Franz J.T. Lee, junio de 2005
Venezuela: En cuanto a los Problemas Históricos del Factor Subjetivo en la Revolución Bolivariana
Desde la Revolución
Francesa (1789) burgués-democrático-capitalista, a
nivel global, todos los intentos para hacer una revolución
social por parte de la inteligencia radical, los campesinos
empobrecidos y los trabajadores explotados, han experimentado ciertos
problemas comunes, con respecto a la cultivación de una
conciencia de clase y la nutrición de una subjetividad social,
es decir, a la creación de una práxis científica
original y una teoría filosófica nueva.
Para
explicar este fenómeno histórico con la precisión
científica y la incisión filosófica necesaria,
hay que progresar a grados más altos de la reflexión
teórica y hay que superar riscos intelectuales generalmente
casi inaccesibles.
De hecho, en cuanto se refiere a la
educación revolucionaria y la concientización de clase
del liderazgo, que es la vanguardia de las masas Bolivarianas - a
pesar de los grandes logros sociales, que son las exitosas campañas
de alfabetización, las numerosas misiones educativas realmente
bien intencionadas y los proyectos sociales inteligentemente
planificados - actualmente, la creación de un factor subjetivo
revolucionario, la voluntad social incondicional para profundizar la
revolución y depurarla, se ha convertido en un asunto político
de vida y muerte en Venezuela.
Dentro del contexto de los
recientes ataques contra Venezuela y su Presidente, esto se vuelve un
asunto crucial de confianza, lealtad y seguridad del Estado. Igual
que los grandes montos de dinero destinado a combatir la pobreza de
manera directa, actualmente el factor subjetivo, que es la
subjetividad revolucionaria, no llega a aquellos, que tienen que
convertirlo en armas para la auto-defensa del Poder
Ciudadano.
También la creación de un nuevo tipo
de partido político para liderar la revolución, para
mantenerla consistente, a una velocidad y a un momento constante,
defendiéndola contra la burocracia, la corrupción, las
mentiras, el asesinato y el robo, realmente no trajo los resultados
deseados por ahora.
Durante el año pasado, un cuidadoso
estudio de las obras de Lenin, Trotski y Rosa Luxemburgo, en cuanto a
la política de partido, hubiese evitado la caída de
algunos de nosotros en peligrosos huecos burocráticos. De
hecho, si no nos cuidamos, entonces la “democracia civilizada”
occidental misma estrangulará la revolución social en
Venezuela, desviándola de su camino socialista lleno de
serpentinas hacia una “democracia social” reformista y
directamente hacia un “Chavismo sin Chávez”, en
las garras imperialistas de la Washington fascista. Estos “chavistas”
dentro de la Revolución Bolivariana hacen todo para destruir
la germinación de cualquier subjetividad revolucionaria.
No
es sólo un asunto del puntofijismo, clientelismo, burocracia,
sabotaje y corrupción, que por cierto cobran su costo
contrarrevolucionario diario. Es más, el problema radica mucho
más profundo, tiene sus raíces sociales, mecanismos de
control y factores alienadores bien anclados en la
sobreestructura.
Una religión feudalista e ideología
obsoleta son piedras de tranca fatales para el desarrollo de
cualquier verdadero factor subjetivo revolucionario contra el
capitalismo mundial.
En este breve comentario sólo
podemos mencionar algunos de ellos. Para nosotros, los verdaderos
revolucionarios, porque Simón Bolívar y Francisco de
Miranda mismos estaban fascinados de ella, de la Revolución
Francesa, su lucha de clases, su práxis y teoría social
y sus objetivos históricos, realmente son informativos, son
verdaderamente educativos.
Las raíces económicas
y políticas de la acumulación original del capital ya
se pueden encontrar en la Grecia Antigua. Lidia acuñó
las monedas para el intercambio, el Oráculo de Delphi actuó
como “Banco Central” y también como una especie de
“Banco de Ambrosia”. Filosóficamente, Tales de
Miletus consideró, que este valor de intercambio, desde el
punto de vista material y materialista, fue mejor expresado como
“hyle”, como “hydor”, como agua.
Platón,
Aristóteles y Ptolemeo prepararon la cosmovisión
idealista fundamental, la sobreestructura ideológica
metafísica, teológica, absolutista, religiosa y
lógica-formal, del futuro modo de producción agrícola
feudalista.
En su obra “El Capital”, Carlos Marx
explicó detalladamente el correspondiente proceso económico
de la acumulación y expansión del capital. Lo qué
nos interesa aquí es, que el entonces (1789) recién
nacido modo de producción, que es el capitalismo, se había
desarrollado a través de sociedades esclavistas aristocráticas
y democráticas, y esto duró más que dos milenios
para llegar a existir como modo de producción dominante, para
finalmente triunfar sobre la sociedad esclavista y el feudalismo
antiguo.
Ya ahora podríamos tener una mínima
idea de cuánto tiempo y esfuerzo costará eliminar esta
monstruosidad global y globalizada. Urgentemente necesitamos una
Nueva Ciencia y Filosofía, una lógica emancipatoria
completamente innovadora, métodos trascendentales de práxis
y teoría.
Sin embargo, era el capitalismo, que inventó
su arma poderosa, que es la revolución, “rivoluzzione”,
“rivoltura”. Sus pensadores sociales, Maquiavelo,
Rousseau, Hobbes, Voltaire, Montesquieu, Owen, John Stuart Mill, Adam
Smith, etc., explicaron a nivel teórico, que las revoluciones
sociales tienen que ser pensadas, tienen que ser deseadas y que
necesitan factores dialécticos científicamente
objetivos y filosóficamente subjetivos, necesitan una
conciencia histórica de clase, es decir, una práxis
natural original y una teoría social nueva. Esta herencia fue
pasada a la Negación, que eran los demócratas radicales
dentro de la misma Revolución Francesa, al Marxismo, al
socialismo científico y filosófico. ¿Qué
es lo de qué deberíamos darnos cuenta aquí?
Primero,
para hacer una verdadera revolución social dentro del mundo
laboral global, todo tendría que ser original, auténtico
y nuevo. Oficialmente, en Europa, con muy pocas excepciones
“terroristas”, todo aquello de significancia histórica,
que ocurrió entre Tales de Miletus (624 BC - 547 BC) y Nicola
Copernico (1473-1543), fue explicado y diseminado dentro del marco de
la lógica-formal, del idealismo y del geocentrismo. De hecho,
toda la sobreestructura ideológica religiosa católico-romana
absolutista fue determinada por esta cosmovisión esclavista
obsoleta. La Sagrada Biblia entera es lógica-formal,
geocentrista, absolutista e idealista. Las obras “clásicas”
de Grecia Antigua y medievales fueron redactadas dentro del marco
limitado de un mundo lógico-formal, estático y plano.
Muchos de nosotros todavía actúan y piensan dentro de
esos parámetros geocentristas.
Especialmente en América
Latina, hasta hoy, esta cosmovisión idealista, lógica-formal,
geocentrista y absolutista está haciendo estragos contra
cualquier esfuerzo de un reformismo capitalista intra-sistémico
endógeno o incluso contra una verdadera práxis y teoría
revolucionaria, contra la formación de una verdadera
conciencia de clase y contra la lucha de clases.
Las clases
burgués-capitalistas emergentes de Europa, mientras acumulaban
el capital, organizaron la revolución económica y
pavimentaron el camino para la industrialización, también
prepararon su masacre filosófico, teórico y político
contra sus enemigos de clase, que eran la nobleza y el clero.
Para
ser invencibles, necesitaron una revolución social cultural en
la sobreestructura, que se conoce como el Renacimiento, la Reforma,
la era de la Razón, la era de la Ilustración, etc. En
otras palabras, las nuevas clases sociales emergentes, aparte de su
actuación económica y sus negocios, tenían que
reflexionar, repensar y pensar todo una y otra vez, de manera
diferente y como nadie antes lo había pensado.
Aquí
entra el elemento de lo Nuevo, de lo Original, de lo Auténtico.
Esto es el terreno innovador de un “Nuevo Hombre” y de un
“Nuevo Socialismo”. Dentro de este contexto el factor
subjetivo en la Revolución Bolivariana se vuelve
prioritario.
Doce guerrilleros parcialmente heridos fueron a
la Sierra Maestra, con ideas revolucionarias bien claras y con el
factor subjetivo necesario para una vanguardia socialista, sin
embargo, diseminar esta conciencia de clase a nivel cualitativo a
millones de Cubanos es completamente otra historia.
En las
vísperas de la Revolución de Octubre, en la Rusia
entera, donde en todo el imperio el sol nunca se puso, sólo
acerca de 1000 Bolsheviki tomaron el Palacio del Invierno y con él
el Zarismo. Interrelacionar su conciencia de clase revolucionaria con
cien millones de rusos fue prácticamente imposible. En 1918,
Lenin y Trotski advirtieron que si la revolución social no se
extendiera a los países metropolitanos, o sea a la Europa
Occidental, y no se volviera permanente y global, entonces su propia
revolución socialista sería condenada al fracaso. La
Historia aprobó estos temores revolucionarios.
De
manera similar, de la noche a la mañana, con un puño de
verdaderos camaradas y valientes Bolivarianos, no podemos crear una
conciencia de clase, un factor subjetivo en los corazones y las
mentes de millones. De hecho, sin querer ofender a nadie, a través
de los últimos años, la mayoría de nuestros
“chavistas” no tenían una idea de qué se
tratan la revolución y el socialismo. También en un
sentido marxista clásico u ortodoxo, el “Caracazo”
de 1989 y la defensa popular y militar de la revolución entre
el 11 y 14 de abril de 2002, tenían muy poco que ver con una
lucha de clases consciente, con un factor subjetivo revolucionario y
con la conciencia de clase proletaria o campesina.
Desesperadamente
estamos tratando de desarrollar una “ideología”
para la Revolución Bolivariana, de organizar foros, grupos de
estudio, talleres y clases, para elevar la conciencia social de los
compatriotas y de las masas. Nadie realmente sabe qué hacer o
dónde comenzar. Muchos tienen un tremendo temor de estudiar
las obras de Lenin, Trotski, Mao, Ho Chi Minh, Vo Nguyen Giap, Frantz
Omar Fanon, Amilcar Cabral, Che, Castro, etc., para ver qué
fue lo que hicieron, cómo lo hicieron y por qué
fracasaron en tumbar el capitalismo mundial en acción
revolucionaria y palabra emancipatoria.
Sin embargo, veamos lo
qué hicieron nuestros archi-enemigos, las clases capitalistas,
para llevar a cabo una revolución victoriosa e incluso
globalizarla exitosamente. Quizás son ellos, quienes nos
podrían enseñar qué hacer, qué pensar,
qué superar y cómo aniquilar el imperialismo
mundial.
Para volverse socialmente invencible, con la ayuda de
la filosofía materialista aristotélica árabe y
africana, la burguesía emergente de Italia, el nuevo homo
faber revolucionario, introdujo su Renacimiento a nivel teórico
a través de las obras del Padre Pedro Gassendi Marsiglio
Ficino, de Telesio, Patrizzi, Campanella, Pomponazzi, Giovanni Pico
della Mirandola, Giordano Bruno, etc. A nivel científico,
junto con Lutero, Calvino y Zwingli, etc., la visión
heliocéntrica de Galileo, Newton y Kepler, de hecho, el
materialismo mecánico ateísta burgués, detonó
las doctrinas y los dogmas feudalista-absolutistas y volvió
trizas al Estado por Gracia de Dios junto con la Iglesia del Orden
Dominicano.
La Lógica-Formal fue reducida a basura
metafísica ideológica; Kant y Hegel, luego el Marxismo,
introdujeron la Dialéctica como el nuevo método
revolucionario de la acción y del pensamiento, de la práxis
y la teoría.
De manera similar, en tendencia, la
explotación de las fuerzas de trabajo manual se dirigió
hacia aquella de las fuerzas de trabajo intelectual; se modificaron
las instituciones sociales, políticas y culturales, se cambió
la base energética de la producción europea; la
estructura de clases sufrió nuevas transformaciones. El
capitalismo - a pesar de sus “lunares” de naturaleza
explotadora, dominadora, discriminadora, militarista y alienadora,
frente al feudalismo - al Nuevo y al Viejo Mundo apareció como
algo nuevo e innovador. Claro, para los esclavos, los siervos y
trabajadores asalariados realmente no cambió nada.
Incluso
hasta hoy y a pesar del globo fascismo de Bush, muchos
“revolucionarios” latinoamericanos, aunque pretenden ser
“anti-imperialistas”, siguen fascinados del
Capitalismo.
Originalmente tenía un tremendo impacto
revolucionario que produjo tal entusiasmo y esperanzas alrededor del
globo. La verdad histórica es, que el “buen capitalismo”
de Adam Smith, es decir, del liberalismo competitivo, se desarrolló
hacia el imperialismo corporativo, el neoliberalismo y el globo
fascismo.
Lo anterior debería ser suficiente como para
explicar lo qué deben ser nuestras tareas para llevar a cabo
la Emancipación Global contra la Globalización de la
Revolución Francesa, del Capitalismo como Imperialismo
Corporativo. No tenemos el tiempo necesario, que serían
siglos, a nuestra disposición para desarrollar una Nueva
Ciencia y una Nueva Filosofía, un “Nuevo Hombre” y
un “Nuevo Socialismo”, para triunfar sobre el capitalismo
mundial dentro del marco actual productivo, destructivo e
intra-sistémico.
No importa cuántas escuelas y
universidades construiremos, cuántos proyectos y misiones
educativas lanzaremos, si no tenemos suficientes Bolivarianos de
verdad para poner en camino la revolución, entonces todo va a
resultar un trabajo de Sisifo. ¿Por qué proyectos
similares fracasaron en la ex Unión Soviética, en
China, Yugoslavia, Alemania Oriental, Vietnam, Mozambique, etc.? ¿Por
qué es tan difícil para introducir nuevas concepciones,
nuevas visiones revolucionarias, un nuevo modo operandi o
vivendi?
Para que sucedía lo nuevo, igual que en el
caso de la Revolución Francesa, todos los nuevos factores
objetivos, subjetivos y “transjetivos”, todas las
condiciones históricas tenían que ser producidas, ser
presentes, para introducir el nuevo modo de producción
dominante, el capitalismo. Esto también implica, que el viejo
y obsoleto modo de producción agrícola no tenía
las fuerzas productivas, la energía productiva y las
relaciones históricas, para defenderse contra el poderoso
nuevo orden mundial industrial tecnológico emergente. Además,
fue obvio, que el capitalismo sólo pudo volverse invencible
como imperialismo global y globalizado.
El talón de
Aquiles del capitalismo mundial es su propia Negación
dialéctica, su auto-destrucción interna, el Socialismo.
De manera permanente y para “desarrollarse”, tiene que
producir su propio opuesto, su Negación o su propia
Aniquilación. Esto es el secreto y la llave maestra hacia la
emancipación global. El imperialismo mismo ha globalizado a
nosotros, que somos su Negación. Por ahora, el Socialismo,
como fue explicado anteriormente, permanece como única
posibilidad real que nos queda para trascender este valle de penas,
lágrimas y miseria. Sin embargo, una conditio sine qua non es,
que la lucha revolucionaria por el Socialismo tiene que ser a nivel
global, ser globalizada, ser más dominante y poderosa que su
Afirmación, que es el Capitalismo mismo.
El socialismo
en un sólo país, en una isla o una región puede
ser un paradigma temporal excelente y muy valioso, pero a largo
plazo, sin embargo, no tendrá ningún chance en absoluto
de sobrevivir contra el imperialismo mundial fascista y beligerante.
Estos factores internacionales objetivos, subjetivos y transjetivos,
estas dinámicas de la revolución mundial permanente y
de la Revolución Bolivariana, necesitan la atención
urgente, especialmente por el cáncer virulento del
puntofijismo, que actualmente crece dentro del movimiento mismo.
El
socialismo, igual que el ateísmo científico y
filosófico, dirigido contra las religiones mundiales
patriarcales y monoteístas, como Negación sólo
puede ser victorioso, cuando pasa de un nivel personal o individual a
una dimensión social, a una necesidad humana, humanitaria y
humanista, que crea las condiciones para la emancipación
socialista.
Claro, por razones de diplomacia internacional,
estrategia política y táctica militar, para la
moralidad y la moral popular y para fines de la auto-defensa integral
colectiva, tomando en consideración los delicados asuntos
revolucionarios de la “Teología de Liberación
Cristiana” en América Latina, de la cual el Presidente
Chávez y muchos otros Bolivarianos hablan tan frecuentemente y
de la cual están tan fascinados, algunas veces temporalmente,
estamos obligados de mezclar agua bendita idealista religiosa con
aceite científico filosófico socialista; sin embargo,
cuidado, nosotros mismos no deberíamos creer en tales
fabricaciones y fantasías ideológicas
peligrosas.
Algún día tendremos que enfrentar la
realidad y decirles a las masas engañadas la verdad sobre la
relación de la religión monoteísta patriarcal
europea y la explotación, dominación, el racismo y la
alienación capitalista imperialista. Si las masas primero
descubrirán la verdad histórica sobre el holocausto
mental al cual fueron sometidas, entonces estaremos realmente en
serios problemas revolucionarios.
La Verdad es el talón
de Aquiles del capitalismo, del imperialismo, de la América
Corporativa y de Bush, así que, por qué no armar a
nuestros pueblos, no informar a los campesinos y trabajadores
verdaderamente sobre su existencia laboral capitalista en esta
tierra; en nuestros libros, escuelas y universidades no podemos
eternamente repetir las mismas mentiras y engaños coloniales
de ayer; esto no es profundizar la revolución, esto no es
socialismo, no es algo nuevo y así nunca llegaremos a factor
subjetivo emancipatorio masivo alguno en América Latina.
Sólo
si hemos terminado nuestras tareas revolucionarias históricas,
entonces podemos referirnos al posible “Nuevo Hombre”
social y socialista, a la Negación del actual “Homo
Faber” burgués y ser “Nuevos Individuos”;
este nuevo individuo, como la Especie Humana liberada y desalienada
per se, lógicamente, por primera vez, será la Sociedad
Socialista Libre.
Sólo entonces podemos trascender el
Capitalismo y el Socialismo, podemos nosotros mismos sobrepasar la
Producción hacia la Creación, podemos nosotros mismos
crear a Nosotros Mismos, el Nuevo Hombre, que va a ser ni amo ni
esclavo. Sólo entonces podríamos tener un mínimo
chance de realizar lo verdadero Nuevo, es decir, aquello que va a ser
ni Capitalismo ni Socialismo, sino la verdadera Historia, Humanidad,
Emancipación Humana y Humanidad Emancipatoria.