‘terroristas’) por sus propios fracasos ante su
pueblo?
¿No fueron las ‘recetas democráticas’
de la administración Bush que tenían consecuencias
verdaderamente catastróficas para aquellos que sufrieron su
aplicación, sea en el aspecto militar o económico?
Aquí
tenemos otra prueba amarga más de la ‘vocación
democrática’ de Bush, de sus mentiras políticas y
de lo que el ALCA norteamericano tiene en mente para América
Latina, para Brasil y Lula, cuando, refiriéndose a este
último, comenta:
“El presidente brasileño
Lula tiene que ser convencido al igual que los pueblos de América,
que un acuerdo comercial en nuestro hemisferio es ventajoso para el
empleo y es favorable para la calidad de vida”.
Aquellos
de nosotros en Sudamérica, que quieren obtener una impresión
exacta de lo que se supone ser una futura ‘buena calidad de
vida’, deberíamos analizar bien los casos de Afganistán,
Irak, Kabul, Bagdad y Fallujah, las celdas de tortura
estadounidenses, las muertes de sus millones de víctimas
políticas desde 1775 hasta hoy, su mortal abrazo atómico
de Hiroshima y Nagasaki, la masacre cometida en Indonesia contra un
millón de ‘comunistas’, las Torres Gemelas, el
Plan Colombia aquí a la vuelta de la esquina, el
financiamiento y la dirección del golpe militar de abril del
2002 contra el Presidente Chávez, y mucho más.
Así
que, ¡queda por comprobar, si el Cuarto Imperio de Bush
realmente se destaca como tan ‘favorable para la calidad de
vida’ como su ‘demócrata’ que lo está
proponiendo!