Franz J. T. Lee, agosto de 2005
Dr.
Walter Rodney, Amandla, Hamba Kahle! Poder, que te vaya bien!
Como
sabemos, este año se celebran los 25 años de la muerte
del Dr. Walter Rodney, uno de los emancipadores mundiales
contemporáneos más prometedores y de descendencia
africana - quien fue brutalmente asesinado por un dictador
maquiavélico, entonces vestido de traje “socialista
cooperativista” que también fue de descendencia africana
- marcando una de las más agudas contradicciones sociales de
clase (no “raciales” o “racistas”) de
nuestros tiempos en Sudamérica y el Caribe.
Aparte del
hecho, que yo conocí a Walter Rodney personalmente, mientras
di clases en la Universidad de Guyana entre 1977 y 1979, y que
teníamos importantes discusiones políticos y
revolucionarios en cuanto a la Revolución Africana, la lucha
de “razas” y de clases, y la lucha de liberación
contra el Apartheid, nuestra amistad académica y emancipatoria
fecha en el año 1972, cuando su famoso clásico,
“Afrika: Die Geschichte einer Unterentwicklung” (Africa,
la historia de un subdesarrollo) fue publicado por el editorial
izquierdista Wagenbach en Berlín, en 1972. Esta obra fue
traducida al Español y publicado en México bajo el
título: “Cómo Europa subdesarrolló a
Africa”. Actualmente la utilizo en mis clases universitarias de
pre-grado y postgrado.
Para desarrollar una conciencia
histórica, para entender el colonialismo y el imperialismo,
para estudiar científicamente la cara negra de la Revolución
Bolivariana en Venezuela, este libro es sencillamente indispensable.
Esto también es parte de Petrocaribe y de la solidaridad con
los pueblos empobrecidos de Haití, Martinica y otras partes,
los cuales posibilitaron el surgimiento de tales gigantes
revolucionarios como lo fueron Walter Rodney, Eric Williams y Frantz
Fanon.
Al comienzo de los años 70, cuando discutíamos
varias “teorías tercermundistas del subdesarrollo”,
especialmente las de Africa, en mis clases en la Universidad Técnica
de Darmstadt, Alemania, aparte de Samir Amin, C. Leys, C. Mellassoux,
C. Palloix y John Saul, estudiar a Walter Rodney era obligatorio para
nosotros, para entender las raíces históricas del
capitalismo, colonialismo e imperialismo europeo, entender la
formación del mercado mundial, la división
internacional del trabajo, el desarrollo global dialéctico
igual, desigual y combinado de los procesos emancipatorios
revolucionarios transhistóricos.
Esta obra particular y
controversial generó vívidas discusiones y entró
en la cosmovisión de los movimientos radicales del
estudiantado y la juventud europea de aquella época, que en
entonces, en los 60 y los 70, ya fueron muy ocupados con las
protestas globales contra la guerra de Vietnam, promoviendo la lucha
anti-imperialista, organizando la lucha armada y de clases en Europa
occidental, apoyando los movimientos guerrilleros en Africa, el Medio
Oriente, Cuba y Centro-América, ayudando a los movimientos del
Poder Negro y la Conciencia Negra de Malcolm X en los EE.UU. y de
Steve Biko en Sudáfrica y luchando contra el racismo y el
Apartheid en Sudáfrica.
También, en la tradición
de Marcus Garvey, W.E.B. du Bois, Kwame Nkrumah y Julius Nyerere, en
toda la Africa, Walter Rodney se hizo famoso como Pan-Africanista
prominente y como un firme seguidor de la corriente “Ujamaa”
de la Familia Africana.
En este contexto global, Walter Rodney
entró al panorama internacional de la revolución
mundial permanente; carecía de caprichos, se abstuvo de nutrir
las versiones de tipo “chivo expiatorio” de las “luchas
raciales” y no buscó riqueza personal, poder o fama.
En
este espíritu revolucionario, cultivando “políticas
no-raciales”, como tal, llegué a conocerlo 6 años
más tarde en Guyana, como co-fundador de la Alianza de los
Trabajadores (WPA), en la lucha por la emancipación en Guyana
y el Caribe. En el calor tropical y político diario de
Georgetown, marchando y luchando en la Bahía del Tigre,
paseando en los muelles al lado de Padre Morrison, Cheddi Jagan,
Roopnaraine y muchos otros, luchando contra la dictadura de Burnham y
su PNC autoritario, nos conocimos mucho mejor uno al otro.
En
la Universidad de Guyana, donde Rodney fue prohibido dar clases por
intervención del gobierno, junto al entonces licenciado
visitante africano Yolamu Barongo, desarrollábamos una
“Ciencia Política en Africa”, que luego fue
publicada por Zed Press en 1983, y en donde le asignábamos a
Rodney su honorable rol revolucionario como renombrado activista
africano de la política de la dependencia y pensador
revolucionario.
Como politólogo, Rodney fue muy preciso
en el uso de sus conceptos, términos revolucionarios y
teorías. Hasta donde yo sé, nunca participó en
discusiones absurdas sin fin, o en caprichos y sofistería
política. En Guyana, como dice la gente común: en la
política local, Rodney muy bien sabía diferenciar
“huevo podrido de estiércol podrido”.
Era
sincero y franco, llamaba a una espada una espada y a un fascista un
fascista, no importa si era negro o blanco, si era Afro-Guyanés
o Indo-Guyanés. Había desarrollado una conciencia de
clase bien clara y sabía que el verdadero socialismo
científico y filosófico era el único camino
hacia la emancipación mundial de los “condenados de la
tierra” (Frantz Fanon) coloniales y neo-coloniales.
Esto
era la razón por qué tenía que ser asesinado por
el régimen del PNC de Burnham, por su gorila protegido Gregory
Smith, en el interés geopolítico de su ya en entonces
jefe tradicional, la CIA norteamericana, la cual ya a finales de los
50 impidió que el “comunista” Jagan iba a llegar
al poder democráticamente, y favoreció las elecciones
fraudulentas del “socialista” L.F.S. Burnham.
Rodney
igual que Malcolm X sabía que aquellos que gozan del amor de
los dioses y de los pobres, mueren jóvenes; a punto de un
cargo en las elecciones de 1980, Rodney fue asesinado brutalmente por
un oficial de las Fuerzas de Defensa de Guyana, el Sargento Gregory
Smith, quien actuó como un agente y mercenario del entonces
gobernante Congreso Nacional del Pueblo (PNC).
Hoy, las
siguientes reflexiones describen la magnitud de la riqueza científica
y la herencia política, que Rodney dejó, y las cuales
tienen que ser conservadas y enriquecidas a través de la
continuación de su lucha humana, humanista y humanitaria
contra el globo fascismo en Guyana, el Caribe y a escala global.
Especialmente hoy, más que nunca, necesitamos urgentemente un
renacimiento de la práxis y la teoría revolucionaria de
Rodney en la Guyana misma.
25 años después, sus
camaradas, seguidores y todos aquellos que conocían, leían
o estudiaron sus obras, deberían preguntarse: ¿Qué
papel clave jugó en nuestro pensar (o en el pensar de nuestros
hijos o estudiantes), en nuestras vidas prácticas y práxicas,
como defensor anti-imperialista y revolucionario de la justicia
humana, la libertad social y la emancipación global?
Aquellos
traidores parlamentarios actuales de Rodney del WPC y PNC deberían
recordar la ya clásica verdad de los corderos estúpidos,
que eligen su propio carnicero fascista.
Además,
confrontados con el globo fascismo actual norteamericano y europeo,
con la próxima Conquista Global Orweliana, la llamada
“Globalización”, con la “guerra de las
ideas”, con Newspeak, con un venidero Holocausto Mental
internacional gigantesco, con “Choque y terror”,
deberíamos reflexionar seriamente sobre el hecho de cómo
los escritos de Rodney sobre la “teoría del desarrollo y
subdesarrollo” podían ser utilizados para inculcar el
conocimiento crítico, las habilidades del pensar y los
paradigmas práxicos y creativos liberadores, para los millones
de desposeídos y perjudicados en los EE.UU. mismos, en Africa,
Asia, el Caribe y otras partes. En pocas palabras, deberíamos
preguntarnos: ¿Por qué Walter Rodney sigue viviendo?
¿Por qué Bolívar y Martí siguen viviendo?
¿Dónde y cómo siguen viviendo?
Finalmente,
hoy, desde Africa, en Xhosa, mi lenguaje nativo, nuestro eterno toque
de clarín emancipatorio sigue resonando en todo el planeta:
“Walter Rodney, Amandla, Hamba Kahle! Walter Rodney, Poder, que
te vaya bien!