Franz J.T. Lee, febrero de 2005
La Relevancia Emancipatoria de Malcolm X para la Revolución Bolivariana
Muchas
veces, en sus miríadas de ardientes discursos, dirigidos al
Soberano de Venezuela, animando al Poder Ciudadano, el Presidente
Hugo Chávez Frías nos recuerda de las luchas de los
marginados de la clase obrera norteamericana, especialmente de sus
queridos líderes como lo son Martin Luther King Jr. y Malcolm
X.
Como
revolucionario, Malcolm X tenía mucho en común con el
líder de la Revolución Bolivariana de Venezuela, y
ciertamente hubiese apoyado todos nuestros esfuerzos emancipatorios
de todo corazón.
Seguramente
un renacimiento de las acciones y pensamientos de Malcolm X en
Norteamérica nos ayudará a pavimentar nuestro camino
hacia la unidad continental y la emancipación mundial con
éxito victorioso. Podría revelar la verdadera identidad
capitalista de los “negros de la casa”, que se
identifican plenamente con sus amos corporativo-imperialistas a nivel
local y regional y podría animar a los “negros del
campo” anti-imperialistas, en unísono alumbrador, a
dejar de decir: “Jefe, estamos enfermos”.
Lo
siguiente pretende ser un breve resumen de la vida de Malcolm X y de
su lucha para aniquilar toda forma de esclavitud, de relaciones
amo-esclavo y de fascismo mundial. Nosotros, que somos clasificados
de “recoge-latas” por parte de las pandillas
contrarrevolucionarias locales, podemos aprender mucho de Malcolm X,
es decir, aprender cómo erradicar los complejos ideológicos
de inferioridad y el racismo virulento de la propia tierra
americana.
En
los años 60, como resultado de los cambios estructurales
dentro del capitalismo mundial y las protestas a nivel global contra
la guerra estadounidense en Vietnam, nació una tendencia
contradictoria y revolucionaria dentro de los movimientos sociales
afro-americanos: el pacifismo no-violento Gandista de Martin Luther
King Jr. versus el Nacionalismo Negro radical de Malcolm X. El último
tiene una significancia emancipatoria especial para la Revolución
Bolivariana.
En
un comentario previo ya tratábamos a Martin Luther King; aquí
solamente resumiremos las centrales ideas y acciones
social-revolucionarias de Malcolm X.
(Véase:
<http://www.franzlee.org/pandemonium01079.html>)
Malcolm
X (El-Hajj Malik El-Shabazz), con padres afro-americanos muy pobres,
nació en Omaha, Nebraska el 19 de mayo de 1925 y fue bautizado
como Malcolm Little. Su padre, un sacerdote baptista fue influenciado
por el pan-africanismo, por la Asociación Universal para el
Mejoramiento de los Negros de Marcus Garvey.
Su
familia fue acosada permanentemente por miembros del Ku Klux Klan y
su casa una vez fue incendiada. En 1929 en Lansing, Michigan, su
padre fue brutalmente asesinado, probablemente por una banda racista
radical. (Véase: Autobiografía de Malcolm, escrita con
Alex
Haley.
(<http://www.galegroup.com/free_resources/bhm/bio/haley_a.htm>)
Psicológicamente,
este acto traumático perturbó completamente a su madre,
que finalmente fue internada en una institución para enfermos
mentales. Malcolm salió a Nueva York, buscando trabajo.
Terminó vendiendo y consumiendo drogas, tuvo que robar para
sobrevivir, y en 1946 finalmente fue encarcelado para 10 años.
En
la prisión llegó a conocer el Movimiento de los
Musulmanes Negros, liderado por Elijah Muhammad y se convirtió
en Islamista. En libertad condicional, después de 1952,
contrario a Martin Luther King, cuando estudió historia
colonial, se convenció que los males sociales eran atributos
intrínsecos del colonialismo y del “mundo cristiano del
hombre blanco”.
En
los EE.UU. en aquella época, los “Negros”
radicales se volvieron conscientes de su “piel oscura” y
de su “Poder Negro” como ciudadanos de tercera clase, y
por lo tanto comenzaron a adquirir muy rápido una “Conciencia
Negra”, que fue la fase inicial de una conciencia social de la
clase obrera. Lógicamente, esta llegó a existir como la
negación radical del “racismo blanco”
estadounidense y de la “Gran Sociedad” blanca. Luego, en
Sudáfrica, ocurrió un proceso similar de
conscientización de las clases sociales.
Así
que en 1963, plenamente consciente de las mentiras de los medios
masivos y de las campañas de desinformación, Malcolm
declaró el asesinato de Kennedy como un caso de “pollitos
regresando a casa”. Esto fue demasiado para el movimiento
reformista de Elijah Muhammad y Malcolm fue expulsado
inmediatamente.
En
protesta a esto, Malcolm formó su propia Organización
de la Unidad Afro-Americana y llamó por una frente unida
contra los males capitalistas. En 1964, en un peregrinaje a la Meca,
dejó su identidad colonial atrás y adoptó un
nombre musulmán. Mientras discutía con otros líderes
de varios movimientos de liberación, Malcolm pasó de la
“lucha de razas” a la “lucha de clases” y
mantuvo la posición que no todos los “blancos”
eran malos, y que ambos “blancos” y “negros”
deberían cooperar para erradicar los males del capitalismo
mundial. De manera muy rápida, negando las ideas religiosas
obsoletas, se acercó cada vez más al socialismo
científico y filosófico del Marxismo.
En
casa, el ala reaccionario del movimiento “Negro”
nacionalista se opuso a sus nuevas visiones e incluso más la
clase alta estadounidense vio su creciente popularidad como una seria
amenaza a la estabilidad social doméstica. De hecho,
propulsada por la profunda contradicción social de la
desobediencia civil de King y el nacionalismo radical de Malcolm, la
situación social doméstica en los EE.UU. se volvió
insoportable y muy explosiva. Luego esta tensión social detonó
en los disturbios violentos de los ghettos “negros” de
Watts y Harlem.
En
los ojos fascistas de la derecha radical, era tiempo de parar ambos
Malcolm y Martin Luther King. La reacción violenta fue rápida.
El 14 de febrero de 1965, la casa de Malcolm fue incendiada y una
semana después, el 21 de febrero, durante un discurso en el
Audubon Ballroom en Harlem fue asesinado a tiros por mercenarios
musulmanes de la derecha.
Igual
al Presidente Chávez de Venezuela, Malcolm era un “hombre
del pueblo”, un “hombre en la calle”; no importa si
blanco o negro, Malcolm se dirigió al pueblo común en
su propio lenguaje vulgar y pintoresco; lo entendieron porque reflejó
sus más profundas aspiraciones. Algunos siguieron escuchando a
los sermones del púlpito llenos de amor y paz de King, otros
disfrutaron las lecturas sociológicas de Marcuse en el campo
universitario, pero el clarín de Malcolm ya había
despertado a millones que para siglos fueron mantenidos en esclavitud
como “parías”, “coolies”, “camel
drivers”, “Kaffirs” y “recoge-latas” en
el “Tercer Mundo”.
A
pesar de los numerosos intentos de los medios masivos a escala global
de despreciar su nombre y de ocultar sus esfuerzos emancipatorios
históricos, dándoles más cobertura e importancia
a otros eventos mundiales como los asesinatos de Kennedy y King, la
influencia revolucionaria de Malcolm adquirió dimensiones
globales:
“La
memoria y la imagen de Malcolm X han cambiado de la misma manera
después de su muerte, como cambió su propia filosofía
durante su vida. Primero fue considerado un fanático violento
y ahora un partidario de la auto-ayuda, auto-defensa y educación;
como filósofo y pedagogo Malcolm tenía éxito en
integrar la historia, la religión y la mitología para
establecer un marco para su creencia definitiva en la hermandad
mundial y la justicia humana”. (Véase: The African
American Almanac, 7th ed., Gale,
1997.
<http://www.galegroup.com/free_resources/bhm/bio/malcolmx.htm>)
De
manera heroica, Malcolm X luchaba contra la “plaga”
norteamericana (Simón Bolívar) e hizo su contribución
revolucionaria a la emancipación mundial, a la integración
norteamericana, a la unidad revolucionaria de la práxis y la
teoría y a la justicia humana; de esta manera entró
históricamente al sublime dominio de la Revolución
Bolivariana Americana.