Después de Nueva
Orleans, nadie debería seguir dudando, que el fascismo
mundial se está extendiendo, incluso en los países
metropolitanos mismos. Durante la era oscura del punto fijismo
político, nutrido por la caza de brujas “comunista”
proveniente de la “Guerra Fría” yanqui,
endemoniado y exorcizado por el Catolicismo Romano y otras
religiones a nivel mundial e infectado por una viril epidemia
racista y anti-comunista, en Venezuela, igual que en otras partes,
los términos ideológicos como “Marxismo”
y “Socialismo” fueron convertidos en palabras de
significado diabólico, terrorista y anti-cristiano, que
fueron utilizadas al antojo de cualquiera, sin que este tenía
la más mínima idea de lo que realmente
significaban.
Los kinder, las escuelas y las universidades
venezolanas no escaparon del veneno ideológico de esta
campaña global del control mental.
Hasta hoy día
reina la ignorancia en cuanto al marxismo y para los pocos
verdaderos camaradas revolucionarios marxistas en Venezuela y
América Latina, sigue siendo una locura de ser sabio, de
criticar a los reformistas, revisionistas y
contrarrevolucionarios.
Esto es la razón, por qué
tienen que añadir docenas de adjetivos al concepto
“socialismo”, en su empeño de no ser
clasificado por parte de los medios masivos como
“castro-comunistas”, como “marxistas”,
como “terroristas” o incluso como “trotskistas”.
Una
vez etiquetado un “-ista” defendiendo algún
“-ismo” ideológico, lo desarman a uno, ya no lo
toman en serio y por lo tanto uno está condenado al olvido
revolucionario.
La panacea “políticamente
correcta” contra tal ostracismo social, siempre ha sido la
de ser un “demócrata”, un “verdadero
demócrata”, que cree firmemente en el sistema, en el
mercado, el trabajo y las mercancías del consumo.
Ya
hemos tenido toda una galaxia de “socialismos”, entre
otros, Socialismo Africano, Socialismo Cooperativista, Socialismo
Cristiano, Socialismo Democrático, Democracia Socialista,
Socialismo Arabe, Socialismo Revolucionario, Socialismo Real,
Socialismo Real Existente y como corona de todos, el Socialismo
Nacional de Hitler.
Hoy día hemos llegado a un
“Nuevo Socialismo” y a una “Democracia
Verdadera” post-capitalista del Siglo 21.
Hace poco,
en mi artículo “Venezuela: ¿Qué es la
Revolución Socialista Marxista?”, escribí:
“Cualquier Socialismo „viejo u obsoleto“, „real
o existente“, „ortodoxo o dogmático“,
„social-democrático o democrático verdadero“,
nuevo u original de cualquier siglo, primeramente, como punto de
honor y de partida, tiene que pasar ante los ojos críticos
de Marx y Engels, de Lenin y Trotski y tiene que conocer la
concepción marxista viviente del
Socialismo”. http://www.vheadline.com/readnews.asp?id=45593
Además
enfaticé, que:
“Hablar del Socialismo sin
haber estudiado a Marx es igual que un Cristiano, que nunca ha
leído el Nuevo Testamento o escuchado de
Jesucristo”.
Ahora, ¿Qué entendía
Marx por Socialismo? ¿Por una libre asociación de
creadores dignos de su naturaleza humana? ¿Hasta dónde
esto es relevante para la Práxis y Teoría de la
Revolución Bolivariana?
Ya para siglo y medio, el
Marxismo o fue saqueado científicamente para darle al
capitalismo una nueva prórroga, o fue falsificado,
desfigurado y violado ideológicamente por unos medios
masivos tanto burgués-capitalistas como “socialistas
real existentes” al rededor del globo. Al fin y al cabo, el
montón de teorías “dependentistas” del
Tercer Mundo y su correspondiente “desarrollismo”
socialista o democrático, apuntaron contra el Marxismo,
especialmente contra las teorías imperialistas de Lenin,
Rosa Luxemburgo, Rudolf Hilferding y Leon Trotski.
En la
educación burguesa, se separó cuidadosamente el
capitalismo del imperialismo; en todas partes aparecieron
anti-imperialistas que no fueron anti-capitalistas. Incluso el
nacionalismo africano sufrió de este cáncer mental,
que fue una ruptura completamente absurda en la economía
política marxista. Alejandro Magno fue imperial, pero no
era un imperialista; por el contrario, Cecil John Rhodes era un
archi-imperialista. Para desarrollar una práxis científica
incisiva y una teoría filosófica decisiva, los
Bolivarianos tienen que ser precisos en la formulación de
sus conceptos estratégicos, en la elección de sus
herramientas de lenguaje revolucionario y sus armas de la acción
y del pensamiento emancipatorio.
Probablemente durante la
época de la acumulación primitiva del capital,
Jesucristo - si es, que vivió - estaba contra los
gobernantes imperiales, contra Poncio Pilato y echó los
usureros fuera del Templo, pero ciertamente nunca pudiera haber
sido un anti-imperialista moderno o incluso un paradigma para un
socialista anti-capitalista. En Europa, después del
capitalismo nacional, liberal y competitivo, el capitalismo de
monopolio, es decir, el imperialismo fue introducido en 1870,
seguido por la Conferencia de Berlín de 1884/1885 y la
resultante distribución hambrienta del mundo colonial entre
los buitres capitalistas imperialistas europeos.
Esto era
el imperialismo, una fase tardía del capitalismo, de la
colonización misma.
De manera similar, hasta la
“teología de liberación” y el
“socialismo cristiano” a nivel global - claro, como
siempre, respetando de verdad su inocencia y su ingenuidad
científica - con pocas excepciones, al fin también
terminaron en la negación de los avances científicos
del materialismo burgués mismo y se desarrolló la
ilustración teórica socialista a través de
Hegel, Feuerbach, Marx y Engels.
Algunos renegados
políticos contrarrevolucionarios que forman una llamada
“clase política” en sí, incluso hoy día
siguen dudando que en Venezuela está ocurriendo actualmente
una revolución social. Bueno, deberíamos
preguntarles: ¿Entonces por qué los intentos de
varios golpes militares organizados por los Yanquis, por qué
el sabotaje petrolero, por qué las amenazas permanentes de
asesinar al Presidente Chávez y por qué el peligro
de una intervención militar estadounidense en
Venezuela?
¿Cómo se explica la popularidad de
Chávez, que está en crecimiento progresivo y por qué
la economía está mejorando a saltos?
También
¿por qué los “Chavistas sin Chávez”
- los contrarrevolucionarios corruptos - llegaron a existir en
Venezuela, si no hay revolución social aquí?
¿Si
los intereses nacionales e internacionales de las clases
dominantes en Venezuela no se encuentran en serio peligro?
Por
lo tanto, por causa de la creación de una verdadera
vanguardia socialista y anti-capitalista y sus correspondientes
cuadros revolucionarios y para que avance el Socialismo, que, per
definitionem es nuevo, científico y filosófico, es
obligatorio estudiar la práxis y teoría marxista y
cómo se desarrollaron a través del planeta entero
durante los últimos 150 años. En otras palabras,
urgentemente necesitamos una Misión Bolívar, Marx,
Engels, Lenin y Trotski; y después una Misión
Lumumba, Ho Chi Minh, Mao tse-Tung, Ché Guevara, Fidel
Castro y Hugo Rafael Chávez Frías.
¡Una
revolución socialista no sólo vive del pan!
¡Necesita urgentemente la Práxis y Teoría
Marxista viviente e innovadora!
Sólo así, la
vanguardia bolivariana podría descubrir el método
marxista revolucionario político económico, que
define de manera precisa las clases sociales y sus
correspondientes intereses y luchas de clase económicos y
políticos, y que no sólo describe las “clases
políticas” lógico-formales.
También,
entonces nos daremos cuenta, que “El Capital” de Marx
no fue otra obra más de la economía nacional del
siglo 19; que no fue sólo la perfección de la
economía política de Adam Smith o de David Ricardo.
Comparado con los economistas burgueses clásicos, la
“teoría laboral del valor” de Marx no fue
desarrollada exclusivamente para describir los precios en términos
de cantidad de tiempo laboral, no sólo calculaba los
precios, las plusvalías o los equivalentes, al contrario,
reveló, que el trabajo del trabajador fue explotado y por
lo tanto desenmascara las verdaderas contradicciones entre amo y
esclavo en el modo de producción capitalista. Verificó
científico y filosóficamente, que bajo el
capitalismo nunca se podrían abolir las relaciones entre
amo y esclavo “verdaderamente democráticas”,
que son la explotación, dominación, discriminación,
militarización y alienación de todas las clases
trabajadoras.
“La Fenomenología del Espíritu”
de Hegel explica el desarrollo completo de la sobreestructura de
la sociedad burgués-capitalista, del Espíritu Global
y de la Razón alias el Capital. “El Capital” de
Marx explica la esencia básica material, infraestructural y
económica del capital, su origen, sus leyes tendenciales de
desarrollo, su cenit y su muerte inexorable. Un serio estudio
socio-económico de esas dos obras maestras revelará,
que por definición, también en Venezuela, el
Socialismo es la negación dialéctica del
Capitalismo.
Es raro, que en 1887 fue el “renegado”
(Lenin) Karl Kautski - quien en su juventud originalmente era
marxista - que publicó un folleto con el título “Las
Doctrinas Económicas de Carlos Marx”. Su contenido
consistió en la típica aproximación
burgués-económica, que influenció
profundamente otras obras, incluso algunas disertaciones
marxistas, por ejemplo, “Economía Política y
Capitalismo” de Maurice Dobb o “Estudios en la Teoría
Laboral del Valor” de Ronald Meck.
En la medida que
“maduraron”, muchos teóricos originalmente
marxistas como Karl Kautski, Edward Bernstein, Joseph Stalin,
Georg Lukacs o Max Horkheimer luego se arrepintieron de sus
“pecados juveniles” y comenzaron de corromper el
mejor, convirtiéndose así en peligrosos
contrarrevolucionarios, reformistas y Mencheviques. Algunos
desarrollaron nuevas ideologías intra-sistémicas,
con sus correspondientes prácticas contrarrevolucionarias,
que favorecieron todo, excepto la lucha de clases de los
trabajadores y la emancipación socialista. La historia de
la Segunda Internacional, de la “Segunda y media” y de
la Tercera Internacional confirma lo anterior.
Ernest
Mandel, el famoso economista marxista, en sus dos obras - una
disertación voluminosa llamada “Teoría
Económica Marxista”, publicada en francés en
1962 y una tesis para el doctorado en filosofía en la
Universidad de Berlín, publicada como “Capitalismo
Tardío” en 1972 - contrarias a la aproximación
unilateral de Kautski, explicó lo que Marx entendió
de ser “verdaderamente humano” y lo que entendió
del socialismo científico y filosófico, siendo una
“asociación libre” de productores, que
conscientemente transcenderán para crear una sociedad
“digna de su naturaleza humana”.
Aquí,
Marx indicó claramente, que no sólo “criticaba”
el capital, sino al contrario, que concretamente quería
tumbar el poder del capital. Así que fue Marx, que
pavimentó el camino socialista hacia la transición
histórica actual de la Producción Laboral a la
Creación Socialista, de la Lucha Revolucionaria de Clases a
la Emancipación Humana.
En un documento, “Hegel,
Economía y el Capital de Marx”, Cyril Smith comenta
de manera muy acertada, que el objetivo de Marx “no fue el
de ‘explicar el capitalismo’ (una palabra que nunca
utilizó), sino comprender, cómo la humanidad podría
liberarse de las garras de ese poder social mortal, explotador y
atomizador, que llamaba ‘capital’. Este objetivo
penetra cada frase de ‘El Capital’”.
En
“El Capital”, cuando habló del trabajo, Marx
quiso decir “trabajo asalariado” moderno, cosa que
consideró como una posibilidad para desalienar el trabajo
mismo. De hecho, consideró al trabajo desalienado como
“libre actividad creativa”.
Escribió:
“El trabajo es la auto realización del hombre dentro
de la alienación o como hombre alienado”.
Para
Marx, no podía existir ningún socialismo sin
creatividad y creación humana. Sabía, que la libre
actividad creativa humana, el ejercicio de los poderes creativos
humanos, es lo que se encuentra cerrado y torturado dentro de los
actuales procesos globales inhumanos del trabajo asalariado. Los
economistas burgueses del pasado y Hegel investigaron esas formas
del trabajo asalariado alienador, pero no podían cuestionar
su existencia, no podían negar el trabajo y el capital,
porque, según Marx, ellos mismos eran “hombres
alienados”.
Esto valía también para los
Mencheviques reformistas, para los revisionistas de Kautski y
Bernstein, para los traidores “social democráticos”
de la Segunda Internacional y para los seguidores de Stalin de la
tardía Tercera Internacional; especialmente para todos
aquellos contrarrevolucionarios que hicieron estragos con la
práxis y teoría socialista en los siglos 19 y 20, y
que las redujeron a una especie de criatura “real existente”
de tipo Frankenstein.
Por cierto, lo anterior también
vale para sus firmes adherentes contemporáneos, que tratan
de robarle a la Revolución Bolivariana su propia auto
determinación creativa y sana. De hecho, con la ayuda de la
Junta Bush, tratan permanentemente de asesinar o de secuestrar su
liderazgo político y de echar a perder a su conciencia
socialista emergente y a su vanguardia revolucionaria.
Sin
embargo, ni un paso atrás, todo esto lo harán en
vano!
Inter alia, las razones transhistóricas son
las siguientes:
- En Venezuela, la Revolución
Bolivariana no llegó a existir por algún accidente
histórico o como resultado del capricho del Presidente
Chávez, sino simplemente como resultado de una necesidad
emancipatoria humana a nivel global, que catapultó a Chávez
en la línea frontal de la revolución mundial. -
Esta ocurre durante una crisis mundial energética, que
sacude los propios fundamentos productivos del actual orden
mundial, de los grandes poderes y de sus futuros competidores.
Venezuela posee masivas reservas de petróleo, gas, agua,
oxígeno y otros recursos naturales, incluyendo minerales y
metales estratégicos y una gran biodiversidad, que son
esenciales para la futura sobrevivencia de América Latina,
incluso la de los EE.UU. y de la humanidad misma. - La
Revolución Bolivariana - junto con sus homólogas en
otras partes, por ejemplo, en Colombia, Bolivia, Perú,
Ecuador, Palestina o Nepal - es nueva, auténtica y
original. Tiene un carácter transicional y emancipatorio,
es decir, nació en las vísperas del siglo 21, del
Tercer Milenio, en una época decisiva, donde la
sobrevivencia de la propia especie humana está en juego, en
la era de la decaída del capitalismo y del imperialismo. -
Es un producto histórico negando el llamado
“neoliberalismo” o la “globalización”,
términos eufemísticos para el actual terrorismo
mundial feroz e imperialismo fascista. En la tradición
transhistórica de la verdadera Negación del
Globofascismo, la Revolución Bolivariana sólo puede
desaparecer, cuando su Afirmación misma desvanece en el
olvido. Como tal, igual que Fénix, tiene la capacidad
emancipatoria de regenerarse a través de todo el globo, en
diferentes tiempos y espacios.
Es la punta del iceberg de
la revolución mundial permanente, que por primera vez crea
sus propias condiciones globales objetivas, subjetivas y
“transjectivas” para superar la todavía feroz
Revolución Francesa capitalista, incluyendo todas sus
revoluciones sociales particulares en diferentes tiempos y
espacios.
- Desde suelo latinoamericano, desde su tumba en
México, el “fantasma” de la revolución
permanente de Leon Trotski ahora persigue a Bush, desafiando el
Fascismo Mundial. Su actual punta de lanza es la Revolución
Bolivariana. - Finalmente, en anticipación y en
expectativa, para millones del “Tercer Mundo” y de
otras partes, la Revolución Bolivariana refleja actualmente
el desarrollo dialéctico igual, desigual y combinado de las
fuerzas, relaciones y procesos revolucionarios globales hacia un
verdadero éxodo, hacia una posible Emancipación
Humana post productiva, post capitalista, creativa y creadora.
Como el propio Presidente Chávez advirtió, no nos
queda mucho tiempo para salvar la Naturaleza planetaria y la
Sociedad terrenal, para salvar la humanidad de la extinción.
Quizás, sólo quedan algunas décadas para la
urgente Emancipación Humana.
El capitalismo nació
con sangre y sucio en cada poro, su opuesto, su Negación,
el Socialismo, brilla desde el Pico Bolívar, invitando a la
Humanidad con una sonrisa creativa, de no capitular ante la
carnicería viciosa del Imperio Mundial Orweliano del
norte.
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