Franz J. T. Lee, noviembre de 2005
Venezuela entre Jesucristo y Carlos Marx
Como
reacción a mi reciente artículo en Vheadline
‘Venezuela: Cómo armarnos
física y mentalmente
para volvernos invencibles’, hemos recibido bastantes
cartas
y comentarios personales. Algunos lectores incluso pidieron una
urgente
traducción en español de artículos
tan altamente informativos como ese. En vez
de responder
individualmente todas las preguntas, sólo explicaré
brevemente los problemas claves referentes a la conciencia de clase,
la crítica de la religión
y el socialismo
hoy.
http://www.vheadline.com/readnews.asp?id=46676
Tomando
el toro por los cuernos, uno de nuestros lectores de Vheadline,
un
canadiense y simpatizante de la Revolución Bolivariana
hizo el siguiente comentario:
“Hola Franz, otra
contribución muy necesitada para orientar la lucha. No
estoy
seguro si tiene resonancia fuera de las clases
intelectuales, sin embargo, aquí
fue bien recibido. Así
que dediquémonos a la tarea de añadirle a la
categoría
demasiado abstracta del ‘Socialismo del
Siglo XXI’ un contenido verdaderamente marxista y
socialista”.
grok@resist.ca
También pasó inmediatamente de la teoría
emancipatoria ‘demasiado abstracta’ a la práxis
revolucionaria concreta:
“P.S.: Esta semana se acaba de
crear una nueva lista de correos electrónicos
para discutir
este mismo asunto (porque en otra lista tal discusión fue
disuadida).”
http://lists.riseup.net/www/info/21stcenturysocialism
Una
discusión seria sobre el marxismo hoy es oportuna y
bienvenida. A nivel
nacional e internacional, como podemos
presenciar actualmente en Mar del Plata en Argentina, igual que en
otras partes, donde quiera que aparece el Presidente Chávez en
un discurso o una rueda de prensa, la Revolución Bolivariana
inspira y capta la imaginación emancipatoria del mundo
oprimido.
Sin embargo, el capitalismo es una realidad muy
específica, compleja, poderosa,
global e histórica.
Desde el punto de vista activo y teórico de aniquilar
su
esencia explotadora y de borrarlo de la faz de la Tierra, sólo
una ciencia y
filosofía específica ha estudiado su
proceso histórico, sus leyes, su
dialéctica, su
carácter parasitario y a nivel internacional cómo
eliminarlo por
medio de una práxis científica y una
teoría filosófica, o sea a través de la
lucha
de clase de los trabajadores a nivel global y la revolución
mundial. Esta
ciencia y filosofía viviente es el socialismo
o el marxismo. Reemplazó y superó
la ideología
de la religión que prefiere cambiar el mundo pasiva
y
‘pacíficamente’ por medio de la ‘gracia
de dios’.
Aunque nadie ha regresado todavía para
darnos un informe de las condiciones de vida en el Cielo, no
obstante, ningún cristiano firme nunca pondría en duda
la
‘teoría’ de ir al Cielo algún día
después de la muerte. De manera similar el
marxismo será
refutado a nivel teórico únicamente cuando en el Cielo
todos
juntos cantemos ‘Más cerca o Dios de ti’.
Pero tiene que ser en el Cielo y no en
nuestro universo ni en
nuestro sistema solar ni en el planeta Tierra.
Naturalmente el
marxismo se ha convertido en el medidor de quién o qué
es
revolucionario de verdad, quiere realmente emancipar los
millones de personas
pisoteadas en la Tierra. Los cristianos
‘humildes y dóciles’ alrededor del globo
aman a
Chávez y a la hora de la chiquita necesariamente también
tendrán que amar a Marx; en fin, para ser invencibles tendrán
que amar incluso más la verdad misma.
En los medios
masivos la Revolución Bolivariana y los bolivarianos hablan
todo
el día sobre el ‘socialismo’; deberíamos
urgentemente tomar nota de esta simple
verdad.
Todas las
revoluciones del siglo XX que perdieron su esencia y su
momento
original socialista durante la lucha de clases, por varias
razones terminaron
degenerando o en sus propias caricaturas o se
convirtieron en trágicos
paradigmas de fortines
neocoloniales e imperialistas. Esto es una lección de la
cual
vale la pena aprender.
Aquí sólo resaltaremos un
problema complejo en cuanto a la educación marxista, a la
conciencia de clase en un país todavía
colonial-capitalista del ‘Tercer Mundo’ y a los actuales
estudios socialistas dentro de la Revolución
Bolivariana.
En futuros comentarios discutiremos otros aspectos inmediatos
y
urgentes con más detalle.
El gobierno del
Presidente Chávez, tanto aquí en Venezuela como en el
extranjero ha logrado mucho en cuanto al esclarecimiento informativo
sobre asuntos capitalistas e imperialistas, sus operaciones abiertas
y encubiertas y sus maquinaciones dominantes beligerantes. Sin
embargo, cuando se trata de una educación verdaderamente
marxista y socialista en nuestras escuelas y
universidades queda
mucho por hacer.
Aquí en Venezuela, donde enseño
sobre el marxismo ya desde hace un cuarto de siglo en la Universidad
de Los Andes en Mérida en la Facultad de Ciencias
Políticas
en el pregrado y postgrado, se ha revelado como auto-evidente uno
de
los principales problemas sociales de la Revolución
Bolivariana. Muchos de mis
ex estudiantes son bolivarianos en
posiciones claves gubernamentales a través de toda Venezuela;
todos experimentan problemas similares con respecto a la
educación
revolucionaria y la concientización socialista de los
camaradas, de
los compatriotas, del soberano, del poder
ciudadano.
A nivel continental, concerniente a la integración
latinoamericana, como fue
resumido en las actuales conferencias en
Argentina, estos mismos problemas se aumentaron y piden a gritos unas
soluciones científicas y teóricas inmediatas.
¿Qué
sentido tiene organizar cumbres contra el fascismo norteamericano
sin
mencionar el socialismo, el marxismo, la lucha de clases y la
abolición de la
propiedad privada de los medios de
producción y comunicación?
¿Trataremos
asuntos tan urgentes como lo son las venas abiertas de América
Latina
y la tumba abierta de la humanidad? En un sentido revolucionario
y
emancipatorio ¿son realmente exitosas y emancipatorias
nuestras gigantescas
cumbres internacionales?
Durante las
últimas décadas observé en mis clases un
fenómeno en la
sobreestructura muy extraño que
siempre se repitió. Me di cuenta que fue fácil
explicarles
a mis estudiantes el carácter explotador de la conquista
colonial
física y de sus horrendos y abominables crímenes
llenos de tortura y terror.
Generalmente estaban totalmente de
acuerdo conmigo.
Sin embargo, en el momento cuando comienzo a
tocar y a revelar científicamente el holocausto mental y
espiritual colonial, el despiadado saqueo mental religioso europeo y
el actual vandalismo mesiánico norteamericano, que desde la
Inquisición bárbara hasta hoy sigue acechando en
nuestras iglesias,
preescolares, escuelas y universidades,
entonces ocurre de repente un bloqueo
mental.
Esta inercia
intelectual, esta resistencia mental también se puede detectar
en
los grandiosos esfuerzos liberatorios tales como son la
‘teología de la
liberación’.
Generalmente, al parecer desde la nada surge toda una unio
mystica
colonial pandémica, una mentalidad esclavista
programada para atacar
inmediatamente al ‘materialismo’,
al marxismo. Como en todas partes en el
capitalismo, en la mayoría
de las veces esta agresión anti-marxista está
acompañada
por unos argumentos ideológicos bien primitivos que favorecen
una ‘raza superior’, y también por vistas
religiosas de un ‘pueblo escogido’ con una misión
mesiánica; todo esto es mezclado con un odio social y racial
dirigido contra los paganos, ‘negros’ y ‘terroristas’
‘tercermundistas’. Esta patología alienadora ha
afectado a amplios sectores de todos los estratos sociales y llegó
directamente al alma mater.
Mientras más introducimos y
estudiamos la práxis y teoría marxista, más
ponemos en peligro las mentiras, las campañas de difamación,
los asesinatos morales y el ostracismo académico de la clase
dominante; pero también ponemos en peligro la eterna adoración
religiosa de todos los amos terrenales y celestiales (a veces incluso
a Hitler cuando se aprecia su grandeza militar alemana y hoy incluso
a Bush). Esta ‘madre de todas las bombas’ religiosa
ideológica está configurada para desfigurar cualquier
esfuerzo sincero, científico, socialista y no alienado,
dejando atrás solamente las sombras virtuales perversas de su
posible existencia y energía liberatoria. Esto no es un
fenómeno específicamente venezolano, sino es una plaga
social global.
A través de los años, por ejemplo
en el momento cuando comencé a aplicar los
principios del
socialismo científico, es decir, cuando comencé a
explicar la
matriz de la crítica social, académica,
religiosa e ideológica, entonces se
desató un
tumulto en el aula. Al igual que la mayoría de los
compatriotas que
temen ser identificados como ‘castro
comunistas’ o ‘ateístas’, casi todos
mis
estudiantes, con todos los medios intelectuales necesarios e
incluso con sus
uñas rojas largas y sus dientes blancos
estaban defendiendo desesperadamente su ‘espiritualidad’
contra el ‘materialismo’ marxista, estaban tratando de
rescatar su delgado hilo de vida, sus queridas creencias feudales, su
galaxia implantada de angelitos blancos, santos, virgenes inmaculadas
y papas infalibles; su San Nicolás con sus colores de Coca
Cola, los árboles de navidad, sus pesebres, el niño
Jesús, la Virgen Maria y los tres reyes, sí, que nadie
se atreviera de tocar esas ‘vacas sagradas’!
¿Qué
sería Venezuela sin esos costumbres tradicionales coloniales y
esas
creencias religiosas? Bueno, el sabotaje petrolero por parte
de la crema de la
crema capitalista en diciembre de 2002, nos robó
todas esas cositas bonitas y
nos enseñó durante las
infinitas colas día tras día que Venezuela sí
puede
sobrevivir y puede vivir con otras delicadezas, con práxis
y teoría
revolucionaria por ejemplo, según las
medidas socialistas nuevas y entonces
todavía desconocidas
que tomó. Meses antes, en abril de 2002, en una lucha
de
clases feroz, ya nos habíamos agarrado por los propios
cabellos para sacarnos
del hoyo capitalista puntofijista golpista
sin fondo.
Así que ¡cuidado Yanquis!
En
otras religiones del mundo pasan las mismas cosas a millones de
esclavos
asalariados, a casi 90% de la población mundial,
de la humanidad entera. En
ninguna parte del mundo, tampoco en
Venezuela, el marxismo es una materia
favorecida en el currículo
oficial de colegios y universidades y ni siquiera es
tratado como
una disciplina especial de relevancia internacional.
¡Esto
es lo qué yo llamo un verdadero holocausto mental!
Esto
es el miedo burgués del marxismo, trasmitido ideológicamente
a todos
nosotros, una piedra de tranca seria en el camino hacia la
desalienación humana y algo de lo cual muy poca gente y muy
pocos revolucionarios se dan cuenta; algo que no interesa a los
grandes medios masivos internacionales, que no interesa a los
programas de las Naciones Unidas, a las miríadas de
organizaciones no gubernamentales, a las “Nuevas Tribus”
en la Amazonía o a las docenas de cumbres mundiales
anuales.
El verdadero daño intelectual y la magnitud de
la alienación total (irónicamente
del hombre
‘pensante’ que vive en la ‘era de la información’
y en la era de los
‘derechos intelectuales’ en el
tercer milenio), la posible destrucción de una
especie
entera por parte del capitalismo e imperialismo, ahora de
la
‘globalización’ y en el futuro del
‘post-capitalismo’ o del ‘socialismo
computarizado’,
está más allá de cualquier medida espiritual y
de cualquier
reparación material financiera.
Solamente
en el caso de Africa, referente al comercio trasatlántico de
esclavos,
cualquier verdadera reparación para las víctimas
africanas, expresada
financieramente superaría miles de
millones de dólares y de hecho costaría toda
la
riqueza acumulada de la clase dominante entera en este planeta. La
única
razón por qué pasó todo esto es
porque ninguno de los gobernantes jamás creyó en sus
propias supersticiones y fabricaciones religiosas divinas. Además,
no suelen pagar reparaciones a las ‘herramientas que hablan’,
a los ‘negros’; los nazis alemanes y sus actuales
sucesores sabían y saben muy bien esta verdad
‘nacional-socialista’:
¡Mejor muerto que
rojo o negro!
Cuando estaba explicando esas cosas a mis
estudiantes, los cuales estában
convencidos que pertenecen
a la ‘clase media’, aprendí más que una
verdad
revolucionaria psicológica; de hecho, comencé
a entender y a sentirme como
Platón, quien fue lanzado al
mercado de esclavos, como Sócrates quien tenía que
beber la cicuta revolucionaria, como Anaxágoras quien dijo que
la diosa Selena, que era la luna, simplemente era un pedazo de roca y
por eso fue botado de la ciudad de Atenas.
Además, en
la medida que se profundizó la cualidad revolucionaria de
nuestras
clases durante los últimos años,
aproximándonos al siglo XXI, presenciando el
renacimiento
fascista de la religión del Herrenvolk de Bush en los EE.UU.,
de
sus leyes patrióticas del Apartheid y luego su realidad
‘mesiánica’ brutal en
Afganistán e Irak,
me sentí como el filósofo ‘ateísta’
Giordano Bruno quien, ya
ardiendo en la hoguera, le dio la espalda
a la cruz ensangrentada y les dijo a
sus asesinos del Orden
Dominicano y de la Inquisición Católica Romana, que
ellos le temían más de lo que él jamás
podría temer a ellos.
En otras palabras, les dijo que
al final la ‘historia lo absolvería’ igual
que
hizo con Galileo Galilei y Fidel Castro. En fin, hoy día
comienzo a sentirme
como mi profesor de filosofía, Ernst
Bloch, quien al igual que Sócrates fue
acusado por la
Alemania Oriental ‘comunista’ a seducir la juventud con
su
principio de la esperanza.
Era en esta tradición
histórica que mis estudiantes muy interesados pero todavía
confundidos de Alemania, Nigeria y Venezuela gritaban
desesperadamente:
“Profesor, estamos de acuerdo con toda
su crítica social contra el capitalismo y
el imperialismo,
sin embargo, como socialistas cristianos y cristianos
socialistas
firmes que somos, por favor, deja en paz nuestros papas,
nuestros
Santos y nuestra religión”.
¿Cómo
podríamos erradicar a esta alienación que nos fue
impregnada a través de cinco siglos?
Tendremos que
crear las condiciones emancipatorias, crear un mundo que no
necesita
a esta gigantesca aureola sagrada, esta virtualidad fantástica,
este
valle de lágrimas humanas, este corazón de un
mundo sin corazón, esos suspiros de millones de personas
oprimidas. La inmensidad de la diseminación religiosa y de la
alienación indica precisamente el alto grado de la explotación
capitalista y de la dominación y el racismo
imperialista.
Claro, no hay ideología religiosa oficial
alguna, que podría ayudarnos a borrar
estas nubes
académicas oscuras que alimentan todo tipo de
contrarrevolucionarios y peligrosos traidores, que sabotean la
‘profundización’ de la revolución dentro de
la revolución.
Sí, el catolicismo nos convirtió
en nuestros propios opuestos y no tenemos que
‘re-vertirnos’,
sino más bien ‘contra-vertirnos’, para
concientizarnos, más
precisamente para crearnos,
emanciparnos y por lo tanto necesitamos exactamente el opuesto de lo
que se conoce hasta ahora como ‘educación’ o
‘socialización’.
Una misión
revolucionaria que utiliza los mismos viejos métodos
coloniales
misioneros y contenidos neocoloniales está
condenada al fracaso y sólo va a
generar más
‘escuálidos’, más ‘chavistas sin
Chávez’.
El problema es que nuestra era
emancipadora y creativa empieza a terminar, sólo quedan
algunos años para erradicar rápidamente lo que se había
sembrado ya durante siglos.
Para colmo, de manera similar, la
misma cosa pasa cuando queremos explicar la
esencia del
capitalismo explotador, dominador y discriminador a la mayoría
de
nuestros camaradas y al mundo.
También en este
caso, todo está bien, mientras identificamos el único
método que puede analizar al capitalismo como la dialéctica
y les explicamos a nuestros
estudiantes o lectores, que la única
verdadera ciencia y filosofía que todavía
puede
revelar la esencia del socialismo, o sea la negación del
capitalismo, es
un marxismo nutrido, cultivado y protegido muy
cuidadosamente, y que ciertamente no son sus docenas de caricaturas
burguesas, corruptas, revisionistas, reformistas y estalinistas.
Así
que una de las tareas más pertinentes de los bolivarianos en
América Latina
es enseñar nuestra propia filosofía
acompañada por un marxismo que es un
producto
transhistórico directo del capitalismo mismo, es su ‘no-A’,
su
‘no-capitalismo’ y el cual se globalizó como
la negación de la globalización,
como una especie de
ALBA emancipatorio, como nuevo amanecer en el horizonte humano.
Sin
embargo, haciendo precisamente esto, aparecen de repente en nuestros
aulas o en Internet los eslóganes ‘diabólicos’
no bien reflexionados, las quimeras religiosas y la paja vieja
ideológica automatizada fascista y ‘anti-comunista’
de la Guerra Fría, es decir, fenómenos como el
‘socialismo cristiano’, el ‘cristianismo social’
o la ‘teología de liberación’. No hacen más
que sintonizar las ondas propagandísticas de la sinfonía
beligerante global de Goering y Goebbels contra lo qué
millones de personas empobrecidas, de esclavos asalariados,
desposeídos y parías campesinos han defendido con cu
propia sangre sagrada en el nombre del marxismo alrededor del globo
durante ya 150 años.
En sus valientes esfuerzos,
millones de personas pisoteadas, un millón de
comunistas
solamente en Indonesia dieron sus vidas en defensa del marxismo y
todos fueron masacrados como víctimas de la civilización
cristiana mediante todo tipo de ostracismo revolucionario y exorcismo
emancipatorio.
Bolivarianos, quizás estamos demasiado
adelantados, o peor, incluso demasiado retrasados. Pero la lutta
continua!